He utilizado la mitad del peso de la harina, de harina de trigo integral, aprovechando que con el color que le da el preparado para chocolate a la taza, pasa desapercibida, que por aquí hay quien no es muy aficionado a los productos integrales. También el cacao disimula un poco su sabor, así que, si como a mí os ponen pegas a la utilización de esta harina, en este pan ni la notarán.
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
255 ml. de leche desnatada, a temperatura ambiente
150 gr. de yogur tipo griego con un 2% de materia grasa, a temperatura ambiente
1 tsp de sal marina fina
2 tsp de azúcar blanquilla
300 gr. de harina de trigo de todo uso
300 gr. de harina de trigo integral
80 gr. de preparado en polvo para cacao a la taza (he utilizado Lacasa)
7 gr. de levadura seca instantánea de panadería
80 gr. de uvas pasas sultanas sin pepitas
ELABORACIÓN:
Verter en un bol la leche y el yogur. Mezclar con unas varillas manuales hasta que ambos ingredientes estén perfectamente integrados y reservar.
En otro bol, tamizar juntas las harinas y el preparado para cacao a la taza, incorporando al bol el salvado de trigo que vaya quedando en el tamiz. Reservar.
Sacar la cubeta de la panificadora e introducir los ingredientes por éste orden: mezcla de leche y yogur, sal, azúcar, mezcla de harinas y cacao y levadura instantánea en polvo.
Colocar la cubeta en el interior de la panificadora. Cerrar la tapa y conectar el aparato. Seleccionar el programa 4 (dulce), peso 1 kgr. y tueste bajo.
Cuando la máquina emita los tonos de aviso para incorporar ingredientes adicionales a la mitad del segundo amasado, sin sacar la cubeta incorporar las pasas, cerrar la amasadora y dejar que continúe con el programa.
Cuando la panificadora emita los tonos de aviso en la segunda fermentación, sacar la cubeta y con las manos húmedas quitar las palas amasadoras e introducir éstas inmediatamente en un bol con agua que las cubra para facilitar su posterior limpieza.
Al sacar las palas de la masa, es probable que ésta se haya dividido en dos o tres trozos, así que, con las manos todavía húmedas, sacarla a una superficie limpia y ligeramente húmeda (es una masa bastante tenaz aunque un poco pegajosa, pero se maneja bien) volver a unirlos sin manipular demasiado (sólo hay que juntar los trozos, no amasar) evitando burbujas de aire, introducir nuevamente la masa dentro de la cubeta y acomodarla. Colocar nuevamente la cubeta en la panificadora y continuar con el programa.
Una vez finalizado el programa, desconectar la panificadora, abrir la tapadera y sin sacar la cubeta de la máquina, dejar reposar el pan cinco minutos. Pasado ese tiempo, desanclar la cubeta, colocarla ligeramente oblicua por encima de los anclajes y sin sacarla de la panificadora, dejar otros cinco minutos dentro de la máquina. Sacar la cubeta y sin desmoldar el pan, colocarla encima de una rejilla durante otros 10 minutos. Finalmente, desmoldar y dejar enfriar por completo sobre la rejilla lejos de corrientes de aire. De esta forma, al enfriarse despacio, se arrugará menos la superficie del pan, endureciéndose ligeramente la corteza, lo suficiente para que al darle la vuelta no se aplaste y pierda su bonita panza.
No dejar el pan dentro de la cubeta más tiempo del que se indica, pues el calor residual va a formar humedad que no interesa que absorba la corteza del pan.
Una vez frío, introducirlo en una bolsa de plástico para que se conserve tierno por más tiempo.
A comer.
Me llama la atención lo de la panificadora, tiene que ser una gozada hacer panes tan ricos como el tuyo, ideal para una merienda de lo más casera. Para los negados a las masas como yo, debe resultar mucho más fácil. Me quedo con la idea... Besitos preciosa!
ResponderEliminarHola Mariam. Las masas y yo tampono nos entendemos, así que la panificadora es ideal para esos casos. Hasta ahora sólo he hecho panes tipo molde, más densos y más pan-pan que los comerciales y quedan muy ricos. Tengo que seguir experimentando con ella, a ver si entiendo el porqué de algunos estrepitosos fracasos, que también los he tenido.
EliminarEste pan quedó muy bueno y se ha mantenido tierno hasta que lo hemos consumido, que con estos calores no pensé yo que fuera a durar tanto en buenas condiciones.
Disfruta del fin de semana. Un beso.
Qué combinación tan interesante para hacer un pan, las pasas tienen que darde un gustillo muy rico. Casi que parece un bizcocho. Qué bueno poder comenzar el día con una buena rebanada...
ResponderEliminarAbrazos!
Hola Javier. Es cierto, puede parecer un bizcocho y a la vista engaña, pues cuando luego lo pruebas ves que es pan, un pan un poquito dulce, pero pan. Bueno para empezar el día, bueno a media tarde...
EliminarUn abrazo.