Así que, contadme, dónde tenéis planeado ir de vacaciones o “de veraneo” como dirían mis abuelas. Si es en terreno patrio, a lo mejor me dais alguna idea para mis próximas vacaciones, pues nos lo tenemos casi todo pateado y no se nos ocurre dónde ir. Y si es al extranjero me pondréis los dientes largos porque apenas hemos ido más allá de nuestras fronteras un par de veces y la verdad que ganas sí tenemos, pero el trabajo de mi pareja lo hace un poco complicado. Aún así, contadme, me servirá para distraerme mientras me aso en mi cocina, pues mi horno no descansa en todo el año, ni siquiera en verano, diría más, creo que en verano es cuando más lo uso, ya que la mayoría de las cosas que se hornean no requieren mucho trabajo previo ni estar muy pendiente del horno, de tal manera que una vez se introduce en él el alimento en cuestión, podemos irnos a otra parte de la casa más fresca y dejar que el horno haga todo el trabajo. ¿O no?.
Y como muestra de ello, este hojaldre de champiñones, cebolla y queso azul. Es muy fácil de hacer, apenas lleva elaboración previa más allá de un breve salteado de los champiñones para eliminar parte de su agua y así evitar que humedezcan en exceso la masa. La cebolla va cruda, con lo que aún se mantiene ligeramente crujiente una vez horneado el hojaldre, aportando así textura. La nata aporta humedad y suavidad y el curry aromatiza de forma tal sutil y se integra tan bien con el resto de sabores que apenas se nota su presencia, pero sí se notaría su ausencia. Que no os parezca poco queso azul; podéis aumentar su cantidad pero no os lo aconsejo, se trata de que aporte su sabor en algunos de los bocados, no de que se apodere de todo el hojaldre. No prescindáis del tomillo, le va genial a los champiñones y si podéis, utilizadlo fresco, su sabor en poco se parece al seco, pero ni no tenéis, éste también puede funcionar.
Es un hojaldre muy ligero y muy rico. Os quedaréis con ganas de repetir. Seguro.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
1 lámina de hojaldre refrigerado, de 30x32 cm., aproximadamente
250 gr. de champiñones frescos
85 gr. de cebolla morada
25 gr. de queso azul
50 ml. de nata con un 5% de materia grasa
1/4 tsp (un poco escasa) de curry en polvo
1/8 tsp de pimienta negra molida
1/4 tsp de hojas de tomillo, frescas
AOVE
sal
ELABORACIÓN:
NOTA: Los tiempos, temperaturas, fuentes de calor y posición de la bandeja en el horno que se indican, son los que funcionan en mi horno. Como no hay dos hornos iguales (ni siquiera siendo de la misma marca y modelo), cada cual deberá adaptar la forma de cocción a su horno, aunque probablemente las correcciones habrán de ser mínimas.
Sacar el hojaldre del frigorífico con diez minutos de antelación para que se atempere y sea más fácil de manejar. Una vez atemperado, sacar de su envase, desenrollar o desdoblar y poner en la bandeja del horno provista de una hoja de papel de hornear o bien utilizar el papel de soporte que suele traer el hojaldre. Pinchar toda la masa con un tenedor, hasta 1'5 cm. de los bordes. Tapar con paño limpio y llevar al frigorífico.
Precalentar el horno a 220º C (428º F) con calor arriba y abajo.
Cortar la cebolla en plumas finas y reservar tapada.
Picar el queso azul en trocitos pequeños. Dejar a un lado.
Limpiar los champiñones con papel de cocina para eliminar los restos de tierra. Una vez limpios, cortar en láminas de 4-5 milímetros.
Poner una pizca de aceite de oliva virgen extra en una sartén amplia, calentar y agregar los champiñones. Sin dejar de remover, dorarlos a fuego muy fuerte durante dos minutos, añadir la pimienta negra y las hojas de tomillo y dorar otro minuto. Apartar del fuego, salar ligeramente y enfriar.
Mezclar en una taza la nata y el curry.
Sacar el hojaldre del frigorífico. Pincelar con la mezcla de nata y curry sin llegar a los bordes, distribuir por encima la cebolla de forma homogénea, esparcir los champiñones enfriados y repartir el queso azul.
Introducir la bandeja en el horno colocándola en la segunda posición empezando por abajo. Hornear a 220º C (428º F) con calor arriba y abajo durante 18 minutos.
Sacar el horno y servir templado.
A comer.