jueves, 30 de enero de 2020

Tarta salada de níscalos, pimiento amarillo y cebolla


Vale, ya no hay níscalos, pero no quería dejar esta tarta en borradores todo un año. Está hecha con níscalos (nícalos, rebollones, rovellones) frescos, pero se puede hacer igualmente con congelados o en conserva, aunque, claro, algo cambiará el sabor, pero seguro que está también rica.

Las medidas son para una tarta pequeñita, que para nosotros dos es suficiente (para dos veces) como entrante antes de un principal contundente y porque la hice los días de navidad, que en esas fechas llega un momento que se está saturado de comida.

Comprad, siempre que podáis, sésamo crudo y tostadlo en casa. Primero, porque el olor que desprende es maravilloso y segundo, porque una vez tostado empieza a perder aroma y lo que os quede al final de bote apenas tendrá sabor.

El sésamo se conserva bien en un frigorífico no frost dentro de una bolsa de plástico cerrada con un clip fuerte y con el mínimo aire dentro. Así aguanta mucho tiempo sin ponerse rancio. Yo siempre tengo porque me encanta y suelo utilizarlo mucho para las ensaladas. Se me ocurrió añadirlo a la masa para darle un toque diferente y aunque con el relleno no se distingue, sí le da otro aroma. Los recortes los horneé a la vez que la tarta como si fueran galletas y aunque un poco sosos porque le pongo muy poquita sal a la masa, sabían a sésamo y estaban muy ricos.

El brandy le proporciona un aroma y sabor interesantes y muy recomendables. Si no se quiere utilizar, sustituir por leche.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.



INGREDIENTES:
 

* Para la masa:

100 gr. de harina de trigo

tsp. de semillas de sésamo crudo

15 ml. de AOVE

50-55 ml. de agua

sal
 

* Para el relleno:

275 gr. de níscalos frescos

50 gr. de cebolla

40 gr. de pimiento amarillo

60 gr. de queso de untar, tipo Philadelphia, bajo en grasa

25 ml. de brandy

1 huevo talla M

queso gouda añejo rallado

1/8 tsp. de pimienta negra molida

aceite y sal
 

* Y además:

un molde redondo de 16 cm. de diámetro (medida de la base)



ELABORACIÓN:

NOTA: Los tiempos, temperaturas, fuentes de calor y posición de la bandeja en el horno que se indican, son los que funcionan en mi horno. Como no hay dos hornos iguales (ni siquiera siendo de la misma marca y modelo), cada cual deberá adaptar la forma de cocción a su horno, aunque probablemente las correcciones habrán de ser mínimas.

* De la masa:

Tostar el sésamo a fuego medio en una sartén sin aceite y hasta que las semillas se doren ligeramente. Retirar del fuego y dejar que se enfríen. Una vez frías, machacarlas en el mortero hasta conseguir una pasta, diluirla en 20 ml. de agua y reservar.

En un bol, poner la harina, el aceite de oliva virgen extra, un poco de sal, la mezcla de agua y sésamo y 25 ml. de agua y remover con una cuchara de palo. Se formarán como unas migas. Dejar que la harina se hidrate un par de minutos y amasar la mezcla, incorporando el resto del agua poco a poco hasta que no se pegue a las manos. Dejar de amasar en cuanto se llegue a ese punto. Lo más probable es que no haga falta todo el agua, pero eso dependerá del grado de absorción de la harina.

Formar una bola con la masa, taparla con un paño limpio y dejar reposar 40 minutos.

* Del relleno:

Lavar bajo el grifo con un hilo de agua y uno a uno los níscalos, frotándolos con un cepillito para eliminar la suciedad. Ir colocándolos de canto en un escurridor. Una vez limpios y escurridos, picar menudos y reservar.

Picar la cebolla en brunoise y reservar.

Eliminar semillas y nervios interiores del pimiento amarillo previamente lavado y picar en dados de medio centímetro de lado. Reservar.

Poner un fondo de aceite en una sartén honda no muy grande y llevar al fuego. Una vez alcance temperatura, añadir la cebolla y un poco de sal y rehogar tapado a fuego suave hasta que empiece a ponerse transparente. En ese momento añadir el pimiento y seguir cocinando tapado hasta que empiece a ablandarse. Agregar entonces los níscalos, un poco más de sal y la pimienta negra. Rehogar el conjunto tapado y hasta que las verduras estén hechas y hayan consumido todo el agua de vegetación. Rectificar de sal si procede.

Apartar del fuego y dejar que pierda temperatura.

* Del montaje de la tarta y horneado:

Precalentar el horno a 200º C con calor arriba y abajo.

Sobre una superficie de trabajo limpia y sin enharinar, estirar la masa con el rodillo lo suficiente para cubrir el molde y lo más fina posible. Si la masa tiende a encogerse al estirarla, ir dándole reposos de cinco minutos hasta que se relaje el gluten y resulte manejable. Acomodarla en el molde procurando que no queden bolsas de aire en la base y retirar el sobrante con el rodillo.

Si la masa ha quedado bien hecha, no hará falta enharinar ni la superficie de trabajo ni el rodillo, pues no se pegará. Tampoco será necesario encamisar el molde.

Incorporar al molde la mezcla de níscalos, cebolla y pimiento y distribuir homogéneamente por encima de toda la masa.

Batir el huevo como para tortilla. Aparte, mezclar el queso de untar con el brandy para rebajar la densidad de aquél y unir la mezcla al huevo batido. Remover para homogeneizar y verter sobre la mezcla de verduras de la tarta. La mezcla es un poco densa, por lo que es conveniente golpear el molde delicadamente contra la encimera para que penetre entre los huecos de las verduras.

Espolvorear queso gouda añejo rallado por encima, al gusto e introducir en el horno, colocando la rejilla en la segunda posición empezando por abajo y bajando la temperatura a 180º C con calor sólo por abajo. Hornear 22 minutos, subir la rejilla una altura y hornear otros 22 minutos. Comprobar que la tarta está cuajada pinchando en el centro con un aguja. Si sale seca, ya está cocinada, si no, hornear otros cinco minutos.

Sacar del horno, desmoldar pasados diez minutos y degustar fría o caliente.

A comer.

8 comentarios:

  1. Pocas cosas me gustan más que una tarta salada, las preparo bastante por el juego que dan, admiten cantidad de ingredientes y es una receta de aprovechamiento ideal. Con champiñones también queda muy rica, aunque no son níscalos por supuesto, y el sésamo yo no se lo pondría, me temo que lo de encontrarmelos en la base no me gusta mucho. La Navidad es estupenda para dar rienda suelta a la imaginación y un filón para las que tenemos blog.
    Un beso

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    1. Personalmente opino que las tartas saladas son un gran invento porque se pueden hacer de cualquier cosa, están ricas a cualquier temperatura y aguantan muy bien el paso de las horas. En cuanto al sésamo, al macharlo en el mortero y hacer una pasta, no se nota y no afecta a la textura de la masa, aunque sí, por supuesto, al sabor.
      Un beso.

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  2. Qué colorcito más rico te ha quedado! Además el sésamo me encanta, le da un crunchi muy rico a todo y no sabía que se ponía rancio una vez tostado, lo compro siempre crudo en la herboristería que sale muy bien. Los rebollones son siempre bienvenidos en mi mesa, yo los compro hasta en conserva, jjj, así que de diez tu tarta. Bss guapa!! Feliz finde!

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    1. El sésamo, al tener tanto aceite, también se pone rancio, como los frutos secos. Además, una vez tostado va perdiendo sabor, por eso es mejor tostarlo en el momento y también porque deja un olor en la cocina delicioso.
      No he probado esta tarta con níscalos en conserva pero seguro que queda bien. La receta de la tarta salada de setas de ostra con queso azul que tengo en el blog la hago muchas veces con setas en conserva y también queda muy rica, así que supongo que con los rebollones pasará lo mismo.
      Un beso.

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  3. Hola Isabel. No veas lo que me gustan las tartas saladas y como la tuya, más. Tengo una en borradores pero no es de setas, podrá esperar.
    Me encanta todo, la masa y el relleno. Si tuviera un trozo ahora, haría lo que se llama aquí "resopó" (volver a cenar, pero poquito), te lo puedo asegurar.
    Besos y buen fin de semana.

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    1. Qué curioso, aquí también se le dice resopón (con ene) a esas re-cenas tardías, aunque es un término en desuso. En mi casa las sobras de las tartas saladas tienen mucho peligro, porque cada vez que pasas a su lado en la cocina te hacen ojitos y ¿quién se resiste?.
      Un beso Marisa.

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  4. Vaya espectáculao de sabores , una tarta que no pasará desapercibida. Un beso

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    1. Hola Elisa. Pues la verdad que quedó muy rica, tanto que como era pequeñita y nos supo a poco, la repetí a los pocos días.
      Un beso.

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