jueves, 30 de abril de 2020

Salsa chraimeh


Esta salsa está tan buena, que merece una entrada para ella sola. En casa la hemos comido para acompañar unos pinchos de magro de cerdo a la brasa y para unas alitas de pollo embadurnadas con ella y después asadas en las brasas y las carnes, de ambas maneras, estaban muy ricas, sobre todo las alitas, así que supongo que también ha de quedar muy bien con churrasco de ternera, con unas costillas fritas o asadas y con una fondue de solomillo de cerdo. Es desde luego, una salsa muy versátil.

La salsa, recién hecha, no es muy picante, pero no caigáis en la tentación de añadir más guindilla, pues el sabor se va intensificando con el paso de las horas y de los días, pues se conserva perfectamente al menos dos semanas, que es el tiempo que hemos tardado en consumirla. Como es una salsa de sabor potente, cunde mucho y con las cantidades que doy, sale bastante. Pero si dobláis cantidades, aconsejo que preparéis la mezcla en un procesador de alimentos, ya que os facilitará mucho la tarea, cuidando siempre que la textura quede un poco gruesa.

Venga, a lavarse las manos y a cocinar.



INGREDIENTES:


3 tbs. de aceite de girasol

3 dientes de ajo medianos

1 tsp. de pimentón dulce

1 tsp. de semillas de alcaravea

1/2 tsp. de semillas de comino

una punta generosa de cuchillo romo de canela en polvo

2 pimientas de cayena verdes frescas o 1 chile verde fresco

75 ml. de agua caliente

tbs. de salsa de tomate espesa

1/2 tsp. de azúcar blanquilla

2 tbs. de zumo de limón

sal y pimienta negra en polvo


ELABORACIÓN:


En una sartén sin aceite, tostar a fuego medio las semillas de alcaravea hasta que empiecen a desprender su aroma y cuidando que no se quemen. Apartar del fuego y dejar enfriar.

Pelar los ajos, eliminar el germen e introducir en un mortero. Añadir las semillas de comino, las de alcaravea frías y las cayenas verdes picadas gruesas o el chile picado igualmente grueso. Machacar hasta formar una pasta. Añadir 2 tbs de aceite y homogeneizar.

Poner a calentar 1 tbs de aceite en una sartén pequeña. Cuando esté bien caliente, añadir la pasta del mortero, remover y sofreír a fuego alto durante medio minuto. Apartar del fuego y añadir un poco del agua caliente para bajar la temperatura del aceite y evitar que salte. Agregar el resto del agua, la salsa de tomate, el pimentón dulce, el azúcar, la canela, el zumo de limón, 1/4 tbs de sal y una pizca de pimienta negra, remover y volver a llevar al fuego. Calentar el conjunto a temperatura suave y hervir durante dos minutos.

Apartar del fuego y consumir templada o a temperatura ambiente.

A comer.

4 comentarios:

  1. A simple vista tiene muy buen aspecto, ahora habría que probarla, pero yo no creo que decepcione, las recetas hechas con cariño y siguiendo sus pasos no pueden quedar mal, otra cosa es que nos gusten más o menos. Yo la probaría con sumo gusto y si es cubriendo unos pinchitos, mejor aún.
    Que tengas buen dia. Bss

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    1. Pues yo creo que te gustaría, porque aunque sola resulta más bien fuerte, luego, curiosamente cuando acompaña otro ingrediente, se combina de tal forma que no predomina su sabor sobre el otro alimento, sino que lo complementa. Y además está igual de rica tanto cocinada brevemente, como en la receta de las supremas de salmón, como cruda acompañando unos pinchitos e incluso a la brasa con alitas, que es como más nos ha gustado. Es una salsa tremendamente versátil.
      Besos.

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  2. Hola esty segura que es una salsa deliciosa, para algrar muchos platos. Sólo el color tan bonito invita a probarla. Un beso

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    1. Hola Elisa. Ésta es una salsa llena de matices y tremendamente versátil pues va igual de bien con carne que con pescado. Es una salsa con carácter, no lo vamos a negar, que no deja indiferente y que tiene la particularidad de que su sabor se suaviza mucho al comerla con el ingrediente principal.
      Un beso.

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