viernes, 5 de junio de 2020

Puding de melocotón en almíbar y pan de leche con salsa de melocotón y Cointreau


Siempre he pensado que le saco poco partido a algunas conservas, porque, sí, con el atún, las setas, los pimientos, por ejemplo, cocino, pero con alguna otra sólo me limito a abrir la lata y colocar su contenido en una tostada o en una ensalada o lo consumo sin más aderezo que el que trae la conserva y creo que la gran mayoría pueden dar mucho más de sí, pero por falta de imaginación o de tiempo, me limito a sota, caballo y rey.

Eso me pasa un poco con la fruta en almíbar, a la que personalmente no soy muy aficionada pero somos dos en casa y no sólo se va a comprar lo que a mí me gusta. Así que suelo tener macedonia, fresas, piña (que utilizo mucho para platos salados), cerezas, mandarinas, melocotones, en fin, casi de todas las conservas de fruta que hay en el mercado, algunas, como las fresas y las cerezas hechas por mí, pero luego se quedan un poco olvidadas en las baldas de la despensa. Y es que no me da por abrir un bote de melocotón y ponerlo de postre, tal vez porque lo asocie con esos tristes platos de melocotón en almíbar que te ofrecen en el menú de algunos restaurantes, con un par de mitades puestas en un plato sin ninguna gracia y que, sinceramente, me deprimen muchísimo. Debo tener algún trauma oculto que desconozco, porque no le veo otra explicación...

La cuestión es que el otro día me dije “guapita, a ver si utilizas esos melocotones que aunque caducan en un par de años, llega la fecha y ahí los tienes” y mira tú que tenía el día inspirado y en un momento ideé la receta, con salsa y todo. Pues “mi dicho con mi hecho” como suele decirse y al día siguiente compré los panes de leche y me puse al lío.

Y aquí tenéis el invento. Original no es, ya lo sé, pero es fácil y la salsa es un puntazo, en realidad el alma del postre, con ese toquecito sutil del Cointreau, que si no queréis utilizar alcohol, seguro que también la va genial zumo de naranja.

Si lo hacéis, es muy importante que utilicéis un molde con un mínimo de 1'650 litros de capacidad, porque si no no os va a caber, ya que el puding llega hasta el borde, incluso parece que es imposible que el pan absorba todo el líquido, pero al final lo hace, aunque no cabe ni una cucharada más.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.


INGREDIENTES:


1 lata de 840 gr. de conserva de melocotón en almíbar (480 gr. peso escurrido)

360 gr. de pan de leche (8-9 bollitos)

5 huevos tamaño L

500 ml. de leche desnatada

1 tsp. de azúcar vainillada

15 ml. de Cointreau u otro licor de naranja

100 gr. de azúcar blanquilla

25 ml. de agua

6 gotas de zumo de limón

4 fresas (para la decoración, optativas)


* Y además:

un molde alargado de 21 cm. x 11 cm. (medidas de la base) y 7'5 cm. de alto



ELABORACIÓN:

NOTA: Los tiempos, temperaturas, fuentes de calor y posición de la bandeja en el horno que se indican, son los que funcionan en mi horno. Como no hay dos hornos iguales (ni siquiera siendo de la misma marca y modelo), cada cual deberá adaptar la forma de cocción a su horno, aunque probablemente las correcciones habrán de ser mínimas.

Poner en un cazo los 100 gr. de azúcar blanquilla, el agua y el zumo de limón y llevar a ebullición a fuego medio-alto. No mover el cazo hasta que se haya disuelto todo el azúcar. Cocer hasta formar un caramelo rubio claro y distribuirlo por el fondo y los laterales del molde elegido. Manipular con cuidado ya que el caramelo alcanza temperaturas muy altas. Trabajar deprisa, pues el caramelo endurece rápido aunque el zumo de limón hace que este proceso se ralentice un poco.

Escurrir los melocotones de su almíbar y reservar éste.

Apartar dos mitades de melocotón para la salsa y laminar el resto en rodajas de medio centímetro, aproximadamente. Escoger cinco lo más igual posible y reservarlas para la decoración.

Cortar los panes de leche en rodajas de un centímetro, aproximadamente.

Cascar los huevos en una jarra grande (la mezcla va a ocupar un volumen aproximado de 1'100 litros) y agregar la leche, el azúcar vainillado y 200 ml. del almíbar de los melocotones. Batir con la batidora de brazo hasta integrar todos los ingredientes.

Poner un poco de la mezcla anterior en un plato hondo e ir mojado ligeramente por ambas caras las rodajas de pan de leche. Colocar una capa de pan remojado en el fondo del molde y a continuación una de melocotón. Agregar un poco de la mezcla de leche al molde para que se vaya empapado la primera capa de bizcochos. Disponer otra capa de pan de leche remojado y a continuación una segunda de melocotón, cortando las rodajas necesarias de los melocotones reservados para la salsa o destinando a ésta las láminas sobrantes, según el caso y terminar con otra capa de pan de leche remojado; esta última capa habrá de llegar al borde del molde. Presionar ligeramente para acomodar el pan y verter por los huecos la mezcla de leche: no cabrá toda de una vez. Añadir el resto a medida que el pan de leche la vaya absorbiendo y hasta acabar con la mezcla.

Mientras el pan de leche se empapa, precalentar el horno a 200º centígrados con calor arriba y abajo. Poner agua a hervir en un cazo para preparar un baño María.

Una vez que el puding haya absorbido toda la leche, colocarlo dentro de una bandeja de paredes altas que pueda ir al horno.

Bajar la temperatura del horno a 150º C y poner el calor sólo por abajo.

Colocar la rejilla del horno en la tercera posición empezando por abajo y en ella la bandeja con el punding. Añadir cuidadosamente a ésta el agua del cazo, que tendrá que estar hirviendo, de tal manera que cubra unos 2 centímetros del molde.

Cerrar la puerta del horno y hornear una hora y diez minutos. Pinchar el centro del puding con una aguja o brocheta para comprobar si está cocido, teniendo en cuenta que seguirá cuajando con el calor residual.

Sacar la bandeja del horno y colocar el puding sobre una rejilla para que se enfríe. Una vez esté a temperatura ambiente, tapar con film alimentario, colocar unos pesos encima (unas cajas de leche, por ejemplo) y llevar al frigorífico. Dejar que se enfríe y se asiente toda la noche.

Disponer en el vaso de la batidora de brazo los melocotones reservados, junto con el posible sobrante de las láminas cortadas para el puding, el almíbar sobrante (aproximadamente unos 120 ml.) y el Cointreau. Batir con la batidora hasta conseguir una salsa fina. Introducirla en la nevera para que esté fresca a la hora de servir.

Sacar el puding del frigorífico media hora antes de consumir para que se atempere. Desmoldar a una fuente o bandeja, decorar con las cinco láminas de melocotón reservadas y las cuatro fresas lavadas y secas y servir con la salsa aparte.

A comer.

8 comentarios:

  1. Muy buen uso le has dado al melocotón en almibar, en casa no suelo tener ya frutas en conserva, excepto piña, pero cuando ha caido alguna en un regalo de Navidad por ejemplo, poco uso le doy, salvo acompañar un postre y poco más. El pudin suele ser un cajón de sastre al que le cabe todo porque todo, o casi, le va bien; en este caso he visto que le has preparado su salsita y todo, lo has hecho muy completo. Tiene una vista que alimenta, buenísimo tiene que estar. Deberías haberlo incluido en el proyecto de Marisa.
    Un beso. Te deseo un buen finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Lola. Como digo en la entrada, siempre tengo fruta en almíbar, casera o comprada, pero no soy mucho de comerla sola pues me gusta mucho más la fruta al natural, además que opino que el almíbar le quita parte del sabor. Otra cosa es como ingrediente de un postre, que ya le da su toque particular, pero aún así no la utilizo en demasía.
      Es verdad que en un puding le puedes poner de todo y además no hace falta tener grandes dotes de cocinera, aunque ese es un secretillo que no nos conviene divulgar para seguir quedando como reinas ante los comensales menos duchos en técnicas culinarias, jeje.
      Que tengas un buen fin de semana. Un beso.

      Eliminar
  2. Isabel querida, creo que deberías emplearte más en dejar volar tu inspiración, porque si todo lo que idearas tuviera este aspecto tan magnífico, ya te digo yo que llegarías muy lejos, y no es peloteo bloguero, jajaja..., bueno un poco sí, porque los melocotones en almíbar me fascinan, en casa somos de los de abrir la lata fresquita, echarlos en un bol, y todos a comer, jajaja..., una de mis hermanas tuvo un embarazo durante el que casi solo se alimentaba de melocotones en almíbar, mejillones y gusanitos, sí gusanitos de chuches, jajaja...y le salió una niña que es una preciosidad, ahora tiene 28 años y es una Barbie, pa'comérsela, jajaja..., creo que tuvo que ser consecuencia de tanto almíbar, que le dio el regalo de tener una piel perfecta, suave como el melocotón.
    No sé si tu pudin tiene el mismo efecto, pero entre el pan de leche y los melocotoncitos, para mí que sí, de momento me quedo con tu receta que es de las que me gustan a más no poder.
    Besos, y disfruta un buen fin de semana, seguro que ideas ricas como esta no te falta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me sonrojas Concha, con tanto piropo; se van a subir los humos a la cabeza y luego no va a haber quien me tosa, jajaja... Pues yo soy muy poco de fruta en almíbar, pero si fuera cierto su efecto en el embarazo tal vez habría que probar, yo ya no, que ya se me pasó el arroz hace tiempo, pero alguna joven podría animarse y comparábamos resultados; claro que mi madre se "jartó" a cerezas cuando estaba embarazada de mí y no tengo ningún parecido con dicha fruta (bueno, sí, mira por dónde, en la redondez). Curiosa la combinación de antojos de tu hermana, aunque de los mejillones y de los gusanitos lo entiendo pues los primeros me chiflan y los segundos no los puedo tener en casa por que vuelan.
      Y el puding, sí, es muy suave y meloso (si es que eso se puede decir de un puding) debido a la gran capacidad de absorción de líquidos del pan de leche y si te gusta tanto el melocotón en almíbar, se le puede poner más, achuchando un poco las rodajas de melocotón porque al cocer pierden volumen, de ahí que en el corte se vean huecos entre la fruta.
      Un beso y buen fin de semana.

      Eliminar
  3. Hola Isabel. Aunque el pudin no sea una receta original, nos da igual porque cada uno elige los ingredientes y la decoración a su gusto, tal y como has hecho tú. En los bares y restaurantes en los que se suelen servir, no les quedan bonitos, más bien, todo lo contrario. El tuyo tiene luz, color y por supuesto, sabor. No suelo comprar muchas conservas de fruta, pero si no tienen azúcar, la de melocotón y piña, me gustan.
    Me llevo para cenar una buena rodaja de tu pudin, que ya he merendado.
    Haces muy bien en tener en cuenta los gustos de tu pareja, porque así disfrutáis los dos de tu cocina.
    Un beso y cuidaos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Marisa. Lo que comentas del puding es una de las cosas que más me gusta, su versatilidad y por supuesto, su sencillez. Y el tema de la decoración de los postres en hostelería da para hablar un rato pues no creo que cueste tanto presentar un postre bonito y sencillo, más allá del manido rosetón de nata y del caramelo o sirope de chocolate.
      La fruta en almíbar la suelo tener por mi pareja, que le encanta y él, por supuesto, tiene en cuenta mis gustos en otras cosas, no en la cocina, en la que sólo entra para desayunar y vaciar el lavavajillas, pero sí en otras cosas cotidianas.
      Cuídate mucho. Un beso.

      Eliminar
  4. No soy de comprar fruta envasada, pero es fácil que si buscas en mi despensa encuentres un par de latitas de piña en su jugo, siempre como alternativa a la fruta fresca y para improvisar un postre elaborado con ella. Llevas razón con lo de los melocotones que ponen o ponían en restaurantes, jajaja, la verdad es que ahora lo piensas y te suena regular. Me ha parecido genial que hayas ideado hacer este pudin que suelen quedar bastante buenos, más si como tú le has puesto su toque de Cointreau. Bien fresquito es un postre ideal. Gracias Isabel. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo prefiero mil veces la fruta fresca a la de conserva, pero es muy socorrida y en invierno cuando hay tan poca variedad, ayuda a que el postre no sea tan aburrido. La fruta en almíbar se sigue ofreciendo en el menú de muchos restaurantes, sobre todo en aquéllos de paso y yo siempre me pregunto ¿pero quién la pide?, claro que a veces sólo te ofrecen eso o una mousse de polvos (debería estar prohibido que a eso lo llamen mousse) o un flan industrial chicloso o unas natillas cualquier cosa menos caseras, en esos casos yo prefiero pasar directamente al café antes que tomar mal postre.
      El toque de Cointreau en la salsa queda muy rico, pero reconozco que a mi me gusta mucho incorporar algún licor en la recetas.
      Pasa un buen fin de semana. Un beso.

      Eliminar