lunes, 8 de julio de 2024

Coulis de cerezas

El coulis es una salsa ligera que sirve para dar sabor y sobre todo color, a platos tanto dulces como salados, ya que se prepara con frutas, carnes y pescados.

El coulis de frutas se puede hacer con fruta cruda o ligeramente cocida. Con la primera es mucho más rápido, pero hay que trabajar muy deprisa para evitar que la oxidación de la fruta cambie el color final de la preparación. No todas las frutas se oxidan a igual velocidad, influyendo también mucho su punto de maduración, pero habida cuenta que se prepara con poco azúcar, es necesario que la fruta esté madura. Cocer la fruta evita que cambie mucho el color, pero también le cambia el sabor y aunque las cerezas se oxidan rápidamente, he preferido utilizarlas crudas para no adulterar su sabor. Igualmente, la cocción previa de la fruta en el almíbar alargará la vida útil del producto.

El almíbar se puede preparar sólo con agua, pero el zumo de limón ayuda a evitar la oxidación y actúa como conservante. El coulis que os muestro se conserva perfectamente al menos cinco días, siempre en un recipiente hermético y refrigerado. Más tiempo no lo sé pues fue lo que duró.

Es una salsa perfecta para emplatar, eso si tenéis arte para ello, por que lo que es la que suscribe es un desastre y mirad que lo intento, que el otro día me estuve un buen rato haciendo pruebas en un plato todas con resultados nefastos. Al final me rendí y me resigné a que la presentación me quedara como un churro y si no me creéis, no os perdáis la próxima publicación y veréis cuánta verdad hay en mis palabras.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

*Para 150 ml., aprox.

150 gr. de cerezas maduras deshuesadas (175 gr. de cerezas con hueso, aprox.)

30 gr. de azúcar blanquilla

25 ml. de agua

10 ml. de zumo de limón, colado

ELABORACIÓN:

Lavar y escurrir las cerezas.

Poner en un cazo el azúcar, el agua y el zumo de limón. Llevar al fuego y hervir a fuego medio durante dos minutos. Apartar y dejar templar.

Mientras se enfría el almíbar, eliminar los tallos de las cerezas, si los tuvieren, deshuesar y triturar con la batidora de brazo hasta conseguir un puré fino. Pasar el puré por un colador de malla fina para que quede más fino. Añadir inmediatamente el almíbar, dar un par de golpes de batidora para mezclar bien y verter rápidamente en un recipiente hermético.

Llevar al frigorífico y conservar en frío hasta su uso.

A comer.

10 comentarios:

  1. Buenos días Isabel. Si este coulis te ha durado cinco días, mucho ha sido, en mi casa habría volado antes, cuando prueban algo que les gusta, a cucharadas se lo comen. Alguna vez lo he preparado para carnes, en Navidad suelo hacer alguno parecido, no me preguntes porqué después no, porque no tengo respuesta. Solo ver el colorcito con el que queda apetece probarlo, sabes que estará bueno, sobre una cuajada o tarta de queso de rechupete lo imagino. Pendiente estoy de tu próxima receta, espero que sea pronto.
    Bss

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    1. Hola Lola. Ha durado cinco días porque lo tenía escondido, a la primera de mí misma, aunque confieso que a escondidas le he dado algún viaje a la botella, pero que quede entre nosotras, jajaja...
      Pues yo los hago en muy pocas ocasiones, es de esas cosas que se me olvidan y la verdad que los de frutas son tan fáciles de hacer que ni dan pereza, pero casi nunca me acuerdo.
      Quiero publicar el próximo lunes, pero no me comprometo.
      Un beso.

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  2. Buenas tardes, Isabel.
    Es cierto que a veces la presentación de un plato se nos resiste, pero cuando es una buena receta y está bien acompañado y guarnecido, como que tampoco hay que fustigarse si no estamos al nivel Dios, jajaja...
    Este coulis te ha quedado muy bonito, la verdad que a veces, como dices el color de la fruta cambia con la acción del calor, por corta que sea, pero siempre quedan alternativas, como la que nos enseñas, y que seguro, disfrutaremos en tu próxima receta, deseando estoy ver qué nos tienes reservado.
    Besos

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    1. Hola Concha. Los emplatados son para mí una auténtica tortura, sufro cada vez que intento hacer algo medio decente aunque sea el chorreón más sencillo y no pretendo que me queden de estrella Michelín, pero es que ni llego a estudiante de primero de restauración. No apruebo ni en septiembre, jajaja...
      Lástima que a veces no se consiga conservar el color natural de la fruta, sobre todo con la rojas. Otra alternativa es añadir colorantes, como muchas veces pienso que llevan ciertas preparaciones que se ven por ahí. Claro, que tal vez es que las fotos están super editadas, no sé.
      Un beso.

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  3. Ains amiga, los emplatados... Con decirte que buscaba en la librería un libro que hablara de ello... El dependiente me miró con cara rara, jajaja. No desesperes, la intención es lo que cuenta, de vez en cuando salen platos más bonitos que otros, lo importante es que esté rico y este coulis seguro que lo está, además del juego que da. Besos preciosa y feliz verano!

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    1. Hola Mariam. Dichosos emplatados, la guerra que dan hasta los más sencillitos... Es verdad que si el plato está rico lo está y punto pero que una buena presentación lo hace más apetecible, también es cierto.
      El coulis tan rico como las cerezas y eso que este año las nuestras no están tan dulces como otros años, aunque como es una de las frutas que más me gusta, no me ando con remilgos, jjj...
      Un beso.

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  4. Isabel, me gustan mucho los coulis, básicamente porque aportan mucho sabor e incluso frescor, por la fruta utilizada, a los platos, me atrevería a decir que en algunas ocasiones puede incluso ser el alma del propio plato. Y es cierto también ayudan a emplatar, dando color. Yo disfruto mucho cuando veo algún vídeo de emplatado en Instagram, en el que todo parece fácil, y luego te pones tú y te entran ganas de llorar jajaja

    La textura y el color del que tú nos traes hoy se ve estupenda, el sabor tendré que imaginarlo...

    Abrazos

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    1. Hola Javier. Es verdad que aportan mucho al plato. Yo no tengo costumbre de prepararlos pero debiera ser algo a enmendar.
      Llorar no lloro, pero cabrearme ni te cuento. Anda, no te quejes, ya me gustaría a mí presentar los platos la mitad de bonitos que los tuyos.
      Un abrazo.

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