Las primeras veces que
hice esta tarta, cociné previamente la setas, pero un día probé
con las setas en crudo y no he vuelto a cocinarlas. Al estar crudas,
necesitan algo más de tiempo de cocción en el horno porque soltarán
el agua que de la otra manera habrían perdido con la cocción, pero
el exceso lo absorberá la masa, haciendo que ésta tarde más en
endurecerse. Además, los 15 minutos más de horno que necesita la
tarta compensa los por lo menos treinta que tardan en cocinarse las
setas en la sartén más el tiempo que necesiten para perder
temperatura, a fin de evitar que los huevos puedan cuajarse al
añadirlos a las setas calientes.
Personalmente me gusta
más fría o templada, pero por supuesto que se puede consumir
caliente.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
INGREDIENTES:
* Para la masa:
150 gr. de harina de
trigo
50 gr. de harina integral
de trigo
25 ml. de aceite de oliva
virgen extra
75-100 ml. de agua
sal
* Para el relleno:
250 gr. de setas de ostra
frescas
150 ml. de nata para
cocinar (18% materia grasa)
100 ml, de leche
desnatada
3 huevos tamaño L
75 gr. de queso azul
queso rallado fundente al
gusto
sal y pimienta negra
molida
* Y además:
un molde de paredes bajas
de 20 cm. de diámetro, aproximadamente
mantequilla para el molde
ELABORACIÓN:
Lavar bajo el grifo con
un hilo de agua y una a una las setas, frotándolas con un cepillito
suave. Ir colocándolas de canto en un escurridor.
Preparar la masa: En un
bol, poner las harinas, el aceite de oliva virgen extra y un poco de
sal y mezclar con una cuchara de palo. Añadir la mitad del agua y
volver a mezclar. Se formarán como unas migas. Dejar que la harina
se hidrate un par de minutos y amasar la mezcla, incorporando el agua
poco a poco hasta que apenas se pegue a las manos. Lo más probable
es que no haga falta todo el agua, pero eso dependerá del grado de
absorción de las harinas. Tapar la masa, que aún se notará un poco
húmeda, con un paño limpio y dejar reposar 30 minutos. Pasado ese
tiempo la harina habrá terminado de hidratarse y la masa resultará
más seca.
Mientras reposa la masa,
picar las setas en trozos menudos y regulares y reservar.
Precalentar el horno a
200º centígrados con calor arriba y abajo.
Enmantequillar un molde
redondo de 20 cm. de base.
Sobre una superficie de
trabajo limpia y sin enharinar, estirar la masa con el rodillo lo
suficiente para cubrir el molde y lo más fina posible. Si la masa
tiende a encogerse al estirarla, ir dándole reposos de cinco minutos
hasta que se relaje el gluten y resulte manejable. Acomodarla en el
molde procurando que no queden bolsas de aire en la base y retirar el
sobrante con el rodillo.
Desmenuzar el queso azul
y cubrir uniformemente la base de la tarta. Repartir por encima la
setas picadas y crudas.
En un plato hondo, poner
los huevos, añadir sal y pimienta negra molida al gusto y batir con
un tenedor. Añadir la leche y la nata y mezclar hasta homogeneizar.
Verter esta mezcla sobre las setas y espolvorear con queso rallado
fundente al gusto. Yo no tenía y utilicé uno para gratinar, pero no
lo recomiendo.
Introducir el molde en el
horno colocando la rejilla en la segunda posición empezando por
abajo. Bajar la temperatura a 180º C y poner calor sólo por abajo.
Cocer 30 minutos y pasado ese tiempo, subir una posición la rejilla
y cocer otros 30 minutos.
Sacar el molde del horno
y colocar en una rejilla para que se enfríe.
A comer.
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