lunes, 29 de mayo de 2023

Gratinado de patatas, setas y beicon

No sé si será porque cocino con poca sal que muy de tarde en tarde el cuerpo me pide algo salado, De hecho, mientras redacto esta entrada me estoy tomando un refresco y unas galletitas saladas. ¿Saladas? Bueno, eso dice la etiqueta pero en verdad que no lo parecen y lo dice una que tiende a cocinar “soso”. Tal vez sea una percepción personal equivocada pero a mí me parece que muchos alimentos industriales no saben como lo hacían cuando yo era pequeña. Vale, tendemos a idealizar los recuerdos y seguramente si ahora probara una Quesina (unas galletitas con sabor a queso que creo que ya no se fabrican), no me sabría tan rica como el recuerdo que tengo de ella, pero eso es muy distinto a que una cosa esté sosa o salada y las galletas que estoy comiendo están... sosas. Se ha demonizado tanto la sal, que los fabricantes han reducido su empleo en muchos casos hasta la mínima expresión, algo que tampoco me parece mal (no se me malinterprete). Bien es cierto que hasta hace unos años abusaban de ella, pero si un producto se vende como salado, tiene que serlo, en el consumidor está moderar su ingesta, según sus gustos y circunstancias personales.

Así que, lo dicho, que hoy me lo pide el cuerpo y yo quiero unas galletas SALADAS de verdad, que para la cantidad que como (las últimas del envase casi siempre se quedan revenidas) mucho mal no pueden hacerme, ya lo compensaré por otro lado, como en este gratinado, que a la mayoría de las personas seguramente les sabría soso con la sal que utilicé, pero que para mí fue suficiente habida cuenta que el beicon y los quesos ya llevan.

Gratinados de este tipo hay a montones en la red y no me extraña, son muy ricos, saciantes, fáciles de hacer y no excesivamente caros (¿queda algo barato hoy en día?). Aunque está más rico recién hecho, las sobras siguen estado buenas al día siguiente, por lo que es un plato apto para preparar con antelación. Y además cunde bastante.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

750 gr. de patatas, peladas

500 gr. de setas de ostra cultivadas

120 gr. de beicon ahumado, en un trozo

60 gr. de cebolla, pelada

60 gr. de puerro, de la parte blanca, pelado

50 ml. de brandy

100 gr. de queso mozzarella, rallado

100 gr. de queso gouda, rallado

pimienta negra molida

aceite de oliva suave o girasol

sal

*Y además

una fuente honda apta para horno de 23x23 cm.

ELABORACIÓN:

Cortar las patatas en rodajas de 4-5 milímetros de grosor.

Limpiar las setas con un paño húmedo para eliminar la suciedad y cortar en tiras a lo largo de 4-5 milímetros de grosor.

Picar el beicon en dados de 3-4 milímetros de lado.

Cortar la cebolla en plumas finas y el puerro en aros también finos.

Mezclar los dos quesos.

Freír las patatas a fuego medio en abundante aceite, por tandas y sin amontonar. Deben quedar blandas, enteras y sin dorar. Sacar a un plato provisto con papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de aceite. Sazonar moderadamente con sal (los quesos y el beicon ya llevan) y con generosa pimienta negra molida.

En una sartén amplia y honda provista de un fondo de aceite, rehogar a fuego bajo la cebolla, el puerro y el beicon. Cuando las hortalizas estén blandas, agregar las setas y el brandy, mezclar, tapar y cocinar a fuego medio-alto hasta que las setas estén hechas, removiendo de vez en cuando. Destapar los últimos minutos para consumir todo el líquido.

Aceitar muy ligeramente la fuente elegida e introducir la mezcla de setas y beicon. Alisar y distribuir por encima las patatas formando capas. Por último, espolvorear la mezcla de quesos uniformemente.

Introducir en el horno y gratinar hasta que los quesos se derritan y doren. Servir enseguida.

A comer.

14 comentarios:

  1. ¡Madre mía, Isabel! Si te lo cuento, no me vas a creer, pero hace años, estando aún soltera, y mi Carmen recién casada, quedábamos a comer todas las semanas en su casa, para 'jugar a las casitas' jajaja..., y nos metíamos a hacer platos, que por aquel entonces nos parecían novedades, ya que mi madre de lo tradicional salía raramente, y una noche, para cenar preparamos un gratinado, primo hermano del tuyo, con champiñones y la única diferencia que nosotras poníamos una fina velouté tipo salsa Mornay cubriendo las patatas, al que bautizamos, haciendo un guiño a nuestros nombres, como 'Patatas a lo CaCo' y todo fue tras disfrutar de un plato que nos encantó, y pensábamos haberlo inventado nosotras ¡Ayomá! Qué ingenuidad la nuestra, jajaja... Precisamente estos días lo hemos recordado, y le comenté que me gustaría publicarlo alguna vez, y mira por dónde tú me lo has hecho revivir como si hubiera salido de nuestra cocina.
    Besos y feliz tarde.

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    1. Tampoco es que yo haya descubierto la pólvora, precisamente, que gratinados de este tipo hay a miles en la red y seguro que alguno es idéntico al mío, así que te creo, es más, suelo hacerlo con champiñones (tampoco es que lo haga muy a menudo), pero había comprado unas setas de ostra y probé a ver cómo resultaba y la verdad que nos gustó más, tal vez porque últimamente compro mucho champi y empiezan a salirnos por las orejas y es que cuando me da por algo...
      Anímate Concha y publica el tuyo, que con tu toque personal será completamente diferente al mío.
      Feliz semana. Un beso.

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  2. Estos gratinados los suelo hacer bastante, cuando son con patatas, yo los pongo por capas, los utilizo como acompañamiento de carnes o pescados. Nos gustan solos también, si sobra los comemos por la noche porque cuando predomina la patata, al día siguiente está tiesa. Muy buena tu receta y de las mías, o sea, sin apenas especias y sencilla de elaborar.
    Un beso.

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    1. A nosotros nos encantan pero los hago poco, porque entre el queso y la patata van cargaditos de calorías y no estamos delgados, precisamente, así que hay que cortarse un poco. Yo los pongo de primer plato y siempre para dos días, aunque a veces, según la clase de patata que utilice pasa lo que comentas. Con la que estoy comprando ahora no, aguanta muy bien hasta el día siguiente, pero más no, pues luego ya pierde mucho.
      Feliz semana. Un beso.

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  3. Hola, querida Isabel. Lo de la sal como no puedo tomarla desde hace mucho, lo suelo notar bastante, pero es verdad que sí que parece que la han reducido bastante. No está mal porque no es buena para la salud y si en casa o en los restaurantes la gente ya guisa con mucha, al menos en lo que se compra, algo se reduce.
    Haces bien de darte el capricho si te apetece.
    Me gustan los gratinados con patatas y hasta con puré de patatas. Aprovechas si quieres y si no, eliges el relleno que te apetezca. Con las setas tiene que estar muy bueno.
    Me apunto.
    Besos y feliz semana.

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    1. Hola Marisa. Es verdad que muchas cosas vienen ahora con bastante menos sal, lo que demuestra que no era necesario utilizar tanta como hacía la industria alimentaria, que lo único que conseguía era engancharnos a la sal, como al azúcar, otro tema igual y si bien ninguno de estos alimentos es malo per se, su abuso sí lo es. Por fortuna, la cosas van cambiando.
      También me gustan mucho los gratinados con puré de patata, bueno, en realidad es que el puré de patata me gusta hasta a cucharadas, jajaja...
      Feliz semana. Un beso.

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  4. Me gustan mucho los gratinados porque me parecen perfectos para acompañar muchos platos, pero nunca he probado uno de papas con setas, tiene que estar delicioso!
    Besos

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    1. Está muy rico Diana. Anímate y hazlo un día, seguro que os gusta.
      Un beso.

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  5. Isabel, habitualmente cocino con muy poca sal, por lo que cuando como algo que ha cocinado otra persona y que utliza la sal sin restricciones me parece la comida más rica. Pero la salud manda, y prefiero seguir con este hábito de cocinar soso.

    En cuanto a lo que comentas de algunos productos, me pasa contínuamente, pruebo una mayonesa de las de toda la vida y pienso "¿qué ha pasado?" y digo una mayonesa por poner solo un ejemplo, pero la lista es interminable, todo ha cambiado de sabor, por muy idealizados que los tenga, todo es más suave. Y de los dulces no hablemos... Pero bueno, si es por nuestro bien, tendremos que conformarnos.

    En cuanto a tu receta, pues decirte que me gustan mucho este tipo de gratinados de patata. Supongo que ya te he dicho en alguna ocasió que el beicon me pirra (hoy mismo lo comeré por cierto) y junto a las setas me parece una combinación perfecta

    Abrazos

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    1. Me he acostumbrado tanto a usar poca sal, que cuando como fuera casi todo me sabe demasiado sazonado y al contrario, a los demás mis platos les parecen sosos cuando yo los encuentro en su punto. Nunca habrá consenso con la sal, jajaja...
      Lo del cambio de sabores no sólo es por el empleo de menos sal y azúcar, también se han sustituido algunos ingredientes y aditivos, lo que al final repercute en el sabor del alimento en cuestión. Con el tiempo y en la mayoría de los casos, nos acostumbramos y nos sabe tan rico.
      Estos gratinados son muy socorridos. Se pueden hacer con casi cualquier cosa y siempre quedan buenos.
      Un abrazo.

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  6. También soy de cocinar con poca sal, como bien dices el beicon y el queso ya llevan, así que no hace falta mucha más... Te ha quedado un gratinado muy apetecible y ahora que tengo patata nueva me has inspirado.. BSS!

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    1. La sal es necesaria pero su uso excesivo no es bueno, aunque por lo que me comentáis veo que todos cuidamos nuestra salud. Eso está bien.
      Anímate a prepararlo algún día. Os encantará. Un beso.

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  7. Potatoes, mushrooms, and bacon! Three of my favorite things!

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    1. These three ingredients together always make a winning trio.

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