lunes, 21 de noviembre de 2022

Salchichas sriracha

En casa de mi madre nunca hubo la costumbre de guisar las salchichas. No es que fuera un artículo que consumiéramos mucho, pues era de la opinión de que “carne en calceta, para quien la meta” y sólo las compraba de vez en cuando en una carnicería de confianza que regentaban dos hermanos y que todo lo que tenían era de primerísima calidad y tremendamente rico, dicho sea de paso (aún recuerdo las hamburguesas, eran cuadradas y de carne-carne, no dejaban una gota de grasa en el asador y tenían un sabor delicioso). El caso es que sólo las hacía fritas, casi siempre sin guarnición, aunque ocasionalmente las acompañaba de patatas fritas o, las menos veces, de puré de patatas, que creo que sólo hacía por mí, pues siempre ha sido mi perdición, me da igual que sea casero que de caja, me lo pones delante y no tengo medida, tanto me gusta.

Al independizarme y como es lógico, reproduje en mi cocina lo que había aprendido en la de mi madre, al fin y al cabo no tenía otra escuela y además no hay nada más reconfortante que los sabores de la cocina de nuestra madre, evocadores de sensación de hogar y de recuerdos y que recién salidos de casa sin querer buscamos pues opino nos ayudan a crear cierta sensación de seguridad y estabilidad. Poco a poco o según lo más o menos cocinillas que seamos, nos vamos distanciando de las recetas maternas, probando nuevos ingredientes, técnicas y sabores, tal como ellas hicieron en su día, incrementando de esta forma nuestro recetario particular. Aún así, hay platos que seguimos cocinando exactamente igual que aprendimos en casa y no sólo porque no le cambiaríamos una coma a la receta de mamá, sino porque a veces ni se nos ocurre hacerlos de manera distinta. Tal es el caso de las salchichas, a pesar de los años nunca las había hecho de otra forma que fritas y aunque tampoco sea algo que compre mucho, un día me di cuenta de que estaba aburrida de cocinarlas siempre igual, así que me puse a pensar cómo podía prepararlas y el resultado fue el que os traigo, una receta sencilla y llena de sabor, donde las verduras aportan mucha jugosidad y la salsa sriracha el puntito picante que da vidilla al plato. Para quien no la conozca, la salsa sriracha es una salsa picante con aspecto de salsa de tomate muy espesa que le da un sabor muy bueno a los platos. Dentro de mi escasa tolerancia al picante yo la encuentro muy picante y la cantidad que he utilizado para guisar las salchichas le aporta suficiente picante para que se note pero no tanto para que anule el sabor del guiso, pero sed libres de poner la cantidad que sea agradable a vuestro paladar, porque espero que hagáis la receta, pues está muy buena.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

600 gr. de salchichas de cerdo

175 gr. de cebolla

150 gr. de pimiento verde

1 diente de ajo

100 gr. de tomate fresco

125 gr. de salsa de tomate

10 gr. de salsa sriracha

1/2 pastilla (5 gr.) de caldo de verduras concentrado

AOVE

sal

ELABORACIÓN:

Pinchar varias veces cada salchicha con un palillo o la punta fina de un cuchillo. Dejar de lado.

Pelar la cebolla y cortar en plumas de un centímetro de ancho. Lavar el pimiento y el tomate, quitar pedúnculo y semillas del primero y piel y pepitas del segundo. Cortar el pimiento verde en rodajas de un centímetro de ancho y el tomate en dados pequeños. Pelar el ajo, eliminar el germen y prensar con un prensa ajos. Reservar todos los ingredientes por separado.

Disponer un fondo de aceite de oliva virgen extra en una sartén grande y honda donde quepan todos los ingredientes. Calentar a fuego muy alto y cuando el aceite esté muy caliente, dorar las salchichas. No tienen que cocinarse, sólo dorarse por fuera. Sacar a un plato y partir en trozos de tamaño bocado. Reservar.

En el aceite sobrante, rehogar la cebolla a fuego medio-bajo. Cuando empiece a ablandarse, añadir el pimiento verde y el ajo, tapar y cocinar a fuego medio-bajo hasta que el pimiento empiece a ablandarse. Incorporar entonces el tomate natural, la salsa de tomate y la pastilla de caldo desmenuzada, remover, tapar y cocinar hasta que las verduras estén casi hechas. Bajar un poco el fuego y agregar las salchichas junto con los jugos que hayan soltado y la salsa sriracha, remover delicadamente, tapar y cocinar 10 minutos más o hasta que las salchichas estén hechas. Rectificar de sal si procede y servir.

A comer.

20 comentarios:

  1. Todas hemos reproducido las recetas de mamá cuando hemos salido de casa, aunque sí con cambios, el toque personal siempre hay que dárselo para que sea eso, personal. Por cierto, ese dicho no lo conocía. Alguna vez he cocinado las salchichas, no muchas es cierto, pero con las tuyas quizás si lo haga porque esa salsita me ha gustado, tampoco le pondría mucho picante, pues no nos va demasiado, si como dices no se nota tanto, no me importará probarlo.
    Feliz semana.

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    1. Buenos días Lola. Es natural, cuando empezamos a cocinar hacemos las recetas que nuestras madres nos han enseñado, después, cuando nos vamos soltando, ya empezamos a versionarlas del mismo modo que cocinamos platos que nunca se comieron en sus casas.
      Pues ese dicho lo decía mi madre muchísimo, lo tengo grabadito a fuego en la memoria, no se fiaba de la calidad de las elaboraciones de carne picada según dónde, como no se podía ver qué llevaba...
      Como la percepción del picante varía mucho de una persona a otra, prueba con la mitad de sriracha y sobre ahí ajustas, porque además imagino que cada fabricante le dará una intensidad distinta y es mejor volver a añadir que estropear el guiso.
      Feliz lunes. Un beso.

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  2. Buenos días Isabel, pues yo tampoco conocía ese refrán de tu madre, y eso que estoy a. Día tirando de refranero, costumbre heredada de mi madre, por cierto, y que mis niñas se ríen cuando los suelto, diciendo que cada día me parezco más a ella, y es cierto, soy Josefita rebañada, y a mucha honra jajaja…
    En casa tampoco teníamos costumbre de comer salchichas, ni antes ni ahora. Pero también, mi madre, tenía su carnicería de confianza, y en la de Curri, la pollera, las hacían frescas a diario, y la hija de mi vecina Rafaela, que trabajaba allí m le decía; 'llévatelas para las niñas, que las he hecho to' y mi madre que ponía confianza plena en Faly, nos compraba un papelón, y pasaba por la panadería de Msnolito a comprar una talega de vienas ye-yé recién horneadas, para hacernos perritos calientes o 'jodós' como ella los llamaba, Jajajaja… Y esa noche en casa era una fiesta donde no faltaban ni las papas fritas, caseras por supuesto, y el tomate y la mostaza, entonces sí que estaba todo bueno, y no como lo de ahora que todo sabe a glutamato monosódico que rabia, jajaja… Nunca he probado la salsa Sriracha, aunque sé por mi marido que efectivamente, le da vidilla al plato, la probaré.
    Intentamos hacer de nuestras cocinas, algo personal, pero cuando ponemos un plato en la mesa, a imagen y semejanza de nuestras madres, ese día nos tocan las palmas, y nos hace sentir que somos lo que somos, gracias a ellas.
    Besos guapísima y feliz semana.

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    1. Buenos días Concha. Hay tantos refranes que es imposible conocerlos todos, además que lo que se dice en una zona no se dice en otra, necesariamente. Yo, que soy mucho de dichos y refranes (me viene por ambas ramas familiares), sigo descubriendo nuevos, no te digo que cada día, pero sí con bastante frecuencia, Lo malo es que ya no los memorizo como antes y algunos son gloriosos, jajaja...
      Donde mi madre tampoco se comían muchas salchichas y menos aún perritos calientes, éramos más de hamburguesa, pero preferiblemente en pan de barra, de riche como le dicen en Valladolid o fabiola como la llaman en otros sitios o llamaban, que como "los tiempos cambian que es una barbaridad", a saber si el pan se sigue llamando así.
      Creo que más que personalizar nuestra cocina, evolucionamos. Pero si la receta materna es perfecta, la replicamos sin cambiarle una coma, no sólo porque no se puede mejorar, sino porque al placer de nuestro paladar se une el de nuestros recuerdos, que son muchas veces el mejor ingrediente del plato.
      Feliz semana. Un beso.

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  3. Isabel, en casa de pequeño tampoco recuerdo que fuese tradición que mi madre guisara salchichas. Con el paso del tiempo sí recuerdo que mi madre las comprara en una carnicería del barrio.

    Me ha gustado mucho lo que has escrito sobre tu forma de cocinar y de cómo ha evolucionado. Me siento muy identificado, creo que a todos los que nos da por meternos entre fogones tuvimos la misma escuela en casa.

    Sobre tu receta, nunca las he probado así cocinadas, no soy muy de picante, pero de buena gana lo haría, tenlo por seguro

    Abrazos y buena semana!

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    1. Hola Javier. Creo que todos o casi todos hemos aprendido a cocinar en casa de nuestras madres, aunque allí no tocáramos mucho los fogones, como es mi caso, pero mirando también se aprende y, una vez hemos volado del nido ¿quién no ha llamado a su madre para preguntarle qué llevaba aquél guiso de carne tan rico que hacía?.
      Las salchichas han quedado muy buenas y con tanto pimiento y cebolla resultan muy jugosas. En cuando al picante, me he dado cuenta que es algo que engancha, al principio sólo toleras y te gusta un poquitín, luego un poquito más, después más aún y no te digo que al final te vayas a comer los chiles habaneros a mordiscos, pero sí que se le coge gustillo.
      Disfruta de la semana. Un abrazo.

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  4. Curioso ese dicho de tu madre, jajaja.
    Sabes yo tampoco compro mucho las salchichas aunque reconozco que se pueden hacer muchos guisos con ellas y este tuyo se ve bien rico.
    Besos

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    1. Hola Raquel. Mi madre lo decía mucho, jajaja, por el mismo motivo nunca compra la carne ya picada, prefiere pedirle al carnicero que le pique el trozo que ella elija.
      Compro muy pocas salchichas, pero la verdad que son muy socorridas, las fríes y ya tienes la comida hecha, pero reconozco que cada vez me aburre más comer las cosas cocinadas de la misma forma, de ahí que se me ocurriera guisarlas. Me alegro que te gusten.
      Feliz martes. Un beso.

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  5. Yo tampoco recuerdo que en mi casa se guisaran las salchichas, como mucho con puré (y nunca con patatas fritas) pero casi siempre solo con un trozo de pan. Eso si, ahora siempre que mi padre trae muchas las guiso en platos más completitos con verduras y salen muy ricas. La salsa sriracha me gusta porque más allá de su toquecito picante tiene muchos aromas que sientan de maravilla a cantidad de platos. El tema está con dar en el punto de picante familiar (escaso para mi marido, moderado para mi y extremo para Polyanna) ;O)
    Besos y feliz semana,
    Palmira

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    1. Mi madre casi nunca le hacía guarnición, alguna patata frita de tarde en tarde porque eran del gusto de todos y muy esporádicamente con puré de patatas pues sólo me entusiasmaba a mí. Es la primera vez que las guiso y no será la última, pues me ha gustado mucho el resultado.
      Es verdad que la salsa sriracha tiene muchos más matices y sabores que el picante y le da profundidad a muchas salsas. Y con el picante, pasa en mi casa como con la sal o el azúcar, somos dos y nunca coincidimos.
      Feliz semana. Un beso.

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  6. Deben quedar muy ricas, no he probado la salsa sriracha pero por lo que cuentas debe darle un toque picantón que siempre alegra. Yo tampoco lo tolero mucho pero un puntito sí me gusta y le has dado otro toque. Besos guapa feliz semana!

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    1. Sí quedaron muy ricas y con la sriracha, diferentes y no sólo por el picante, sino por el resto de matices que aporta al plato. Te animo a que la pruebes, para mí fue todo un descubrimiento. Y de paso puedes hacer las salchichas, que están rebuenas, jjj...
      Feliz semana. Un beso.

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  7. Hola Isabel. Soy de un pueblo en el que el embutido es de mucha calidad, sobre todo la morcilla de cebolla, pero también las salchichas a las que llamamos longanizas. En casa tampoco se guisaban, lo que recuerdo más es los bocadillos de pisto en verano en los que siempre dentro iban dos. Es un recuerdo de sabor especial y que añoro.
    También ahora que es allí la feria, una festividad con muchos años de antigüedad, se ponen sobre la masa de una coca con otros embutidos y con trozos de panceta y de alcachofa. Una coca muy calorica que estoy segura te puede gustar. La tienes en mi blog como "Coca de fira". Es curioso cómo funciona el tema de los blogs, sin que la haya publicitado, la está viendo la gente y aparece en las recetas vistas estos últimos días.
    Después de este rollo nostálgico, me pongo con tu receta que me parece ideal para mi hijo, que ese sí que las devora con patatas fritas y huevo bastante a menudo.
    El toque picante y el resto de matices no lo puedo imaginar, pero debe ser un placer probar tu plato. Pongo un poco de pan.
    Besos.

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    1. Hola Marisa, El embutido hay que saber dónde se compra pues es importantísimo que la materia prima sea de calidad. Seguro que disfrutaría mucho en la feria de tu pueblo y también de esa coca que en un momento voy a ir a verte, aunque creo recordar haberla leído ya en su día,
      Tampoco yo entiendo a veces porqué de repente una receta empieza a recibir más visitas de las habituales sin que haya un motivo aparente para ello. Bueno, lo importante es que nos visiten, pues anima a seguir con el blog.
      Es la primera vez que oigo lo del bocadillo de pisto con salchichas. Suena delicioso.
      Un beso.

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  8. Es verdad que uno comienza cocinando como le ensenaron en casa, pero despues uno se rebela y experimenta y salen maravillas como estas salchichas que se ven deliciosas, a mi me encantan!
    Besos

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    1. Y a veces desastres, pero esos nos cuidamos mucho de no enseñarlos aquí, jajaja... La verdad que quedaron muy ricas y son facilísimas de hacer. No tardaré mucho en repetirlas.
      Un beso.

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  9. Hola Isabel, un refrán que no conocía pero que tiene su razón de ser. Esas salchichas tuyas serán de calidad superior, así quedan tan ricas y con esa pinta tan impresionante. Para mojar pan en la salsita y no parar. Un beso enorme!!

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    1. Mi madre lo decía muchísimo, no se fiaba de la calidad de la carne con la que se hubieran hecho las salchichas salvo si las compraba en su carnicería de confianza y ya se sabe que los refranes tienen una base muy sólida y verdadera. Estas salchichas las compro en mi carnicería habitual que todo lo que tiene es de muy buena calidad y cualquier cosa que guises con sus productos cárnicos es garantía de éxito, no hay más que ver estas salchichas, jjj...
      Un beso.

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