lunes, 10 de febrero de 2020

Patatas con níscalos y jamón, en olla WMF


Hoy un plato de cuchara, que aunque no esté haciendo mucho frío, en este tiempo apetece. Y otra vez un plato con níscalos, solo que esta vez congelados, pues a estas alturas frescos ya no hay y porque además tengo bastantes en el arcón congelador, ya limpios y troceados, que la verdad, cuando no hay tiempo resulta muy cómodo tenerlos así preparados, pues luego sólo es abrir la bolsa, incorporar al guiso y listo. Sí te das la paliza el día que los preparas para congelar, pero luego es comodísimo. Evidentemente es una opinión personal; cada uno en su casa que haga lo que quiera.

Para el caldo, si no tenéis huesos de jamón, vale lo mismo un trozo de jamón que se os haya quedado un poco seco y las verduras, pues las que tengáis por el frigorífico, yo suelo utilizar las que ya se van poniendo feas o de las que tengo un trozo que me ha sobrado de otra cosa. -Es lo bueno de los caldos, que pueden ser cien por cien aprovechamiento, porque además las verduras cocidas no se tiran, ya que con ellas y un poco del caldo que también sobrará, salen un par de raciones de puré. Y si no tenéis verduras, pues un cubito de caldo también hace el apaño. Yo al caldo no le pongo sal, pues al llevar el jamón, éste ya le aporta algo de sal y prefiero rectificarla al acabar la receta.

Como parte de la receta es de aprovechamiento, me gustaría presentarla al proyecto de Marisa 1+/-100, desperdicio 0 

pero no sé que le pasa a mi ordenador que desde que empezó este mes de febrero, no me abre el enlace de Thermofan para poder colgar las recetas (ni para ver los recopilatorios de meses anteriores) y eso que ya le he toqueteado hasta donde mis escasos conocimientos de informática me permiten, pero sin ningún resultado. Aún así la etiquetaré por si en algún momento se soluciona el problema y la puedo colgar.

Níscalos frescos ya no hay, pero seguro que alguna los tiene congelados como yo y si no, también se puede hacer con otra clase de seta. U os guardáis la receta para hacerla cuando vuelva a haberlos, pues las patatas quedan muy ricas.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.


INGREDIENTES:


* Para el caldo:

1 ó 2 huesos de jamón (según tamaño) con jamón

1 zanahoria

1/2 calabacín

1/2 pimiento rojo

1 tronco de brécol

1 trozo de la parte verde de un puerro

unos cascos de cebolla

agua


* Para las patatas:

425 gr. de patatas (peso en limpio)

200 gr. de níscalos congelados

50 gr. de cebolla

40 gr. de pimiento verde

1 diente de ajo mediano

1/4 tsp. de comino en grano

1/2 tsp. de pimentón agridulde de La Vera (IGP)

4 semillas de pimienta negra

1 hoja de laurel

500 ml. del caldo previamente preparado

50 gr. del jamón del caldo

AOVE y sal



ELABORACIÓN:

NOTA: Los tiempos de cocción que se indican lo son para una placa vitrocerámica de inducción. En el caso de utilizar otra fuente de calor (eléctrico, gas, halógeno), los tiempos variarán, debiendo ser adaptados. Lo mismo ocurre en caso de utilizar otra olla a presión o una cazuela convencional.

* Del caldo:

Disponer en la olla WMF los huesos de jamón lavados y las verduras igualmente lavadas y enteras. Añadir agua justo hasta que los huesos queden cubiertos, cerrar la olla, llevarla a ebullición y cocer 20 minutos desde que suba la válvula por completo. Apagar el fuego y dejar que pierda toda la presión antes de abrirla.

Abrir la olla. Sacar las verduras y reservarlas para otra elaboración. Recuperar el jamón de los huesos, eliminando éstos y la piel y el tocino. Deshilachar con los dedos el jamón, reservar 50 gr. y utilizar el sobrante para otro plato. Colar el caldo para eliminar impurezas y dejar que se enfríe. Una vez frío, retirar con una cuchara la grasa que pudiera tener en la superficie, apartar 500 ml. y con el resto, hacer una sopa, un puré o congelarlo para otra ocasión.

* De las patatas:

Pelar el ajo, partirlo a la mitad y quitar el germen. Reservar.

Picar la cebolla en brunoise y el pimiento en cuadrados de un centímetro de lado. Reservar ambos ingredientes.

Machacar en el mortero las semillas de comino, añadir la de pimienta negra y dar dos golpes para partirlas un poco. Reservar.

Lavar las patatas, pelar y cortar en trozos de tamaño medio. Al cortarlas, no llegar con el cuchillo hasta el final del corte, sino que tronchar el final del corte. De esta forma, la patata liberará almidón y espesará el caldo. Reservar.

Poner a calentar un fondo de aceite de oliva virgen extra en una sartén honda mediana. Cuando alcance temperatura, agregar la cebolla, el pimiento verde, un poco de sal y el contenido del mortero. Cocinar a fuego suave. Cuando las verduras se rindan un poco (es decir, cuando empiecen a ponerse blandas), añadir los níscalos sin descongelar y seguir rehogando justo hasta que se descongelen. Retirar del fuego y reservar.

Poner a calentar un fondo de aceite de oliva virgen extra en la olla rápida. Freír el diente de ajo y retirar cuando empiece a tomar color. Incorporar las patatas y rehogar. Añadir el pimentón y seguir rehogando cuidando que no se queme para que no amargue. Agregar el caldo, la hoja de laurel lavada, las setas cocinadas, el jamón y un poco de sal. Tapar y cerrar la olla, llevarla a ebullición y cocer 5 minutos desde que suba la válvula por completo. Apagar el fuego y dejar que pierda toda la presión antes de abrirla.

Rectificar de sal, si procede y servir.

A comer.






















6 comentarios:

  1. Te digo lo que le acabo de decir a Elisa, que un guiso es la mejor solución para una comida, acompañado de una ensalada y una fruta no se necesita nada más, y nada menos. La combinación níscalos-jamón no la he probado, pero tampoco necesito hacerlo para saber que me gustará, con esos ingredientes y esa elaboración la garantía de sabrosura y ricura están garantizadas.
    Un beso.

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    1. Este tipo de guisos es de los pocos que en mi casa se hacen de plato único, ya lleven setas como éste o un resto de carne guisada o callos, porque coincido contigo en que apenas necesitan nada más para constituir una comida completa.
      La combinación níscalos-jamón nos gusta mucho. De hecho, las dos recetas que tengo en el blog cuyo plato principal son los níscalos (con bechamel y encebollados), ambas llevan jamón, pues hacen una pareja perfecta.
      Un beso.

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  2. Hola, un plato espectacualr que no hace falt esperar a tener restos para hacerlo. Un beso!!

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    1. Ya lo creo, sólo hay que esperar a que haya níscalos para hacerlo. Y si se tienen congelados, ni eso.
      Un beso.

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  3. Pues menos mal que vengo yo a visitarte sin saber que la receta es para el proyecto y ya te la he colgado. No sé qué te puede pasar, porque la herramienta funciona bien. Tienes mi correo y si sigue pasando y por lo que sea, no me entero, avísame por allí.
    No he congelado níscalos y mira que congelo cosas, pero nunca lo he hecho con lo que me gustan. Al año que viene, a ver si me pongo.
    Este plato ya sabes que me encanta sin que te lo diga. Usamos las dos la olla y este tipo de recetas se preparan en un momento.
    Me gusta la combinación que has elegido y veo los consejos que le has dado a Lola. Yo por la sal, no suelo comer mucho jamón, hija, es que tengo tantas restricciones, que me limitan...
    Muchas gracias por volver a estar en el proyecto y besos.

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    1. Gracias por colgar la receta. El problema es de mi ordenador, lo sé, pero no doy con él. Seguiré intentándolo para colgar la otra receta que preparé para tu proyecto, el cerdo guisado con salsa de caquis y nueces.
      La verdad que vivir con tantas restricciones alimenticias tiene que ser una lata y muy difícil de seguir, sobre todo cuando se come fuera de casa y aunque ya estés acostumbrada, tiene que suponer mucho sacrificio.
      Besos.

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