lunes, 25 de noviembre de 2024

Calamares harissa

Queda ¡horror! menos de un mes para las fiestas y aún no estoy en modo “navidad”. A este paso me pilla el toro y eso que sólo preparo comida para un día y para cuatro gatos. Claro, que también he comprobado que me inspiro más bajo presión, pero como no me espabile me veo llamando a Glovo... El segundo lo tengo claro, será un asado de lechazo o tostón, más que nada por petición popular, porque ya el año pasado me dijeron que sí, que preparo cositas muy ricas pero que mejor que hiciera un asado, que me queda muy bueno y los demás, por unas cosas u otras nunca lo hacen en sus casas, así que por ese lado me lo ponen fácil, la verdad, pero por aquéllo de llevar la contraria preferiría deleitarles con otra cosa, aunque, sinceramente, entiendo que para los demás un asado sea algo extraordinario, culpa no tienen de que en mi casa se coma con cierta regularidad y es que yo tengo una relación apasionada con el horno pues es, después de la vitrocerámica, el electrodoméstico con el que más cocino, vamos, que el día que se me estropee y el arreglo cueste más que uno nuevo me va a dar un soponcio, pues tendré que comprar uno nuevo (que si el mío se siguiera fabricando ya os digo yo que compraba el mismo modelo) y ya sabéis lo que pasa con todas las relaciones, que hasta que nos conocemos bien hay un periodo largo de adaptación y concesiones, porque no sé si os habéis dado cuenta, pero la relación cociner@-horno es tan íntima y especial como una relación de pareja, con la ventaja de que el horno no se enfurruña contigo, aunque a veces sí te lleve la contraria, jajaja... ¿o no?.

Así que este año a lo mejor pongo de entrante estos calamares, quedan super ricos y como se pueden hacer con tubos de calamar congelado, como he hecho yo, tiene la ventaja de que no hay que estar a expensas de encontrar en el mercado, en esas fechas tan complicadas, unos buenos calamares, por no hablar del precio que tendrán esos días, que esa es otra. Que sí, que con calamar de potera tiene que estar para ponerle un piso, lo sé, pero también os digo que en el mercado hay buenos calamares congelados que quedan muy dignos y ricos con esta receta. Incluso con éso que venden como pota (“se vuelva” como dicen en mi casa, porque de pota tienen lo que yo de delgada), queda el guiso muy rico. Ya os digo yo que vais a quedar de estrella michelín sin mucho esfuerzo y sin dejaros un dineral. Y para remate, como hay que prepararlos con antelación (hasta tres días sin ningún problema), no os tenéis que dar tanto “empacho” a cocinar el día crítico.

Ya se me olvidaba. La harissa en pasta es mucho más picante que la que viene en polvo. He utilizado ésta y los calamares quedan picantitos, pero no mucho, así que si tenéis de la otra, yo le pondría la mitad de la que indico y probaría el guiso, ajustando con posterioridad si fuera necesario, no sea que os quede muy picante y tengáis que beberos todo el vino de golpe para calmar el picante...

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

900 gr. de tubo de calamar congelado, descongelado y escurrido

180 gr. de cebolla

10 gr. de ajo, pelado y sin germen

2 tsp de harissa en polvo

15 gr. de pasta de tomate

125 gr. de tomate pera, pelado

50 ml. de vino blanco verdejo D.O. Rueda

100 ml. de agua

sal

AOVE

cebollino fresco, para servir

ELABORACIÓN:

Lavar los tubos de calamar y secar con papel de cocina. Cortar en cuadrados de 3-3'5 cm. de lado y reservar.

Cortar la cebolla en dados de 0'5-1 cm. de lado y el ajo en láminas finas. Reservar.

Picar los tomates en dados de 0'5-1 cm. de lado y reservar.

Poner un fondo generoso de aceite de oliva virgen extra en una cazuela. Calentar y añadir la cebolla, el ajo y una pizca de sal. Freír a fuego medio-alto y cuando la cebolla empiece a dorarse, bajar el fuego a medio y agregar la harissa. Rehogar 20 segundos y añadir la pasta de tomate. Cocinar un minuto e incorporar los tomates de pera. Pochar hasta que se consuma el agua de vegetación de los tomates y añadir los calamares. Subir el fuego a medio-alto y cocinar 3 minutos, removiendo constantemente. Agregar el vino, evaporar el alcohol durante dos minutos y verter el agua. Remover el guiso, tapar y cocer a fuego medio-bajo 25 minutos o hasta que los calamares estén tiernos.

Apartar del fuego y dejar enfriar. Llevar al frigorífico hasta el día siguiente.

Calentar los calamares, previamente atemperados, a fuego medio. Rectificar de sal y servir, espolvoreados con cebollino lavado y picado.

A comer.

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