viernes, 5 de julio de 2019

Lechazo guisado con setas y aromáticas, en olla WMF


Mi mente matemática (o cuadriculada, ¡a saber!) me lleva a pesarlo todo, medirlo todo, proporcionarlo todo, pero evidentemente cada cual es muy libre de utilizar las cantidades de hierbas aromáticas que se adapten mejor a su gusto, a su jardín o a su despensa, porque a veces no tenemos todas las hierbas y especias que piden las recetas. En mi caso es raro, porque tengo auténtico vicio con ellas y en este momento tengo 28 distintas en la despensa (acabo de contarlas) entre hierbas aromáticas, especias y mezcla de especias, además de otras cinco frescas que tengo en tiestos. Mi aspiración es plantar un pequeño jardín de hierbas aromáticas, porque es cierto que no hay comparación entre las frescas y las secas. Todo se andará.

En una ocasión, hace poco, paré en un puesto de especias de un mercado medieval y tenía todas las que vendía menos una, que a punto estuve de comprar, pero en ese momento parece que no estaba muy inspirada y no la llevé. Según iba leyendo los carteles, parecía una cría con cromos “sí le, sí le, no le...”. Lo comentaba hace poco en la oficina y una compañera me decía que con lo que me gustaban, debiera ir al Bazar de las Especias de Estambul, donde disfrutaría como loca, pero casi mejor no, porque me perdería o perdería la cabeza, una de dos.

No os voy a decir nada de la receta. La hacéis y la probáis. Sólo os digo que en quince días la he hecho dos veces.

Y por favor y muy importante: no lo comáis recién hecho, porque seguramente no os dirá nada, ya que es un guiso que mejora y mucho de un día para otro. Incluso está mejor pasadas 48 horas ya que se equilibran los sabores de las hierbas aromáticas, suavizándose el de el romero y acentuándose el de limón del tomillo.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.


INGREDIENTES:

1 kgr. de lechazo (pierna, falda, pescuezo...)

80 gr. de cebolla

1 rama de romero fresco de 8 cm. de largo, aproximadamente

1 rama de orégano fresco de 8 cm. de largo, aproximadamente

4 ramitas de tomillo limonero fresco de 5 cm. de largo, aproximadamente, cada una

1 hoja grande de laurel

350 gr. de mezcla de setas congeladas

150 ml. de agua

aove

sal y pimienta negra molida


ELABORACIÓN:

* NOTA: Los tiempos de cocción que se indican lo son para una placa vitrocerámica de inducción. En el caso de utilizar otra fuente de calor (eléctrico, gas, halógeno), los tiempos variarán, debiendo ser adaptados. Lo mismo ocurre en caso de utilizar otra olla a presión o una cazuela convencional.

Lavar el lechazo, secarlo y cortarlo en trozos regulares. Salpimentar con sal y pimienta negra recién molida y reservar.

Pelar y cortar la cebolla en plumas finas. Reservar.

Lavar la hierbas aromáticas: romero, orégano, tomillo-limón y laurel. Sacudir para eliminar el exceso de agua y hacer un atadito o una muñequilla con las tres primeras. Reservarlas todas.

Poner un buen fondo de aceite de oliva virgen extra en la olla rápida. Cuando alcance temperatura, dorar los trozos de lechazo. Sacarlos a un plato a medida que se hagan y reservar.

Dejar que el aceite pierda un poco de temperatura y agregar la cebolla con un poco de sal y pochar. Una vez hecha, poner encima y en el centro de la olla, el atadito de hierbas y la hoja de laurel, a continuación disponer por encima el lechazo reservado y por último las setas sin descongelar. Añadir el agua y sin remover los ingredientes de la olla, colocar la tapa y cerrarla. Llevar a ebullición y cocer 15 minutos desde que suban los anillos de la válvula. Dejar que pierda toda la presión antes de abrir.

Abrir la olla, eliminar el atadito de hierbas aromáticas y rectificar de sal, si procede. En el caso de que tenga demasiada salsa, sacar ésta a un cazo y reducir a fuego fuerte. Volver a incorporar el líquido reducido, remover delicadamente y servir.

Mejora y mucho de un día para otro. Incluso está mejor pasadas 48 horas ya que se equilibran los sabores de las hierbas aromáticas.

A comer.




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