lunes, 1 de julio de 2019

Puding de leche de coco y naranja


Cuando me meto en la cocina no me gusta tener a nadie pululando alrededor porque invariablemente meteré la pata con lo que esté cocinando, olvidándose añadir algún ingrediente (la sal, casi siempre) o poner el temporizador para controlar el tiempo de cocción o apagar el fuego cuando ya ha sonado aquél... ¿sigo?. Mejor no. La cuestión es que no puedo cocinar con distracciones alrededor. Y si a eso le sumamos las prisas (no sé cocinar con estrés), el desastre puede ser total. Pues eso fue lo que pasó hace unos días. La hora de comer, yo preparando un pan para hacer en la panificadora, terminando de hacer la comida y se presenta mi cuñada, que nunca tiene prisa y nos ponemos de casque mientras voy acabando de hacer las cosas. Termino de preparar el pan, meto la cubeta en la panificadora, pongo la mesa, recojo la encimera, me despido de mi cuñada, apago el fuego, sirvo la comida (todo esto deprisa), nos sentamos a comer y pienso “uf, menos mal, no se me agarró la comida”, cosa que hubiera sido fácil con la distracción de la visita.
 
Pues no, la comida no se me quemó, pero no le puse sal al pan. La verdad que en casa comemos casi todo con poca sal, pero de ahí a ninguna...Total que el pan empezó a dar vueltas por la cocina y a quedarse duro, pero no lo iba a tirar, por supuesto, así que preparé este puding que es una muy buena opción para dar salida al pan duro o a la bollería que se ha quedado un poco seca, aunque eso no nos pasa nunca porque somos demasiado golosos y no sabemos lo que es que un bizcocho se quede seco o duro. También aproveché para utilizar las últimas y tristes naranjas que tenía en el frigorífico. De hecho una se estaba poniendo ya pocha.

¿Y hace falta que diga que este puding va para

 
a que no? Ya sé que un puding no es muy original, pero no creo que la idea de Marisa es que seamos originales, sino que le demos una segunda oportunidad a los alimentos para evitar que acaben en la basura. Vale, si de paso somos originales, pues mejor que mejor, pero creo que eso lo dejo para otras.

A ver qué hago ahora con la leche de coco que me ha sobrado...

Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
 
 
INGREDIENTES:
 
* Para un molde tipo plum cake de 17'5 cm. de largo por 8'5 cm. de ancho (medidas de la base) y un litro y cuarto de capacidad
 

200 gr. de azúcar
 
40 ml. de agua
 
5 rebanadas de pan de molde, aproximadamente unos 260 gr. (dependerá del molde elegido)
 
300 ml. de leche de coco
 
120 ml. de zumo natural de naranja
 
4 huevos talla L
 
100 gr. de miel mil flores ecológica
 
35 gr. de arándanos rojos deshidratados
 
coco deshidratado en láminas
 
 
ELABORACIÓN:
 
Disponer los 200 gr. de azúcar y los 40 ml. de agua en un cazo o sartén y llevar a ebullición hasta conseguir un caramelo claro. Echarlo en el molde elegido e ir girando éste para cubrir las paredes y la base con el caramelo. Manipular con cuidado para evitar quemaduras. Reservar el molde caramelizado.
 
Agitar enérgicamente la lata de leche de coco para homogeneizar la parte sólida y la parte líquida.
 
En una jarra alta o en el vaso de la batidora de brazo (con capacidad suficiente para batir los 750 ml. de preparación resultante), introducir la leche de coco, el zumo natural de naranja, los huevos y la miel y batir con la batidora.
 
Precalentar el horno a 200º centígrados con calor arriba y abajo. Poner agua a hervir en un cazo para preparar un baño María.
 
Quitar la corteza al pan (yo no lo hago). Si el pan elegido es muy denso o está seco, remojarlo previamente con la preparación anterior.

Colocar un capa de pan en el fondo del molde, añadir un tercio de la preparación de leche y huevos, distribuir la mitad de los arándanos rojos, colocar otra capa de pan, otro tercio de líquidos, el resto de arándanos, una última capa de pan y el resto de la preparación líquida.
 
Bajar la temperatura del horno a 170º C y poner el calor sólo por abajo.
 
Colocar la rejilla de horno en la segunda posición empezando por abajo y en ella una fuente lo suficientemente grande para que quepa el molde que contiene la mezcla del puding. Colocar éste dentro de la fuente y añadir cuidadosamente a ésta el agua del cazo, que tendrá que estar hirviendo, de tal manera que cubra unos tres centímetros el molde.
 
Cerrar la puerta del horno y cocer 45 minutos. Pinchar el puding con una aguja o brocheta para comprobar si está cocido, teniendo en cuenta que seguirá cuajando con el calor residual.

Sacar el molde del horno. Colocar sobre una rejilla para que enfríe y colocar encima un peso para compactar (un par de briks de leche envueltos en plástico alimentario, por ejemplo). Cuando se enfríe, retirar el peso y meter el molde en el frigorífico hasta el día siguiente.

Desmoldar con cuidado sobre una fuente, distribuir el coco laminado por encima y servir.
 
A comer.
 
 

4 comentarios:

  1. Isabel, me he estresado sólo con leerte y eso que a mí me pasa lo mismo. Si el pan hubiera sido para mí, sin problema, porque no puedo tomar sal. Así que, tu despiste nos viene en forma de pudin delicioso y para mí, original.
    Se ve tan esponjoso y jugoso que ahora mismo caía una rebanada.
    Gracias por regalarme esta maravilla.
    Besos y buenas noches.

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  2. Hay personas que trabajan bien bajo presión, pero en la cocina yo no soy de esas. Menos mal que suelo estar sola en casa cuando guiso y no hay muchos desastres. Aunque en este caso vino bien, porque ciertamente el puding quedó muy jugoso y además mejoró con el paso de los días.
    Me alegro de que te haya gustado.
    Un beso.

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  3. ¡Buenísima receta Isabel! He llegado a tu blog gracias al reto de Marisa, creo que no te conocía de antes aunque con mi parón por maternidad hay algunas cocinas que igual se me han despistado un poco.

    Me pasa igual que a ti, prefiero cocinar sola y con calma, si hay mucho follón acabo por perder la concentración y la paciencia.

    A mí la leche de coco me encanta, de hecho tengo alguna receta con ella en mi blog, por si te apetece pasar a buscar alguna idea para dar salida a la que te ha sobrado

    ¡Besos mil!

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  4. Hola Cuca. Muchas gracias por tus palabras. Me alegro de que te guste mi propuesta. Yo soy muy nuevita por estos lares, así que no creo que se te despistase mi cocina. ¡A lo mejor es más joven que tu bebé!
    Enhorabuena por tu maternidad. Ya me paso por tu cocina.
    Un beso.

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