viernes, 1 de abril de 2022

Puré de alubias pintas con anís verde (matalahúva) en olla WMF

Vivo en una comarca que es extraordinaria para el cultivo de legumbres, muy conocida por los garbanzos, que tradicionalmente se han cultivado de forma mayoritaria y que en la actualidad cuentan con la I.G.P. “Garbanzo de Fuentesaúco”, siendo la única legumbre de aquí cuya comercialización está extendida por el territorio nacional. De forma local se pueden adquirir a pequeños agricultores lentejas y alubias de varias clases que en calidad nada tienen que envidiar a los garbanzos, pero es que el terreno ama a cualquier tipo de legumbre (los guisantes son pura delicia) tanto como a las vides y a los espárragos. Es por eso que en casa consumimos legumbre local, pero en una ocasión en que no tenía alubias pintas me vi tentada por una oferta 2x1 de una conocida marca de legumbres y las compré. En mala hora lo hice, creo que nunca he comido alubias tan ásperas, duras e insípidas. A trancas y barrancas las fui comiendo, pero al final se me hicieron viejas y quedaron relegadas a un rincón de la despensa.

Harta de mover el paquete de alubias de un lado para otro, he estado tentada de tirarlo más de una vez, pero ya sabéis que no soporto tirar comida, así que volvía a su sitio esperando que algún día me decidiera a poner unas pocas en remojo, día que no llegaba nunca pues no me apetecía comer algo que no me gustaba. En el último arrebato de “si no te las vas a comer, tíralas” me acordé de repente de los purés que hacía mi madre cuando era cría, aquéllos que mi hermana y yo llamábamos “de frigorífico” porque, además de los ingredientes que utilizaba para hacerlos, aprovechaba las verduras y hortalizas menos lozanas del cajón de la nevera, las hojas exteriores de berzas y repollos y legumbres viejas. No era una receta exacta, dependía de las existencias de ese momento y era precisamente en eso en donde estaba la gracia, en que cada vez sabían distintos y siempre ricos. Tanto era así, que solíamos pedirle que hiciera “puré de frigorífico”, pues lo preferíamos por encima de cualquier otro.

Animada por ese recuerdo, decidí darles otra oportunidad a las alubias. Las tuve en remojo 24 horas y cuando me dispuse a hacer el puré, al igual que hacía mi madre miré en el cajón de las verduras para ver qué se podía aprovechar y ahí estaban un trozo de coliflor y una manzana arrugada poniéndome ojitos. Si en mi última entrada os decía que me faltaba inspiración en la cocina, éste no fue el caso, enseguida supe qué añadir, qué quitar y cómo cocinar los ingredientes. Vale que la receta no tiene ninguna complicación, pero aún así no todo vale y el instinto y la experiencia te dicen lo que va o no a funcionar, como el anís verde o matalahúva, como también se le conoce, que aparte de aportar al puré sus propiedades carminativas, le proporciona un sabor dulce y anisado que casa muy bien con las alubias. Yo he triturado el anís con el resto de ingredientes, pero si no queréis hacerlo, preparad una muñequilla con las semillas o metedlas dentro de una bola para infusiones.

A mi padre le encantaban los picatostes tanto para sopas como para purés y nunca podían faltar. A mí en cambio es algo que nunca me ha hecho mucha gracia así que el elemento crujiente siempre lo sustituyo por semillas o frutos secos o por ambas, en este caso sésamo y pipas. Y el hilito de aceite de oliva virgen extra crudo, que no falte.

Siguiendo con mi costumbre de utilizar poca sal, no le he puesto ninguna, la que aporta la pastilla de caldo concentrado es para mí suficiente. Con las cantidades indicadas salen 800 ml. de puré, aproximadamente, ligeramente denso, suave y sedoso. No le añado más agua que la que utilizo inicialmente, para mí tiene la textura perfecta. Si se la queréis corregir, esperad a que se enfríe pues espesará ligeramente.

Siendo como es una receta de aprovechamiento, es también mi aportación mensual al proyecto 1+/- 100, desperdicio 0 que gestiona Marisa desde su blog Thermofan y que promueve la reducción del desperdicio de alimentos y el reciclaje y reutilización en general.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
INGREDIENTES:

100 gr. de alubias pintas (peso en seco)

100 gr. de patata pelada, en 2-3 trozos

50 gr. de coliflor, en 2 trozos

40 gr. de cebolla cortada en plumas gruesas

75 gr. de manzana roja, con piel y sin pepitas, en 2 trozos

1/8 tsp de anís verde (matalahúva)

1 pastilla de caldo concentrado de verduras

1 hoja de laurel pequeña

500 ml. de agua

AOVE

semillas de sésamo negro y pipas de girasol peladas, para servir (opcional)

ELABORACIÓN:

NOTA: Los tiempos de cocción que se indican lo son para una placa vitrocerámica de inducción. En el caso de utilizar otra fuente de calor (eléctrico, gas, halógeno), los tiempos variarán, debiendo ser adaptados. Lo mismo ocurre en caso de utilizar otra olla a presión o una cazuela convencional.

Poner las alubias pintas en remojo de agua fría con sal, al menos 12 horas antes o hasta 24 horas si son muy viejas.

Al día siguiente, tirar el agua del remojo de las alubias, lavarlas y dejar que escurran.

Poner un fondo de aceite de oliva virgen extra en la olla rápida WMF. Llevar al fuego y una vez esté el aceite bien caliente, añadir la cebolla y freír hasta que esté bien dorada. Apartar la olla del fuego y con el calor residual, saltear las semillas de anís durante 10 segundos. Agregar el agua, las alubias pintas escurridas, la patata, la coliflor, la manzana, la hoja de laurel lavada y la pastilla de caldo desmenuzada. Devolver la olla al fuego, llevar a ebullición y colocar la tapadera de la olla. Cerrarla.

Cocer 20-25 minutos, dependiendo de lo viejas que sean las alubias, contados desde que suba la válvula por completo. Apagar el fuego, retirar y dejar que pierda toda la presión antes de abrirla. Comprobar el punto de cocción de las alubias por si fueran necesarios unos minutos más.

Quitar la hoja de laurel y triturar el contenido de la olla con la batidora de brazo hasta que el puré esté fino y homogéneo. Rectificar de sal y densidad, si procede. Yo no añado ni sal ni más agua.

Disponer el puré caliente en los platos, regar con un hilo de aceite de oliva virgen extra cruda, añadir semillas de sésamo negro y pipas de girasol peladas y servir enseguida.

A comer.

14 comentarios:

  1. Al final le has sacado un buen partido a esas legumbres y haces uso del "aquínosetiraná", que no está la economía ni el planeta para andar desperdiciando. Me gusta que hayas sustituído los picatostes por sésamo y pipas, le da un toque diferente y saludable. Yo he descubierto unas cuantas paradas en el mercado donde tienen legumbres excepcionales y la verdad valen la pena, suerte la tuya que las tienen tan a mano. Besotes preciosa y feliz finde!!

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    1. Ya lo creo, quedó un puré muy rico. La verdad que me cuesta muchísimo tirar comida, se pueden contar con los dedos de una mano las veces en las que no me ha quedado más remedio. A mí el pan frito... como que no, prefiero frutos secos o semillas. Es cierto que aquí hay muy buena legumbre y mucha se puede comprar directamente al productor, así es difícil que salga mala.
      Feliz fin de semana. Un beso.

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  2. A mi me ocurrió igual con unos garbanzos y los dejé para utilizarlos como peso en las bases de pasteles salados. Pero es cierto que los vegetales funcionan muy bien en cremas y purés, y además no hay que ponerles ningún ingrediente como espesante, pues ya lo son ellos en su propia naturaleza. Lo que no he usado nunca es matalahúva, fuera de algunos dulces, apenas la utilizo. Después de todo esas alubias duras han puesto tu imaginación a trabajar y eso también es bueno.
    Un beso.

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    1. También utilicé parte como pesos para las masas de tartas, que por cierto no aconsejo, pues huelen fatal las primeras veces que horneas con ellas, después de unos cuantos horneados ya pierden el olor, afortunadamente. Utilizo el anís verde en algunas recetas saladas y me gusta el sabor que les da.
      Las alubias no sólo me hicieron trabajar la imaginación, sino también el recuerdo y fue casi lo mejor de la receta.
      Disfruta del fin de semana. Un beso.

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  3. Isabel, desde luego hay que apostar , siempre que se pueda, por el producto local. Especialmente las legumbres, que a veces nos las meten atravesada, incluso siendo primeras marcas.
    No suelo hacer nunca purés con legumbres, suelo cocinar cantidades exactas para que no me sobre nada, sino ahí tengo a mi vecina esperando, para que le dé el platito pa’su Pepe, Jajajaja…. Otra cosa es hacerlo a propósito, me paree una idea interesante, a tener en cuenta, y así introducir nuevos platos en nuestro recetario habitual.
    Me encanta el sabor de la matalaúva, es mi perdición en repostería, especialmente ahora que llega Semana Santa y es muy característico en las Poleás. En salado no lo he utilizado nunca, y no sé porqué, pues sí utilizo las semillas de hinojo, que también tiene un sabor anisado que me encanta, en cremas de calabaza.
    Gracias por compartirlo, cualquier reciclaje de este tipo, eleva el plato a la categoría Gourmet.
    Besos y buen fin de semana.

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    1. Desde luego, una y no más. Lo que pasó es que se me habían acabado y la señora a las que se las compraba tampoco tenía y por eso las compré en la tienda. Pero ya no repito, no.
      No hago purés de legumbres pero recordé los de mi madre, que hacía con las que le quedaban de la cosecha anterior y era eso o tirarlas. Esto no iba a pasar y acabaron convertidas en lo que ves.
      Lo del anís en este caso fue para hacerlo más digestivo, pues alubias y coliflor... Además de ser eficaz, le dio y sabor y una aroma muy rico.
      Feliz fin de semana. Un beso.

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  4. Hola Isabel. He sonreído leyéndote porque a veces me pasa lo mismo. Al no querer tirar, la bombilla se enciende y el paseo por los armarios y por la nevera es obligado. Es lógico que si vives en una zona en la que se cultivan legumbres exquisitas, las que compraste no te gustaran, más, si el resultado al cocinarlas fue poco satisfactorio.
    Tu puré con sabor a cocina de antaño y el toque de manzana y matalaúva es seguro una delicia y de los sabores que me gustaría seguro.
    Como siempre, un placer tenerla y tenerte en 1 +/-100.
    Gracias, Isabel. Buen fin de semana y besos.

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    1. Tal vez tengas razón y le exija mucho a las legumbres que aún siendo buenas, no lleguen a ser extraordinarias como las de por aquí o unos judiones de La Granja, unas fabas asturianas o esos fesols de Santa Pau de nuestra querida Concha, que seguro son manteca pura. Que legumbres las hay muy buenas en muchos sitios, pero no suelen ser las del super.
      Imaginé el sabor del puré antes de probarlo y no me confundí, dulce y perfumado, al primer golpe sorprendente y luego de esos sabores que te llevan a repetir plato. Lo volveré a hacer porque me encantó.
      Feliz fin de semana. Un beso.

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  5. Ya sabes cuanto me gustan a mi estas recetas de aprovechamiento.
    No me sorprende que pidieras esta receta de frigorífico a tu madre, en casa están la mar de felices la semana del repaso de la despensa y del congelador con platos de aprovechamiente por el estilo jajaja
    Y yo soy del equipo de tu padre, con picatostes las cremas saben a fiesta ;o)
    Besos y feliz fin de semana,
    Palmira

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    1. Seguro que purés de frigorífico los hay en muchas casas, pues además de ricos son muy económicos porque sirven para aprovechar alimentos que de otra forma no se comerían. Y variados, que cada vez saben a una cosa distinta, jjj...
      Ufff, a mi el pan frito nunca me gustó, ni siquiera con azúcar o mojado en el chocolate caliente, una forma también muy típica de comerlo. Prefiero unas almendras picadas, por ejemplo o nada, antes que picatostes.
      Feliz fin de semana. Un beso.

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  6. Bueno Isabel, como he disfrutado leyendo tu entrada de hoy, particularmente con la historia del pure de frigorifico. Es que las mamas y abuelas de antes si que sabian aprovechar los ingredientes y darnos comida muy buena, de pasada, como dices tu usando el instinto. Y usando el mejor de los instintos me ha encantado tu pure, que yo nunca habria mezclado con manzana y anis, pero que puedo ver que quedo delicioso.
    Besos

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    1. Ellas sí eran las reinas del "aquí no se tira nada" sacando adelante a muchas familias a veces con muy poco, siempre dando lo mejor de sí mismas a los suyos, intentando que comieran rico y variado.
      Tengo vicio con ponerle manzana a muchas recetas, si publicara absolutamente todo lo que cocino, veríais manzanas en casi todo, me encanta el sabor y textura que dan a muchos platos. Lo del anís fue más por sus propiedades carminativas que por su sabor y la verdad que me sorprendió lo rico que quedó y lo bien que se combinaba con el resto de ingredientes.
      Feliz fin de semana. Un beso.

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  7. Isabel, hace bastante tiempo que no hago estas judías pintas, nos encantan aunque no nos sientan muy bien, pero me encantan con esos toques de manzana, anís en grano... debe tener una aroma maravilloso.
    Y eso de poder aprovechar restos o para purés o para lo que sea siempre se agradece.
    Besos y feliz semana

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    1. Has acertado de pleno, el aroma a anís que inunda la cocina es delicioso. Después el sabor es más suave, perceptible pero no abrumador. He notado que el anís ha hecho más digestivo el puré, podías probar un día a ponerle unas semillas a las alubias pintas, a ver qué tal el resultado, a lo mejor os sientan mejor.
      Un beso.

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