Aprovechando la
disponibilidad de horas libres que nos brinda la situación actual,
estoy dando un repaso a las recetas que tengo apuntadas en
“pendientes” en formato papel y me he dado cuenta de varias
cosas: que estoy buscando la receta perfecta de las tortas de anís
tipo Inés Rosales y de la coca de llanda, a tenor de la cantidad de
recetas que tengo apuntadas de estos dos postres, que soy una golosa
empedernida pues las recetas dulces ganan por goleada a las saladas,
que casi no tengo ningún plato de cuchara ni con verduras
(prácticamente proscritos en mi casa) y que tengo muy pocos de
pescado, aunque esto último por una cuestión práctica, pues casi
siempre cocino de un día para otro y el pescado “reposado”,
pierde mucho. Lo de los platos de cuchara y de verduras no tiene
solución, pues salvo algún plato muy concreto, son ingredientes que
sólo como yo y si los hago sólo para mí, pues la verdad que no me
complico en cuando a su elaboración. Lo del pescado tiene mejor
solución, sólo me tengo que acostumbrar a cocinarlo más el fin de
semana y en cuanto al dulce... pues qué queréis que os diga, que de
vez en cuando hay que darle una alegría al cuerpo aunque,
sinceramente, mis caderas están más que contentas, pero a estas
alturas, ya me trae al fresco.
Y repasando apuntes
encontré esta receta de bonet de Lola en la Cocina.
El bonet, un puding hecho con galletas amaretti, es un postre
italiano típico de la región del Piamonte. Muy sencillo y rápido
en su elaboración, la única dificultad puede ser el encontrar los
amaretti, que para quien no lo sepa, son unas galletitas secas
(también las hay blandas) elaboradas con almendras, azúcar y clara
de huevo y, aquí es lo que las caracteriza, con hueso de
albaricoque, es de suponer que no con la parte de la madera (menuda
obviedad), sino con la semilla de su interior que es amarga, siendo
éste el sabor que caracteriza y distingue a los amaretti de otras
galletitas. Por cierto, que si no las habéis probado, os aconsejo
que lo hagáis pues están riquísimas, aunque tienen mucho peligro,
pues se comen sin sentir de ligeras que son.
Total, que me tropecé
con la receta y justo un par de días antes había estado en Lidl con
los amaretti de la mano y no los cogí. ¡Vaya, qué casualidad! Pues
ya tenía que hacerlos, sí o sí. Y de repente, estado de alarma que
te crió, hala, se acabó eso de ir al super hoy a por un paquete de
harina y mañana a por uno de azúcar. Además con la locura de los
primeros días, como que yo pasaba del tema. En cualquier caso,
confiaba en que los siguieran teniendo aunque hubieran pasado varias
semanas del especial de Italia, pues aquí hay determinados productos
que se venden poco y tardan mucho en retirarlos de las estanterías.
Y cual fue mi suerte que la semana pasada, cuando fui a comprar, allí
estaban, unos poquitos paquetes que casi parecían estar esperándome,
así que cogí un par de ellos y me vine tan contenta para casa.
¿Y qué os digo del
bonet? Que está bueno, la verdad. El sabor del ron es muy
pronunciado y el de los amaretti bastante sutil. Diferente. He
seguido la receta de Lola, aumentando un poco el azúcar y haciendo
la mitad de la cantidad que ella indica. Si encontráis amaretti, os
recomiendo que la hagáis.
Un consejo: embadurnad
bien con caramelo el fondo y las paredes de los moldes. Yo no lo hice
y he tenido más de un disgusto al desmoldarlos.
Venga, a lavarse las
manos y a cocinar.
INGREDIENTES:
*Para diez flaneras
pequeñas de 80 ml. de capacidad. Volumen total de la mezcla: 600
ml., aprox.
100 gr. de azúcar
blanquilla
3 huevos tamaño L a
temperatura ambiente
1'5 tbs. de cacao amargo
en polvo
300 ml. de leche
desnatada templada
50 gr. de amaretti
15 ml. de ron Havana Club
7 años u otro ron oscuro añejo
Para el caramelo:
90 gr. de azúcar
blanquilla
30 ml. de agua
6-7 gotas de zumo de
limón
ELABORACIÓN:
Disponer la leche
templada en una jarra grande y añadir los amaretti enteros. Dejar
que se vayan ablandando y preparar mientras el caramelo.
Poner en un cazo el
azúcar del caramelo, el agua y el zumo de limón y llevar a
ebullición a fuego medio-alto. No mover el cazo hasta que se haya
disuelto todo el azúcar. Cocer hasta formar un caramelo rubio claro
y distribuirlo entre las flaneras, cubriendo el fondo y los laterales
de éstas. Manipular con cuidado pues el caramelo alcanza
temperaturas muy altas. Trabajar deprisa, pues el caramelo endurece
rápido aunque el zumo de limón hace que este proceso se ralentice
un poco. Precalentar el horno a 200º centígrados con calor arriba y
abajo. Poner agua a hervir en un cazo para preparar un baño María.
En la jarra donde está
la leche, agregar el resto de ingredientes: azúcar, huevos, cacao y
ron. Batir con la batidora de brazo evitando introducir aire y hasta
conseguir una mezcla homogénea y muy líquida. Distribuirla entre
las flaneras y colocar éstas dentro de una bandeja de paredes altas
que pueda ir al horno.
Bajar la temperatura del
horno a 170º C y poner el calor sólo por abajo.
Colocar la rejilla del
horno en la segunda posición empezando por abajo y en ella la fuente
con las flaneras. Añadir cuidadosamente a ésta el agua del cazo,
que tendrá que estar hirviendo, de tal manera que cubra unos 2
centímetros de los moldes.
Cerrar la puerta del
horno y hornear 30 minutos. Pinchar una de las flaneras con una aguja
o brocheta para comprobar si están cocidas, teniendo en cuenta que
seguirán cuajando con el calor residual.
Sacar la bandeja del
horno y colocar las flaneras sobre una rejilla para que se enfríen.
Una vez estén a temperatura ambiente, tapar con film alimentario y
llevar al frigorífico hasta que estén completamente frías y se
asienten, seis horas por lo menos o mejor toda la noche.
Sacar del frigorífico
media hora antes de consumir para que se atemperen. Desmoldar a un
plato y servir.
A comer.
¿Que quieres hacer coca de llanda? Pues si no es de una valenciana, ni se te ocurra, ja, ja. Que me pongo en jarras y te echo el puro como si habláramos de paella... Es broma, pero la verdad es que la he visto a veces y de coca de llanda, poco. Tengo varias en el blog pero sin azúcar, se me desmenuza, no puedo hacerla con costra de azúcar y canela. Bueno, que no he venido a "hablar de mi libro".
ResponderEliminarVaya receta más maravillosa. No los conocía y mira por dónde, te has dado el gusto, hasta confinada. Me alegro mucho.
La cocina italiana no sin solo pasta y pizza. Cada región es un mundo maravilloso.
Me llevo mi trocito para ver si duermo, que llevo unos días desastrosos.
Mi pan es bien fácil. Tienes dos para elegir y así, desestresas. Estoy bromista está noche, será que no me aguanto ya y lo que me queda.
Cuídate mucho.
Besets
Tomo nota de dónde he de buscar una buena coca, cada región lo suyo. Que conste que tengo apuntadas varias recetas tuyas, entre ellas la coca fartina que publicaste allá por el mes de noviembre de 2011 y otra de chocolate de agosto de 2015, así que no hace falta que me vendas nada, que ya lo tengo comprado, jeje.
EliminarEn cuanto al bonet, he visto pocos por internet y está bien rico, merece la pena hacerlo. Siendo una receta de la rica cultura gastronómica italiana, es apuesta segura.
Lo del sueño debe ser general. Llevo varios días que no me duermo hasta las cuatro de la mañana y luego, antes de las nueve, ya tengo los ojos como platos. Menudo desastre, pero es que las circunstancias han trastocado por completo nuestras vidas y rutinas. Bueno, es lo que toca. A lo mejor, en una de esas noches de insomnio, me doy un golpe en la cabeza y me pongo a hacer pan, quien sabe. Mira por dónde, ya habría sacado algo bueno, perder el miedo a hacer pan. El buen humor que no decaiga querida Marisa.
Cuídate. Un beso.
Buena receta, con lo que nos gusta a nosotros un flan, éste da el pego perfectamente, solo que mucho más rico con esos ingredientes especiales que lleva. Los amarettis no los he probado nunca, es que no me suena ni el nombre y tampoco he añadido nada de licor a una preparación similar, luego, me la llevo a mi libreta, que yo también tengo recetas de pendientes en papel, y no veas como está de llena.
ResponderEliminarUn beso.
Pues si encuentras los amaretti, no dudes en probarlos. Son dulces y ligeramente amargos a la vez, muy en el aire, como se dice por aquí y se comen sin sentir. A mí, personalmente me encantan.
EliminarLo de las interminables carpetas de pendientes, tanto digitales como en papel, creo que es algo común a todas las personas a las que nos gusta cocinar, pero como no hacemos mal a nadie, al contrario, tenemos tan contenta a la familia con la variedad de platos que cocinamos, pues seguiremos engordándolas.
Un beso.
Seguro que está para chuparse los dedos, me encanta la repostería italiana. No lo he hecho nunca y estaría muy bien probarlo, de aspecto se ve delicioso. Gracias guapa. Un beso.
ResponderEliminarEstá muy bueno. Es diferente, rápido y sencillo de preparar y merece la pena hacerlo, aunque sólo sea una vez.
EliminarUn beso.