Lo que me gusta el
pescado y lo poco que lo hago. Principalmente porque la mayoría de
las recetas con pescado son para hecho y comido, es decir, no
aguantan muy bien el recalentamiento y yo, que a diario hago la
comida de un día para otro porque a mi pareja y a mi no nos
coinciden los horarios laborales, pues dejar hecho el salmón a la
plancha (pongamos por caso) la tarde anterior, como que no. Así que
el pescado queda circunscrito a los fines de semana, como la pasta,
el arroz y los asados de carne o a preparaciones como el escabeche
que precisamente mejoran, y mucho, con el paso de los días.
La receta se la ví a
Elvira, de Los Cerezos en Flor. Ella la hace con salmón pero yo
tenía una melva en el congelador que no sabía cómo cocinar y al
ver su receta pensé que tenía que quedar muy rica con ese pescado.
Y no me equivoqué. Apenas hice un par de modificaciones a su
preparación y ahora lo que me da rabia es tener que esperar al año
que viene para repetirla, porque la temporada de la melva es de junio
a noviembre y no creo que a estas alturas la encuentre ya en el
mercado. Por cierto, que nunca la había comido fresca, siempre en
conserva, pero se la vi comprar a una señora que estaba delante de
mí en la pescadería y tenía tan buena pinta, que se me antojó y
ya me alegro. Además congela estupendamente. Su carne es muy
parecida a la de el bonito y el atún, no en balde es de la misma
familia, pero a mí me ha parecido de sabor más suave.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
INGREDIENTES
750 gr. de melva (peso
sin espinas ni piel)
220 ml. de aceite de
girasol
75 ml. de vino blanco
seco
75 ml. de vino blanco
dulce
110 ml. de vinagre de
vino blanco
120 ml. de zumo de
naranja
½ cáscara de naranja
3 hojas de laurel
pimienta negra en grano
(al gusto)
½ tsp. de sal
unas ramas de tomillo
limón y romero frescos y de perejil fresco (al gusto)
1 tsp. de pimentón de La
Vera agridulce
170 gr. de cebolla
2 dientes de ajo grandes
ELABORACIÓN
Limpiar el pescado
eliminando las espinas y la piel. Cortar en dados regulares.
Reservar.
Hacer tiras la piel de
naranja con un acanalador o bien cortar en juliana fina, sin la parte
blanca. Reservar.
En una cazuela profunda,
poner el aceite, los vinos, el vinagre, las hojas de laurel, las
ramas de tomillo limón, de romero y de perejil lavadas, los granos
de pimienta negra, la sal, los dos dientes de ajo enteros y golpeados
y la cebolla pelada y cortada en tiras o aros anchos. Tapar y llevar
a ebullición. Cocer 30 minutos. Agregar el zumo de naranja y cuando
la preparación recupere el hervor, añadir el pimentón agridulce,
remover, incorporar la melva y la piel de naranja, tapar y cocer un
minuto. Apagar el fuego y dejar enfriar tapado para que termine de
pasarse el pescado.
Conservar en frío,
tapado y cuidando de que todo el pescado quede sumergido en los
líquidos del guiso.
Esperar al menos doce
horas antes de consumir, pues los escabeches necesitan tiempo para
reposar y tomar sabor. Cuantos más días pasen, más mejorará el
guiso. Aguanta perfectamente ocho días, siempre que el pescado no
esté en contacto con el aire.
A comer.
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