lunes, 1 de julio de 2024

Pastel de bacalao, verduras y patata

Receta de aprovechamiento de unas patatas ya muy arrugadas, de una cabeza y espinas de un bacalao fresco hermoso y de un resto de champiñones que me habían sobrado de otra receta. Con eso y poco más preparé este pastel que además de estar muy bueno, cunde mucho y sale económico. La elaboración parece larga aunque en realidad no lo es, sólo es cuestión de organizarse e ir aprovechando los tiempos de enfriamiento de las partes de la receta que así lo requieren para ir preparando las demás y si se usa un resto de pescado cocido o guisado, puré instantáneo y/o caldo de pescado preparado, se abrevian muchísimo los tiempos.

Se puede degustar caliente, templado o a temperatura ambiente, aunque como más nos ha gustado ha sido templado. Las sobras admiten bien el calentamiento en el microondas a temperatura baja. Comimos tres días (somos dos en casa) y el pastel se conservó en perfectas condiciones hasta el final, por lo que es ideal no sólo como aprovechamiento, sino también para prepararlo con anticipación. Y por supuesto, para que coman pescado los más reticentes de la casa, esos a los que hay que disfrazárselo para que no protesten mucho.

Es primero de mes y la receta se va al proyecto 1+/-100, desperdicio 0

que Marisa, desde su blog Thermofan, promueve para evitar el desperdicio de alimentos y fomentar el reciclaje en general.

Espero que la receta os guste tanto como nos ha gustado a nosotros.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

*Para el caldo de pescado:

Cabeza y espinas de un bacalao fresco

25 gr. de apio

30 gr. de cebolleta

1 hoja de laurel

agua

*Para el pastel:

400 gr. de patatas peladas y troceadas

180 gr. de bacalao cocido (obtenido de preparar el caldo de pescado)

60 gr. de cebolleta

100 gr. de pimiento amarillo

100 gr. de guisantes congelados

65 gr. de champiñones

80 ml. del caldo de pescado, aproximadamente (reservar el sobrante para otros usos)

margarina

pimienta negra molida

sal

aceite

cebollino

*Y además:

un molde desmontable de 16 cm. de diámetro

papel sulfurizado (optativo)

ELABORACIÓN:

*Del caldo de pescado:

Poner en una cazuela la cabeza y espinas, lavadas, de un bacalao fresco, el apio, la cebolleta y la hoja de laurel. Cubrir con el agua justa y llevar a ebullición. Hervir 10 minutos desespumando cuando sea necesario. Apartar del fuego, ponerle una tapadera y dejar enfriar.

Una vez frío, desechar el apio, la cebolleta y el laurel. Recuperar cabeza y espinas y sacar todo el pescado. Colar el caldo y reservar éste y el bacalao por separado.

*Del pastel:

Cocer las patatas al vapor en la olla rápida WMF durante 13 minutos. Una vez finalizado el tiempo, dejar la olla a un lado, sin abrir, para que las patatas se mantengan calientes mientras se prepara el relleno.

Escaldar los guisantes congelados durante dos minutos en agua hirviendo con sal. Refrescar con agua fría para detener la cocción, escurrir y reservar.

Picar en trozos no más grandes que los guisantes, la cebolleta, el pimiento amarillo y los champiñones Reservar por separado.

Poner un fondo de aceite en una sartén y calentar. Añadir el pimiento y una pizca de sal, tapar y cocinar a fuego medio-bajo hasta que esté casi hecho. Agregar la cebolleta y cocinar hasta que esté tierna y transparente. Incorporar los champiñones y cocinar tres minutos más. Dejar templar y añadir el bacalao, los guisantes y sal al gusto. Mezclar delicadamente y reservar.

Sacar las patatas de la olla y pasarlas por el pasapurés o chino. Sazonar con sal y pimienta al gusto y agregar 80 ml. de caldo de pescado. Trabajar las patatas hasta conseguir un puré fino, homogéneo, suave y ligeramente espeso. La cantidad de caldo necesario puede variar en función de lo harinosa que sea la patata,

Untar con margarina el interior del molde y forrar con papel sulfurizado. Untar también éste, si se usa, con un poco de margarina. Poner en la base del molde la mitad del puré de patatas, extender uniformemente y añadir el relleno. Nivelar y extender por encima el resto del puré. Pintar con margarina derretida e introducir en el horno (frío) a media altura. Encender el horno y hornear con calor arriba y abajo a 200º C hasta que se dore ligeramente,

Sacar el pastel del horno, dejar templar, desmoldar y servir inmediatamente espolvoreado con abundante cebollino picado.

A comer.

10 comentarios:

  1. Buenas noches, Isabel.
    Pero qué buena pinta tiene tu pastel. Me ha parecido un reciclaje perfecto, y que me da ideas para cuando tenga ocasión y compre bacalao fresco, o merluza, yo suelo utilizar esas partes del pescado, cabeza y espina central, para hacer sopas y cremas, que congelo en botes de cristal, para mi padre, le encantan para la cena, con unos picatostes, le sienta de maravilla, aunque ahora con el calor, no las preparo porque prefiere comer cosas más fresquitas. Este pastel, si según tú, en templado es como más os gustó, habría que tenerlo en cuenta, no me ha parecido complicado, quizás un poco entretenido, pero la verdad es que resulta muy aparente y en la mesa da mucho juego, con la ventaja que no será necesario, esperar a tener unos ingredientes para reciclar, para probarlo.
    Besos y feliz semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Concha. Normalmente también preparo sopas con cabezas y espinas de pescado y aprovecho toda la carne que se obtiene al cocerlas y como solo las como yo, también congelo lo que me sobra. Sólo que en este tiempo me pasa como a tu padre, prefiero cenas más frescas, así que hago este tipo de pasteles, que con poco rinde mucho y sale barato. Con los restos del pescado y poco más se preparan rellenos que lo mismo sirven para una tarta salada que para unas empanadillas o un pastel como éste. Las opciones son casi infinitas, no hace falta más que un poco de imaginación y de eso vamos sobradas en nuestras cocinas, ¿verdad?.
      Un beso.

      Eliminar
  2. Buenos días. Si estás publicando es que estás mejor de la pierna, de lo cual me alegro.
    El pastel de bacalao nos gusta mucho, también preparo uno con patatas, algo diferente a este, pero muy bueno. Es un reciclaje excelente que igualmente se podría hacer con otro pescado como la merluza o el rape, de los que se aprovecha la cabeza en caldos estupendos. Si además aguanta bien el paso de un par de días, la receta es de lo mejorcito.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Lola. Mi pie va mucho mejor, gracias. Ya estoy en esa etapa de "unos días mejor que otros" aunque sigue dando guerra.
      Este tipo de pasteles admite cualquier pescado blanco pues su sabor suave combina muy bien con verduras y es otra forma de aprovechar la carne de cocer las cabezas y espinas, más allá de una rica sopa de pescado, que ahora, con el calor (aunque aquí no termina de llegar como debiera) va apeteciendo menos. Y sí, bien tapado con papel film, aguanta perfectamente un par de días en la nevera.
      Un beso.

      Eliminar
  3. Isabel, me alegra verte por aquí con una nueva receta, interpreto que te vas encontrando mejor y puedes ir poco a poco cocinando.

    Sobre tu pastel, decirte que has aprovechado estupendamente los ingredientes, solo hay que ver las fotos para que a uno se le antoje, el aspecto es inmejorable, me ha conquistado nada más verlo, además, soy muy fan de las recetas con bacalao y esta me ha encantado

    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Javier. Sí, gracias, voy mejor, ya van siendo menos los días malos y eso me permite cocinar un poco más.
      Este tipo de pasteles los hago con relativa frecuencia, más de carne que de pescado y es que son estupendos para reciclar restos pequeños y así hacer más variado el menú.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Querida Isabel. Perdona que no haya venido antes, mi vida no da para mucho últimamente. Ni siquiera he compartido el arroz.
    Me alegra enormemente tenerte de vuelta en esa cita tuya en el proyecto cada mes.
    Cada vez hay menos personas participantes y por eso es más de agradecer. En tu caso, me hace suponer que aunque el pie no está totalmente bien, ya te apañas cocinando y eso es bueno.
    Tu pastel es parecido a los que hacía en verano cuando íbamos a la casa de campo de mi madre. Ahora ya nada es igual y me entristece. Así y todo, que lleve bacalao con lo que a mí me gusta, me ha hecho ponerme las pilas. Es ideal para aprovechar y disfrutar al poder comerlo frío.
    Y como has preparado un rico caldo, la próxima, copia o adapta mi arroz al horno. Si es en cazuela de barro mucho mejor pero da igual si no tienes.
    A ver si participar en 1+/-100 ya es muestra de recuperación, que es de verdad muy pesada y larga.
    Muchos besos y gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Marisa. No hay nada que perdonar, faltaría más. Nuestra vida se extiende más allá de nuestras cocinas virtuales y eso es bueno. Triste sería no tener nada más que ésto.
      Estoy mucho mejor, gracias y eso hace que algunos días me pase en la cocina. Luego el pie y la pierna se me quejan de estar tanto tiempo de pie, pero ya se sabe que sarna con gusto no pica, jjj...
      Estos pasteles son estupendos porque se cocinan con poco, rinden una barbaridad y siempre gustan. Los preparo bastante con cualquier resto de carne o pescado y las verduras que haya por la nevera. A esto yo lo llamo "cocinar con poco".
      El caldo que me sobró ya lo comí, pues el de bacalao precisamente me encanta y no lo congelé. Me he quedado con tu receta para hacerla más adelante ya que ahora no tengo suficiente caldo de pescado congelado y aunque tampoco tengo cazuela de barro, lo haré en una bandeja de horno, pues me encantó por su sencillez y sabrosura.
      Un beso.

      Eliminar