viernes, 25 de enero de 2019

Crêpes de morcilla de Burgos (IGP), queso azul y nueces


La masa de estas crêpes es la que ha hecho mi madre toda la vida. Quedan ricas, ligeras y sobre todo, flexibles, lo que es importante a la hora de rellenarlas. El relleno se lo he cogido prestado a Lidia de Atrapada en mi cocina, aunque he hecho ligeras variaciones en cuanto a los ingredientes y la forma de prepararlos.

He hecho unas crêpes pequeñas porque aunque es un relleno muy rico, “cansa”, ya que la morcilla de Burgos (IGP) es muy contundente y además lo preparé como entrante.

La masa de las crêpes se seca con facilidad porque además son muy finas, así que las que sobren, han de conservarse convenientemente tapadas. Por ese motivo no conviene hacerlas con antelación, no así el relleno, que se puede preparar dos o tres días antes.
 
Por cierto, que la morcilla de Burgos tiene reconocida la Indicación Geográfica Protegida desde el 05/09/18.

Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
 
 
 
INGREDIENTES:
 
 
Para las crêpes:
 
* Salen 16-17 crêpes finas de un diámetro aproximado de 11 cm.
 
1 huevo tamaño L
65 ml. de leche desnatada
60 ml. de agua
15 ml. de aceite de girasol
58 gr. de harina de trigo
sal
margarina para la sartén
 
Para el relleno:
370 gr. de morcilla de Burgos IGP (peso sin tripa) a temperatura ambiente
110 gr. de queso azul (el 30% del peso de la morcilla) temperatura ambiente
73 gr. de nueces sin cáscara del país (el 20% del peso de la morcilla)
70-80 ml. de leche desnatada temperatura ambiente
 

ELABORACIÓN:
 
De las crêpes:
 
Disponer en el vaso de la batidora de brazo el huevo, la harina, el agua, la leche, el aceite y la sal y batir hasta homogeneizar. Dejar reposar media hora en el frigorífico para que se hidrate la harina.
 
Del relleno:
 
Picar groseramente las nueces (sin cáscara) y reservar.
 
Desmenuzar en trozos menudos el queso azul. Reservar.
 
Disponer en un plato hondo la morcilla de Burgos sin la tripa y desmenuzar groseramente con un tenedor. Añadir el queso y las nueces y mezclar homogéneamente. Añadir la leche necesaria para que resulte una pasta compacta de textura maleable pero con cuerpo, teniendo en cuenta que la cantidad de leche dependerá de la densidad de la morcilla empleada. Reservar.
 
De la fritura de las crêpes y rellenado:
 
Sacar del frigorífico la masa de las crêpes y remover con una cuchara, ya que la harina se habrá precipitado al fondo de la preparación. Untar de margarina con una brocha de silicona la sartén elegida y calentarla a fuego fuerte. Cuando esté bien caliente, verter en la sartén aproximadamente 12 ml. de masa y mover la sartén para distribuir la masa uniformemente por todo el fondo. Cuando al mover la sartén la crêpe se despegue, ya estará lista para darle la vuelta. Freír por el otro lado sin agregar margarina y sacar a un plato cuando las burbujas de aire caliente que se forman debajo de la masa la levanten. Repetir la operación hasta acabar con la masa, engrasando cada vez con margarina la sartén y removiendo igualmente cada vez la masa de las crêpes antes de coger la cucharada que se vaya a freír.
 
En lo que se hace un crêpe en la sartén, distribuir en la que se acaba de hacer el relleno al gusto, enrollar e ir colocando en una fuente o si se prefiere, hacer primero todas las crêpes y luego rellenarlas.
 
Tapar las crêpes con una hoja de papel de cocina y humedecer bien éste con un pulverizador de agua o bien mojar el papel, estrujarlo para eliminar el exceso de agua y colocarlo sobre las crêpes. Introducir en el microondas unos minutos (dependiendo de la potencia) y calentar en la temperatura de descongelación, así se calentarán de forma uniforme cocinándose el relleno sin recalentarse ni resecarse.
 
A comer.

 
Y con el relleno que sobre:
 
Calentar un poco de aceite en una sartén y sofreir ligeramente un diente de ajo cortado en láminas, pelado y sin germen. Retirar y desechar el ajo y agregar la masa de morcilla. Rehogar hasta que esté casi hecha y añadir uno o dos huevos, un poco de sal y revolver el conjunto hasta que cuajen los huevos. No cuajar los huevos en exceso: queda el revuelto más rico si está ligeramente meloso.




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