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miércoles, 15 de junio de 2022

Berenjena rellena de cous cous con verduritas

¡El susto que me acabo de llevar! He ido a abrir el borrador de esta entrada y se me ha quedado bloqueado el portátil. Ni abría el archivo, ni cerraba carpeta, ni desconectaba internet, ni nada de nada. Le he toqueteado por todos los sitios (a veces pienso que le gusta que le toqueteen, el muy viciosillo) y no he conseguido desbloquearlo. Al final, lo he cerrado a lo bruto, osea, apagando el botón de encendido, la famosa fórmula mágica del “apaga y enciende” que para solucionar todos los problemas utilizaba la informática que había en uno de mis primeros trabajos, que sí, que la chica sería muy voluntariosa pero apenas tenía formación en la materia, claro que en aquellos años en los que el común de los mortales sólo sabíamos dónde se encendía el ordenador, personas como ella con una formación menos que mínima eran nuestro faro en la ignorancia informática que nos envolvía.

Pues eso, que he apagado y he encendido. Para ser más precisa, yo he pulsado el botón de encendido pero el portátil no se ha dado por enterado. Ahí es cuando me han entrado los siete males, ay que ésto no se enciende, ay que a ver si ahora pierdo todos los archivos (de los que no tengo copia de seguridad...), ay que luego qué hago si se borra todo... Y es que hoy en día, confiamos toda nuestra vida al portátil y sobre todo al móvil, de tal manera que si nos fallan, nos quedamos “desnudos”. Han sido unos cuatro minutos eternos de pantalla negra, más otros dos o tres de relojitos, punteros que no responden a nada, iconos que aparecen y desaparecen, mensajes alarmistas del tipo “su equipo no se encuentra protegido” y demás cosas por el estilo. Minutos en los que le haces promesas al santo X y juras y perjuras que si el portátil vuelve a funcionar, lo primero que vas a hacer es una copia de seguridad, bueno, lo segundo, que no tienes terminada la entrada y toca publicar.

Finalmente no ha habido nada que lamentar y os puedo enseñar estas deliciosas berenjenas rellenas de cous cous con verduritas, que a pesar de que llenan, te comes tu media berenjena y miras con ojos golosinos la que aún se está comiendo tu pareja y estás a un tris de decirle que si no le gusta mucho no se sacrifique, que tú te comes lo que él deje, pero en vez de eso le preguntas educadamente qué le parece y va y te dice “pues está bien rica, puedes volver a hacerla” y te consuelas pensado que ese poco de relleno que sobra te lo vas a comer tú y no lo vas a compartir, en un momento de ese egoísmo total-culinario que, confesadlo, tod@s hemos tenido alguna vez.

Están riquísimas, de verdad, suaves y satisfactorias, adaptables a los gustos personales o lo que haya en el cajón de las verduras del frigorífico y más ricas templadas que muy calientes. Animáos a prepararlas porque os van a encantar.

Como he asado la berejena en el microondas, me alegra mucho presentar esta receta al proyecto En Buena Onda

que Elisa, de Que no te falte un perejil y Marisa, de Thermofan promueven mensualmente para animarnos a utilizar más el microondas.

Sugerencia para el relleno sobrante: Templar en el microondas, añadir un huevo escalfado, una pizca de sal y un golpe de pimienta negra molida, picar el huevo groseramente, mezclar y disfrutar.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

* Todos los pesos en limpio

1 berenjena de unos 340 gr.

100 gr. de espárragos verdes finos

45 gr. de zanahoria

70 gr. de cebolla

20 gr. de pimiento rojo

1/3 tsp de garam masala

65 gr. de cous cous precocido de grano medio

1/8 tsp de pimienta blanca molida

AOVE

sal

agua

ELABORACIÓN:

Lavar la berenjena y sin cortar el tallo (así evitaremos que después se desarme la berenjena y nos ayudará en su manipulación), cortarla a lo largo. Realizar unos cortes en la carne de cada mitad de la berenjena siguiendo un patrón romboidal y cuidando de no llegar a la piel. Cuantos más cortes se practiquen, antes se asará.

Colocar contrapeadas las dos porciones de berenjena en un plato llano, tapar con una tapadera apta para microondas y asar en éste 5 minutos a 800 watios de potencia. Dejar reposar otros 5 minutos dentro del microondas, sacar y comprobar el punto de cocción: si la carne no se despegara de la piel, asar nuevamente a intervalos de un minuto, con reposos también de un minuto, hasta que esté hecha. Posiblemente sólo haga falta un minuto o dos más, según lo tierna que sea.

Cuando la temperatura de la berenjena permita su manipulación, retirar la carne con la ayuda de una cucharilla y con mucho cuidado para no romper la piel. Reservar tapadas las barcas de berenjena. Picar la pulpa y reservar separadamente de las barcas.

Lavar los espárragos. Coger cada espárrago por ambos extremos y doblarlo, sin forzar, formando un arco y hasta que chasque: lo hará por la parte que ya empieza a ser tierna. Desechar (o guardar para otros usos) la parte inferior dura de los espárragos. Cortar los espárragos en dos o tres trozos, según el tamaño del cazo en el que se vayan a cocer y reservar.

Preparar un bol con agua muy fría y reservar.

Llenar un cazo con agua y sal, llevar a ebullición, añadir los espárragos cortados y cocer, desde que el agua recupere el hervor, unos cinco minutos o algún minuto más, según los tiernos que sean: tienen que quedar ligeramente crujientes. Una vez cocidos, escurrir los espárragos e introducir inmediatamente en el bol de agua fría para cortar la cocción. Cuando se hayan enfriado por completo, escurrir sobre papel absorbente, cortar en trozos de 1-1'5 centímetros y reservar.

Picar la cebolla y el pimiento rojo en brunoise. Cortar la zanahoria en dados de tamaño similar.

Cubrir el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra y llevar al fuego. Cuando alcance temperatura, agregar el pimiento rojo y la zanahoria y rehogar a fuego medio. En el momento que ésta última empiece a ablandarse, añadir la cebolla, el garam masala y una pizca de sal y cocinar hasta que las verduras estén tiernas pero con cuerpo. Incorporar los espárragos cortados (reservar unas puntas para decorar, si se desea) y la pulpa de berenjena picada, mezclar delicadamente y cocinar, siempre a fuego medio, durante cinco minutos para unificar sabores. La mezcla debe quedar jugosa, no seca. Apartar del fuego y reservar caliente.

Disponer el cous cous en un bol, incorporar 65 ml. de agua hirviendo, tapar y dejar reposar cinco minutos o lo que indique el fabricante. Destapar, añadir la pimienta blanca, una pizca de sal y 8 ml. de aceite de oliva virgen extra cruda, mezclar con dos tenedores para soltar el cous cous e integrar los ingredientes. Verter en una fuente, añadir el contenido de la sartén, mezclar, rectificar de sal, si procede y rellenar las barcas de berenjena reservadas. Sobrarán 2-3 cucharadas de relleno.

Si el relleno se hubiera enfriado, introducir las berenjenas en el microondas, dar un golpe de calor y servir templadas.

A comer.

viernes, 15 de abril de 2022

Sal de jamón, en microondas y en horno eléctrico

Tal vez llamar a ésto “receta” sea un poco pretencioso, porque tiene el mecanismo de un colador, como suele decirse, pero no por eso deja de ser una elaboración muy resultona para dar color y sabor a algunos platos. Además es una buena opción para utilizar los recortes del jamón o alguno loncheado que no haya salido bueno, claro está que cuanto mejor sea el jamón, mejor será la sal que se obtenga.

El jamón ya asado puede cortarse a cuchillo pero para ahorrar trabajo he utilizado el accesorio picador de la batidora de brazo. El inconveniente es que no deja todos los trozos picados uniformemente, pero siempre se le puede dar un repaso con el cuchillo.

Os doy dos opciones, horneado en horno eléctrico y en microondas. ¿Cual prefiero yo? Pues aunque el jamón no queda igual según el método utilizado, una vez picado yo, personalmente, no noto diferencia entre uno y otro (en la foto, a la izquierda el preparado en microondas, a la derecha, en horno eléctrico), así que me decanto por la utilización del microondas, por rapidez y economía, aunque si hacéis como yo, que aproveché que estaba horneado otra cosa y me cabía una bandeja al lado del asado, el horno eléctrico no es mala opción, pero encender el horno sólo para el jamón, no lo veo, salvo que se vaya a preparar mucha cantidad y no sé si eso es muy práctico en una cocina doméstica.

No puedo deciros cuánto se conserva, normalmente preparo poquita cantidad y lo gasto enseguida. ¿Y en qué? Probad con unos huevos fritos, un pescado blanco a la plancha o una crema de verduras, siempre sustituyendo a la sal o reduciendo ésta y me contáis. Seguro que os gusta.

Como he hecho parte de la sal de jamón en el microondas, me alegra mucho presentar esta receta al proyecto En Buena Onda

que Elisa, de Que no te falte un perejil y Marisa, de Thermofan promueven mensualmente para animarnos a utilizar más el microondas.

La cosa va doble, pues al aprovechar que ya tenía el horno eléctrico funcionando para hornear también otro poco de jamón, creo que merece estar en el proyecto 1+/-100, desperdicio 0 que gestiona Marisa desde su blog Thermofan y que promueve la reducción del desperdicio de alimentos y el reciclaje y reutilización en general.

No os entretengo más, que son días de procesiones o vacaciones, no de estar pegados a la pantalla de un ordenador.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

recortes de jamón curado, cortados finos, sin tocino (he utilizado jamón de cebo de campo ibérico)

*Y además:

papel de cocina y papel sulfurizado

2 bandejas metálicas aptas para horno

ELABORACIÓN:

NOTA: Los tiempos de horneado, tanto en horno microondas como eléctrico, son orientativos, pues dependerá, y mucho, del punto de curación del jamón y del tipo de jamón utilizado. Los que se indican son para recortes bastante curados pero no secos, de jamón de cebo de campo ibérico.

* En horno microondas:

Poner una hoja de papel de cocina en un plato. Repartir por encima los recortes de jamón, preferiblemente cortados finos y en trozos de 3-4 cm. de lado, unos junto a otros pero sin amontonar. Colocar encima otra hoja de papel de cocina y a continuación un plato.

Introducir en el horno microondas y hornear a 800 watios durante un minuto y diez segundos, seguidos de un minuto de reposo dentro del microondas.

Sacar del microondas y pasar el jamón a un plato dispuesto con otro papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. Tal exceso dependerá del jamón utilizado, si es jamón curado de cerdo blanco será mucho más magro que si se utiliza, por ejemplo, jamón ibérico.

Proceder de igual modo con el resto de los recortes, si los hubiere.

Una vez se haya enfriado el jamón, desmenuzar con los dedos eliminando los restos de tocino que hubiera e introducir en el accesorio picador de la batidora de brazo o un procesador de alimentos pequeño. Triturar hasta que queden trocitos pequeños.

Introducir en un frasco hermético y utilizar al gusto.

*En horno eléctrico:

Precalentar el horno a 180º C, con calor arriba y abajo.

Poner una hoja de papel de sulfurizado en una bandeja metálica apta para horno. Repartir por encima los recortes de jamón, preferiblemente cortados finos y en trozos de 3-4 cm. de lado, unos junto a otros pero sin amontonar. Colocar encima otra hoja de papel sulfurizado, a continuación otra bandeja metálica de horno y encima un peso.

Introducir en el horno eléctrico a media altura, con calor arriba y abajo y hornear a 180º C durante 25 minutos.

Sacar del horno y dejar enfriar aprovechando el calor residual de las bandejas para seguir secando el jamón. Una vez frío, pasar el jamón a un plato dispuesto con un papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. Tal exceso dependerá del jamón utilizado, si es jamón curado de cerdo blanco será mucho más magro que si se utiliza, por ejemplo, jamón ibérico.

Una vez se haya enfriado el jamón, desmenuzar con los dedos eliminando los restos de tocino que hubiera e introducir en el accesorio picador de la batidora de brazo o un procesador de alimentos pequeño. Triturar hasta que queden trocitos pequeños.

Introducir en un frasco hermético y utilizar al gusto.

A comer.

jueves, 15 de julio de 2021

Tallarines de calabacín con salsa especiada de queso fresco batido

Nada más escribir el título de la entrada me he dado cuenta “otra receta con salsa de queso” y es que el queso fresco batido y el yogur natural los utilizo muchísimo en mi cocina y buena prueba de ello son las recetas de este blog y eso que por aquí no aparece todo lo que cocino. Pero es que me encantan su sabor y textura, sobre todo la del queso y los utilizo mucho como aderezo mezclados con variedad de especias. O sea, como la receta de hoy, que es cero complicaciones, máximo sabor y sencillez, hiper rápida y ¡sin encender los fogones!, pues se hace en el microondas.

El calabacín es una hortaliza con un altísimo contenido en agua. En esta receta, al cocinarse poco y apenas deshidratarse, resulta muy saciante a la vez que tiene un bajo aporte calórico. La cantidad de calabacín que indico es para una ración (la salsa rinde dos raciones) y os digo yo que este plato de tallarines, seguido de un poco de queso o jamón y el postre, son una cena más que satisfactoria. Como os comento, la salsa da para dos raciones, pero es que resulta muy difícil dividir a la mitad un octavo de cucharadita de jengibre y las pizcas de nuez moscada y pimienta. Además la que sobra, está aún más rica al día siguiente, por eso, si os acordáis, hacedla con bastante antelación, preferiblemente el día antes.

Tengo una pregunta ¿porqué todo el mundo los llama espaguettis de calabacín si no son redondos? A mí se me asemejan más a los tallarines, que son planos, por eso el nombre de la receta.

He cocinado los tallarines en el microondas y me alegra mucho presentar esta receta al proyecto En Buena Onda

que Elisa, de Que no te falte un perejil y Marisa, de Thermofan promueven mensualmente para animarnos a utilizar más el microondas, electrodoméstico que en muchas casas no es más que un carísimo calentador de leche.

Id poniendo la mesa, que esto va muy rápido.

Venga, a lavarse las manos y a cocinar.

INGREDIENTES:

125 gr. de calabacín (para una ración), a temperatura ambiente

AOVE

ralladura de piel de limón

* Para la salsa de queso:

60 gr. de queso fresco batido (tipo quark) 0% materia grasa, a temperatura ambiente

1/8 tsp (escasa) de jengibre fresco de cultivo ecológico, rallado

2 hojas de salvia frescas, lavadas y picadas

1 pizca de nuez moscada molida

1 pizca de pimienta negra molida

sal

* Y además:

un espirilizador de verduras

ELABORACIÓN:

Preparar primero la salsa de queso fresco: poner en un cuenco pequeño el queso fresco batido (si se hubiera separado el suero del queso, primeramente remover para integrar ambos ingredientes), el jengibre fresco rallado (si es de cultivo ecológico y muy tierno, no es necesario pelarlo), las hojas de salvia picadas, la nuez moscada y la pimienta negra molidas y sal al gusto. Remover y dejar reposar a temperatura ambiente y tapado al menos media hora para que tome sabor, mejor de un día para otro. En ese caso, conservar en frío y sacar de la nevera con suficiente antelación para que se temple.

Lavar y despuntar el calabacín, pelar si se desea (yo no lo hago) y hacer los tallarines con ayuda de un espirilizador de verduras. Si resultaran muy largos, cortarlos con unas tijeras a la longitud deseada.

Disponer los tallarines en un plato, regar con un hilo de aceite de oliva virgen extra y remover. Introducir el plato, sin tapar, en el microondas y hornear a 640 watios de potencia durante un minuto seguido de un reposo de treinta segundos dentro del microondas. Sacar el plato, remover y repetir la operación otras dos veces. Los tallarines quedarán al dente. Si gustan más hechos, repetir el intervalo de horneado+reposo hasta que adquieran el punto de cocción deseado.

Eliminar, si se desea, el agua que haya podido soltar el calabacín. Disponer los tallarines en el plato de servicio, añadir salsa al gusto, espolvorear con abundante ralladura de piel de limón y servir inmediatamente.

A comer.

viernes, 2 de julio de 2021

Crêpes de bacalao y langostinos con salsa de queso fresco y ajo confitado

Quienes ya me conocéis sabéis que me gusta aprovechar las cabezas y espinas del pescado para algo más que hacer sopa. La carne que se recupera de ellas es perfecta para utilizar en croquetas, canelones, lasañas, empanillas o como en el caso de hoy, crêpes. Me da mucha lástima oír en la pescadería que el cliente no las quiere cuando se las ofrece el pescadero, pero claro, a lo mejor es una persona muy ocupada con poco tiempo para cocinar y hay que reconocer que estas preparaciones, aunque sencillas y normalmente económicas, son entretenidas de elaborar. ¡La de hoy hasta de leer! Porque larga es un rato, pero que no os asuste, que en realidad es muy fácil.

Podéis ahorraros el paso de preparar la salsa, pero qué queréis que os diga, ¡está tan rica! Y además su sabor acompaña muy bien a las crêpes, así que, ya que os ponéis, pues preparad también la salsa. Se puede hacer el día antes, pero hay que tener en cuenta que el sabor del ajo se reforzará y si os gusta mucho, pues genial, pero sí no, reducid ligeramente la cantidad de ajo utilizado.

He confitado los ajos en el microondas, porque así se utiliza menos cantidad de aceite y esta receta lleva muy poca, porque la bechamel que se utiliza es la justa para mantener la farsa unida sin volver el relleno denso. El tiempo de confitado en el microondas es un poco orientativo, ya que dependerá de la cantidad de agua que contenga el ajo, cuanto más nuevos sean, más agua tendrán y cuanto más viejos, más deshidratados estarán. Hay que tener mucho cuidado porque los ajos se queman enseguida, por lo que este método lo uso sobre todo con ajos viejos, que al tener mucha menos agua, hay que andar con un ojo que no veas y en la sartén requieren mucha vigilancia. Cuando confito muchos ajos o son nuevos, sí lo hago en el fuego, para lo que utilizo un cazo pequeño en el que quedan los ajos completamente sumergidos en aceite y en el que se cocinan a baja temperatura durante bastante rato. Aquí como son pocos, utilizo el microondas por lo que os decía de la cantidad de aceite utilizado y porque es un método más rápido. Sentíos libres de hacerlo a vuestro gusto.

Tuesto las cabezas de los langostinos porque me gusta el sabor tostadito que le dan al aceite, aunque estén cocidas (si estuvieran crudas darían más sabor). Este paso también es opcional. El relleno queda igualmente rico sin este tostado.

Personalmente creo que las crêpes están más ricas a temperatura ambiente o templadas, que calientes. En cambio, la salsa está más rica ligeramente templada, en vez de recién sacada del frigorífico.

Según la cantidad de relleno que pongáis, es probable que os sobre una crêpe. Lo que yo hago, es que la primera, si me ha salido más fea porque la temperatura de la sartén no era la adecuada, no la tiro, la dejo para rellenarla la última y si no me llega la farsa, me la como, pues me gusta la masa de las crêpes sin rellenar. Lo que no se me ocurre es tirarla, como se dice en muchas recetas.

Esta es una receta perfecta para dejarla preparada con antelación y disfrutar de una cena informal después de una tarde en la piscina, en el campo o por ahí, que ahora el verano y si la temperatura lo permite, invita a pasar todo el tiempo posible fuera de casa (pero ¡por favor!, sin bajar las precauciones).

Como no podía ser menos, al haber utilizado el pescado recuperado de la cabeza y espinas del bacalao, ésta es mi aportación del mes de julio al proyecto que Marisa promueve desde su blog Thermofan 1+/-100, desperdicio 0 para reducir el desperdicio y fomentar la reutilización.

Al haber confitado los ajos en el microondas, también presento la receta al proyecto En Buena Onda
que Elisa, del blog Que no te falte un perejil y Marisa, promueven de forma conjunta para que utilicemos más este electrodoméstico y en el que participo con muchísima menos frecuencia de la que me gustaría, porque si bien es cierto que cada vez lo uso un poco más, también lo es que casi nunca preparo recetas completas en él, utilizándolo más bien como un ayudante de cocina con el que abreviar determinadas elaboraciones.

Os dejo con la receta, que ya es hora.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

*Para la salsa de queso fresco batido y ajo:

100 gr. de queso fresco batido (tipo quark) 0% materia grasa

50 gr. de yogur natural desnatado sin azúcar

10 gr. de ajo, pelado, desgerminado y laminado finamente

10 ml. de aceite de girasol, para confitar el ajo

*Para el caldo de pescado:

la cabeza y espinas de un bacalao grande, lavadas

2-3 cascos de cebolla, partidos

1 diente de ajo pequeño, pelado, desgerminado y cortado en dos trozos

1 hoja de laurel lavada

275 ml. de agua

*Para la masa de las crêpes (15-16 unidades de 15 cm. de diámetro, aprox.):

100 gr. de harina de trigo blanca

15 gr. de harina de trigo integral

135 ml. de leche desnatada

120 ml. de agua

2 huevos tamaño L a temperatura ambiente

30 ml. de aceite

1 rama de perejil fresco, sólo las hojas, lavadas, secadas y picadas

sal

mantequilla para la sartén

*Para el relleno:

265 gr. del bacalao recuperado de la cabeza y espinas u otro pescado blanco cocido

120 gr. de langostinos cocidos y picados menudos, peso pelados

las cabezas de los langostinos

200 ml. del caldo de cocer el bacalao, colado u otro caldo de pescado

15 gr. de harina de trigo blanca

aceite

sal

mezcla de 5 pimientas, molida

ELABORACIÓN:

*De la salsa de queso fresco y ajo confitado:

Para confitar el ajo: Disponer en una tacita el ajo laminado y 10 ml. de aceite de girasol. Tapar con papel film, realizar en éste un agujerito para que salga el vapor e introducir en el microondas. Hornear dos minutos a 600 watios de potencia seguido de un minuto de reposo en el interior del microondas. Repetir la operación. Los ajos deben quedar blandos y no haber tomado color, lo que dependerá mucho de lo frescos que sean. Si no fuera así, hornear a la misma potencia en periodos de 20 segundos con reposos de otros 20 segundos, hasta que estén hechos. Proceder con cuidado dado que tienen a quemarse rápidamente.

Escurrir los ajos del aceite, reservar éste y disponer los ajos en el vaso de la batidora de brazo. Añadir el queso fresco batido y el yogur natural y triturar hasta conseguir una crema fina y homogénea. Tapar y llevar al frigorífico.

*Del caldo de pescado:

Disponer todos los ingredientes del caldo de pescado en una cazuela y llevar a ebullición. Cocer cinco minutos, desespumando para eliminar impurezas. Retirar del fuego, tapar y dejar templar.

Recuperar el bacalao de la cabeza y espinas cocidas y reservar; yo obtuve 265 gr. Colar el caldo y reservar; deberían obtenerse unos 250 ml. de caldo. Desechar espinas y verduras.

*De la masa de las crêpes:

Disponer en el vaso de la batidora de brazo los huevos sin cáscara, las harinas, el agua, la leche, el aceite y la sal y batir hasta homogeneizar. Añadir el perejil picado y remover con una cuchara. Dejar reposar media hora en el frigorífico para que se hidrate la harina.

*Del relleno:

Poner un hilo de aceite en una sartén. Llevar al fuego y añadir las cabezas de los langostinos. Tostar a fuego fuerte hasta que empiecen a dorarse y sacarlas de la sartén. Desechar las cabezas. Medir el aceite sobrante y el de confitar los ajos y añadir más aceite hasta completar 15 ml. Poner todos los aceites (el de tostar las cabezas de los langostinos, el de confitar los ajos y el crudo) en una sartén, calentar, incorporar la harina y rehogar hasta que adquiera un todo dorado. Agregar la mitad del caldo de pescado colado y remover bien para desleír la harina. Cuando ya no queden grumos, agregar el resto del caldo y llevar a ebullición suavemente sin dejar de remover. Sazonar con sal y la mezcla de cinco pimientas molida y cocer unos cinco minutos. Agregar el bacalao cocido desmenuzado y los langostinos picados, remover y cocer otros dos minutos. Rectificar de sal, remover, apartar del fuego y tapar con papel film a piel. Mantener caliente.

*De la fritura de las crêpes y rellenado:

Sacar del frigorífico la masa de las crêpes y remover con una cuchara, ya que la harina se habrá precipitado al fondo de la preparación. Untar de mantequilla con una brocha de silicona la sartén elegida y calentarla a fuego fuerte. Cuando esté bien caliente, verter en la sartén aproximadamente 22 ml. de masa y mover la sartén con movimientos circulares para distribuir la masa uniformemente por todo el fondo. Cuando al menear la sartén la crêpe se despegue, ya estará lista para darle la vuelta. Freír por el otro lado sin agregar mantequilla y sacar a un plato cuando las burbujas de aire caliente que se forman debajo de la masa la levanten ligeramente. Repetir la operación hasta acabar con la masa, engrasando cada vez con mantequilla la sartén y removiendo igualmente cada vez la masa de las crêpes antes de coger la cucharada que se vaya a freír.

En lo que se hace un crêpe en la sartén, distribuir en la que se acaba de hacer una cucharada del relleno templado de bacalao y langostinos, cerrar formando un paquete e ir colocando en una fuente o si se prefiere, hacer primero todas las crêpes y luego rellenarlas.

Servir templadas o a temperatura ambiente con la salsa templada aparte.

A comer.

jueves, 15 de abril de 2021

Flanecitos de plátano y yogur de piña

Por cuestiones laborales, estamos haciendo jornadas maratonianas en la oficina, por lo que, cuando llego a casa, lo que menos me apetece es ponerme al ordenador, así que la entrada de hoy va a ser rapidita, como estos flanes, que se hacen en un momento y si no fuera porque hay que dejarlos reposar, serían perfectos para un antojo urgente de dulce. De dulce y de algo que sepa mucho a plátano, porque sólo son aptos para amantes de esta fruta, el sabor de la piña se nota levemente, lo justo para que aporte su punto refrescante. Están dulces, para mi gusto le quitaría un poco de azúcar (yo incluso los prefiero sin caramelo), aunque mi pareja opina que les vendría mejor un poquito más de azúcar, pero eso ya a gusto de cada cual.

Quedan llenos de agujeritos muy finos, supongo que por la cocción en microondas, pero no lo puedo asegurar porque es la primera vez que hago flanes en el micro.

La receta original, que he adaptado un poco a mi modo, indica que la mezcla repose una hora en el frigorífico. No lo aconsejo, pues a la media hora el plátano empieza a oscurecerse, perdiendo el bonito color que tiene nada más triturarla. Eso se podría evitar añadiendo zumo de limón, pero hay que tener en cuenta que el sabor del flan se vería alterado.

Con esta receta participo en la iniciativa En Buena Onda

que Elisa, de “Que no te falte un perejil” y Marisa, de “Thermofan” promueven mensualmente para animarnos a utilizar más el microondas y a la que cada día se presentan más y mejores propuestas.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

* Para 7 flanes pequeños:

160 gr. de plátano maduro (peso sin piel)

125 gr. de yogur de piña de leche entera, azucarado y con trozos de fruta

2 huevos tamaño L

60 gr. de azúcar blanquilla

30 ml. de agua

caramelo líquido

* Y además:

7 flaneras de silicona de 70 ml. de capacidad cada una

ELABORACIÓN:

Pelar el plátano, trocearlo e introducirlo en el vaso de la batidora de brazo. Añadir el yogur, los huevos y 30 gr. de azúcar. Triturar con la batidora de brazo hasta conseguir un puré fino y homogéneo. Tapar y llevar al frigorífico 30 minutos, para que la mezcla pierda el aire que haya podido coger.

Preparar un almíbar con los 30 gr. de azúcar restante y el agua. Para ello, introducir ambos ingredientes en un cazo y llevar a ebullición. Cocer cinco minutos a fuego medio y pincelar con el almíbar resultante el interior de las flaneras. Colocarlas en un plato apto para microondas, formando un círculo alrededor del borde del plato, para que todas se cuezan por igual.

Sacar el puré de plátano del frigorífico y dejar que se atempere 10 minutos. Remover con una cuchara y distribuir la mezcla entre las siete flaneras.

Introducir el plato con las flaneras en el microondas. Hornear 3 minutos a 640 watios y dejar reposar dos minutos dentro del microondas. Hornear otros dos minutos a la misma potencia y repetir el reposo de dos minutos. Comprobar el punto de cocción pinchando uno de los flanes con una brocheta, si sale un poquito húmeda y con trocitos de flan, ya están listos, pues el calor residual terminará de cuajarlos. Si aún sale muy húmeda, hornear en tandas de un minuto con otro de reposo y siempre a la misma potencia, hasta que estén cocidos. Una vez hechos, dejar 10 minutos dentro del microondas para que terminen de cuajarse.

Sacar el plato del microondas, dejar que los flanes se enfríen completamente, tapar a piel con papel film y llevar al frigorífico unas cuatro horas.

Sacar los flanes del frigorífico, desmoldar y servir a temperatura ambiente con caramelo líquido al gusto.

A comer.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Pasta de castañas

Las Navidades están a la vuelta de la esquina y ya tenemos servida en bandeja la polémica: ¿nos juntamos? ¿no nos juntamos? ¿a quién dejamos fuera? ¿cada uno en su casa? ¿y los abuelos se quedan solos? ¿y los que están solos, las van a pasar igual de solos?... Las actitudes ante la situación son muy variadas, desde el “por descontado que mis padres no van a pasar Navidad solos” al “prefiero estar sola que es más seguro”, con todos los supuestos intermedios y que en algunos casos están provocando acaloradas discusiones. ¡Y falta todavía casi un mes! Miedo me da según se vayan acercando las fechas, porque las presiones van a ser muy grandes y me temo que alguien va a dar un paso atrás y no voy a ser precisamente yo, que tengo las ideas muy claras al respecto, además que mi salud no me permite andar con tonterías, pero eso parece que los demás no lo entienden y a final me temo que tendré que dar la nota, que a estas alturas de la película tampoco me duelen prendas, ojo. En fin, espero que el personal entre en razón y pueda comerme el tostón en paz.

Porque solos o acompañados, no debemos dejar de cuidarnos y darnos un capricho. Bien es cierto que este año no prepararé ni la mitad de chuminadas que otros (por una cuestión meramente matemática: menos comensales, menos comida), pero tampoco voy a preparar unos huevos con patatas fritas, aunque sé de uno al que no le importaría, jajaja... Asaré tostón o lechazo, pues el asado es un clásico que no puede faltar esos días y alguna cosilla sencilla y sabrosa de entrante y poco más. Y de postre, si tengo ganas, un pastel de chocolate y castaña del que forma parte la receta de hoy, que la traigo por separado para que la entrada no quede tan densa.

Esta pasta de castaña es muy sencilla de hacer, sólo requiere tiempo para pelar las castañas, pero tiene la ventaja de que se puede congelar en porciones, con lo que ya nos metemos en harina, merece la pena preparar una buena cantidad. Con las que indico, salen alrededor de 950 gr. de pasta. Es una elaboración poco dulce, pues siempre va a formar parte de otra receta, que si es dulce ya llevará su azúcar correspondiente y si es salada, no provocará demasiado contraste de sabores. Por la misma razón está apenas aromatizada con vainilla, pues si se va a usar en una receta dulce se puede añadir más vainilla y si es para una receta salada, ese toque perfumado resultará muy interesante según en qué preparación.

Como las castañas están asadas en el microondas, la presento al proyecto En Buena Onda

que de forma conjunta gestionan Elisa, de Que no te falte un perejil y Marisa, de Thermofan, encaminado a animarnos a utilizar el microondas más allá de calentar la leche.

Pinchad en el icono de la barra lateral si queréis ver los recopilatorios mensuales del proyecto.

Venga, a lavarse las manos y a cocinar.

INGREDIENTES:

500 gr. de castañas ya peladas y asadas en el microondas (unos 800-900 gr. de castañas frescas)

600 ml. de leche desnatada

50 gr. de azúcar moreno integral de caña

50 gr. de mantequilla

1/4 tsp de azúcar de vainilla (mín. 50% semillas de vainilla)

ELABORACIÓN:

Colocar un trozo de papel de cocina en un plato llano. Practicar un corte en la piel exterior dura de las castañas para que no estallen y colocarlas extendidas en el plato y sin amontonar. Habrá que preparar varias tandas.

Introducir el plato sin tapar en el microondas y programar 3 minutos a 800 watios (ver *NOTAS). Sacar el plato en cuanto acabe el tiempo y una vez que la temperatura de las castañas permita su manipulación (salen muy calientes), eliminar la piel exterior dura, la piel interior peluda y las partes oscuras que puedan tener y que dan mal sabor a la castaña. Proceder de la misma forma con el resto de castañas hasta obtener 500 gr. de castañas peladas y asadas.

*NOTAS:

El horneado de las castañas en el microondas requiere de cierta experiencia pues los resultados difieren mucho según el microondas que se utilice, el tamaño de las castañas y su frescura.

El papel de cocina no sólo sirve para absorber la humedad de las castañas, si no también como orientación a la hora de asarlas. Si al sacar el plato el papel está muy mojado es porque las castañas son muy frescas, así que habrá hornear las siguientes tandas sin tapar. Si por el contrario, el papel está apenas húmedo es que las castañas ya están perdiendo agua, por lo que habrá que colocar una tapadera apta para microondas en las demás tandas de castañas; de esta forma, la humedad que retendrá la tapadera hará que las castañas se sequen menos y se horneen mejor.

El tiempo es también muy importante, pues si es escaso, dificultará la eliminación de la piel interior de las castañas, pero si es excesivo, las castañas se secarán tanto que quedarán pilongas.

Teniendo en cuenta lo anterior, la primera hornada de castañas dará la pauta de cómo hornear las siguientes: tapadas o no o más o menos tiempo. En cuanto al tiempo, es aconsejable aumentarlo o reducirlo en intervalos de 20-30 segundos como máximo y en caso de ser necesario.

La textura final de la castaña asada tiene que ser blanda, ligeramente “gomosa” y sin partes secas o duras.

Partir las castañas peladas en 2-4 trozos y disponerlas en un cazo amplio. Añadir 500 ml. de leche y hervir a fuego bajo y semi tapado durante 30 minutos, removiendo de vez en cuando y vigilando que la leche no se agarre al fondo del cazo. Al final del tiempo se habrá consumido toda la leche y las castañas deberían estar ya cocidas; si no fuera así, añadir un poco más de leche y continuar la cocción hasta que estén cocinadas.

Apartar el cazo del fuego, incorporar la mantequilla, el azúcar moreno y el azúcar de vainilla y remover.

Pasar el contenido del cazo a un procesador de alimentos potente o en su defecto al vaso de la batidora de brazo. Agregar los 100 ml. de leche desnatada restante y procesar hasta conseguir una pasta fina y sin trozos de castaña. En caso de utilizar una batidora de brazo y si no fuera muy potente, una vez triturados con ésta los trozos más grandes, pasar la pasta por un pasapurés de orificio fino y después trabajar la pasta con una cuchara o espátula de madera hasta que quede compacta.

La textura y humedad final de la pasta es muy similar a la del mazapán, tal vez un poco más seca. No se pega a las manos ni a la superficie de trabajo y es fácilmente modelable.

Formar un rulo con la pasta y envolver en papel film para que no absorba olores extraños ni se seque. Dejar reposar en el frigorífico al menos doce horas antes de su utilización.

Utilizar según requiera la receta.

A comer.

martes, 1 de septiembre de 2020

Calabacín relleno de puerro y salmón en dos texturas con crujiente de puerro y pastel de sus sobras



Ya sabéis que sufro cada vez que en la pescadería el cliente deshecha las espinas y cabezas del pescado, cuando la mayoría de las veces se pueden aprovechar para cocinar, como en esta ocasión, que había comprado un salmón entero y como es costumbre pedí que me dejaran cabeza y espinas. Eso unido a la búsqueda de ideas para utilizar la super producción de calabacines del huerto, dió como resultado la receta que os traigo, bueno, en realidad dos recetas, pues también os propongo una solución para las sobras. Y es que la entrada de hoy rezuma aprovechamiento por los cuatro costados, pues con parte del tallo verde del puerro, que si no se utiliza para caldo fácilmente acaba en la basura, he preparado el crujiente y como los calabacines se tienen que calentar, no cocinar, no he precalentado el horno, evitando de esta forma el gasto energético que ésto supone. Así que, por supuesto, la presento al proyecto de “Thermofan” 1+/-100, desperdicio 0, en el que Marisa, mes a mes, nos anima a minimizar el desperdicio en general y el de alimentos en particular.


La receta es un poco entretenida aunque no complicada. He de deciros que con el tiempo de escaldado que indico para los calabacines, éstos quedan más bien duritos, así que los podéis escaldar un poco más, pero siempre teniendo en cuenta que su carne ha de quedar con cuerpo, pues al ser una presentación en vertical, necesita tener cierta dureza para que se sostenga y no se rompa.

En cuanto al crujiente de puerro, se puede obviar, lógicamente, pues en realidad y aunque rico, es más un adorno que otra cosa. Si os animáis ha prepararlo, tened en cuenta que el puerro pasa de crudo a quemado en un segundo, pues al estar escaldado previamente y cortado muy fino, se cocina rapidísimamente.

Veréis que no precaliento el horno antes de introducir los calabacines: de esta forma, se aprovecha todo el calor hasta que el horno alcanza la temperatura deseada, para calentar la comida. Es un truco que utilizo muchas veces si he dejado la comida preparada a falta del gratinado, por ejemplo, así, cuando la resistencia superior empieza a gratinar, ya se ha calentado suficientemente el resto del plato.

Y como el pastel de sus sobras lo he terminado de preparar en el microondas, también lo presento a En Buena Onda, el proyecto que en esta ocasión comparten Marisa y Elisa, de “Que no te falte un perejil”,



para que nos animemos a usar más este infrautilizado electrodoméstico.

Tengo que deciros que en este caso he experimentado un poco. Os cuento. Cada vez que preparo un pastel en el microondas, siempre se me queda demasiado seca la capa de arriba. Da igual que lo tape más o menos, que lo cueza con mayor o menor temperatura o tiempo, siempre queda una parte seca. Y pensé que si en horno convencional se utiliza el baño María o un recipiente con agua para humidificar los alimentos y evitar que se sequen en exceso, en el microondas tendría que valer la misma idea, aunque el tipo de calor de ambos electrodomésticos sea diferente. Pues la verdad que no sé si la idea fue o no acertada, pero el resultado ha sido un pastel muy jugoso y nada seco, tal vez por la capa de calabacín que puse tapando el relleno y no por el baño María. Tengo que seguir experimentando.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.



INGREDIENTES:


* Para el caldo de salmón:

espina central y cabeza de un salmón

1 diente de ajo pequeño

unos cascos de cebolla

1 hoja de laurel

1 ramita de perejil

4 granos de pimienta negra

1 clavo de olor

agua


* Para los calabacines:

3 calabacines, preferiblemente de piel verde clara, de al menos 16 cm. de longitud cada uno

110 gr. de salmón cocido (del recuperado del caldo)

130 gr. de salmón crudo, sin piel ni espinas

200 gr. de puerro (incluyendo un poco de la parte verde)

120 ml. de caldo de salmón

50 ml. de leche desnatada

1 tbs. de almidón de maíz (tipo Maizena)

aceite

sal

queso emmental rallado


* Para el crujiente de puerro:

el tallo verde de 1-2 puerros, sin las hojas exteriores

agua

aceite


* Y además:

una cucharilla vaciadora



ELABORACIÓN:


* Del caldo de salmón:

Disponer en una ollita la espina y la cabeza del salmón lavadas. Añadir los cascos de cebolla, la pimienta negra, el clavo, el ajo sin piel ni germen y el laurel y perejil lavados. Llenar de agua justo hasta cubrir los restos de pescado y llevar a ebullición a fuego fuerte. Cocer 5 minutos desde que rompa a hervir, desespumando cuando sea necesario. Apartar del fuego y dejar enfriar por completo.

Sacar del caldo la espina y cabeza del salmón y recuperar toda la carne posible, poniendo especial cuidado en que no quede ninguna espina. A mí me salieron 110 gr. de salmón.

Colar y reservar el caldo (sobrará). Desechar las verduras de la cocción.


* De los calabacines:

Lavar los calabacines. Cortar la base justo donde empieza a ensanchar (si se utiliza la variedad de piel verde clara, que es un calabacín un poco en forma de lágrima). Cortar un trozo de 7 cm. de largo y otro de 5 cm. de largo de cada uno de los tres calabacines. Vaciar cada cilindro resultante con la ayuda de una cucharilla vaciadora, dejando un centímetro de carne en las paredes y otro tanto en la base: la base tendrá ese grosor, aproximadamente, cuando al mirar al trasluz el interior del calabacín, veamos la sombra de nuestro dedo. Reservar la carne del interior de los calabacines.

Llenar con 9 centímetros de agua salada una cazuela lo suficientemente grande para que quepan todos los trozos de calabacín y llevar a ebullición. Disponer los cilindros de calabacín boca arriba en un cestillo para cocer al vapor o en una rejilla freidora, colocar un peso encima para evitar que floten e introducir en la cazuela cuando hierva a borbotones. Escaldar 2-3 minutos y sacar de la cazuela. Manipulando con delicadeza para no estropear al piel y con cuidado de no quemarse, vaciar el agua del interior de los calabacines y ponerlos a escurrir boca abajo sobre papel absorbente. Dejar enfriar por completo.

Cortar el salmón fresco en daditos de un centímetro de lado, como máximo y reservar.

Eliminar raíces y hoja exterior de los puerros. Cortarlos un par de centímetro por encima del principio de la parte verde y reservar el tallo verde para el crujiente. Picar menudo el resto de los puerros y reservar.

Picar muy menuda la carne del interior de los calabacines y reservar.

Disponer un fondo de aceite en un sartén honda y amplia. Calentar a fuego muy fuerte y freír hasta que se doren los dados de salmón fresco, removiendo sin cesar para evitar que se apelotonen. Sacar a un plato, escurriéndolos, y reservar.

En la misma sartén y añadiendo más aceite si fuera necesario, rehogar tapado el puerro con un poco de sal y a fuego suave hasta que esté blandito. Añadir la carne de calabacín y algo más de sal, volver a tapar y cocinar hasta que éste esté hecho y haya consumido todo el agua de vegetación. Agregar entonces la leche, 70 ml. de caldo de salmón frío y el almidón de maíz disuelto en los 50 ml. restantes de caldo. Llevar a ebullición y dejar que espese ligeramente durante un minuto. Apartar del fuego y añadir el salmón cocido desmenuzado con los dedos y el frito, previamente soltado si se hubiera apelmazado. Integrar y rectificar de sal, si procede. Dejar templar ligeramente.

Untar ligerísimamente con aceite una bandeja de horno. Rellenar los cilindros de calabacín con la farsa haciendo un poquito de copete y coronar con abundante queso emmental rallado. Disponerlos en la bandeja aceitada.

Introducir la bandeja en el horno frío y colocarla a media altura. Conectar el grill del horno y hornear 20 minutos. Si se quieren más gratinados, subir una altura la bandeja con los calabacines y gratinar hasta el punto deseado.


* Del crujiente de puerro:

Eliminar las dos o tres hojas exteriores más gruesas del tallo verde de los puerros y lavarlos. Cortarlos en tiras finas de 10 cm. de largo y escaldarlas diez segundos en agua hirviendo para que pierdan amargor. Dejar escurrir en papel absorbente.

Llevar al fuego una sartén algo más grande que las tiras de puerro con un poco de aceite. Cuando esté bien caliente, freír por tandas el puerro. Trabajar deprisa pues se quema con mucha facilidad. Sacar a un plato dispuesto con papel de cocina para que suelten el exceso de aceite.


* Del emplatado:

Disponer en un lateral del plato de servicio, un cilindro grande y otro pequeño de calabacín por comensal y en el otro extremo, unos tallos de crujiente de puerro. Servir inmediatamente.

A comer.


Y con las sobras...



Pastel de su sobras



INGREDIENTES:


recortes de calabacín

relleno (a mí me sobraron 135 gr., aproximadamente)

1 huevo de tamaño L

aceite

sal

pimienta blanca molida



ELABORACIÓN:


Batir un huevo como para tortilla, mezclar con el relleno que haya sobrado y rectificar de sal, si procede. Reservar.

Cortar recortes de calabacín en láminas de 3-4 milímetros de grosor, suficientes para forrar un cuenco donde quepa todo el relleno. Pincelar muy ligeramente cada cara y asar en una plancha eléctrica unos dos minutos por cada lado. Sacar a un plato y sazonar, sólo de un lado, con sal y pimienta blanca molida.

Forrar la base y paredes del cuenco o molde elegido con las rodajas de calabacín, con el lado sazonado hacia fuera. No es necesario engrasar el molde pues el aceite del calabacín impedirá que se pegue. Rellenar con la mezcla de huevo y relleno y colocar otra capa de calabacín a modo de tapadera, con el lado sazonado hacia fuera.

Tapar con film alimentario, practicar un agujerito en el film para que salga el vapor, introducir dentro de otro cuenco más grande con agua hirviendo de tal forma que ésta llegue hasta un par de centímetros del borde del relleno, meter ambos recipientes en el microondas y hornear a 800 watios durante seis minutos. Dejar reposar otros tres minutos dentro del microondas y sacar. Comprobar el punto de cocción pinchando el centro del pastel con una brocheta y si no estuviera hecho, hornear otro minuto a la misma potencia.

Dejar enfriar por completo tapado con el film y dentro del cuenco con agua, seguirá cuajando con el calor residual. Desmoldar en un plato y servir si se desea con mayonesa o salsa rosa. Consumir frío o a temperatura ambiente.

A comer.

domingo, 30 de agosto de 2020

Rollitos de berenjena con pollo y piña


La idea de asar la berenjena en el microondas se la vi a mi amiga Mariam en su blog Recetecum. Decidí probar y reconozco que me ha gustado el resultado. Además de esta manera, se puede utilizar menos aceite aún que en la plancha, que ya sabemos que las berenjenas son como una esponja y a la que te descuidas se empapan de aceite, razón por la cual nunca las hago fritas con miel, que me vuelven loca, pero es que no le cojo el punto a la fritura y para mi gusto me quedan demasiado aceitosas. Y mira que he probado distintas recetas, todas de autoras andaluzas, que para los fritos tienen otra mano, pero aún así no me quedan bien, así que en casa no las hago pero cuando voy al sur, creo que las pido en todos los sitios que las veo, es que están taaaan ricas...

Esta vez no quería arriesgar con el relleno y como el binomio pollo-piña siempre funciona bien, no me compliqué la existencia, aunque no puede evitar añadir el sésamo (ajonjolí) que me encanta, pero su presencia apenas se nota, ya que aporta un aroma muy tenue.

Y como cocinar en el microondas, lo que se dice cocinar no cocino, pero sí lo utilizo como pinche de cocina porque me resulta práctico para la elaboración de determinadas partes de algunas recetas, presento ésta a la iniciativa En Buena Onda que Elisa de “Que no te falte un perejil” y Marisa de “Thermofan” promueven mensualmente en sus respectivos blogs y en el que nos animan a cocinar con el horno microondas.




Gracias a ellas yo lo voy usando cada vez un poquito más ¿y vosotras?.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.



INGREDIENTES:


*Para 12 rollitos:

1 berenjena de unos 380-400 gr.

2 tsp. de semillas de sésamo (ajonjolí) crudo

50 gr. de cebolla

150 gr. de pechuga de pollo en un trozo

140 gr. de piña en conserva en su jugo (peso escurrido)

1 tbs. del jugo de conservación de la piña

pimienta blanca molida

aceite

sal

110 gr. de salsa de tomate espesa

40 gr. de queso fresco batido (tipo quark) con 0% de materia grasa

1/2 tsp. de orégano seco

queso emmental rallado


*Y además:

una mandolina


ELABORACIÓN:


Lavar la berenjena y eliminar el tallo verde. Cortar con una mandolina doce láminas de berenjena. Apartar 70 gr. de los recortes sobrantes de la berenjena, sin piel y guardar el resto para otra preparación.

Pincelar un plato con aceite y poner 3 ó 4 láminas de berenjena, según tamaño, procurando que no se monten. Pincelar cada lámina muy ligeramente con aceite, tapar con una tapadera para microondas y asar en éste dos minutos a 800 watios. Si se desean más tiernas, asar a la misma potencia en intervalos de 30 segundos hasta conseguir el punto deseado. Proceder del mismo modo con el resto de las láminas de berenjena.

Poner las semillas de sésamo en una sartén pequeña sin nada de aceite y tostar a fuego medio hasta que adquieran un tono dorado y desprendan aroma a tostado. Apartar del fuego y cuando se enfríen, machacar en el mortero hasta reducir a polvo y procurando que no suelten su aceite. Reservar.

Lavar y secar la pechuga de pollo. Cortar en tres tiras a lo largo procurando que queden todas parejas, sazonar con sal y pimienta blanca molida y asar tapadas en el microondas un minuto y medio a 800 watios de potencia. Dejar dentro del microondas un minuto, sacar y dejar que se enfríen. Una vez frías, desmenuzar con los dedos en trozos pequeños y reservar. Reservar igualmente los jugos que haya soltado la pechuga al asarse.

Cortar la piña bien escurrida en trozos de tamaño similar al pollo. Reservar.

Picar menudas la cebolla y los recortes de berenjena y pochar ambas tapadas en una sartén con un poco de sal y un fondo de aceite hasta que estén blanditas. Machacar con un tenedor, añadir el sésamo molido, el pollo, sus jugos, el zumo y la piña, mezclar y cocinar a fuego fuerte durante un minuto para unificar sabores. Rectificar de sal, si procede y dejar templar la farsa.

Precalentar el horno a 180º C con calor arriba y abajo.

Rellenar cada lámina de berenjena con una cucharada de la farsa, enrollar con cuidado para que no se salga el relleno (es un relleno suelto con tendencia a escaparse) e ir colocándolos con el cierre hacia abajo en una fuente apta para horno ligeramente aceitada.

Mezclar en un bol la salsa de tomate, el queso fresco batido y el orégano seco. Verter por encima de los rollitos, espolvorear con queso emmental rallado al gusto y hornear 20 minutos en la parte media del horno.

Servir calientes.

A comer.




sábado, 30 de mayo de 2020

Berenjena rellena de atún, espárragos y champiñones


¿Os acordáis de la quiche de relleno de berenjenas? Pues está hecha con el relleno de esta berenjena. Bueno, de ésta no, de otra que hice que como ya comenté en su día no calculé bien el relleno y me sobró una barbaridad. Como nos gustó mucho, volví a hacerla ajustando mejor las cantidades para que no sobrara relleno. Con las que os indico, se rellena una berenjena de tamaño medio de la que salen dos raciones hermosas.

He utilizado por primera vez el microondas para asar previamente la berenjena y me ha gustado mucho el resultado, tanto de la pulpa que queda tierna y jugosa, como por el tremendo ahorro de tiempo, ya que para asar la berenjena en el horno se tarda muchísimo más, motivo por el que no las cocinaba muy a menudo, dada mi habitual falta de tiempo. A partir de ahora eso va a cambiar, pues en el microondas se hacen en un momento y admiten gran variedad de rellenos, por lo que son muy versátiles.

Utilicé los últimos espárragos de mi huerto y eran finos, por lo que necesitaron poco tiempo de cocción, cosa que hay que tener en cuenta si se utilizan de tamaño medio.

Las fotos no le hacen justicia, pero es que hay días que una no está nada inspirada y salen como salen, pero dadles una oportunidad, porque de verdad que están muy ricas. Y si al final no os convencen, siempre podéis hacer una quiche...

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.


Reedito:


Lola, de Con Sabor a Huerto y Marisa de Thermofan, me han animado a que presente esta berenjena al proyecto 1+/-100, desperdicio 0 fomentado por Marisa para evitar el desperdicio de alimentos y el reciclaje en general y la verdad que sí se adapta a él, pues utilicé parte de los últimos espárragos de mi huerta y unos champiñones en conserva que compré hace tiempo y que estaban esperando pacientemente en un rincón de la despensa a que les tocara su turno.


Las dos también me han animado a que también la presente al proyecto "En Buena Onda" que Marisa y Elisa, de Que no te falte un perejil administran juntas para animarnos a utilizar más el microondas, aparatito que en la mayoría de las casas se utiliza sólo para calentar la leche y la comida. He de deciros que gracias a ellas lo uso cada vez un poquito más.


Así que como soy muy bien mandada,  allá que se va esta receta a ambos proyectos.




Ahora sí, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.




INGREDIENTES:


1 berenjena de 330 gr., aproximadamente


100 gr. de conserva de atún en aceite (peso escurrido)


40 gr. de espárragos verdes frescos finos (peso en limpio)


40 gr. de champiñón en conserva (peso escurrido)


50 gr. de cebolleta (peso en limpio)


100 gr. de salsa de tomate espesa


una punta de cuchillo roma, de pimienta blanca molida (generosa)


1/2 tsp. de orégano seco


aceite (del de la lata de atún)


sal


30 gr. de queso emmental rallado


queso de cabra curado


ELABORACIÓN:


Lavar la berenjena y sin cortar el tallo (así evitaremos que después se desarme la berenjena y nos ayudará en su manipulación), cortarla a lo largo. Realizar unos cortes en la carne de cada mitad de la berenjena siguiendo un patrón romboidal y cuidando de no llegar a la piel. Cuantos más cortes se practiquen, antes se asarán.

Colocar contrapeadas las dos porciones de berenjena en un plato llano, tapar con una tapadera apta para microondas y asar en éste 5 minutos a 800 watios de potencia. Dejar reposar otros 5 minutos dentro del microondas, sacar y comprobar el punto de cocción: si la carne no se despegara de la piel, asar nuevamente a intervalos de un minuto, con reposos también de un minuto, hasta que esté hecha. Posiblemente sólo haga falta un minuto o dos más, según lo tierna que sea.

Cuando la temperatura de la berenjena permita su manipulación, retirar la carne con la ayuda de una cucharilla y con mucho cuidado para no romper la piel. Reservar tapadas las barcas de berenjena. Picar la pulpa y reservar separadamente de las barcas.

Lavar los espárragos. Coger cada espárrago por ambos extremos y doblarlo, sin forzar, formando un arco y hasta que chasque: lo hará por la parte que ya empieza a ser tierna. Desechar (o guardar para un caldo o crema) la parte inferior dura de los espárragos y cortar la superior tierna en trozos de 2-3 centímetros de largo.

Preparar un bol con agua muy fría y reservar.

Llenar un cazo con agua, llevar a ebullición, añadir los espárragos cortados y escaldar 1-2 minutos desde que el agua recupere el hervor, según lo tiernos que sean y el gusto personal, (deberían quedar ligeramente crujientes). Escurrir e introducir inmediatamente en el bol de agua fría para cortar la cocción. Una vez se hayan enfriado por completo, sacar a un escurridor y reservar.

Escurrir el atún de su aceite, reservando éste y los champiñones del agua de conservación. Eliminar ésta y apretar ligeramente los champiñones para que suelten más agua. Picar los champiñones con un cuchillo y desmenuzar el atún con un tenedor. Mezclar ambos ingredientes y reservar.

Limpiar y picar la cebolleta menuda y pochar a fuego medio con un poco de sal, en una sartén honda y amplia con un fondo de aceite del de conservación del atún. Cuando se torne transparente, añadir los espárragos escurridos y cocinar 3 minutos, agregar la pulpa picada de la berenjena, tapar y cocinar 5 minutos, removiendo delicadamente un par de veces. Agregar el atún, los champiñones, la pimienta blanca molida y el orégano y continuar la cocción otros cinco minutos o hasta que la farsa espese. Rectificar de sal y pimienta blanca y dejar enfriar.

Cuando la farsa esté fría, añadir el queso emmental rallado y mezclar. Rellenar las barcas de berenjena y distribuir por encima unas lascas de queso de cabra curado. Disponerlas en una fuente que pueda ir al horno e introducir en éste, en frío, colocando la rejilla en la posición intermedia. Conectar el grill y calentar-gratinar hasta que se doren ligeramente.

Sacar del horno y servir inmediatamente.

A comer.