miércoles, 15 de diciembre de 2021

Conejo de campo en salsa de peras, en olla rápida WMF

Yo para ser feliz necesito sol. Bueno y alguna cosilla más, pero ésas para otro día. Necesito sol, que no calor, no confundamos. No me importa que en la calle haga un frío que pele siempre que luzca un sol sin nubes en un cielo insultantemente azul. Esos días llenos de nubes o peor aún, ¡lluviosos!, me dejan el ánimo por los suelos y así estoy, que no tengo ganas de “ná”, porque llover no llueve, pero llevamos una semana con nieblas cerradas que algunos días ni han levantado y encima, “meonas”, que no sólo no me rizan el pelo, ya que el peso de la humedad hace que se me estire y quede pegado a la cabeza, vamos, que parece que me lo ha lamido una vaca, que no sé para qué gasto el dinero en champús, cremas y demás potingues para definir el rizo (un inciso: o estos productos no son efectivos o mi pelo va a su aire porque no noto diferencia o soy muy torpe y no sé usarlos), si no que además son peligrosísimas para la conducción, porque humedecen los cristales del coche, poco para los limpiaparabrisas y mucho para dificultar la visibilidad, por no hablar de que no ves lo que tienes delante. Así que estoy muy plof, que ni me apetece leer, ni cocinar, ni trabajar, ni hablar, ni salir..., una penita, que lo único que me levantaría el ánimo serían unas risas con las amigas alrededor de un café, pero según se están poniendo las cosas ni nos atrevemos a quedar, que a algunas no las veo desde que empezó la pandemia y a otras en este tiempo las he visto una o dos veces y un ratico. Que no me extraña que mucha gente haya relajado restricciones y medidas, que el ser humano es un ser social y necesita relacionarse con otros, así que, aunque yo siga manteniendo las precauciones, entiendo esa relajación.

Y mientras la apatía me consume, en la oficina se ha cancelado la comida de navidad y en casa nos estamos planteando volver a celebrar las fiestas en soledad, como hay que seguir comiendo, que es lo único de lo que no me faltan las ganas, esperaremos a que cambie el tiempo cocinando este conejo en salsa de peras, que, ahora que no nos oye nadie, está tremendo, con el dulce de las peras y el anisado de las semillas de hinojo, dos sabores que he descubierto que se complementan muy bien. En esta ocasión he utilizado pera conferencia, pero queda igualmente rico con peras ercolini o con cermeños. Lo que interesa es que sean peras de carne firme, no granulada y sin demasiada agua e idealmente en su punto justo de maduración, aunque con la cocción se desharán en su mayor parte. Ya sabéis que suelo utilizar conejo de campo, pero por supuesto que podéis usar conejo de granja, quedará igualmente muy rico y tal vez más la receta de hoy, pues es un guiso de sabores muy suaves. Os gustará mucho, seguro.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

1 conejo de campo de un kilo, aproximadamente

*Para el adobo:

10 granos de pimienta negra

100 gr. de cebolla cortada en plumas

3 clavos de olor

1 diente de ajo grande

2 hojas de laurel partidas

300 ml. de agua

300 ml. de vino blanco seco

*Para el guiso:

25 gr. de puerro, de la parte blanca

50 gr. de cebolla

50 gr. de tomate

150 gr. de peras conferencia, peladas, descorazonadas y cortadas en octavos a lo largo

1/4 tsp de semillas de hinojo

130 ml. de agua

10 gr. de almidón de maíz

AOVE

sal

ELABORACIÓN:

Lavar minuciosamente el conejo, escurrir bien, secar con papel de cocina, trocear, disponer dentro de un recipiente con tapa y reservar.

*De la marinada:

Poner el diente de ajo sobre una superficie plana. Colocar la hoja de un cuchillo ancho sobre el diente de ajo y en horizontal y dar un golpe seco sobre la hoja para que el ajo se aplaste ligeramente. Quitar la piel y el germen, si lo tuviere e introducir en un cazo.

Machacar ligeramente en el mortero los granos de pimienta e incorporar al cazo, así como los clavos enteros, las hojas de laurel partidas, la cebolla y el agua. Llevar a ebullición y cocer diez minutos a fuego suave. Apartar, dejar enfriar completamente, añadir el vino blanco, mezclar y verter sobre el conejo. Tapar y llevar al frigorífico 24-36 horas, removiendo los trozos de carne dos o tres veces.

*Del guiso:

NOTA: Los tiempos de cocción que se indican lo son para una placa vitrocerámica de inducción. En el caso de utilizar otra fuente de calor (eléctrico, gas, halógeno), los tiempos variarán, debiendo ser adaptados. Lo mismo ocurre en caso de utilizar otra olla a presión o una cazuela convencional.

Sacar el conejo del frigorífico al menos con dos horas de antelación para que se atempere.

Eliminar las raíces y capa exterior del puerro y de la cebolla. Pelar y despepitar el tomate. Cortar el puerro en cuatro trozos a lo largo y cada trozo en rodajas de medio centímetro aproximadamente. Cortar la cebolla y el tomate en dados de un centímetro de lado. Reservar el tomate separadamente de la cebolla y del puerro.

Escurrir el conejo de la marinada, desechando ésta; secar la carne con papel de cocina y sazonar con sal al gusto.

Disponer un buen fondo de aceite de oliva virgen extra en la olla rápida WMF y llevar al fuego. Una vez el aceite esté bien caliente, freír por tandas los trozos de conejo por todos los lados hasta que se doren. Sacar a un plato y reservar.

Dejar que el aceite pierda un poco de temperatura y añadir la cebolla y el puerro y sofreír a fuego medio, añadiendo más aceite si fuera necesario y raspando a la vez el fondo de la olla para despegar los jugos adheridos. Cuando las verduras empiecen a dorarse, agregar las peras y rehogar durante tres minutos, removiendo delicadamente. Añadir las semillas de hinojo, rehogar brevemente y agregar el tomate. Cocinar el conjunto dos minutos, incorporar el conejo a la olla y añadir el agua, llevar a ebullición, poner la tapadera, cerrar y cocer 22 minutos contados desde que suba la válvula del todo. Apagar el fuego y dejar que la olla pierda toda la presión antes de abrirla.

Abrir la olla WMF, añadir el almidón de maíz disuelto en un poco de agua fría, remover para que se distribuya bien, devolver la olla al fuego y cocer a fuego suave un par de minutos para espesar la salsa.

Dejar reposar cinco minutos para que se asiente el guiso y servir.

Mejora de un día para otro.

A comer.

8 comentarios:

  1. Pues aquí todo lo contrario, no llueve ni para mojar el suelo y el viento de levante, o poniente, que cuando se va uno viene el otro, seca lo que hubiera húmedo. Para que veas que cada cual se queja de lo suyo, que es igualmente malo. El cambio climático nos dice que de verdad existe.
    La carne de conejo en casa siempre se ha comido, aunque a mi no me guste mucho la verdad, pero se consume, solo frita, que está muy buena con unos ajitos, o en arroz o salsas. Las peras es una fruta que suelo utilizar, como guarnición, alguna receta tengo con ellas de Navidad, o sea, que me encantará en salsa porque desde luego la pienso probar. Buena receta para estos días, y para otros leñe! que también existen.
    Un beso.

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  2. Y en el norte con inundaciones... Tenemos inclemencias meteorológicas para todos los gustos, la verdad. Aquí las nieblas en este tiempo son muy normales, lo que no es normal es la temperatura que está haciendo, poco fría para la época y la zona y así llevamos unos años y eso tampoco es bueno. Habrá que acostumbrarse.
    Antes no me gustaba el conejo. Al ajillo aún tenía un pase pero si podía, no lo comía. Con los años me he ido aficionando y ahora no le digo que no a un platito de conejo. Cuando preparaba la entrada también pensé que seria una buena receta para estos días, por los sabores dulces y anisados que tiene o para cualquier otro día, que comemos todos y el calendario tienen muchos, jjj...
    Un beso.

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  3. Hola , también soy de sol, de aire... Por eso esta pandemia me consume, otra vez estamos volviendo atrás y no quiero pensar en estar otra vez con toques de queda y demás que no quiero seguir enumerando. Así que es mejor disfrutar de tu receta, que para muchos o pocos en la mesa es una delia que podremos disfrutar de alguna forma. Muchos besos y Feliz navidad!!!

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    1. Hola Elisa. Afortunadamente ya cambió el tiempo y aunque con bastante más frío, tenemos unos días llenos de sol que han mejorado mucho mi ánimo. Los número asustan, la verdad, pero confiemos en no volver a medidas más restrictivas, aunque no sé yo... Seguiremos tu consejo y disfrutaremos de esta sencilla receta de sabores suaves que seguro gusta a muchos.
      Felices Fiestas. Besos.

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  4. Cómo te entiendo amiga! Aquí en Valencia no estamos acostumbrados a las nubes y llevamos una semana que no se ve ni el mar de la neblina que hay. Ayer asomó un poco, pero ni calentaba casi, en fin, esperemos que salga, por el bien de nuestros ánimos ¡y nuestros pelos! Me encanta la combinación que has hecho, la pera con el conejo y todo lo demás, casarán de maravilla y con ese adobo la carne quedará mucho más tierna. Esperemos poder celebrar la navidad socializando, si no, como bien dices, de nuevo en soledad. Todo sea por evitar males mayores. Que tengas unas felices fiestas y disfrutes mucho de los tuyos. Besitos preciosa.

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    1. La verdad que en los sitios en los que estáis acostumbrados a tener muchos días de sol, tiene que resultar más duro no verlo y encima con esa humedad que tenéis, qué horror, siendo de un clima seco como el castellano es otra cosa que no llevo bien. Ya volverá el sol a animar nuestros días. Mientras podemos hacerlo con recetas ricas como ésta y esperemos que en compañía y si no puede ser, ya será, que la vida es larga.
      Felices fiestas guapa. Disfrútalas todo lo que puedas. Besos.

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  5. Isabel, he estado algo perdida entre las navidades y los males... Ya repuestos.
    Me encanta tu receta. No hago nunca conejo, en Cádiz no suele ser habitual a no ser que se encargue. Hace mucho que no me sentaba tranquila a comentar y leer recetas de los blogs amigos. Siempre es un placer.
    Feliz año nuevo.
    Besos

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    1. Hola Patty. Yo también he estado unas semanas desconectada. Al principio de forma accidental y luego voluntariamente, pues me hacia falta desconectar digitalmente.
      He pasado unos días en tierras gaditanas y como de costumbre, visité el mercado central, pero no me fijé en que no había conejo en ningún sitio. Aquí es fácil de encontrar en cualquier tienda, pues se consume bastante.
      Feliz año también para ti, aunque sea con retraso.
      Un beso.

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