sábado, 30 de octubre de 2021

Buñuelos de chocolate rellenos de mermelada de albaricoque

La mayoría de las veces ando a las tres menos cuartillo (es decir, en el último momento), con las recetas, pero lo de hoy ya ha sido lo más, con deciros que a las seis de la tarde, de hoy, estaba haciendo las fotos... Y es que, contrariamente a mi costumbre porque no miro mucho el calendario a la hora de publicar, quería publicar una receta acorde con las fechas, con la de Todos los Santos, entiéndase, porque a mí lo de halloween como que no me llama, pero eso a lo mejor lo dejo para otro post, que si no me disperso. El caso es que no sabía qué cocinar, quería algo típico de mi tierra, pero los huesos de santo están, hoy por hoy, fuera de mi alcance culinario, así que la cosa quedaba reducida a los más fáciles buñuelos. Pero claro, no quería hacer los típicos de viento, esos que absolutamente todos los años hacía mi madre por estas fechas, rellenos de crema pastelera o vacíos y de los que, siendo preadolescente, creo porque no lo recuerdo con exactitud, comí tal cantidad que debí empacharme porque durante muchos años era pensar en ellos y revolvérseme el estómago, incapaz de comerlos, casi ni de mirarlos, por favor, qué asco me daban. Sólo los dulces, que a los de bacalao no les hacía ascos, qué ricos le quedaban a mi madre. Ahora que lo pienso, no los tengo en el blog, bueno, pues habrá que ponerle remedio un día de éstos.

Pues de chocolate con mermelada, ale, para que no sean los típicos. Aunque debería decir de cacao, que es lo que llevan. Independientemente de cómo los llame, están para chuparse los dedos y no sólo por la mermelada que pueda escurrir al darles un mordisco. Serios competidores le han salido a los buñuelos de lemon curd, que mira que están ricos, pero ahora no sé cuáles me gustan más. La masa no es dulce, es más, sabe a cacao amargo, lo que se compensa con la mermelada. Les he puesto de albaricoque pero seguro que de cereza o frutos rojos también les va muy bien, pues son sabores que combinan perfectamente con el amargo del cacao.

Salen 22 o 23 buñuelos no muy grandes. La parte difícil de esta receta es que como la masa es muy oscura, no resulta fácil saber cuándo están fritos, aunque os lo va a decir el ojo, es como cuando amasáis, la masa os dice cuándo está amasada. Para que os sirva de orientación, tardo unos 12-15 segundos en dar forma a cada buñuelo y cuando añado el quinto al cazo del aceite, saco el primero, de tal forma que nunca hay más de cuatro friéndose a la vez. Aunque tal vez lo mejor es que partáis el primero para vez cómo está su interior, eso os dirá si necesitan más o menos tiempo.

Normalmente os comento lo que tenéis que hacer al cocinar la receta de turno. Pues hoy os voy a decir lo que no tenéis que hacer y es rellenar los buñuelos en exceso, pues se os reventarán por algún lado. Tampoco os saltéis el paso de triturar la mermelada que con las prisas es lo que hice yo y luego se me obstruía la manga pastelera por los trozos de fruta. Si es que las prisas nunca son buenas para nada.

Os dejo. Me voy a la cocina a comer un buñuelo (o dos, o tres...).

Venga, a lavarse las manos y a cocinar.

INGREDIENTES:

*Para 22-23 unidades, según tamaño

160 ml. de agua

60 gr. de margarina vegetal

25 gr. de azúcar blanquilla

una pizca de sal

2 huevos talla L a temperatura ambiente

80 gr. de harina de todo uso, tamizada

20 gr. de cacao desgrasado en polvo

3/4 tsp de impulsor químico

aceite de sabor suave, para freír

140 gr. de mermelada de albaricoque, aproximadamente

azúcar glas, para decorar

*Y además:

una manga pastelera o una bolsa de plástico apto para alimentos

una boquilla para rellenar o una boquilla estrecha (opcional)

ELABORACIÓN:

Tamizar juntos el cacao en polvo y el impulsor químico y reservar.

Poner en un cazo mediano el agua, la sal, el azúcar y la margarina y llevar a ebullición a fuego alto. Cuando rompa el hervor y sin quitar el cazo del fuego, añadir de golpe toda la harina tamizada, bajar el fuego a medio y remover hasta integrar. Continuar removiendo sobre el fuego a fin de secar la masa y hasta que la mezcla se separe de las paredes.

Retirar el cazo del fuego y dejar que la masa de temple ligeramente, removiendo de vez en cuando. Cascar un huevo en una taza, para evitar que caiga algún trozo de cáscara en la masa, añadirlo al cazo y remover hasta que se absorba el huevo. No añadir el siguiente hasta que el primero no esté completamente integrado. Proceder de igual forma con el segundo huevo.

Una vez bien integrados los huevos en la masa, agregar la mezcla de cacao e impulsor y remover para que se distribuya uniformemente.

Filmar la masa a piel y dejar reposar diez minutos a temperatura ambiente.

En un cazo pequeño, poner aceite suficiente como para que los buñuelos floten al freír. Llevar al fuego y calentar a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, pero no en exceso para que los buñuelos no se hagan por fuera pero queden crudos por dentro y que luego se desinflen, incorporar bolitas de masa hechas con la ayuda de dos cucharillas de postre. No conviene poner muchas de cada vez para evitar que baje la temperatura del aceite (si fuera así, los buñuelos absorberán más aceite y se abrirán); además han de quedar holgadas para que la masa pueda darse la vuelta por sí sola a medida que se fríe. Sacar los buñuelos a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y dejar que se enfríen.

Si la mermelada estuviera muy espesa, templarla ligeramente. Triturarla con la batidora de brazo hasta conseguir una textura fina en la que no haya trozos de fruta. Disponerla en una manga pastelera o bolsa de plástico apto para alimentos, provista de una boquilla para rellenar o una de orificio fino. En su defecto, cortar la punta de la manga o de la bolsa, casi justo en el extremo.

Una vez fríos los buñuelos, practicar en cada uno una pequeña incisión con ayuda de unas tijeras. Introducir en la incisión la manga pastelera y rellenar con un poco de mermelada. Disponer en la fuente de servicio, espolvorear con azúcar glas y servir.

A comer.

5 comentarios:

  1. Buenas noches Isabel, pues para haber hecho las fotos a las seis de la tarde te han quedado con una luz fabulosa, hoy aquí el día ha sido lluvioso, y la luz mínima, así que no suelo sacar fotos en estas circunstancias, otra cosa es querer sacar una receta porque sientes que es el momento, no hay otro, Jajajaja…, que que muchas nos sentimos identificadas con esas situaciones blogueras in extremis, Jajajaja…
    Pero ha merecido la pena, te han quedado espectaculares estos buñuelos, por cierto yo solo hago los de bacalao o los de gambas, nunca dulces, no tenemos costumbre.
    De Halloween mejor no opino, ayer hice Cabello de ángel y hoy Empanadillas, y no veas cómo lo hemos disfrutado, nos ha traído todos los recuerdos más bonitos de mi madre, ella guardaba las tradiciones y las seguíamos a rajatabla, y ahora no podemos evitar seguir su herencia.
    Besos, y feliz noche de sábado y que pases un buen día día de Todos Los Santos, el próximo lunes.

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    1. Buenos días Concha. Yo también me sorprendí con la luz de las fotos, pues el cielo estaba nublado aunque de lluvia nada de nada y las esperaba más oscuras. Aquí, en invierno, no tenemos la luz que tenéis en Sevilla, el clima no lo permite, así que me tengo que apañar con la que haya, porque si no, me tocaba cerrar el blog de octubre a marzo, jajaja...
      Lo de los buñuelos va por zonas, como tus empanadillas que por aquí no hay costumbre o los panellets, aunque éstos últimos ya hace algunos años que los hay en las pastelerías aunque supongo que en muchas casas se seguirá con la tradición de los buñuelos. Por esta zona son tan comunes todo el año que incluso los churreros que van de feria en feria los tienen junto a churros y porras. Por cierto, que tengo tus empanadillas en pendientes desde hace ni sé, que a ver si las preparo, porque me pirra el cabello de ángel.
      Besos y feliz puente.

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    2. Estupendo Isabel, aunque la receta está muy detallada, si te queda alguna duda me lo dices. Son una exquisitez, la masa queda hojaldrada y ligera. Además sirve lo mismo para empanadillas dulces o saladas porque la masa no lleva azúcar. Besos.

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  2. Hola, no conocía estos buñuelos, pero siendo de chocolate serán una verdadera exquisitez. Este tipo de repostería me encanta, personalmente la que más me gusta. Un beso preciosa

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    1. Hola Elisa. La receta es mía, pero supongo que habrá más de una igual por ahí pues no he hecho más que añadir cacao a la masa de buñuelos. No lo sé porque no lo he mirado. En cualquier caso, están muy ricos.
      Un beso.

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