En vez de complicarme la vida, podía haberme limitado a las recetas en las que se especifican las especias empleadas, pero no, yo quería la mezcla para pan de especias que se comercializa como tal, de la que, por supuesto, desconozco su contenido, pero tenía capricho. Como no iba a cruzar los Pirineos para comprarla, básicamente porque no están a la vuelta de la esquina, ni tampoco “colaba” que en este tiempo organizase unas vacaciones en esa zona porque “estuviera deseando volver”, me ha tocado darme varias vueltas por la red buscando recetas. Con ligeras variantes, la gran mayoría de las mezclas se asemejan mucho tanto en ingredientes como en sus cantidades, así que después de comparar bastantes recetas, hice mi propia mezcla, reduciendo aquí, aumentado allá y suprimiendo el anís estrellado del que no soporto ni su olor.
En unos días os enseñaré el bizcocho que hice con esta mezcla. Ya os adelanto que está (estaba, que ya voló) de muerte lenta. Mientras, os dejo la receta y me voy corriendo a preparar la maleta, que me voy el fin de semana a Valladolid a ver a mi madre. Evidentemente esta es una entrada programada; cuando se publique, espero estar durmiendo como los angelitos en la que fue mi cama hasta que me independicé.
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
8 gr. de canela en polvo
0'5 gr. de cardamomo molido (1/8 tsp, escaso)
0'5 gr. de clavo de olor en polvo (1/8 tsp)
5 gr. de semillas de cilantro (1 tbs)
4 gr. de semillas de anís verde (1'5 tsp)
2 gr. de jengibre en polvo (1/2 tsp)
0'3 gr. de nuez moscada molida (la punta de un cuchillo romo, generosa)
* Y además:
una báscula de precisión (optativa, pero muy recomendable)
un mortero
un molinillo de café
un colador de malla fina
ELABORACION:
Machacar groseramente en el mortero las semillas de cilantro y las de anís verde, mezcladas. Molerlas seguidamente en el molinillo de café en tres o cuatro tandas y en pulsaciones de no más de cinco segundos para no calentar las especias y evitar que suelten sus aceites. Tamizar con el colador cada tanda molida y reservar en un platito aparte los restos que queden en el colador.
Una vez molidas en el molinillo todas las semillas machacadas de cilantro y anís, introducir en el molinillo los restos de semillas que no pasaron por el colador y molerlas, siempre en pulsaciones no superiores a cinco segundos. Tamizarlas y devolver al molinillo los restos que queden en el colador. Seguir moliendo y tamizando hasta que la cantidad que quede sea tan pequeña que ya no la muelan las cuchillas del molinillo, aproximadamente un tercio de una cucharilla de café. Desechar estos restos.
Agregar al cilantro y al anís molidos el resto de las especias. Remover bien para que se distribuyan de forma homogénea. Introducir en un recipiente hermético y conservar en un lugar seco y oscuro.
Utilizar según demande la receta.