¿Qué pasa cuando
encargas comida para treinta personas, no se presentan seis y la
mitad de los invitados son mujeres que cuidan su línea? Pues que te
sobra comida para un regimiento. Y eso es lo que me pasó a mí hace
unas semanas. Como siempre cuando son las fiestas del pueblo en el
que vivo, invitamos a cenar a los amigos y como siempre, nunca sabes
cuanta gente te va a venir. La cena se encarga a algún restaurante,
porque preparar y sobre todo almacenar comida para tanta gente, es
complicado; te estás tres días cocinando cuatro o cinco primeros
para picar y dos segundos para elegir, lo suficiente de todo para que
todos puedan comer de lo que quieran y la verdad, que sólo de pensar
dónde guardar todo lo que vas cocinando, me dan los siete males. Así
que se encarga y todos disfrutamos de la fiesta.
El problema es que
siempre sobra. Y vale que hay comida que puedes congelar, pero
otra..., pues no y no es plan comer lo mismo tres días seguidos. El
pescado, por ejemplo, tiene muy mal arreglo, ni me gusta congelarlo
una vez cocinado ni recalentarlo. Así que, después de comer un par
de días, reconvertí los restos en este puding. También tenía unos
pimientos del piquillo rellenos de surimi aburridos de entrar y salir
del frigorífico y media barra de pan duro que no congelé porque
quedó en una bolsa que no ví. Tanto los pimientos como el pan
pertenecen a las sobras de la cena de las fiestas. Me sobraron más
restos, así que amenazo con más “reconversiones”.
Con esta receta participo
por segunda ocasión en el proyecto de Thermofan 1+/-100, desperdicio 0
La
verdad es que no quería quedarme en una sola aportación, sin
embargo tampoco pensé en volver a participar tan pronto, pero han
venido así las cosas y me alegro mucho, porque como ya he dicho me
encanta su espíritu. Recomiendo a quien no lo conozca que se pase
por su blog.
Venga, a lavarse las
manos y a cocinar.
INGREDIENTES:
365 gr. de merluza en
salsa verde o cualquier pescado blanco guisado (peso sin piel ni
espinas)
2 pimientos del piquillo
rellenos de surimi (30 gr. de pimiento, 50 gr. de surimi picado
menudo y 1 tsp.
de mayonesa)
30 gr. de miga de pan
duro
100 ml. de leche
desnatada
1 yogur natural desnatado
sin azúcar
2 huevos clase L
1 tsp.
de salsa verde (de la de cocinar el pescado)
1 rama de perejil fresco
sal
ELABORACION:
Enmantequillar un molde
rectangular de al menos 900 ml. de capacidad. Forrarlo con papel de
horno y enmantequillar éste (yo no lo hice y al desmoldar se me
rompió). Reservar.
Precalentar el horno a
200º C con calor arriba y abajo.
Poner a hervir un cazo
grande con agua, calculando la que será necesaria para el baño
María que se utilizará para cocer el puding.
Picar el pan. En un cazo,
templar la leche y añadir el pan. Reservar.
Limpiar el pescado de
piel y espinas desmenuzar groseramente con las manos. Reservar.
Sacar el relleno de
surimi de los pimientos y reservar.
Cortar los pimientos en
cuadraditos pequeños y reservar.
Lavar el perejil, sacudir
para eliminar el exceso de agua y picar no muy menudo. Reservar.
En una jarra amplia,
disponer el pescado desmenuzado, la leche con el pan remojado, el
yogur natural, la salsa de cocinar la merluza, los dos huevos y sal
al gusto y batir con la batidora de brazo hasta conseguir una mezcla
fina y homogénea. Agregar el surimi, los pimientos y el perejil y
remover delicadamente con una espátula para distribuirlo por toda la
mezcla. La mezcla resultante será de 750 ml., aproximadamente.
Verter la mezcla en el
molde reservado.
Bajar la temperatura del
horno a 170º C y poner el calor sólo por abajo.
Colocar la rejilla de
horno a media altura y en ella una fuente lo suficientemente grande
para que quepa el molde que contiene la mezcla de pescado. Colocar
éste dentro de la fuente y añadir cuidadosamente a ésta el agua
del cazo, que tendrá que estar hirviendo, de tal manera que cubra
unos tres centímetros el molde.
Cerrar la puerta del
horno y cocer una hora. Pinchar el puding con una aguja o brocheta
para comprobar si está cocido. El tiempo de cocción dependerá del
molde elegido: si es grande y el puding queda bajito, necesitará
menos tiempo y si es pequeño y queda alto, necesitará más tiempo
de cocción.
Sacar el molde del horno.
Colocar sobre una rejilla para que enfríe y tapar (sin apretar para
que circule el aire) con un papel de aluminio para evitar que forme
una capa dura. Cuando se enfríe, meter en el frigorífico hasta el
día siguiente.
Desmoldar con cuidado
sobre una fuente, quitar el papel de horno y servir acompañado de
salsa mayonesa, rosa o ali-oli.
A comer.
HOla Isabel. Muy contenta estoy de tenerte de nuevo y que amenaces con más aportaciones. Si todas son coo este rico pudin de merluza, más.
ResponderEliminarMe encantan los pudins y todo tipo de pasteles salados. Puedes ver en mi blog más de uno.
Menuda cantidad de comida debiste preparar y cuánta gente se la perdió. Una pena, pero por suerte, sabes aprovechar y segundas partes en esto del reciclaje, siempre son mejores.
Besos y muchas gracias.
Muchas gracias Marisa. Me alegra mucho participar y voy a intentar hacerlo todos los meses, ya tengo a medias la próxima aportación.
ResponderEliminarYo no preparé casi nada de comida, porque como digo, se encarga fuera. Antes me liaba más, pero es muy decepcionante trabajar tanto y que sobre más de lo aceptable. Una vez preparé ocho kilos de ensaladilla y al final las sobras nos salían por los ojos. Y eso que repartí...
Un abrazo.