sábado, 1 de febrero de 2020

Cerdo guisado con salsa de caquis y nueces


Los caquis me gustan mucho y desde que existe la variedad Persimón, en cuanto es temporada los como todos los días, por lo que compro bastantes. A veces no calculo bien lo que voy a consumir y se me empiezan a poner blandos, sobre todo cuando ya llevan mucho tiempo cortados y se acelera el proceso de maduración.

Por otro lado, tenía ganas de cocinar algo con caqui y en un vistazo rápido que le dí a la red, ví que no había muchas recetas en las que se utilizara como ingrediente para una elaboración salada.

En esta tesitura estaba cuando me junté con bastantes caquis blandurrios, que ya cuando están así no me hacen mucha gracia y no quería hacer un postre, así que le eché un vistazo al frigorífico, otro a la despensa y un último al mueble bar (sí, soy así de antigua, tengo mueble bar), me senté a la mesa con lápiz y papel y me dispuse a dar rienda suelta a mi creatividad. Mucho debí soltarla que salió corriendo carretera abajo pues me quedé en blanco. Así tres días y los caquis amenazando con pasar al estado de “pochez”. Hasta que volví al mueble bar, cogí cuatro botellas de distintos licores y me fuí a la cocina a probarlos a ver cuál me parecía que casaba mejor con la receta que empezaba a tener medio pensada.

Había que verme, con las botellas abiertas puestas en fila en la encimera, como si fuera a hacer una cata de vinos. Sólo que yo no iba a enjuagarme la boca y a tirar el licor: soy incapaz de hacerlo, por lo que, en una ocasión, en una cata de vinos, tuve que dejarlo a la mitad porque aquéllo estaba tomando tintes peligrosos para mi equilibrio (y no hablo del mental, no, que ese ya está perdidito...). Tampoco vayáis a creer que me puse un chupito de cada, que no tenía intención de emular el chascarrillo del “pollo al whisky”. Fui probando cucharaditas de cada uno y descartando hasta que me quedé con el que me pareció que iría mejor.

El caso es que una vez elegido el licor, la receta me salió sola (a ver esas sonrisillas, que os estoy viendo), por lo que al día siguiente compré la carne y me puse manos a la obra.

Ha quedado muy rico. Como los caquis estaban ya muy maduros, en cuanto removí dos veces el guiso se deshicieron casi por completo. También por eso mismo estaban muy dulces, lo que se compensó un poco con la pimienta de cayena, aunque como pasa a veces, la que puse no picaba demasiado y hubiera estado mejor un poquito más picante.

Lo que me ha encantado es el caqui de la guarnición. El puntito de pimientas y sal le va estupendamente y unas rodajas que se me torraron de más, estaban muy ricas así, comidas sin más aderezos. La temporada de caquis ya se ha acabado, pero la repetiré el año que viene.

Y como la receta la ideé para evitar que los caquis acabaran en la basura, la presento al proyecto de Marisa de Thermofan, 1+/-100 desperdicio 0, ideado para ayudarnos a evitar el desperdicio de alimentos y a darles una segunda oportunidad.


Seguro que ya lo conocéis pero si no es el caso, pinchad en el enlace que ella lo explica muy bien.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.


INGREDIENTES:

* Para el guiso:

1 kgr. de carne de cerdo para guisar (pierna o paletilla, sin hueso)

200 gr. de cebolla

350 gr. de caquis muy maduros y blandos, variedad Persimón

4 nueces tipo California

8 hojas de apio

1 pimienta de cayena

50 ml. de ron Bacardí blanco

agua

mezcla de cinco pimientas, molida

sal

AOVE

* Para la guarnición:

1-2 caquis maduros y firmes, variedad Persimón

margarina vegetal

mezcla de cinco pimientas, molida

sal en escamas



ELABORACIÓN:

* Del guiso:

Limpiar de grasas la carne y partir en cubos como de dos bocados. Sazonar con sal al gusto y generosamente con la mezcla molida de cinco pimientas. Reservar.

Eliminar la cáscara de madera de las nueces y reservar.

Pelar la cebolla, cortarla en cuadrados de 2-3 cm. de lado y reservar.

Lavar las hojas de apio y los caquis. Eliminar el tallo de las frutas y pelar, si de desea (yo no lo hago). Picar groseramente ambos ingredientes y reservar.

Disponer un fondo de aceite de oliva virgen extra en una olla y calentar a fuego medio. Dorar las nueces, sacándolas en cuanto empiecen a cambiar de color para evitar que amarguen. Machacarlas en el mortero hasta hacer una pasta y reservar.

Subir la temperatura y dorar a fuego fuerte la carne. Hacerlo por tandas para que no se enfríe mucho el aceite. Sacar la carne a una fuente y reservar.

Bajar el fuego y cuando el aceite pierda un poco de temperatura, incorporar la cebolla y sal, tapar y rehogar a fuego lento, añadiendo más aceite si fuera necesario. Una vez que la cebolla se ponga casi transparente, devolver a la cazuela la carne junto con el jugo que haya soltado, la pasta de nueces, la pimienta de cayena, las hojas de apio y los caquis. Agregar el ron, dejar que hierva un minuto para que pierda el alcohol, cubrir con agua, tapar y cocer a fuego lento 45 minutos o hasta que la carne esté tierna. Si se desea una salsa más espesa, cocer los últimos minutos sin la tapadera de la olla. Rectificar de sal si procede.

* De la guarnición:

Lavar y secar los caquis. Eliminar el tallo y sin pelar, cortar 3-4 lonchas por comensal, de unos 3 mm. de diámetro.

Calentar la margarina a fuego medio-alto en una sartén y rehogar por tandas las rodajas de caqui hasta que estén ligeramente doradas. Sacarlas a un plato con papel de cocina para absorber el exceso de grasa.

* Del emplatado:

Disponer en cada plato la carne guisada y al lado las lonchas de caqui. Espolvorear por encima de éstas la mezcla de cinco pimientas al gusto y un poco de sal en escamas. Servir.

A comer.




8 comentarios:

  1. Jajaja qué bueno tu cata de licores! Así te salen luego estos platos tan ricos,jjj. La combinación del caqui dulce con la cayena debe darle un punto muy interesante. BSS guapa feliz finde!!

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    1. La verdad que cuando estaba haciendo la cata me reía yo sola al imaginarme la escena desde fuera, porque era inevitable pensar que si la receta no me salía rica, al menos había pasado un buen rato dándole al trinqui.
      Encontrar el equilibro entre dulce y picante a veces no es fácil, pero cuando se consigue, es una combinación que enriquece mucho los platos, aunque no estemos muy acostumbrados en la cocina española a utilizarla.
      Besos guapa.

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  2. Ojalá la cata de licores me inspiraran a mi un plato tan bueno como éste, me suelo salir del vino o el coñac cuando me sobran de alguna fiesta, poco más. Me parece más que interesante el añadido de pasta de nueces, que debe otorgarle un sabor muy bueno y el toque dulzón del caqui, lo que va muy bien al cerdo y a mi me encandila. Después la guarnición acompaña estupendamente. Te ha quedado un plato rico y encima de aprovechamiento, le va a encantar a Marisa, entre otros, porque a mi también me gusta.
    Un beso.

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    1. Aunque también hago como tú, que la mayoría de las veces utilizo brandy o vino para cocinar, sí es cierto que uso bastantes licores diferentes, sobre todo para elaboraciones dulces. Tanto es así, que pensé crear la etiqueta "alcohol" pero desistí porque no me parecía muy práctica a la hora de buscar recetas.
      Al cerdo le van muy bien los sabores dulces, la verdad, por eso creí que quedaría bien con el caqui y el vodka y no me equivoqué.
      Y de la guarnición ya ni te cuento. Cuando vuelva a ser temporada de caquis, pienso hacerla para acompañar a otros platos, pues me encantó.
      Besos.

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  3. Buenísimo plato, completo y con frutas algo que me encanta. además aprovechando lo que tenís en casa, cocinando así con mucho gusto. Un beso

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    1. En casa se come mucha fruta pero incorporarla a los platos salados es una buena opción para que los reticentes a comerla no protesten demasiado y la coman.
      Un beso.

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  4. Mira a qué horas y qué día me entero de tu receta. Pido disculpas, pero motivos me sobran. Me has hecho reír mucho y eso que no te conozco para imaginar tu carita probando licores.
    Soy de tierra de Persimón y te puedo decir que los dejan perder en los árboles y da mucha pena. El invierno pasado me traje muchos kilos.
    Tu receta es fruto de esa creatividad desbordada y me encanta. Yo me comería la guarnición ahora, ya te digo.
    Sigue haciéndome reír que falta me hace.
    Mil gracias por estar de nuevo en 1+/-100.
    Besos.
    PD: Me queda un caqui muy blando. Me acordaré de ti cuando me lo coma.

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    1. Me alegra haberte hecho reír, aunque me entristece que lo necesites, porque eso supone que tienes algún disgusto o problema. Espero que no sea nada grave y que pase pronto.
      Me acuerdo perfectamente de tu entrada del año pasado sobre la paradoja del caqui, porque me recordó a lo que poco tiempo antes le había pasado a un amigo mío con las patatas y es realmente triste que se produzcan estas situaciones, pero más triste aún es no encontrarles solución.
      La verdad que la escena de los licores a mí me hizo reír al imaginármela vista desde fuera, con las pintas que tenía en ese momento (comodidad ante todo), el delantal, la cocina como si hubiera pasado un vendaval, las botellas tan ordenaditas esperando su turno y yo muy seria como si fuera una reputada sumiller armada con mi cucharilla. ¡Hay si no fuera por estos ratos...!
      Guárdate la guarnición para el año que viene, cuando vuelva a ser temporada de caquis, pues está de vicio.
      Un beso muy fuerte.

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