Me encantan las tartas
saladas. Son versátiles, no se tarda mucho en prepararlas y se
pueden degustar tanto calientes como frías o templadas, el mismo día
o al siguiente, con lo que son ideales para cuando tienes que dejar
la comida hecha con antelación.
Las hago bastante a
menudo y casi siempre con la misma masa, con pequeñas variaciones.
La ventaja que tiene esta masa es que no hay que cocerla previamente
y queda durita y por lo tanto, aguanta muy bien el paso de las horas,
porque aunque se reblandece debido a la humedad que le proporcionan
los rellenos, no se queda blandurria como otras masas. También me
gusta porque no hace falta enharinar ni la superficie de trabajo ni
el rodillo, con lo que resulta limpia de trabajar y además es
manejable y resistente.
Esta tarta queda muy
jugosita, con tanta verdura y muy suave de sabor. Contrariamente a lo
habitual, no lleva nata, sino queso blanco bajo en grasa, aunque se
puede utilizar entero sin ningún problema. La he hecho pequeñita,
de dos raciones, porque no quería que me sobrara. Doblando las
cantidades de la masa da para un molde redondo de 23 cm. de diámetro,
aunque el relleno habría que triplicarlo para que no quede muy
bajita.
¿Y porqué lo de “medio
pisto”? Pues porque no lleva tomate.
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
INGREDIENTES
* Para la masa:
100 gr. de harina
12 ml. de aceite de oliva
virgen extra
40-50 ml. de agua
sal y pimienta blanca
molida
* Para el relleno:
170 gr. de coliflor
60 gr. de calabacín
verde claro
20 gr. de pimiento verde
20 gr. de pimiento rojo
25 gr. de cebolleta
1 huevo pequeño
50 gr. de queso blanco de
untar (tipo Philadelphia) bajo en grasa
1 tsp. de leche
nuez moscada molida
sal
aceite
queso rallado (al gusto)
ELABORACIÓN
Preparar primero la masa:
en un bol, poner la harina, el aceite de oliva virgen extra y un poco
de sal y de pimienta blanca molida y mezclar con una cuchara de palo.
Añadir la mitad del agua y volver a mezclar. Se formarán como unas
migas. Dejar que la harina se hidrate un par de minutos y amasar la
mezcla, incorporando el agua poco a poco hasta que apenas se pegue a
las manos. Lo más probable es que no haga falta todo el agua, pero
eso dependerá del grado de absorción de la harina. Como es poca
cantidad, resulta difícil de manejar, pero con un poco de paciencia
se consigue. Tapar la masa, que aún se notará un poco húmeda, con
un paño limpio y dejar reposar 30 minutos. Pasado ese tiempo la
harina habrá terminado de hidratarse y la masa resultará más seca.
Mientras reposa la masa,
preparar el relleno. Para ello, lavar la coliflor, partirla en cuatro
o cinco trozos y cocerla dos minutos en la olla rápida Perfect WMF,
desde que suba la válvula, con el cestillo del vapor y un fondo de
agua ligeramente salada. El tiempo de cocción dependerá de la olla
utilizada.
Dejar que la olla pierda
la presión antes de abrirla. La coliflor tiene que quedar
ligeramente al dente.
Pelar y cortar la
cebolleta en dados pequeños, incluyendo parte de la parte verde del
tallo. Reservar.
Lavar y despepitar los
pimientos y cortar en dados de tamaño similar a los de la cebolleta.
Reservar.
Lavar el calabacín y sin
pelar, cortar igual que las verduras anteriores. Reservar.
Poner un fondo de aceite
en una sartén pequeña y honda y rehogar la cebolla, los pimientos y
el calabacín, agregando un poco de sal. Abrir la olla, sacar la
coliflor, escurrir y cortar en ramitos pequeños. Incorporarla a la
sartén cuando los vegetales estén casi hechos. Añadir más sal y
rehogar un par de minutos para mezclar sabores. Dejar templar la
preparación.
Precalentar el horno a
200º centígrados con calor arriba y abajo.
Enmantequillar un molde
redondo de 16 cm. de base.
Sobre una superficie de
trabajo limpia y sin enharinar, estirar la masa con el rodillo lo
suficiente para cubrir el molde y lo más fina posible. Si la masa
tiende a encogerse al estirarla, ir dándole reposos de cinco minutos
hasta que se relaje el gluten y resulte manejable. Acomodarla en el
molde procurando que no queden bolsas de aire en la base y retirar el
sobrante con el rodillo.
Rellenar el molde con la
mezcla de verduras.
En un plato hondo, poner
el huevo, añadir sal y nuez moscada molida al gusto y batir con un
tenedor. Añadir el queso y la leche y mezclar hasta homogeneizar.
Verter esta mezcla sobre la verduras y espolvorear con queso rallado
al gusto.
Introducir el molde en el
horno colocando la rejilla en la segunda posición empezando por
abajo. Bajar la temperatura a 180º C y poner calor sólo por abajo.
Cocer 22 minutos y pasado ese tiempo, subir una posición la rejilla
y cocer otros 22 minutos.
A comer.
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