martes, 5 de abril de 2022

Muffins de mandarina y semillas de amapola

Últimamente tengo ganas de magdalenas o muffins o cupcakes, lo mismo me da. He probado dos o tres recetas nuevas que no me han convencido, tanto que unas se fueron directamente a la basura pues resultaron incomibles, eso que la fuente se suponía fiable y por una vez, cosa rara en mí, seguí la receta al pie de la letra. Como no tenía ganas de otro fracaso, consulté el muy fiable Pasteles, pastas, galletas, merengues, tartas, panes dulces y salados, apunté la receta (nunca me veréis cocinando con un libro de cocina abierto en la encimera, qué disgusto si se mancha), hice alguna pequeña modificación y aquí tenéis estos muffins, crujientes y perfumados, que me han quitado un poco, sólo un poco, las ganas de magdalenas. Porque seguramente pruebe otra receta nueva en breve, pues me pasa a veces que cuando algo me apetece mucho, principalmente dulce, para que os voy a engañar, tardo en verme satisfecha y tiendo a cocinar recetas de la misma clase o con el mismo ingrediente en poco tiempo. Me pasa mucho con el chocolate, que o bien no me acuerdo de él o no me lo puedo quitar de la cabeza y como obsesionarse con algo no es bueno, pues chocolate para varias semanas. Es por salud mental, ya sabéis, mens sana in corpore sano...

Mi idea inicial fue hacer un poco de glaseado con el zumo de mandarina que me sobraba y adornar los muffins con él, no sólo porque estéticamente quedan mejor sino también para reforzar el sabor de la fruta, que yo no distingo mucho, aunque se nota que algo lleva. Ocurrió que en lo que se humedecía la masa fui recogiendo trastos y me bebí el zumo porque se me olvidó lo que tenía pensado hacer, aunque si soy sincera, no ha sido hasta que me he puesto a escoger fotos que me he dado cuenta que faltaba el glaseado... ¡Ay, qué cabeza!.

Aquí os dejo la receta para que la hagáis si os apetece. Yo me voy a preparar un cafecito bien caliente, que con las temperaturas tan frías con las que nos está obsequiando abril apetece más que una cerveza y para que no se sienta solo, lo acompañaré con un par de muffins, ahora que no me ve nadie...

Venga, a lavarse las manos y a cocinar.

INGREDIENTES:

*Para 18 unidades, todos los ingredientes a temperatura ambiente

250 gr. de harina de trigo de todo uso

30 gr. de harina integral de trigo

10 gr. de impulsor químico (tipo Royal)

200 gr. de azúcar blanquilla

30 gr. de azúcar vainillada

1 pizca de sal

20 gr. de semillas de amapola

1 tsp de ralladura de piel de mandarina

60 gr. de margarina vegetal

1 huevo tamaño L

200 ml. de leche desnatada

50 ml. de nata con 18% de materia grasa

50 ml. de zumo de mandarina sin filtrar

* Y además:

1-2 bandejas para hornear magdalenas

cestillos de papel para magdalenas de 5 cm. de base

ELABORACIÓN:

NOTA: Los tiempos, temperaturas, fuentes de calor y posición de la bandeja en el horno que se indican, son los que funcionan en mi horno. Como no hay dos hornos iguales (ni siquiera siendo de la misma marca y modelo), cada cual deberá adaptar la forma de cocción a su horno, aunque probablemente las correcciones habrán de ser mínimas.

Preparar una o dos bandejas de hornear con 18 cestillos de papel y reservar.

Derretir a fuego bajo la margarina y dejar templar. Reservar.

Precalentar el horno a 220º C con calor arriba y abajo.

Tamizar juntos en un cuenco grande las harinas, los azúcares, el impulsor y la sal. Añadir al cuenco el salvado que quede en el cedazo. Incorporar las semillas de amapola y mezclar. Proceder de igual modo con la ralladura de mandarina. Hacer un hueco en el centro y reservar.

En otro cuento, cascar y batir el huevo. Añadir la margarina, la leche, la nata y el zumo de mandarina. Mezclar.

Verter la mezcla líquida en el hueco practicado en el cuenco de los ingredientes secos y dejar reposar 5 minutos para que se vayan humedeciendo. De esta forma luego habrá que remover menos la mezcla, ya que hacerlo en exceso perjudica la textura final de los muffins, volviéndolos gomosos.

Mezclar cuidadosamente con la ayuda de una lengua de cocina y de abajo a arriba, justo hasta que dejen de verse los ingredientes secos, cercionándose de que no quedan restos de ellos en el fondo del cuenco. Dejar reposar la masa 10 minutos.

Distribuir la masa en los cestillos preparados e introducir en el horno, colocando la rejilla en la zona intermedia del mismo. Hornear 15 minutos a 220º C con calor sólo por abajo. Comprobar el punto de cocción pinchando con una brocheta el centro de uno de ellos. Si no saliera seca, hornear dos minutos más. Es preferible que el interior quede ligeramente tierno a sobrecocerlos.

Sacar del horno y desmoldar pasados cinco minutos. Disponerlos en una rejilla hasta que se enfríen.

Conservar, una vez completamente fríos, en un recipiente hermético.

A comer.

14 comentarios:

  1. A mi me pasa, en cuanto se te antoja algo no hay manera de quitárselo de la cabeza hasta que lo haces. Estas magdalenas deben estar rebuenas (aún sin el glaseado, jjj) con ese toque cítrico que me encanta en las masas dulces y con las semillas no las había visto nunca ¡qué original! Besitos preciosa!

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    1. Cuando el antojo es mucho con cocinarlo una vez no me vale, tengo que repetir la misma receta o del mismo tipo hasta que se me pasa, menos mal que no me ocurre muchas veces. Lo que me encanta de las semillas de amapola es el toque crujiente que dan a las masas, eso de morder las semillas me vuelve loca.
      Un beso.

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  2. Te han quedado preciosos con esas semillas tan decorativas y mulliditos. Con las recetas de revistas, sobre todo, me ocurre mucho lo que a ti, que no se puede seguir al pie de la letra porque no sale, las cantidades son imposibles, solo con leerlas ya se sabe que son inviables. Cogen una foto de algún lado y ponen los ingredientes a ojo, por eso yo procuro adaptarlas a mi manera de cocinar y santas pascuas! Me llevaría un par de muffins para desayunar, algún día se podrá hacer, pero hoy me quedo con las ganas.
    Un beso.

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    1. Lo de las recetas de las revistas me ha pasado ya varias veces pero siendo recetas saladas les pillo el fallo más fácilmente. El problema es cuando se trata de recetas dulces, que tienen su intríngulis y en las que hay que saber mucho para ver dónde fallan y para modificarlas sustancialmente. Son recetas que hago tal como se indican (la receta de la que hablo era de una página web) o con variaciones insignificantes (como estos muffins), pues lanzarse a hacer cambios como una loca es fracaso casi asegurado. Estos muffins no, que quedaron suaves y bien ricos.
      Un beso.

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  3. Isabel, estoy desde hace tiempo con el mismo antojo, magdalenas, pero me da pereza ponerme a encender el horno y como sin azúcar nada queda igual, me reprimo.
    Ese libro te ha regalado alegrías y es una buena idea recurrir a él cuando te pasa algo desastroso como lo que cuentas. Por desgracia ocurre alguna que otra vez.
    Me has hecho reír con lo de que te bebiste el zumo. Igual me hubiera pasado a mí con esta cabeza que últimamente tengo.
    Aquí también hace frío y apetece un par de muffins con chocolate ya que estamos.
    Besos.

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    1. Las magdalenas no quedarán igual pero haces unos dulces sin azúcar muy apetecibles. Anímate Marisa, que dentro de nada por ahí ya empezaréis a pasar mucho calor y entonces sí que no encenderás el horno.
      Eso me dije cuando tiré las magdalenas, que el libro no me iba a dar disgustos. He hecho pocas recetas de él pero todas me han gustado. Tengo que aprovecharlo más.
      Es que no sé donde tengo la cabeza. Lo peor no es que me lo bebiera, es que no me di cuenta hasta que no fui a escoger las fotos. No eché en falta el glaseado cuando las hice ni cuando las pasé al ordenador, no, sino cuando ya estaba preparando la entrada. Que me tenía que haber dado cuenta mucho antes, digo yo.
      Un beso.

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  4. Isabel, me gustan tanto los dulces que por muchas magdalenas o muffins que haga nunca quedaría saciado, es como una obsesión permanente, tendría que repetir y repetir... No te imaginas lo que me he reído con lo del zumo de mandarina, vaya cabeza jajaja Bueno, tienes la excusa perfecta para volver a repetir la receta y hacerle el glaseado, aunque estos se ven perfectos, tan esponjosos...

    Abrazos!

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    1. Te pasará como a nosotros, que siendo dulce tipo bollo, nunca nos parecen bastantes. Hubo una época en la que el mismo día que se acababa un bizcocho horneaba otro, no te digo más.
      Lo del zumo me ha pasado más veces, no te creas que es la primera. Y es que cuando me pongo a recoger la cocina es lo mismo que si pasara un tornado, arramblo con todo. La de veces que he tirado las cáscaras de los cítricos en vez de congelarlas para cuando que me hagan falta, por ejemplo.
      Probaremos otra receta y eso que esta me ha gustado mucho. Además a estos muffins les pasa como a un buen guiso, mejoran con los días.
      Un abrazo.

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  5. Eso me pasa también, que lo mejor es caer directamente en mi tentación primera y no intentar hacer cosas distintas. Oye dar con la magdalena o el muffin perfecto es difícil, eso me pasa con el bizcocho de yogur, que sigue no siendo el que recuerdo de mi vecina cuando era niña. Y no es que salgan malas las mil o más versiones de los 30 últimos años pero algo no tienen jajaja
    Y los libros a mi me encantan manchados porque eso es buena señal, que el libro es bueno y se usa mucho jajaja Manías mías!
    No pasa nada por olvidar el glaseado, porque así se ven preciosos y deliciosos, con lo que me gustan a mi las semillas de amapola en los bizcochos.
    Besos,
    Palmira

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    1. Di que sí, para qué aplazar lo inevitable y sufrir sin necesidad, jajaja... El secreto de tu vecina era el yogur, seguro, porque yo recuerdo que los que comía cuando era niña eran ácidos y ahora no lo son, algo se ha cambiado en el proceso de fabricación en estos años y eso tiene que influir en el bizcocho. Y si además el que usaba tu vecina era aromatizado, la diferencia con los actuales es abismal pues una de las cosas que más han cambiado han sido los aditivos. Te tocará seguir soñando con aquél bizcocho...
      A mí me pone histérica la más mínima manchita, pero es que yo soy muy maniática con los libros, que no se me arrugue una hoja, menudo drama y doblar una esquina, jamás, lo pienso y me da el telele.
      El glaseado les hubiera dado más sabor a mandarina pero eso no influye en la textura del muffin, tan tierno y crujiente por el efecto de las semillas que también a mi chiflan en los bizcochos.
      Un beso.

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  6. En esta vida hay que darse un capricho de vez en cuando, además, siendo tan habilidosa, no necesitas ni salir de casa para hacer esos muffins o magdalenas que te están apeteciendo. Reconozco que soy un poco negada para hacer algo en respostería que sea comestible, así que si quiero algo tengo que salir a comprarlo y matar el capricho.
    A mi favor tengo el que no soy demasiado golosa y antes peco comiendo algo salado que dulce.
    De todas formas, y viendo tus ricos muffins, me apuntaría encantada a tenerlos para la merienda de esta tarde. Te han quedado buenísimos.
    Cariños y buen fin de semana.
    Kasioles

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    1. Caprichos sencillos que nos hacen felices y no hacen daño a nadie, sólo, tal vez, a nuestras caderas, jajaja... Seguro que los dulces se te dan mejor de lo que dices y tampoco creas que mi repertorio dulcero es muy amplio, aún me queda mucho por aprender, claro que prefiero seguir teniendo unos conocimientos limitados, pues yo sí soy muy golosa y en las tardes aburridas tengo mucho peligro...
      Feliz fin de semana. Un beso.

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  7. Que pintaza Isabel, estos muffins están de escándalo. Tienes razón que hay recetas de revistas o libros que es imposible que salga. Yo tiro mucho de esas recetas y muchas de ellas necesitan alguna modificación, cosa que tú has resuelto satisfactoriamente.
    Un besito y feliz finde.

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    1. Y además están más ricos pasados uno o dos días, cosa no habitual en la bollería, pero en este caso parece que el bizcocho se "asienta" y gana en textura y sabor. Afortunadamente los libros son muy de fiar y sólo recuerdo un par de ellos que eran para denunciar a los autores, pero en el caso de las revistas... mejor no hablo porque también las habrá en las que se pueda confiar al cien por cien en todas sus recetas, aunque yo no conozca ninguna.
      Feliz fin de semana. Un beso.

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