Decidí arriesgarme, de lo que me alegro mucho porque han quedado riquísimas. El sabor que predomina es el de la naranja, quedando de fondo el de la ginebra, que mi paladar no reconoce pues es un licor que no consumo pero mi pareja dijo que sí, que dejaba un ligero y sutil regusto a ginebra.
Como la receta surgió de la necesidad de utilizar un licor que de otra manera no se hubiera consumido, es mi propuesta de este mes para el proyecto 1+/-100, desperdicio 0
Una apuesta arriesgada que resultó muy acertada. Sé que en general la gente no es muy fanática de este tipo de casquería, pero si a alguien le gusta, le animo a que cocine estas mollejas. Se enamorará de ellas.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
1 kgr. de mollejas (cachuelas) de pollo, limpias
150 gr. de cebolla
2 dientes de ajo grandes, con piel
70 ml. de ginebra
1 pastilla (10 gr.) de caldo concentrado de pollo
10 ml. de salsa Worcestershire
4 bayas de enebro
1 tsp de ralladura de naranja (la piel de una naranja pequeña, aprox.)
2 tsp de almidón de maíz (maizena)
agua
AOVE
sal
ELABORACIÓN:
NOTA: Los tiempos de cocción que se indican lo son para una placa vitrocerámica de inducción. En el caso de utilizar otra fuente de calor (eléctrico, gas, halógeno), los tiempos variarán, debiendo ser adaptados. Lo mismo ocurre en caso de utilizar otra olla a presión o una cazuela convencional.
Lavar las mollejas minuciosamente bajo un chorro fino de agua, retirando los posibles restos de grasa, piel y suciedad. Escurrir.
Cortar la cebolla en plumas finas y reservar.
Lavar los dientes de ajo, con piel. Reservar.
Dar un golpe a las bayas de enebro con la mano de un almirez o ayudándose con la hoja plana de un cuchillo. Dejar a un lado.
Lavar y secar la piel de naranja. Rallar con un rallador fino tipo Microplane y reservar tapada.
Poner un fondo generoso de aceite de oliva virgen extra en la olla rápida WMF y llevar al fuego. Freír la cebolla a fuego medio y cuando empiece a dorarse, añadir los dientes de ajo y cocinar un minuto. Agregar las mollejas, mezclar, subir el fuego a alto y cocinar, sin dejar de remover, justo hasta que cambien de color. Incorporar entonces la ginebra y evaporar el alcohol durante un minuto.
Añadir a la olla 50 ml. de agua, la salsa Worcestershire, la pastilla de caldo de pollo desmenuzada, las bayas de enebro, la ralladura de naranja y una pizca de sal, remover y levantar el hervor, colocar la tapadera de la olla y cocer 15 minutos contados desde que la válvula suba completamente.
Transcurrido el tiempo, apartar la olla del fuego y dejar bajar la válvula por completo. Abrir la tapa, retirar y desechar los dientes de ajo y devolver la olla al fuego.
En una taza seca, disolver el almidón de maíz en un poco de agua y agregar a la olla. Llevar nuevamente a ebullición y cocer a fuego medio 3 minutos o hasta que espese la salsa.
Rectificar de sal, si procede y servir.
Mejoran de un día para otro.
A comer.
Buenos días de lunes Isabel. La casquería en general me gusta, los arroces y sopas que la llevan me pierden, sin embargo mollejas en salsa no he preparado. Te han salido buenas de verdad, sin probarlas lo sé, esa salsita no puede quedar mal. También utilizo en la comida botellas de bebida que no consumimos, algunas veces incluso de marca, que da pena usarlas según me dicen, pero si estorban en la despensa, a la olla que van. Además, según Arguiñano, cuanto mejor sean los ingredientes que usemos, más rica estará la receta. Pues ya está, es lo que has hecho.
ResponderEliminarUn beso.
Buenas noches Lola. A mí también me dicen lo de que qué pena usar un vino o licor bueno para cocinar, pero no es por que lo diga Arguiñano, bien es sabido que cuanto mejor sea la materia prima, mejor el resultado. En cualquier caso, antes de que el licor en cuestión se estropee, mejor usarlo, que no porque nos lo hayan regalado hay que tirarlo. Y si acierto a preparar unas mollejas tan ricas como éstas, miel sobre hojuelas, jjj...
EliminarUn beso.
Buenos días Isabel. Quien sabe, si por esta casualidad, hayas descubierto una salsa que podría pasar a ser una de las clásicas , en un futuro, de hecho muchas de las cosas que hoy son un básico imprescindible de cocina, incluso grandes platos y salsas, surgieron por casualidad, tal fue el caso de la popular salsa al whisky sevillana, para el solomillo, que surgió en los ‘80 en un bar, cuando en cocina fueron a echar mano del vino, para cocinar una salsa a la casera, y al no tenerlo, fue sustituido por brandy, como gustó mucho, la siguiente vez, pasó exactamente lo mismo, pero con el brandy, y echaron mano del whisky, con la consecuencia que gustó aún más, por lo que se hizo famosa, cocinándose indistintamente con un licor u otro, doy fe de ello, y la clientela rebaña los platos, jajaja….
ResponderEliminarHace siglos que no como mollejas, mi madre solo la cocinaba cuando el pollo, entero, traía todo dentro, y había que limpiarlo en casa, hoy en día no está permitido por sanidad, y te lo venden todo limpiito, por lo que es una ventaja. Alguna vez lo he visto en el mercado, aunque a mí me gusta, a mi marido no se lo haría pasar ni camuflado en tu riquísima salsita, así que no me quedará otra que probar la salsa, con otro tipo de carne, que seguro también quedará deliciosa.
Besos y feliz lunes.
Hola Concha. Bueno, nunca se sabe, aunque va a ser que no, si tuviera un bar, podría repetirse la historia que cuentas que la recuerdo de cuando la contaste en DBM, pero como no creo que la salsa salga fuera de mi cocina... Y lo merece, porque está muy rica. Hecha con un buen caldo casero de pollo, le tiene que ir muy bien a unos escalopines de pollo, pavo o solomillo de cerdo. Habrá que probarlo.
EliminarRecuerdo esos pollos. Como siempre he sido muy cocinillas, ya siendo cría limpiaba yo la molleja, de las pocas cosas que mi madre me dejaba hacer, pues los fogones eran su reino y allí absolutamente NADIE metía cuchara, literal, jajaja...
Un beso.
Molto appetitoso questo pollo, grazie!!!
ResponderEliminarSono molto felice che ti piaccia.
EliminarHola Isabel. Empecé a escribir el comentario anoche y no sé qué pasó, que se quedó a medias. Ahora vuelvo porque ni me acordaba. Esta cabeza...
ResponderEliminarYa ves si tienes arte que has cambiado un licor por otro y el resultado es de diez. Si además tu pareja le ha dado el visto bueno y aprecia que se note la ginebra, ya tienes claro que puedes repetir la salsa más veces hasta que vayas gastando esas botellas.
A mí me encantan las mollejas y tengo una receta en el blog que le copié a Elisa. Solía comer muchos sesos y rebozados, ni te digo lo que los disfrutaba. Como ahora tienes que encargar la casquería porque no tienen, ni me acuerdo y es una pena porque se está perdiendo la costumbre de cocinarla y comerla.
Como siempre, tu receta en la olla rápida y con tu mano experta es otra delicia a tener en cuenta. Me alegra tenerte de nuevo en el proyecto.
Un beso grande y gracias.
Hola Marisa. Dudé mucho en utilizar la ginebra y estuve por sustituirla por ron blanco, que ya conozco sus resultados y también tengo una botella abierta desde ni sé el tiempo. Pero al ver tal cantidad de botellas de lo mismo, me lancé, pues mal tampoco iba a quedar. Y me alegro mucho, porque de verdad que quedaron riquísimas.
EliminarPor suerte aquí se sigue consumiendo y comercializando mucha casquería. Creo que ya he contado que no hay barra de bar tradicional que se precie que no tenga algún guiso de casquería entre su oferta. Y por cierto, me has recordado que hace un siglo que no hago sesos de ternera, con lo que me gustan. Tengo que ir por el mercado, a ver si los encuentro, pues aunque es cierto que se sigue consumiendo mucha casquería, también lo es que no toda y los sesos, por ejemplo, sí va siendo más difícil encontrarlos.
Un beso.
Hola Isabel!
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi Blog y me alegra que el pollo al curry os gustara.
Desde pequeña no como mollejas de pollo y mira que me encantan.
El plato se ve delicioso aunque cambies la bebida de alcohol.
Esto también lo suelo hacer. Hay que adaptarse a lo que se tenga ;)
Besos ♥
Hola Pepi. No tienes porqué darlas; en realidad soy yo la que tiene que agradecerte la receta, es de diez.
EliminarFue un cambio afortunado, habida cuenta que nunca había cocinado con ginebra y podría haber acabado en desastre, pero por suerte no. No es la primera vez que cambio el licor, pero siempre a alguno del que conozca el resultado, aunque cada vez me arriesgo más. Llegará el día en que la comida se la coman mis perritas y ellas tan encantadas, seguro, jajaja...
Un beso.
No las he he probado nunca y quiero hacerlas porque en casa sí gustan. Viendo las tuyas se ven sabrosas y con ese toque de ginebra tienen que estar buenas. Trabajé en un italiano donde le ponían ginebra a algunas salsas y quedaban sorprendentes, así que tus mollejas debieron quedar de cine. Besos guapa!
ResponderEliminarHola Mariam. Anímate y hazlas, seguro que te gustan. Le puse ginebra porque tenía tres botellas pero nunca he visto que se utilice para cocinar, aunque ya suponía que no iba a ser yo la primera y me alegra mucho que me comentes lo del restaurante italiano porque así me animaré a usarla más sin pensar que la gente va a pensar que estoy "loca" por poner ginebra en los guisos, jjj...
EliminarUn beso guapa.
Beautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarGracias por la receta. Te mando un beso.
ResponderEliminarMe alegra que te guste.
EliminarDelizioso il pollo così cucinato!!!
ResponderEliminarLa verità è che è difficile non ripeterlo.
Eliminar¡Hola, Isabel! Las mollejas son bastante desconocidas, como otras muchas cosas dentro de la gastronomía. A mi me encantan, aunque hace décadas que no las como. Nunca las he cocinado, siempre las disfruté elaboradas por mi madre.
ResponderEliminarTu receta me parece muy original, le has añadido ingredientes que se salen de lo habitual.
Feliz martes. Bstes.
Hola Emma. Es verdad, hay mucha gente que no sabe lo que son, con lo buenas que están. Esta es una receta muy fácil, perfecta para que te animes a cocinarlas por primera vez, seguro que te gusta mucho.
EliminarUn beso.
Isabel, está claro que hay que probar y experimentar en la cocina, a veces el resultado sorprende y ya tenemos una receta nueva. Te confieso que en mi vida he probado unas mollejas de pollo, sin duda esta sería una buena forma de hacerla, con este toquecillo a ginebra, que ya veo que tú no notaste mucho, pero sí tu pareja
ResponderEliminarAbrazos
Hola Javier. Pues tienes toda la razón, el sabor de las mollejas me sorprendió mucho, no lo imaginaba así y he de decir que estaban buenísimas. Pues en verdad, no sé si porque desconozco su sabor, no distinguí la ginebra. El caso es que notaba un sabor diferente, buenísimo, pero no lo identificaba con una salsa hecha con alcohol, no tengo el paladar tan agudo.
EliminarUn abrazo.