miércoles, 30 de marzo de 2022

Langostinos al whisky

Acabo de escuchar una canción y no se me va el estribillo de la cabeza “Y yo, y yo, un pagafantas... Y yo, y yo, un pagafantas...” Qué molesto puede llegar a ser ésto a veces; tratas de concentrarte en algo y ahí se te cruzan las estrofitas, te pones a hacer lo que sea y en tu cabeza resuena de música de fondo el estribillo de forma machacona e insistente. Y si la canción te gusta, esa especie de gota china es más llevadera, pero si no... A veces, para que mi cabeza se distraiga pongo algo de música, pero no siempre puedo pues para algunas tareas necesito silencio absoluto, como por ejemplo, escribir un post o leer, si no, no consigo concentrarme en lo que estoy haciendo. Cuando pienso en todos los libros que me he leído en el metro, incluso he leído por la calle, en el trayecto entre mi casa y la boca del metro, ahora no podría, me distrae cualquier ruidito o nada, que no me hace falta ni el vuelo de una mosca para que se me vaya la especie. La falta de concentración va por temporadas, pero ésta última se está alargando más que otras y sospecho que quiere quedarse de forma permanente. Espero que no, a ver si cambia, como el tiempo, pues afecta a muchos aspectos de mi vida, incluido este rinconcito.

Esta falta de concentración también la noto en la cocina. En condiciones normales, con tres o trescientos ingredientes preparo una receta en un plis. Ahora me quedo mirando el ingrediente principal esperando que me hable y me diga cómo quiere ser cocinado y no sé si es que los tengo cabreados, me han cogido manía o vaya usted a saber por qué, pero el caso es que no me dicen ni mu. Así que rebusco entre papelotes, revistas, libros, móvil y portátil hasta que encuentro una receta que me guste y se me acomode a los ingredientes de los que disponga en ese momento. En una de esas búsquedas encontré esta receta, sencilla y deliciosa, que he ido adaptando hasta dejarla a nuestro gusto. Me viene genial para cuando necesito una receta rápida, pues siempre tengo langostinos en el congelador, nata en la despensa y whisky en el mueble-bar. Hablando de éste, mis langostinos están bastante borrachos, vamos, que saben a whisky, así que, aunque no os voy a decir que utilicéis un Chivas de 12 años para cocinarlos, por favor, tampoco me uséis una marca blanca por muy buena que sea, que el licor es el alma de este plato y según sea aquél, así resultará éste.

No tiréis las cáscaras y cabezas de los langostinos. Cocedlas cinco minutos con el agua justa para cubrirlas, dejadlas en infusión tapadas hasta que se enfríen, colad el caldo y utilizadlo para dar sabor a sopas, arroces o pastas, ya veréis qué rico. Y si en ese momento no os va bien, congeladlo debidamente etiquetado, que ya se os presentará la ocasión de usarlo.

Tal vez alguien se pregunte si nunca tuve un tropezón al ir leyendo por la calle; pues no, jamás, la calle era ancha, poco transitada y la conocía de memoria. Eso sí, nunca conseguí bajar las escaleras del metro como una vedette, sin mirar los escalones. Si sentís curiosidad por la canción que me ha estado machacando el cerebro, podéis escucharla aquí, es más, os invito a hacerlo.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

*Para dos raciones:

20 langostinos grandes crudos (unos 500 gr.) frescos o descongelados, peso sin pelar

40 gr. de cebolleta o cebolla tierna

60 ml. de whisky

60 gr. de nata con un 18% de materia grasa

10 gr. de salsa de tomate casera espesa

una rama grande de perejil fresco (sólo las hojas)

AOVE

sal

pimienta blanca molida

ELABORACIÓN:

Pelar y desvenar los langostinos. Reservar.

Pelar la cebolleta y picar en mirepoix. Reservar.

Lavar y secar el perejil. Picar las hojas y reservar.

Poner un fondo de aceite de oliva virgen extra en una sartén. Llevar al fuego y cuando esté caliente, añadir la cebolleta y una pizca de sal, tapar y pochar a fuego bajo hasta que la cebolla se torne transparente.

Subir un poco el fuego y agregar los langostinos. Saltear justo hasta que cambien de color y añadir el whisky. Llevar a ebullición y cocer a fuego suave un minuto para evaporar el alcohol. Agregar la nata, la salsa de tomate, el perejil picado y una pizca de pimienta blanca molida y continuar la cocción hasta que espese y reduzca un poco, unos tres minutos .

Rectificar de sal y servir inmediatamente.

10 comentarios:

  1. Lo de quedarte con una canción en la cabeza, me pasa constantemente, creo que lo llaman gusanos musicales y puede llegar a ser molesto. Tus langostinos me encantan! y que aproveches las cáscaras para enriquecer otros platos ¡ideal! No está la cosa para tirar!! Besitos preciosa!

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    1. Es la primera vez que oigo lo de los gusanos musicales. Le va bien el nombre, la verdad, porque te taladran la mente igual que aquéllos horadan una manzana. Siempre aprovecho las cáscaras de langostinos y gambas para hacer fumet, queda de vicio, sobre todo con el arroz.
      Un beso guapa.

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  2. Sí que me quedo con canciones en la cabeza que me duran todo el día o la mayor parte, como casi siempre que estoy en casa lo hago sola, es más difícil aún que se te vaya, pero como diría mi madre: "que todo lo malo sea eso".
    Yo creo que como llevamos tantas recetas publicadas en el blog y no queremos repetir, siempre estamos pensando cosas nuevas y no caemos en las sencillas, ya sean de toda la vida o innovadoras, y pensamos, pensamos, a ver que novedad se nos ocurre para llevar al blog. Tener un ingrediente en las manos significa ¡receta! para mi espacio. Pero hoy la has pensado bien, los langostinos al whisky son de fiesta, de los que abundan en Navidad y otras juergas mayores. Y además están buenísimos. Pues ya está, no nos vamos a complicar más, que la vida está de lujo. Hale, ya estoy con la cancioncilla!
    Un beso.

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    1. Mucha razón tiene tu madre, pero que puede llegar a ser muy molesto, es una verdad como una casa. Lo de poner música para que se me vaya de la cabeza es porque yo también paso sola la mayoría del tiempo que estoy en casa y no tengo conversación que me distraiga.
      Tal vez no se nos ocurran a veces algunas recetas por la presión de tener que cocinar para el blog, pues seguro que a ti también te pasa que un día comes fuera un plato sencillo y sabroso y piensas "qué rico, algo parecido puedo hacer para el blog" y luego no te acuerdas y te rompes la cabeza pensando en un plato para publicar.
      Hace tiempo que decidí no esperar a fechas señaladas para regalarnos un capricho en la mesa, ¿no lo hemos trabajado? pues nos lo merecemos, no sea que luego venga el médico a decirnos que no podemos comer ésto o aquéllo o lo otro, jjj...
      Un beso.

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  3. ¡Ayomá! Isabel, no imaginas cómo me identifico contigo, por cierto te leo, incluso en comentarios por ahí, y veo que tenemos muchas cosas en común, como lo de leer en silencio absoluto, o la falta de concentración, que también me pasa cada vez con mayor frecuencia, pues mi cabeza siempre está en plena ebullición. Bueno, y lo de las canciones, eso es algo insoportable, a veces me despierto de madrugada, y ahí sigue, o lo que sea peor aún, no poder dormir porque ese estribillo impertinente te machaca insistentemente hasta dejarte agotada, Jajajaja….
    Creo que como Blogger me siento identificada contigo, igualmente, en las lagunas mentales de recetas, como dice Lola, ese estar constante buscando para compartir algo diferente cada semana, puede llegar a ser agotador, pero esto engancha de una manera que es difícil de entender para quien no escribe un blog, como el nuestro, donde además de compartir nuestra cocina, nos gusta contar historias, a veces fluyen de repente, pero no siempre es así y te ves apurada dándole a las teclas hasta el último Segundo, Jajajaja…
    Nunca he cocinado estos langostinos, y ya estoy tardando, solo me falta comprar el whisky, porque no tengo, pero lo haré, ya te digo.
    Besos y gracias por este ratito tan ameno con canción incluida, que voy a escuchar ahora mismo, porque no me voy a quedar sin saber cual era ese estribillo impertinente, Jajajaja…

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    1. Me alegra que tu cabeza te impida concentrarte porque esté llena de otras cosas, por desgracia no es mi caso últimamente, pues está más vacía que otra cosa. Esto va por rachas y no voy a decir que ésta sea mala, pero sí regular. No recuerdo que una canción no me haya dejado dormir, pero sí que me he levantado al día siguiente y lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido la musiquilla y es realmente molesto.
      Agotador y estresante, que a veces es un gusto cocinar un plato nuevo sin tener que ir pesando y apuntando todo, claro, que ayer hice unas setas con esa idea y nada más acabarlas me fui corriendo a apuntar la receta porque habían quedado de miedo, jajaja... que como bien dices, engancha, aunque en este caso no creo que publique las setas porque no eran nada fotogénicas.
      Gracias por escuchar la canción. Es pegadiza y fácil de escuchar, aunque espero que no se te quedara en la cabeza el estribillo, no quisiera que me odiaras por ello, jajaja...
      Un beso.

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  4. No escucho la canción ni loca que sino no voy a conseguir concentrarme en lo que me queda de día (si es que me deja dormir jajaja).
    Los langostinos al whisky me encantan, son tan sencillos y resultones que se agradece. Y siempre un buen alcohol como el vino de los guisos porque pueden cambiar mucho las cosas según su sabor original.
    Besos,
    Palmira

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    1. Seguro que sí te deja dormir, bueno, a estas horas tal vez ya no, casi mejor que no te arriesgues, jjj...
      Es una receta que no conocía hasta que la descubrí hace unos meses, son tan fáciles y ricos que ya los he cocinado varias veces. Y ya lo creo que el whisky que se utilice es importante, siempre lo es la elección del alcohol, pero más aún en recetas como ésta que van bien "cargaditas".
      Un beso.

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  5. Isabel, esos días en que una canción se te mete en la cabeza son horribles, sobre todo si, para colmo de males, la canción no te gusta. Aunque confieso que a mí como me de por una canción puedo aburrir a cualquiera, la pongo una vez y otra y otra y otra (iba a decir hasta que se raye el disco, pero suena muy antiguo ya esto...) Mi mujer, cuando quiere hacerme la puñeta, me canta una que no soporto y que se me mete en la cabeza y es delirante!!

    En cuanto a tu receta, pues qué decirte, que me pones por delante una tapa de estos langostinos y me los zampo a pares, canturreando lo que quieras, vamos... con ese saborcillo a whisky tienen que estar estupendos

    Por cierto, he sido incapaz de pinchar en el enlace de la canción que dejas, porque no la conozco y prefiero que siga siendo así, con lo que tú has tatareado ya tengo bastante... Y de la falta de concentración ya hablaremos otro día, no quiero aburrirte.

    Abrazos!

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    1. Es que si te gusta se lleva mejor, claro que si persiste en la cabeza es fácil que al final se le coja tirria. Ahora los discos ya no se rayan, se lo dices a un joven y te mira como si fueras de otro planeta. Tu encantadora esposa veo que a veces tiene un proceder "muy fino" y visto desde fuera, muy original y gracioso, jajaja...
      Estupendos es quedarse corto, están de vicio, que si hago el doble nos los comemos todos sin despeinarnos.
      La canción es pegadiza, la verdad. Yo he estado dos días con la tonadilla en la cabeza, yendo y viniendo de forma intermitente. Al final se me quedó de música de fondo y ya ni la notaba.
      Un beso.

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