Empieza el carnaval y mi
intención era hacer un dulce, no sé si muy carnavalero pero a mí
si se me antojaba que sí, pero en cambio os traigo una receta de
carne. ¿Qué ha pasado? Porque el dulce lo hice ayer, para
publicarlo ayer, pero no os vayáis a creer que nos los hemos comido
todo antes de poder hacerle fotos, noooo, ojalá. Pero después de
estar toda la tarde empantanada con el dichoso dulce, no hubo manera
de hacer vida de la masa. Mi pareja me decía que dejara de
desesperarme y tirara la masa pero después de tener el relleno
preparado y el horno caliente, tenía muy claro que no la iba a
tirar, primero por economía doméstica y segundo porque si te rindes
no avanzas y porque de los errores se aprende. Al final no conseguí
que la masa quedara como se supone que tenía que quedar pero la
rellené de cualquier manera y la horneé. Ahí tengo el dulce,
metido en una lata, más feo y deforme que el Jorobado de Notre Dame
y menos dulce que el personaje de Disney. Si vuelvo a internar hacer
la receta, la prepararé como me dé la gana y no como dice la
autora, porque desde luego que la receta está mal, bien por un error
de edición o bien porque la misma no está probada. No sé cuál ha
sido el caso pero sí sé el mal humor que tenía yo ayer por la
tarde.
Total que al final, ni
dulce ni ganas y ni tiempo de preparar otra cosa, ni siquiera la
entrada que en sustitución tenía que haber publicado ayer, estas
carrilleras a la naranja que llevan algún tiempo en borradores y que
hice con las de la marrana de la matanza de mis suegros, por eso
tienen ese tamaño tan hermoso, que casi parecen de ternera.
Quedaron muy tiernas y
jugosas, con mucho sabor a naranja, pero es que me encanta la
combinación de cerdo y sabores frutales, me da igual que sea
naranja, manzana, piña, ciruela, por ejemplo, creo que todas quedan
bien.
Si no se desea un sabor
tan pronunciado a naranja, reducir a la mitad la cantidad de piel y/o
sustituir parte del zumo por agua. Por cierto, que las tiras de
naranja quedan blanditas y como no tienen la parte blanca, se pueden
comer perfectamente. De hecho, están muy ricas.
Por favor, usad un piñón
de calidad, preferiblemente, si tenéis acceso a él, de Pedrajas de
San Esteban (provincia de Valladolid). La diferencia de precio merece
la pena.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
INGREDIENTES:
800 gr. de carrilleras de
cerdo
150 gr. de puerro
(incluyendo parte verde)
2 dientes de ajo grandes
3 clavos de olor
350 ml. de zumo de
naranja natural sin filtrar
la piel de media naranja
30 gr. de arándanos
secos
10 gr. de piñones
repelados
50 gr. de miga de pan
integral
pimienta negra molida
sal
AOVE
ELABORACIÓN:
En una sartén sin
aceite, tostar a fuego medio los piñones. Reservar.
Pelar los ajos, eliminar
el germen si lo tuvieren, laminar y reservar.
Eliminar las raíces y
las hojas exteriores duras del puerro y cortarlo a lo largo,
incluyendo una porción de la parte verde. Picar en medias lunas
estrechas cada mitad del puerro y reservar.
Lavar la piel de naranja.
Con la ayuda de un cuchillo muy afilado, eliminar en la medida de lo
posible toda la parte blanca y cortar la piel en tiras largas de unos
3-4 milímetros de ancho. Reservar.
Limpiar las carrilleras
de grasas y telillas, lavar y secar con papel de cocina. Sazonar con
sal y abundante pimienta negra molida. Reservar.
Disponer un fondo de
aceite de oliva virgen extra en una sartén. Calentar a fuego muy
fuerte y sellar las carrilleras por tandas para evitar que baje la
temperatura del aceite y añadiendo más aceite en caso necesario,
dándoles la vuelta una sóla vez. Sacarlas a medida que se hagan e
introducirlas en la olla WMF.
Dejar que el aceite
pierda un poco de temperatura y agregar el puerro, el ajo y un poco
de sal. Cocinar a fuego medio y cuando las verduras empiecen a
dorarse, añadir un poco de zumo de naranja y desglasar los jugos de
la sartén.
Verter el contenido de la
sartén en la olla rápida y agregar el resto del zumo de naranja, la
piel de naranja, los arándanos secos, los clavos de olor y sal.
Cerrarla y llevarla a ebullición. Cocer de 15 a 18 minutos (según
tamaño de las carrilleras) contados desde que suba por completo la
válvula. Apagar el fuego y esperar a que la olla pierda toda la
presión antes de abrirla.
Pinchar una de las
carrilleras con una aguja para comprobar el punto de cocción,
volviendo a cerrar la olla y llevándola al fuego otro par de minutos
si no estuvieran hechas.
Picar la miga de pan y
añadirle un cacillo de la salsa caliente. Empapar y deshacer el pan
e incorporar el conjunto a la olla, remover delicadamente, dar un
hervor, apagar el fuego y dejar reposar tapado cinco minutos.
Emplatar las carrilleras,
distribuir por encima los piñones y servir.
A comer.
Yo es ver una salsa con piñones y pasas, aunque en este caso sean arándanos da igual, y tirarme en picado a por ella. De hecho lo que más me gusta siempre de unas carrilleras es la salsa, pero un poco de carne también rebaño en ella. Creo que has salido ganado en el cambio, no solo porque aprenderás con la adaptación personal del dulce, también por darnos a conocer esta receta maravillosa. Pintaza tiene!
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias Lola. La carne de carrillera es muy agradecida, siempre queda bien y como tú dice, hace unas salsas riquísimas.
EliminarEl dulce lo volveré a intentar, porque creo que ya sé donde tiene el error la receta, pero entre las correcciones y las adaptaciones que le pienso hacer, no se va a parecen en nada a la original.
Un beso y feliz fin de semana.
Telepatía. Tú comentando en mi blog y yo leyendo tu maravillosa receta.
ResponderEliminarA mí también me salen recetas mal y algunas son de la maquinita. Da mucha rabia, por el trabajo, por el gasto ( si no tiene arreglo) y por la ilusión.
Me gustan las carrilleras y las suelo cocinar, también las pongo en el cocido. Las de ternera, son una delicia.
Creo que sabes que cocinar con fruta, forma parte de mis gustos culinarios. También con la perfect. Nada nuevo que no sepamos. Coincidimos y está muy bien.
Hoy he hecho dos panes, así que me invitó a tu mesa con uno bajo del brazo. Besos y feliz fin de semana.
Hay recetas que ya al leerlas se ve que no pueden salir bien, por las proporciones de ingredientes o por la técnica de cocinado, pero otras no dan la cara hasta que no las haces y eso me hace pensar siempre en la poca ética del autor, que se dedica a escribir recetas sin cocinarlas previamente para comprobar que resultan bien.
EliminarQué envidia tu pan. Ya te estoy poniendo un plato.
Un beso y buen fin de semana.
Muy buena receta y muy buenos ingredientes. Nunca la he cocinado con estos ingredientes pero veo que el resultado es imejorable. Un beso
ResponderEliminarPues anímate a cocinar carrilleras, mejor si son ibéricas. Es una carne muy rica y melosa y se cocine como se cocine, siempre quedan ricas. Y con frutas, el cerdo queda riquísimo.
EliminarUn beso.
No sé el dulce cómo estaría pero estas carrilleras son para ponerles un piso, jj. El contraste de cerdo con las frutas me parece ideal. Una salsita de lo más sabrosa. BSs guapi!
ResponderEliminarPues el dulce ni fú ni fá; muy mejorable, desde luego. Y ni comparación con las carrilleras. Como le digo a Elisa, el cerdo y las frutas maridan muy bien.
EliminarUn beso.
Qué ricas Isabel! seguro que han quedado con un sabor fantástico. Tomo nota de tu salsita que apetece un montón. Qué te voy a decir de las recetas que andan por ahí, algunas muy buenas otras no tanto, algo hay desde luego en ellas que te hacen fracasar o triunfar. Intento no copiar mis recetas y en general son de cosecha propia, esas sí están probadas y merecen un espacio en mi blog. Gracias guapa. Un beso grande.
ResponderEliminarEstaban muy buenas, sí, para repetirlas.
EliminarLo de las recetas es un tema que da para mucho. Me sienta fatal que algunas recetas de la red no estén bien, pero lo que no soporto es que esos errores se encuentren en libros impresos, pues pierdo dinero dos veces: cuando compro el libro y cuando tengo que tirar la comida que he cocinado y ha resultado incomible.
La mayoría de mis recetan también son de cosecha propia pero también me gusta probar las de otros, muchas veces adaptándolas a nuestro gusto personal y por supuesto siempre indicando la procedencia, pues valoro tanto el trabajo ajeno como el mío propio.
Un beso.