No suelo comprar por
impulso y menos por internet, que no puedes ver bien como son las
cosas. A veces compras un libro por la foto de portada y es fácil
llevarse un chasco, ya que una bonita foto no es garantía de
calidad. El caso es que un día andaba trasteando por una conocida
página de venta de libros y ví un bonito librito con una apetitosa
tarta de queso y arándanos en la portada. No era caro y me tiré a
la piscina y lo compré. Y, aunque no viene la receta de la tarta de
la portada, es un libro que me sorprendió gratamente: trae algo más
de cien recetas de pasteles y bizcochos, muchos de ellos con frutas,
con explicaciones muy concisas y todas ilustradas con una fotografía.
Tengo marcadas un montón de recetas aunque todavía he hecho muy
poquitas. El libro en cuestión se llama “Pasteles rápidos y
tartas frías” de la editorial NGV y es de esos libros hechos con
fondos editoriales. Una pequeña joya de la que ya traeré más cosas
por aquí.
En casa nos ha gustado
mucho este pastel y siendo las cerezas una de mis frutas favoritas,
lo repetiré seguro.
Una última cosa: una
cereza no mancha mucho, pero casi un cuarto de kilo dejan las manos
teñidas para varios días, por eso aconsejo el uso de guantes.
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
INGREDIENTES:
* Para el relleno:
225 gr. de cerezas (peso
con hueso) o las necesarias para cubrir la base del molde
1/2 tbs.
de maizena
20 gr. de azúcar
blanquilla
* Para el bizcocho:
100 gr. de mantequilla a
temperatura ambiente
115 gr. de azúcar
blanquilla
10 gr. de azúcar
vainillado
2 huevos tamaño L
la piel de medio limón
125 gr. de harina de todo
uso
25 gr. de maizena
1 tsp. de levadura química (impulsor)
1 pizca de sal
75 gr. de yogur tipo
griego
mantequilla para el molde
* Y además:
un molde desmontable de
18 cm. de diámetro
papel de horno
ELABORACIÓN:
* Del relleno:
Lavar y secar las
cerezas. Quitar los rabos y, utilizando guantes para uso alimentario,
deshuesar, bien con un deshuesador o bien con una brocheta de madera
o palillo chino, cogiendo la cereza entre dos dedos y presionando con
firmeza en la inserción del rabo con la fruta, hasta sacar el hueso
por el lado contrario. Colocar las cerezas deshuesadas en un
recipiente y añadir el azúcar y la maizena (esto evitará que la
fruta tiña la masa, aunque si está muy madura algo sí la teñirá).
Remover delicadamente para que se impregne bien toda la fruta.
Reservar.
* Del bizcocho:
Enmantequillar el molde
(preferiblemente desmontable) y forrar la base y paredes con papel de
horno. Enmantequillar el papel y reservar el molde preparado.
Precalentar el horno a
170º C con calor arriba y abajo.
Lavar y secar la piel de
limón. Rallarla sin llegar a la parte blanca y reservar.
Tamizar juntos la harina,
la maizena y la sal. Reservar.
Batir la mantequilla con
el azúcar blanquilla y el vainillado utilizando unas varillas
eléctricas hasta que la mezcla blanquee. Añadir los huevos de uno
en uno y ligeramente batidos, no añadiendo el segundo hasta que el
primero esté integrado del todo. Agregar la ralladura de limón e
integrar. Incorporar la harina en tres veces alternándola con el
yogur.
Disponer las cerezas en
el fondo del molde, desechando el jugo que hayan podido soltar y
verter por encima la mezcla del bizcocho. Colocar un paño de cocina
en la encimera y golpear la base del molde sobre éste para que la
masa se distribuya entre las cerezas y para eliminar las posibles
burbujas de aire.
Poner el horno con calor
sólo por abajo, colocar la rejilla a media altura e introducir el
molde. Bajar la temperatura a 160º C y hornear durante una hora,
aproximadamente, dependiendo de cada horno. Comprobar el punto de
cocción pinchando en el centro del pastel con una aguja: si sale
seca, el bizcocho ya estará cocido, si no es así, prolongar la
cocción de cinco en cinco minutos hasta que al pincharlo, la aguja
ya salga seca.
Sacar el bizcocho del
horno y colocarlo en una rejilla. Pasados diez minutos, quitar el aro
desmontable y con mucha delicadeza y la ayuda de un cuchillo de ser
necesario, quitar el papel de horno del lateral de bizcocho. Al estar
caliente resulta un poco frágil y puede quedan alguna miga pegada al
papel, pero se despegará mejor que si se enfría del todo.
Dejar enfriar el bizcocho
encima de una rejilla y sin quitar la base del molde. Cuando esté
completamente frío, dar la vuelta y quitar el papel y la base
metálica. Volver a dar la vuelta, disponer el bizcocho en la fuente
de servir y espolvorear con azúcar glas. Disfrutarlo.
A comer.
Las horas que son y con mono de dulce. Es para triunfar.
ResponderEliminarLas cerezas en tartas y pasteles, me chiflan
A la espera quedo de ver más.
Besos guapa.
Cualquier hora es buena para un dulce y si es casero, mejor.
ResponderEliminar¡Ay las cerezas! Ese tenía que ser el fruto prohibido y no la manzana. No confieso las que puedo llegar a comer en la temporada pero son muchas-muchas.
Ya caerán más recetas del librito en cuestión.
Un beso.