Que yo recuerde en casa
de mi madre siempre hubo un postre casero los domingos, desde las
clásicas natillas, pasando por el flan, la leche frita, las cañas
de crema... hasta las tartas de capas cubiertas con el ahora tan de
moda buttercream (que a mí no me gustaba nada, dicho sea de paso) o
las de masa quebrada como lo que hoy os traigo. Y a diario también
solía haber algo de dulce, casi siempre bizcocho, pero también
rosquillas y pastas de té (aún me acuerdo de las que llevaban clavo
molido en la masa, una delicia) por ejemplo y por supuesto los dulces
típicos de la época del año de turno, como buñuelos y torrijas.
La verdad que mi hermana y yo éramos golosísimas y como no
engordábamos... Ella sigue sin engordar, para su suerte, pero para
mi desgracia yo cojo sus kilos y los míos. Lástima que en el
reparto de genes yo no tuviera tanta suerte...
En fin, que no vengo a
hablaros de mis cuitas, sino de esta tarta, que pertenece a un
librito de tartas dulces y saladas que tiene mi madre en su casa y
que ya le he dicho que ese lo tengo que heredar yo, a poder ser en
vida para que así os traiga alguna rica por aquí de las del
susodicho libro, en el que si no recuerdo mal, casi todas, tanto
dulces como saladas, son de masa quebrada y la gran mayoría muy
sencillas y con poquitos ingredientes.
Esta en concreto la hacía
mucho mi madre y ya hace tiempo que me pasó la receta, aunque hasta
ahora no la había cocinado yo. La he adaptado un poco y la verdad que está riquísima, con
ese interior dulce y ácido a la vez, cremoso y almendrado. De vicio.
He hecho la masa quebrada
que venía con la receta y la verdad, que no me ha gustado el
resultado, por eso no os pongo la receta de la masa y como no la
tengo en el blog, tampoco la puedo enlazar. La próxima vez hago la
que suele hacer mi madre que queda mucho mejor.
Si podéis resistir la
tentación, dejarla reposar toda la noche, pues mejora al asentarse.
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
INGREDIENTES:
* Para la base:
1 porción de masa
quebrada de unos 360 gr., aprox., casera o industrial
* Para el relleno (800
ml. aprox.):
4 huevos tamaño L a
temperatura ambiente
150 gr. de mantequilla
derretida y a temperatura ambiente
225 gr. de azúcar
blanquilla
100 ml. de zumo de limón
sin filtrar
la ralladura de un limón
mediano
100 gr. de almendra cruda
molida
una pizca de sal
mantequilla para el molde
* Y además:
1 molde redondo de
paredes bajas de 23 cm. de diámetro
ELABORACIÓN:
NOTA: Los tiempos,
temperaturas, fuentes de calor y posición de la bandeja en el horno
que se indican, son los que funcionan en mi horno. Como no hay dos
hornos iguales (ni siquiera siendo de la misma marca y modelo), cada
cual deberá adaptar la forma de cocción a su horno, aunque
probablemente las correcciones habrán de ser mínimas.
Precalentar el horno a
180º C, con calor sólo abajo.
Enmantequillar
ligeramente el molde y acomodar la masa procurando que no queden
bolsas de aire. Retirar el sobrante y reservar.
Cascar los huevos e
introducirlos en una jarra grande. Añadir el azúcar, la sal, el
zumo de limón y la mantequilla y batir con la batidora de brazo
hasta tener una mezcla homogénea. Incorporar la ralladura de limón
y la almendra molida e integrar con una cuchara.
Colocar la rejilla en la
segunda posición empezando por abajo. Poner el molde reservado en la
rejilla y verter el contenido de la jarra con cuidado, pues llegará
justo hasta el borde.
Cerrar la puerta del
horno y hornear 45 minutos. Comprobar el punto de cocción pinchando
en el centro de la tarta una brocheta: debe salir seca. Si no es así,
continuar el horneado otro par de minutos y volver a comprobar.
Una vez el relleno haya
cuajado, subir la rejilla una altura, conectar el grill y dorar 4-5
minutos, vigilando que no se queme.
Sacar la tarta del horno,
colocarla encima de una rejilla y dejar que se enfríe completamente
antes de consumir.
Si no se utiliza un molde
de base desmontable, es preferible presentarla en el molde de cocción
pues es una tarta muy frágil y el peso del relleno puede romper la
base. Además, el relleno es ligeramente blando y cremoso y se puede
hundir al voltear la tarta para desmoldarla.
A comer.