martes, 5 de febrero de 2019

Patatas guisadas con sangrecilla de cordero o cerdo, en olla WMF

 
 
Hemos estado de matanza y como todos los años, mi suegra ha hecho un poco de sangrecilla. Personalmente prefiero la de cordero porque es mucho más fina, pero la de cerdo queda rica con patatas. Ya sé que ésto a más de uno le va a dar repelús, pero esto de la casquería es muy particular: seguro que mucha gente come morcilla pero no le pongas sangrecilla en ensalada, por ejemplo, que se pone malita. Y al fin y al cabo el ingrediente principal de las morcillas es la sangre...

Cuando era cría, muchos sábados por la mañana acompañaba a mi madre al mercado. Allí había una señora mayor con un caldero lleno de agua hirviendo haciendo sangrecilla de lechazo, que era lo único que vendía. Apenas tengo una imagen en la memoria de aquella mujer. Pero en mi memoria gustativa sí tengo muy vivo el recuerdo del sabor de la sangrecilla aún templada que nos íbamos comiendo mi madre y yo de camino a casa, pellizcando con los dedos los grandes dados de sangrecilla y mojándonos las manos con el agua salada que escurría de los agujeros que se forman dentro al cocerla. Cómo me gustaba. Y me gusta, aunque la última que he comido debía estar hecha con sangre de corderos grandes porque sabía demasiado a oveja y era poco fina, aunque en esto influye mucho la manera de cocerla.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
 
 

 
 
INGREDIENTES:
 
500 gr. de patatas (peso peladas)
50 gr. de cebolla
1 ajo mediano
1 hoja de laurel
1 clavo de olor
1 punta de cucharilla de pimienta negra molida
½ tsp. De pimentón agridulce de La Vera
175 gr. de sangre de cordero o cerdo
1 pastilla de caldo de carne
aceite y sal

 
ELABORACIÓN:
 
Pelar el ajo, partirlo a la mitad y quitar el germen. Reservar.
 
Picar menuda la cebolla. Reservar.
 
Lavar las patatas, pelar y cortar en trozos de tamaño medio. Al cortarlas, no llegar con el cuchillo hasta el final del corte, sino que tronchar el final del corte. De esta forma, la patata liberará almidón y espesará el caldo. Reservar.
 
Picar la sangrecilla groseramente con las manos en trozos más pequeños que las patatas o al gusto. Reservar.
 
Calentar un fondo de aceite en la olla rápida Perfect y freír el diente de ajo. Retirar y agregar la cebolla. Freírla y cuando empiece a dorarse, agregar las patatas y rehogar. Añadir el pimentón y volver a rehogar cuidando que no se queme para que no amargue. Cubrir con agua al gusto según gusten más o menos caldosas, añadir la hoja de laurel, la pimienta negra molida, el clavo de olor, la pastilla de caldo desmenuzada y un poco de sal. Cerrar la olla, subir el fuego al máximo y llevarla a ebullición hasta que suba la válvula del todo. Cocer cuatro minutos, vigilando la presión, apagar el fuego y retirar la olla. Abrir mínimamente la corredera del mango de la olla para que pierda presión y no siga cociendo. A medida que la pierda, abrir un poco más la corredera hasta que baje la válvula por completo. También se puede poner la olla bajo el chorro de agua fría hasta que pierda la presión.
 
Abrir la olla, incorporar la sangre cortada, colocar la tapadera encima y sin cerrar y llevar la fuego. Cocer dos minutos para integrar sabores, rectificar de sal, apagar el fuego, dejar reposar cinco minutos y servir.
 
A comer

 
 

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