lunes, 17 de junio de 2024

Lechazo en salsa

¿Porqué la carne de cordero tiene tan pocos adeptos? Con lo rica que está y la de formas en la que se puede cocinar, pero a la gente le hablas de comerla y arruga la nariz. Es más, su consumo es cada día menor; no hace muchas semanas escuchaba en un informativo que este hecho, unido a la falta de relevo generacional, estaba teniendo como consecuencia el cierre de muchas granjas dedicadas a la cría de ganado ovino. Si la cosa no cambia, ni os cuento el precio que van a tener tanto la carne de cordero como los quesos de oveja de aquí a unos años. Y las de porcino y vacuno, igual. Y es que la pequeña ganadería se muere, al menos en mi zona, cada día más despoblada, donde casi ningún joven quiere ser ganadero y los mayores ya sólo piensan en jubilarse y cerrar, lo que no me extraña, pues es un trabajo esclavo al que los millones de trabas administrativas, papeleos y constantes cambios legislativos no ayudan lo más mínimo. Supongo que les pasará lo mismo a los criadores de aves de corral y de conejos, no conozco a nadie de ese sector y por supuesto, en más zonas que ésta, porque si no no habría habido las tractoradas de hace unos meses, que no sé si al final se consiguió algo significativo o sólo migajas, pues hoy en día el ritmo de vida es tan veloz que hasta las noticias pasan deprisa de una a otra, de tal forma que pocas permanecen mucho tiempo en portada, siendo rápidamente sustituidas por otras que nos hacen olvidar pronto las anteriores.

Antes de que la falta de lechazo o su alto precio se convierta en una realidad que me haga olvidar su sabor porque la pensión no me llegue para pagarlo, seguirá siendo un habitual en mi cocina, pues ya sea la receta más o menos elaborada siempre queda delicioso y para muestra, un botón, como suele decirse, o lo que es lo mismo, la receta que os muestro, hecha con lo mínimo y que está para chuparse los dedos. Así y a la sepulvedana, es como más veces cocino el cordero, pues es una carne que con poco, enamora. Dadle una oportunidad, lo merece.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

1 kgr. de lechazo (cordero lechal), con hueso

125 gr. de cebolla

15 gr. de dientes de ajo, pelados

2 ramas grandes de perejil fresco, sólo las hojas (5 gr., aprox.)

harina de trigo

sal fina

sal gruesa

AOVE

agua

ELABORACIÓN:

Lavar y secar el lechazo. Retirar el exceso de grasa y cortar en trozos de dos bocados, aproximadamente. Reservar.

Picar la cebolla muy pequeña y dejar a un lado.

Disponer un fondo de aceite de oliva virgen extra en una sartén amplia y llevar al fuego. Añadir la cebolla con una pizca de sal fina y pochar a fuego medio-bajo hasta que la cebolla se torne blanda y transparente. Sacar la cebolla, escurriendo todo el aceite y pasar a una cazuela.

Enharinar ligeramente los trozos de carne sacudiendo el exceso y dorar a fuego medio-alto, por tandas, en el aceite sobrante, añadiendo más si fuera necesario. A medida que el lechazo se vaya dorando, pasarlo a la cazuela donde está la cebolla.

Majar en el mortero los dientes de ajo golpeados, las hojas de perejil lavadas y una pizca de sal gruesa, hasta formar una pasta. Añadir el majado a la cazuela, así como un poco del aceite sobrante de la fritura, previamente colado, agua necesaria hasta casi cubrir la carne y sal al gusto. Tapar y cocer a fuego medio, hasta la que la carne esté tierna, unos treinta minutos. Si se desea reducir la salsa, cocer los últimos minutos a fuego alto y sin la tapadera puesta.

Rectificar de sal y servir.

A comer.

6 comentarios:

  1. Buenos días Isabel: me alegro de verte de nuevo por la blogosfera, si eso significa que tu pierna ya está bien, la alegría es doble, no hay nada más fastidioso que no poder hacer las cosas por obligación.
    Voy a la receta. A nosotros nos gusta la carne de cordero, es más, en las celebraciones suele haberlo, pero entre que está desapareciendo porque sé de buena tinta que es un trabajo que ninguna persona joven quiere, por lo esclavo que es, y es lo primero que te quita el médico ante un problema de colesterol y ácido úrico, se junta el hambre con las ganas de comer. Tu plato no solo me parece buenísimo, además es de lo #másfácilimposible, si se le quita la grasa sobrante, no le queda tanta para comerlo. Si por mi fuera, ¡larga vida al cordero!
    Un beso. Bienvenida a tu casa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes Lola. Aquí estoy, no al cien por cien pues aún continúo en rehabilitación y usando una muleta, pero ya bastante bien, que por fin lo puedo decir, ya que hasta hace bien poco sólo estaba regular. Ganitas tengo de volver a mi vida normal, me hice ilusiones pensando que el proceso de recuperación iba a ser corto y al no ser así, creo que por eso se me está haciendo tan pesado.
      También en mi casa el cordero es carne de fiesta, no tanto de diario como antes, por el mismo problema de salud del que hablas, aunque como bien dices, si se le quita toda la grasa posible antes de cocinarlo y luego, si le queda, se le quita al guiso, se puede comer perfectamente dentro de una dieta sana y equilibrada. Entre eso y lo facilona que es la receta, no hay excusa para no hacerla.
      Un beso Lola. Gracias por tu bienvenida.

      Eliminar
  2. Buenas noches, Isabel.
    Ya he leído en tu respuesta, al comentario de Lola, que andas mejor, y me alegra. Estos procesos de rehabilitación son tediosos, y la verdad es que la cabeza no da para mucho más, a mi me ha pasado en varias ocasiones, y se me hicieron eternos, pero bueno, cuando sales de ellos, lo cuentas hasta con pasión, jajaja…
    A mi me encanta la carne de cordero, y como te he contado en otras ocasiones, hace años que no la como, en casa nadie la quiere, y para mí sola, no me motiva hacerla, aunque unas chuletitas, sí que caen de tarde en tarde.
    Es una pena que se pierdan estas tradiciones, ¡ojalá! Y algo bueno sucediera, como abrir las puertas a otros mercados, ayer vi en agrosfera, un programa de La2, que Marruecos está importando cordero español, por su calidad y precios más asequibles, nunca se sabe donde puede estar la solución, bienvenido sea, si así no se pierde este tipo de ganadería en España.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Concha. Eterno no, lo siguiente, como dicen ahora los jóvenes, esos mismos que no quieren saber nada del campo, lo que por una parte no me extraña, según se está poniendo el panorama... Algunas veces veo ese programa, lástima que me lo perdí. No sabía que Marruecos importaba cordero. ¿Vivo o las canales? Imagino que lo segundo, pero al paso que va la cosa, como aquí no se produzca, poco se va a poder exportar, ni animales ni carne.
      Hasta que el lechazo se convierta en artículo de lujo por su escasez, seguiremos disfrutando de él de las muchas formas que se puede cocinar, desde las más elaboradas como una pierna rellena, a las más sencillas, como unas chuletillas fritas, a las que no le diría que no, si ahora me las pusieran delante, jjj...
      Un beso.

      Eliminar
  3. Querida Isabel. No veas cuánto me alegra saber que te vas recuperando, ya te dije que he pasado por temas parecidos y no es sencillo. Tal vez la inmovilización y después muletas y rehabilitación, son lo peor pero después, al hacerse tan largo, parece que no termina nunca. Creo recordar que te aconsejé que no dudes en alargar la rehabilitación todo lo que puedas porque a la larga, las secuelas aparecen y con la edad y la menopausia, más. Espero que pronto puedas volver a tu vida normal y que se quede todo en un mal recuerdo.
    No como cordero porque aquí no está bueno, pero sé cómo sabe el lechazo porque lo he probado en Valladolid y me gustó mucho.
    Es una pena que tanto la agricultura como la ganadería estén tan atacadas por tantos flancos y desde Europa, con la recién aprobada Ley de transición ecológica, mucho más. La gente joven no está por la labor de seguir y es una pena que en un país como el nuestro, se vayan perdiendo tradiciones y trabajos tan necesarios. No sigo porque me entristece.
    Como siempre, nos presentas un plato de lujo y haces bien, cocina lechazo porque si como dices, su futuro es incierto, nadie como tú para cocinarlo con gusto.
    Besos, cuídate y que te mimen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días Marisa. En verdad que se está haciendo muy pesado, pero confío en que ya me quede poco para volver a mis rutinas diarias. A ver qué dice el médico, pues en general me encuentro bastante bien. En las secuelas prefiero no pensar, porque por desgracia alguna quedará o a lo mejor no y me recupero como una chavalina de 14 años... No caerá esa breva, jajaja...
      En esta zona podemos presumir de tener un lechazo muy bueno, la I.G.P. Lechazo de Castilla y León garantiza unos altos estándares de calidad y eso se nota. Existen más figuras de calidad en nuestro país, como por ejemplo el I.G.P. Ternasco de Aragón (riquísimo) y en verdad que merece la pena pagar la diferencia de precio y consumir estas carnes certificadas. Conste que también consumo cordero "de padre desconocido", pero si el carnicero no es de confianza, eso ya es jugar a la lotería. La lástima es que con el abandono del campo no sé yo que futuro le espera a estas ganaderías, pues la mayoría está en manos de pequeños productores para los que no hay relevo generacional. También a mi me entristece.
      Sí me miman, demasiado. A este paso me voy a mal acostumbrar y luego va a ser peor, jjj...
      Un beso.

      Eliminar