Hacía días que había
abierto una lata grande de atún en aceite y todavía me quedaba un
resto que ya estaba aburrida de ver danzar por el frigorífico.
Pensando en qué hacía con él que no fuera añadirlo a una ensalada,
se me ocurrió hacer buñuelos. En casa siempre se hicieron de
bacalao o de jamón serrano y pensé que no debían quedar mal de
atún. Así que cogí la receta de los buñuelos de mi madre, le hice
un par de modificaciones mínimas (cambiar un poquito de harina
normal por integral fue una de ellas, aprovechado que el color y
textura del atún harían que pasara desapercibida) y me salieron
estos buñuelos que en casa nos han gustado mucho. La receta de los
buñuelos es de las pocas que aprendí a hacer de mi madre sólo con
verla a ella prepararlos. La verdad que para quien no los haya hecho
nunca, tienen su intríngulis: primero porque la masa inicial es
bastante tenaz y hay que echarle brazo, después porque cuando añades
los huevos y aquello parece que se corta y encima patina que da
gusto, piensas que no vas a ser capaz de conseguir que la masa vuelva
a su estado natural y por último porque la fritura de los buñuelos
es la clave de que sean un éxito o un fracaso. Yo los hago poco
porque en casa casi no comemos fritos pero si no se los hubiera visto
hacer a mi madre cientos de veces, las primeras ocasiones habría
pensado que los estaba haciendo mal. Creo que es de esas recetas que
requieren cierta práctica, por eso me extiendo un poco con las
explicaciones de la fritura, tal vez el mayor secreto de unos buenos
buñuelos.
Y como es una receta de
aprovechamiento, ya que los buñuelos admiten casi cualquier
ingrediente sólido que les pongas, es mi aportación de septiembre
a 1+/-100, desperdicio 0,
el proyecto de Marisa (Thermofan) en el que estoy encantada de participar cada mes, porque aunque en mi casa no se tira comida, la verdad que antes me limitaba a reutilizarla de dos o tres formas, a lo sumo, pero ahora me esfuerzo por variar un poco más y es una de las cosas que le tengo que agradecer a este sol de mujer.
Ya se me olvidaba: la masa de los buñuelos aguanta perfectamente
hasta 48 horas en un recipiente hermético dentro del frigorífico;
sólo hay que tener la precaución de sacarla al menos un par de
horas antes del frío para que en el interior pueda alcanzar la
temperatura ambiente, otro elemento muy importante (la menor
diferencia de temperatura entre la masa y el aceite) para conseguir
unos buñuelos crujientes por fuera y jugosos por dentro.
Venga,
a lavarse las manos y a cocinar.
INGREDIENTES:
75 gr. de atún en aceite
(peso escurrido)
80 gr. de harina de trigo
de todo uso
5 gr. de harina de trigo
integral
35 gr. de margarina
vegetal
2 huevos tamaño M
175 ml. de agua
1/2 tsp. de impulsor
químico
sal
aceite para freír
salsa de tomate espesa
salsa Tabasco (opcional
pero muy recomendable)
ELABORACIÓN:
Mezclar ambas harinas y
tamizar sobre un bol. Incorporar al bol el salvado de trigo que vaya
quedando en el tamiz. Reservar.
Tamizar en un cuenco
pequeña el impulsor químico y reservar.
En un cazo no muy grande
para que después resulte más fácil remover la masa, disponer el
agua y la margarina y llevar a ebullición. Agregar un poco de sal.
Cuando arranque el hervor, retirar el cazo del fuego y agregar de
golpe toda la mezcla de harinas. Batir bien y con energía hasta las
harinas queden completamente disueltas en el líquido y no se vean
grumos. Agregar el atún desmenuzado y bien escurrido del aceite de
la conserva, integrar y llevar de nuevo el cazo al fuego. Cocer la
masa a fuego medio-alto durante tres minutos sin dejar de remover.
Apartar del fuego y dejar templar, removiendo frecuentemente para
evitar que la parte superior de la masa se seque.
Una vez templada, cascar
un huevo y sin batirlo, añadirlo a la masa. Remover nuevamente hasta
que el huevo se integre por completo. Costará un poco porque el
huevo formará una especie de película alrededor de porciones de
masa dificultado su uniformidad, pero después de un rato de remover
la masa lo absorberá y volverá a adquirir un aspecto compacto y
liso. Proceder del mismo modo con el segundo huevo. Costará
integrarlo un poquito menos. En caso de preparar más cantidad de
masa, cada huevo que se añada se integrará con más facilidad. Por
último, añadir el impulsor químico y removerlo para distribuir
bien. Probar un poquito de masa y rectificar de sal si fuera
necesario, teniendo en cuenta que al estar la harina cruda, la masa
siempre va a saber más sosa que después de frita. Tapar con film
alimentario y dejar reposar a temperatura ambiente 20 minutos.
En una sartén pequeña o
mejor aún, en un cazo pequeño, poner el aceite suficiente como para
que los buñuelos floten al freír. Llevar al fuego y calentar a
fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, pero no en exceso
para que los buñuelos no se arrebaten (es decir, se doren por fuera
pero queden crudos por dentro) incorporar bolitas de masa hechas con
la ayuda de dos cucharillas. No conviene poner muchas de cada vez
para evitar que baje la temperatura del aceite (si fuera así, los
buñuelos absorberán más aceite y se abrirán); además han de
quedar holgadas para que la masa pueda darse la vuelta por sí sola
a medida que se fríe. Sacar los buñuelos a un plato con papel de
cocina para que absorba el exceso de aceite.
Servir acompañados de
salsa de tomate muy espesa aderezada con salsa Tabasco al gusto.
A comer.
Te han quedado perfectos Isabel! Yo tampoco suelo freír en casa pero esta receta bien vale la pena, si además has aprovechado el atún, mejor que mejor! Bss guapa y feliz semana!
ResponderEliminarHola guapa. Como los fritos los hago de tarde en tarde, el día que los cocino nos saben más ricos, como estos buñuelos, que quedaron estupendos con el atún. Algún día los repetiré porque nos gustaron mucho y el atún no suele faltar en mi despensa.
EliminarUn beso.
Yo creo que las recetas de aprovechamiento, que son las más creativas, al final son las que más nos gustan y apuntamos para que no se nos olviden. A las pruebas me remito, tus buñuelos han quedado estupendos, recetas de siempre adaptadas al presente, ricas si o si.
ResponderEliminarUn beso.
Creativas y casi siempre muy económicas, como los buñuelos, que con un par de huevos y poco más salen bastantes. Los acompañas de una buena ensalada y los rematas con fruta y ya tienes lista la cena.
EliminarBesos.
Bueno, bueno. Mil gracias por lo de "sol de mujer". Hoy me viene de maravilla recibir piropos porque ando un poco malucha, así que te lo agradezco un montón. Tú también eres otro sol.
ResponderEliminarNunca he hecho buñuelos y en casa tampoco comemos fritos, menos si estoy sola y me parece que a partir de ahora, eso no lo voy a evitar.
Me encanta que el proyecto te anime a innovar al reciclar, es realmente lo que tiene participar, que nos hacemos conscientes de ello y nos ilusionamos pensando posibilidades. Le has dado una vida nueva a ese atún...
y lo habéis disfrutado.
Ahora, cuando toque frito, ya sabes que los buñuelos de tu madre, admiten el atún sin dudarlo.
Mil gracias por estar de nuevo.
Un beso muy grande.
No te he olvidado, pero es que no he podido focalizar en el tema porque he estado muy liada.
Siento que estés mala, espero que no sea nada grave. Y al mismo tiempo me alegro de que mis palabras te animen, pero es lo que pienso realmente.
EliminarTu frase "nos ilusionamos pensando posibilidades" no puede describir mejor mi actitud ante ese resto de comida (antes triste) que me mira desde el frigorífico. Empiezo a pensar a ver qué puedo hacer que no sea lo de siempre y según la inspiración, hay veces que tengo más ideas que comida. Algunas combinaciones no son acertadas, pero otras las incorporo a mi repertorio y las repito después ex profeso.
Y tranquila, ya he supuesto que andas liada.
Besos y feliz semana.