Pero cómo me gustan las
tartas saladas. Ya sé que me repito, pero son cómodas, versátiles,
normalmente muy sencillas y se pueden hacer con antelación, es que
lo tienen todo. Y si encima compras la masa hecha y el relleno es en
crudo como la que traigo hoy, se hacen en un momento y sin esfuerzo,
que eso es algo que también hay que valorar. Yo las hago de muchas
cosas. Algunas son adaptadas, como ésta, que está adaptada del
libro “Quiches y tartas saladas” de Émile Perrin, editado por
RBA y otras completamente de cosecha propia. Así que, como podéis
imaginar, seguirán desfilando por aquí tartas saladas para aburrir.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
INGREDIENTES:
* Para la masa:
140 gr. de harina de todo uso
20 ml. de AOVE
70 ml. de agua
una pizca de sal
la punta de un cuchillo romo de
pimienta blanca molida
* Para el relleno:
265 gr. de calabacín (peso en limpio),
preferiblemente de la variedad verde claro
120 gr. de chorizo criollo
3 quesitos tipo El Caserío
1 ramita de perejil
200 ml. de leche evaporada
3 huevos clase M
sal
queso mozzarella rallado para gratinar
* Y además:
un molde apto para horno de 23 cm. de
diámetro
ELABORACIÓN:
NOTA: Los tiempos,
temperaturas, fuentes de calor y posición de la bandeja en el horno
que se indican, son los que funcionan en mi horno. Como no hay dos
hornos iguales (ni siquiera siendo de la misma marca y modelo), cada
cual deberá adaptar la forma de cocción a su horno, aunque
probablemente las correcciones habrán de ser mínimas.
* De la masa:
En
un bol, poner la harina, el aceite de oliva virgen extra, la pimienta
blanca y un poco de sal y mezclar con una cuchara de palo. Añadir la
mitad del agua y volver a mezclar. Se formarán como unas migas.
Dejar que la harina se hidrate un par de minutos y amasar la mezcla,
incorporando el agua poco a poco hasta que apenas se pegue a las
manos. Lo más probable es que no haga falta todo el agua, pero eso
dependerá del grado de absorción de la harina.
Como
es poca cantidad, no resulta fácil de manejar, pero con un poco de
paciencia se consigue.
Tapar
la masa, que no ha de notarse húmeda, con un paño limpio y dejar
reposar 40 minutos como mínimo. Pasado ese tiempo la harina habrá
terminado de hidratarse y la masa resultará más seca.
Sobre una superficie de
trabajo limpia y sin enharinar, estirar la masa con el rodillo lo
suficiente para cubrir el molde y lo más fina posible. Si la masa
tiende a encogerse al estirarla, ir dándole reposos de cinco minutos
hasta que se relaje el gluten y resulte manejable. Acomodarla en el
molde procurando que no queden bolsas de aire en la base y retirar el
sobrante con el rodillo. Reservar tapando el molde con un paño
limpio.
Si la masa ha quedado
bien hecha, no hará falta enharinar ni la superficie de trabajo ni
el rodillo, pues no se pegará. Tampoco será necesario encamisar el
molde.
Precalentar el horno a
200º C con calor arriba y abajo.
* Del relleno:
Lavar, secar y despuntar
el calabacín. Si es muy tierno o de la variedad verde claro, no será
necesario pelarlo. Con un cuchillo afilado o una mandolina, cortarlo
en rodajas finitas de unos tres milímetros de grosor.
Disponer la mitad del
calabacín en el molde ya forrado con la masa y cubriendo toda la
base. Retirar la piel del chorizo criollo y cortar en rodajas un poco
gruesas. Aplanarlas ligeramente con los dedos y distribuir encima del
calabacín. Quitar el envoltorio de los quesitos y cortar cada uno en
cuatro porciones triangulares. Colocar entre los huecos del chorizo y
por toda la superficie de la tarta. Cubrir con el resto del
calabacín.
Batir los huevos con sal
como para tortilla. Añadir el perejil previamente lavado y picado
finamente y la leche evaporada. Mezclar y agregar a la tarta. Dejar
que la mezcla se distribuya por los huecos del relleno.
Distribuir por encima el
queso mozzarella rallado e introducir en el horno precalentado,
colocando la rejilla en la segunda posición empezando por abajo.
Bajar la temperatura del horno a 180º C y poner el calor sólo por
abajo. Hornear 45 minutos. Pinchar con una brocheta en el centro para
comprobar el punto de cocción: si sale seca, ya estará lista.
Degustar fría o
templada.
A comer.
Pues ya tenemos más cosas en común. Fan total de los pasteles salados y del calabacín blanco. Aquí, tras la gota fría, no se ve ni uno y los echo de menos una barbaridad.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu masa con aceite de oliva, otra cosa más en común y el relleno, para mí sin chorizo.
Me llevó mi trocito.
Mil gracias por tu consejo lo seguiré con la próxima albahaca.
Besets.
Pues se pondrán a un precio prohibitivo. Mis matas ya casi no dan, pero todavía tengo alguno, que en cuanto se acaben, me despediré de ellos hasta el año que viene, porque por esta zona sondifícil de ver. No hay mucha costumbre de sembrar esa variedad y tiene poca venta. Lástima.
EliminarEsta masa de aceite la hago mucho, con distintas variantes. Es una masa dura que aguanta muy bien la humedad. Si el relleno es muy húmedo, no utilizo levadura y al contrario, si es seco, le pongo un poco de levadura a la masa para que quede un poco más tierna. Si queda bien hecha, se puede estirar muy fina sin romperse.
Me alegro de que te guste la tarta y espero que mi consejo te sea de utilidad.
Un beso.
Me encantan los pasteles salados y ahora tenemos muchos calabacines del huerto así que este, que además lleva chorizo, me parece toda una delicia ¡apuntado queda! ¡Besos mil!
ResponderEliminarPues si tienes huerto, te pasará lo que a mi, que tienes calabacines para aburrir y una buena forma de emplearlos es en pasteles salados.
EliminarMe alegro de que te guste el que os propongo.
Un beso.
Aquí tienes otra entusiasta de los pasteles salados, pienso como tú, son muy apañados para cualquier comida y están buenísimos. Me llevo el tuyo, con masa y todo, un lujo.
ResponderEliminarBss
Para comidas, para cenas, en versión pequeña para un picoteo informal... Y además le gustan a casi todo el mundo.
EliminarTe gustará.
Un beso.
Hola, esto sí que es disfrutar este pastel salado dbe estar de muerte, sólo verlo apetece probarlo. Un beso!!
ResponderEliminarAdemás es muy jugoso, con lo que aguanta muy bien el paso de las horas. A mi me duró tres días y bien tapado, el final estaba casi como el primer día.
EliminarAnímate y pruébalo.
Un beso.
Qué rica Isabel! A mí también me pierden estas tartas si además es tan fácil, para copiar y repetir. BSitos linda!
ResponderEliminarEsta es facilísima. La mayor complicación es cortar todas las rodajas de calabacín del mismo grosor. Y si usas una mandolina, ni eso.
EliminarSeguro que si la pruebas, te gusta.
Un beso.
Me encantan todo tipo de pasteles salados y me encanta el calabacín. Yo en verano tengo un mini mini huerto y planto calabacines, este año he puesto los blancos pero no me han dado muy buen resultado y además me han dado muy poco fruto. Me quedo con tu receta. Un beso
ResponderEliminarPues es raro porque es una planta que, salvo los primeros calabacines y los últimos que no suelen ser buenos porque los mejores los da cuando las noches son cálidas, da para aburrir a vecinos y familiares. No te desanimes y prueba el año que viene.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y bien venida a mi rincón.
Un beso.