Os cuento ésto porque mi compañero de trabajo R, treintañero muy majete que se acaba de independizar y que nunca había frito un huevo (literal) porque no había tenido la necesidad de hacerlo, quiso hacer el otro día uno en la plancha eléctrica y se encontró con la primera dificultad: cascar el huevo sin hacer un estropicio. El chaval, que tiene en las manos toda la fuerza que a mi me falta, lo cascaba con tanta que hacía migas la cáscara, rompía la yema y ponía la encimera perdidita de restos de huevo. Yo hubiera hecho una llamada telefónica de socorro a mi madre, porque en mis tiempos no había internet, pero él, hijo de la era digital, buscó en el móvil “cómo cascar un huevo” (y no morir en el intento, eso es un añadido mío) y se empapó de vídeos explicativos que según confesó no le sirvieron para nada pues se quedó sin huevos antes de conseguir su objetivo.
Nos reímos mucho al día siguiente cuando nos lo contó en la oficina. La verdad que se lo tomó con mucho humor pues os podéis imaginar las bromas a cuenta de “los huevos de R” que tuvo que soportar esa mañana, pidiéndonos consejo a todos sobre la mejor forma de cascar un huevo y consultándonos sobre si tendría suficiente con seis o necesitaría una docena para practicar y los días sucesivos, comentando los resultados y enseñándonos fotos de sus prácticas hueveriles. Y el orgullo con el que nos mostró en el grupo de whatsapp de la oficina el primer huevo que consiguió cocinar, con una pequeña pérdida de clara ocurrida después de un ligero percance, pero al menos un huevo que se pudo comer, aunque siguiendo con la broma pensó en ponerle nombre y no comérselo, tan mono le quedó. Ahora, cada vez que R abre el explorador del móvil, le asaltan tantos vídeos de “cómo cascar un huevo” que va a poder hacer un doctorado, jajaja...
Y como nadie nace sabiendo, aquí os dejo esta sencilla y muy rica receta de paté picantito de mejillones y atún. No pica mucho, pero tiene su puntito. Si lo preferís dulce, utilizad sólo mejillones en escabeche normal y al contrario, si os gusta lo picante, ponedlos todos picantes e incluso si vuestro nivel de tolerancia al picante es alto, ponedle un poco de Tabasco, estará buenísimo. La textura es cremosa, lo suficiente para mojar unos picos de pan sin que escurra pero lo suficientemente denso como para resultar untable. Si os gusta con más cuerpo, omitid la adición de la salsa de escabeche.
Aunque en la receta no se diga, se entiende que tanto los mejillones como el atún son en conserva.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
68 gr. de mejillones en escabeche picante (peso escurrido)
68 gr. de mejillones en escabeche dulce (peso escurrido)
60 gr. de atún en aceite (peso escurrido)
30 gr. de queso crema (tipo Philadelphia) bajo en grasa, a temperatura ambiente
10 ml. de la salsa de escabeche picante
ELABORACIÓN:
Escurrir los mejillones picantes y reservar la salsa de escabeche. Eliminar los posibles restos de biso y cáscaras e introducir en el vaso de la batidora de brazo.
Escurrir los mejillones dulces y desechar la salsa de escabeche. Eliminar los posibles restos de biso y cáscaras e incorporar al vaso de la batidora de brazo.
Escurrir el atún de su aceite, desechar éste e introducir el atún en el vaso de la batidora de brazo, así como el queso crema.
Batir con una cuchara el escabeche picante reservado, tomar 10 ml. y añadir al vaso de la batidora. Triturar el contenido del vaso con la batidora de brazo hasta conseguir una crema fluida, fina y homogénea.
Verter la crema en un recipiente, tapar y llevar al frigorífico al menos una hora para que tome cuerpo y se asienten los sabores.
Servir fresco con picos o pan tostado.
A comer.
Me parto de risa y eso que me estoy cayendo de sueño. Mi hijo tiene 29 y puedo estar orgullosa de que hace mucho que cocina y muy bien, pero todo lo buscan y hacen en el móvil, hasta andar con él en la mano hablando con alguien escribiendo. Me cabreé con él y se enfadó. Pobre de mí como hubiera sido ya la que hubiera estado hablando por tfno "forma tradicional", estando en casa él, ni mucho menos andando conmigo por la calle.
ResponderEliminarEs lo que hay, son otras formas de vivir y también de educar y en eso los padres podemos hacer mucho.
Tu paté es de los míos y bien sencillo. Tengo unas recetas antiguas con mejillones que te gustarían aunque las fotos sean horribles.
Besos y feliz semana.
Hola Marisa. Se nota mucho la diferencia en la educación y forma de desenvolverse en la vida de los menores de cuarenta años y si hablamos de la cuestión digital, ni te cuento. Aunque nuestra generación se haya adaptado a la era digital, en muchas cosas se nota la diferencia entre ellos y nosotros. Cuando los pequeñajos de hoy en día, que casi nacieron con un portátil en la mano, sean mayores, la diferencia será ya abismal.
EliminarHacía mucho tiempo que no preparaba este paté. Es de esas recetas que aunque gusten, quedan en el cajón del olvido, arrinconadas por las muchas que tenemos pendientes de hacer. Lo pillamos con tantas ganas que lo hice dos veces en pocos días, tan poco duró.
Un beso.
Isabel, doy Fe que lo sucedido a R es totalmente auténtico, he visto a más de uno en situaciones similares, y aunque luego, una vez superado el infructuoso desaguisado en la cocina, se echen unas risas, en el momento lo pasan fatal. Seguro que si tiramos de memoria, incluso nosotras que somos casi expertas en cocina casera, después de tantos años, tenemos más de una anécdota, por lo menos en mi caso, aún recuerdo la primera vez que puse un guiso de lentejas, tenia yo trece años, y aún se ríen mis hermanas recordando la cara de mi madre, cuando llegó y vio aquello, por llamarlo de aún modo, Jajajaja…
ResponderEliminarEn fin, que sí, que no se nos olvide que nadie nace sabiendo, y que en definitiva si queremos crear escuela, nada mejor que comenzar por el comienzo, haciendo cosas sencillas.
Besos
La verdad que me hubiera gustado ver a R aquel fatídico día, que después de estropear un montón de huevos no comió ninguno, seguro que no estaba tan de buen humor como nos lo contaba al día siguiente. Situaciones como ésta te hacen darte cuenta que no por cotidianas, las cosas son a veces tan sencillas si no las has hecho nunca. Nuestros pinitos en la cocina nos quedan tan lejos que olvidamos los apuros que pasamos en más de una ocasión y que aún seguimos pasando, al menos yo, pero con el temple que da la experiencia no es lo mismo.
EliminarUn beso.
jajaja pues menudo compañero... me da que algo faltó en su educación jajaja Pero si concuerdo contigo que hay cosas que hacemos a ojo (pero no es así, es un ojo medidor con experiencia y vivencias) y que nos salen sin pensarlo. Pero es el resultado de un largo aprendizaje que nunca se termina ya que cuando nos gusta cocinar cada día aprendemos o mejoramos alguna cosita, ¿verdad?
ResponderEliminarMuchos días mi hija (tiene 11 años)me dice "pon esta receta de diario que tú te la sabes de memoria pero cuando tenga que hacérmela quiero tener todas las pautas en el blog" (que conste que hija del digital antes mira mi blog que me llama...).
Así que tu receta de hoy me parece ideal tanto para quienes empiecen a cocinar como para servir de inspiración a los demás.
Besos,
Palmira
Es que su mamá lo tenía en palmitas al chico y me da que un poco se dejaba querer. Ahora que vive solo parece que tiene buena disposición para hacer las cosas, al menos lo intenta y es tan atrevido que no pregunta, con las consiguientes equivocaciones, ninguna grave, pero ya tuvo una metedura de pata con el suavizante de la lavadora que también nos hizo pasar un buen rato.
EliminarMuchas blogueras empiezan un blog para que sus hijos independizados tengan a mano las recetas de sus madres, pues las generaciones jóvenes prefieren consultar internet que hacer una llamada telefónica, así que entiendo lo que hace tu hija, pero alégrate, seguro que presume de madre bloguera.
Un beso.
Holaa, pues no le ha pasado sólo a tu compañero que cuando empezó mi vida de estudiante fuera de casa nos pasaron mil y una catástrofe, jjjjjj. El paté me encanta yo pongo el pan y la cervecita!! Un beso
ResponderEliminarEsas cosas son normales cuando se está aprendiendo. Si yo tuviera mejor memoria seguro que recordaba más de un desastre que ahora me haría sonreír. Voy sacando los vasos, jjj. Un beso.
EliminarHola Isabel, en primer lugar muchas gracias por tu comentario, tengo días mejores y días peores. En cuanto a tu entrada, te digo que me has sacado una sonrisa porque todos más o menos recordamos nuestros inicios en la cocina y algún que otro tropiezo. La receta me gusta muchísimo y tienes toda la razón en ponerla, porque porque fácil que parezca siempre hay algún punto que es bueno aclarar o aconsejar. Un beso corazón y feliz semana.
ResponderEliminarHola Manoli. Que se atenúe el dolor de la ausencia de tu amiga es cuestión de tiempo, no se puede hacer nada más que dejar que siga su curso. Seguro que allí donde se encuentre ha sentido todo el amor de tus palabras.
EliminarEn todo aprendizaje hay errores, que son tan valiosos como los aciertos, porque de todo se aprende. Y a lo mejor, a alguno de los muchos R que empiezan con sus primeras recetas, le viene bien la mía, nunca se sabe.
Un beso.