Animaos a hacer esta receta, igual o lo que la imaginación o la despensa, os dicte y luego no me contéis que no habéis cerrado los ojos de placer al probar el primer bocado porque no os voy a creer.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
4 carrilleras de cerdo
100 gr. de cebolla cortada en plumas gruesas
75 gr. de zanahoria en rodajas finas
150 de tomate sin piel ni semillas, picado fino
150 ml. de vino tinto Utiel-Requena (D.O.P.)
1/2 tsp de orégano seco
1 pastilla de caldo de verduras
sal
pimienta blanca molida
AOVE
ELABORACIÓN:
NOTA: Los tiempos de cocción que se indican lo son para una placa vitrocerámica de inducción. En el caso de utilizar otra fuente de calor (eléctrico, gas, halógeno), los tiempos variarán, debiendo ser adaptados. Lo mismo ocurre en caso de utilizar otra olla a presión o una cazuela convencional.
Limpiar las carrilleras de grasas e impurezas, sazonar ligeramente con sal y pimienta blanca molida y sellar a fuego fuerte en una sartén honda con un buen fondo de aceite de oliva virgen extra. Introducir la carne en la olla rápida.
Disponer en la sartén la cebolla y la zanahoria y freír a fuego medio-alto hasta que la cebolla esté dorada. Incorporar el tomate, bajar un poco el fuego y cocinar hasta que empiece a ablandarse. Agregar el vino tinto, desglasar los jugos de la sartén, evaporar el alcohol y añadir la pastilla de caldo desmenuzada. Remover para que se disuelva y verter el contenido de la sartén en la olla rápida por encima de las carrilleras.
Espolvorear el orégano por encima de la carne, cerrar la olla y llevarla a ebullición. En cuanto suban las marcas de la válvula, bajar progresivamente el fuego para que cueza despacio durante 18-20 minutos (según tamaño) manteniendo siempre la presión y procurando utilizar una potencia mínima de fuego, evitando de esta manera que se deshagan las carrilleras.
Transcurrido el tiempo, dejar que la olla pierda presión fuera del fuego.
Abrir la olla y comprobar el punto de cocción pinchando la carne con una brocheta o aguja gruesa. Poner a cocer otro par de minutos o el tiempo necesario si no estuvieran tiernas.
Sacar la carne a un plato y pasar la salsa por el pasapurés dejándola con una textura un poco gruesa, rectificar de sazón, si procede, devolver salsa y carrilleras al fuego para que recuperen temperatura, emplatar y servir.
A comer.
Efectivamente Isabel, en este tipo de estofados hay tantas variantes como cocineros. Yo misma tengo distintas maneras de cocinarla, en función de la época del año, o la cantidad que cocine, aunque la que más gusta a mi familia es la que cocino para Navidad, porque lleva un toque de clavo y un puntito de cayena, delicioso. Este año tenemos previsto cocinar unos 4 o 5 kg, no es mucha cantidad, ha habido ocasiones que he cocinado el doble. Lo que sí es un factor a su favor, que gana en sabor con el reposo, por eso es mejor cocinarla unos días antes de comerla, la diferencia es enorme. Por supuesto un buen vino, nada de tetra brick, jajaja...
ResponderEliminarBesos
¡Por favor, diez kilos! ¿Pero qué cazuelas tienes mi niña? Si es que yo no tengo ninguna en la que me quepa tanta comida, ni fuego donde ponerla. Me gustaría verte entre fogones en esas ocasiones pues hace tantísimo tiempo que no cocino para mucha gente que ya no me veo capaz. Normalmente cocino todas las carnes guisadas de un día para otro, da igual que sea ternera, cerdo o cordero, todas mejoran con el reposo. Y el vino, por supuesto, algo que al menos sea decente, con los caldos tan deliciosos que tenemos en este país hay mucho dónde elegir sin necesidad de gastar mucho dinero.
EliminarUn beso.
A mi cada vez me gusta más preparar cocina tradicional, son platos con historia y que no debemos perder, además de lo ricos que están. Tus carrileras tienen muy buena pinta y con ese vino es de calidad, te quedaría una salsa deliciosa. Bss preciosa!
ResponderEliminarMe gustan mucho los guisos de toda la vida pero reconozco que me gusta mucho probar cosas nuevas, no tienen que ser necesariamente exóticas, pero sí algo diferentes a lo habitual. Pero sigo haciendo mucho puchero tradicional, están tan buenos...
EliminarUn beso guapa.
Lo que no van a tener todas las carrilleras es ese vino tinto de Utiel-Requena (D.O.P.) que les debe dar un saborcito inigualable. De Arguiñano aprendí que cualquier vino le va bien a una comida, pero cuanto mejor sea, más rica estará. Yo tampoco tengo muchas recetas de esta carne ¿y pá qué? Aunque nos guste investigar por aquello de que hay que renovar para el blog, al final hacemos siempre las que nos gustan, que son estas. Se ven muy buenas esas carrilleras, sin olvidar la salsa que está pá mojá pan, y nunca mejor dicho.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Lola. El vino quedó genial con las carrilleras y es que es cierto, cuanto mayor calidad tengan los ingredientes, mejor será el resultado del plato. Yo cocino muchas carrilleras, nos encanta su textura y quedan siempre bien, da igual con qué las guises. Me pasa lo mismo con el morcillo de ternera, es una carne muy parecida y también queda deliciosa.
EliminarUn beso.
Isabel, no te imaginas el tiempo que llevo queriendo cocinar carrilleras de cerdo, pero con una cosa u otra no encuentro el momento. Incluso las he pedido en alguna ocasión cuando he ido a comer fuera, pero sigo con la espinita de volverlas a cocinar en casa. Ahora al ver tu plato he salivado, pero mucho!! Me encantaría probarlas. Cocina tradicional, de la que nunca falla, y más si lo haces con un vino de primera
ResponderEliminarAbrazos!
Pues anímate Javier. Es una carne que queda muy rica, bueno, ya lo sabes que las has probado y son fáciles de cocinar. Sólo necesitan tiempo y mimo y el éxito está asegurado. Con la de recetas que hay por ahí, inspiración no te va a faltar.
EliminarUn abrazo.
Pues con un buen vino y un poco de cariño anda que no salen ricas las carrilleras de cerdo así guisadas. Y es que la salsa tiene que estar riquísima, para añadirle una hogaza de pan del bueno ;o)
ResponderEliminarBesos,
Palmira
Hola Palmira. Ya lo creo que quedan ricas y la salsa está tremenda. Lo que tiene bastante peligro si hay una barra de pan cerca, jajaja...
EliminarUn beso.
Hola Isabel. Cero recordar que me dijiste que habías comprado el vino y me alegra que le hayas dado un uso especial. No dudo de que estarán de muerte lenta porque eres muy buena cocinando carnes y también usando la olla. ¿Sabes? La única carne roja que me gusta y disfruto es la carrillera y si es ibérica, ni te digo.
ResponderEliminarTengo una receta en el blog por si la quieres leer y me llevo la tuya, porque se la voy a enviar a mi hijo al que le he dado también en herencia la olla y seguro que le encanta.
Pongo pan.
Besos.
Hola Marisa. Si me descuido, el vino no llega para las carrilleras, ¡qué bueno está! No conocíamos ningún vino de esa denominación de origen y nos ha gustado mucho. Volverá a caer otra botella, seguro.
EliminarYa me has comentado alguna vez que le regalaste la olla a tu hijo. Yo la utilizado tanto y para tantas cosas, que me costaría mucho cocinar sin ella, la encuentro tan práctica, incluso para cocinar sólo para una persona, que si se estropeara, lo que no sucederá porque es para toda la vida, saldría corriendo a comprar otra.
Voy a ver tu receta, seguro que me gusta.
Un beso.