lunes, 25 de mayo de 2020

Empanadillas horneadas de pollo, níscalos y frutos secos



Creo que no hacía empanadillas desde las empanadillas horneadas de cebolla caramelizada, champiñones y queso azul que publiqué allá por marzo del año pasado y es que he de confesar que hacer empanadillas me da un perezón tremendo. El caso es que veo las obleas y pienso “qué ricas unas empanadillas, tenía que comprar un paquete y hacerlas” y la mayoría de las veces no lo compro porque ya me ha pasado que me ha caducado en el frigorífico y eso que si está en la parte más fría del mismo, duran muchísimo más que la fecha de caducidad que indica el fabricante.

Eso de las fechas de caducidad no termino de entenderlo. A ver: vale que hay que indicar una fecha en la que el producto puede haber perdido su cualidades e incluso haberse vuelto no apto para su consumo; vale que por seguridad alimentaria los fabricantes acorten la fecha real de caducidad, seguramente por si no se ha seguido bien la cadena del frío o no ha sido manipulado el producto correctamente una vez salido de fábrica, pero, sinceramente, ¿nunca os habéis comido un yogur un mes después de haber caducado, un brik de nata con dos meses de solera o unas obleas de empanadillas fallecidas hace más de tres meses? Yo sí. Y aquí estoy, bien lustrosa (a lo mejor por eso mismo, jeje). Conste que yo soy de las que cuando abre un envase de cualquier cosa pasada de fecha, primero lo huele, luego comprueba su textura y por último y si procede lo prueba. Y antes he comprobado que el envase no presentara roturas o abolladuras en la base, laterales y tapadera o cierre, así como que no estuviera hinchado (lo que también hago en el supermercado antes de comprar cualquier cosa, ya es una manía). Vamos, una inspección más profunda que la de un inspector de sanidad. Y nunca, nadie, se ha puesto malo después de haber comido algo cocinado por mí.

Todo esto me lleva a preguntarme porqué las fechas de caducidad (no hablo de las de consumo preferente) no son reales en casi ningún producto y sólo puedo llegar a la conclusión de que son una taimada maniobra de la industria alimentaria para fomentar el consumo: está caducado, lo tiro y compro otro. Tal vez me equivoque, pero no sé...

Estas empanadillas, bastante adaptadas del nº 48 de la revista “Saber cocinar” están muy ricas. De sabor suave por el pollo, se nota la sutil presencia de los níscalos y de los frutos secos, que junto con el toque ligeramente dulce de los arándanos hacen del relleno una mezcla muy equilibrada en sabores. Como congelan bien, doblo cantidades y me paso media tarde rellenando obleas, ya que después son muy socorridas. Para congelarlas, disponerlas extendidas y sin quitar el papel en una bandeja, introducir en el congelador y una vez congeladas, guardar en una bolsa indicando el relleno y la fecha de congelación.

A la hora de consumirlas, hay varias opciones: sin descongelar, freír (sin el papel) en una sartén con abundante aceite bien caliente y por tandas pequeñas para que no baje la temperatura y se abran o bien hornear (también sin el papel) a 180º C con calor arriba y abajo durante 25-30 minutos; también se pueden hornear descongelas de la misma forma que se indica en la receta, aunque en este caso no aconsejo freírlas debido a la humedad que adquiere la masa, que hace que se rompan con mucha facilidad, pero ya al gusto de cada uno.

No las rellenéis demasiado porque reventarán, tanto en el horno como en la sartén. Eso fue lo que me pasó a mí que para que el corte quedara más bonito, las llené en exceso y casi me toca hacer otra tanda para obtener alguna empanadilla más fotogénica.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.



INGREDIENTES:


* Para 16-18 obleas pequeñas

16-18 obleas de empanadilla, pequeñas

170 gr. de longaniza fresca de pollo

75 gr. de níscalos congelados

20 gr. de arándanos rojos deshidratados

5 gr. de almendra repelada cruda

10 gr. de pistachos pelados tostados

10 gr. de piñones repelados crudos

50 gr. de cebolleta o cebolla tierna

45 gr. de paté de pato a temperatura ambiente

mezcla de 5 pimientas, molida

sal

leche desnatada



ELABORACIÓN:


Poner los arándanos en remojo con agua caliente durante 30 minutos. Quitar el agua, dejar que escurran y secar con papel de cocina. Partir a la mitad si fueran grandes y reservar.

Descongelar los níscalos y picarlos menudos. Reservar.

Tostar en una sartén sin aceite y a fuego medio los piñones repelados. Una vez tostados sacarlos a un plato y a continuación tostar los pistachos pelados. Sacarlos a un plato cuando se doren ligeramente y tostar seguidamente las almendras repeladas. Sacarlas a un plato cuando estén tostadas y picar groseramente todos los frutos secos cuando se enfríen. Reservar.

Picar la cebolleta muy menuda y ponerla a pochar en una sartén con un fondo de aceite. Añadir un poco de sal para acelerar el proceso. Una vez esté blanda y transparente, añadir los níscalos y otro poquito de sal y cocinar hasta que se evapore todo el agua de vegetación de las setas. Apartar del fuego y sazonar al gusto con la mezcla de cinco pimientas. Reservar.

Poner a calentar a fuego medio un fondo de aceite en otra satén amplia. Cuando alcance temperatura, añadir la longaniza de pollo sin la tripa, rehogar sin dejar de remover y desmenuzando a la vez la longaniza con la ayuda de dos espátulas o cucharas de madera hasta dejar trocitos de un tamaño no mayor que un garbanzo gordo. Cocinar hasta que el pollo esté hecho pero conserve un color rosado en el interior de los trozos; partir uno al medio para comprobarlo. Incorporar en ese momento la mezcla de cebolleta y níscalos y los arándanos escurridos, mezclar y cocinar otros tres minutos.

Apartar la sartén del fuego, añadir los frutos secos picados y mezclar. Por último agregar el paté y remover el conjunto para homogeneizar. Rectificar de sal, si procede y dejar enfriar la farsa.

Sacar del frigorífico las obleas de empanadilla y dejar que se templen dentro de su envase. Eso facilitará su manejo y evitarán que se oreen.

Precalentar el horno a 220º C con calor arriba y abajo.

Disponer las obleas de empanadilla en la encimera, sin quitar el papel con el que vienen. Colocar en el centro de cada oblea una cucharada de la farsa y humedecer con agua el borde de las obleas; ir cerrándolas una a una doblándolas sobre sí mismas con la ayuda del papel y con cuidado para que no se salga el relleno. Disponerlas en una bandeja de horno ya sin el papel de soporte. Cuando estén todas, pintarlas con leche con una brocha de silicona.

Introducir la bandeja en el horno en la segunda posición empezando por abajo. Hornear 12 minutos y colocar la bandeja una posición más arriba. Hornear otros 4-5 minutos, según gusten de tostadas, sacar del horno y servir.

A comer.










14 comentarios:

  1. Wow, este pastel de pollo a la parrilla debe ser realmente bueno, gracias ... por compartir la receta. Mi madre lo logrará.
    Saludos desde indonesia :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Están muy ricas y son fáciles. Si las haces, espero que te gusten.
      Un saludo.

      Eliminar
  2. A mi me ocurre como a ti con las empanadillas, me dan pereza y no se porqué, algunas otras elaboraciones me suponen más tiempo. También me gusta ponerlas al horno más que freirlas, ya que para mi quedan más buenas. El relleno es muy sabroso, más de una vez he utilizado salchichas de pollo para algunas recetas y junto a los otros ingredientes me parece de lo mejor. En cuanto a la caducidad de los productos, yo creo que todos hacemos lo mismo cuando se nos pasan de fecha, oler, probar y comer, la mayoria son de consumo preferente y no tienen problema. Tendré que darle una oportunidad pronto a las empanadillas porque nos gustan y es algo que cocino poco.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues me pasa lo mismo, que me puedo estar mucho más tiempo preparando cualquier otra receta pero empanadillas y croquetas me dan muchísima pereza y tampoco se porqué. para compensar, el día que me pongo hago mucho relleno y preparo un montón. De éstas, por ejemplo, doblé cantidades y preparé dos paquetes enteros y parte de otro y las congelé, porque son muy socorridas.
      Yo también creo que la mayoría de la gente antes de tirar un producto lo comprueba, porque no creo que se tire tanta comida en los hogares como se dice, o al menos eso es lo que quiero pensar.
      Un beso.

      Eliminar
  3. Isabel pues abres un debate que da para muchas páginas, pero mejor no meternos en berenjenales, que tampoco llevan a nada. Lo mejor es utilizar el sentido común, hay cosas que a simple vista pueden parecer estar en buen estado y sin embargo ahí puede estar escondidas las bacterias, como en el caso de las conservas, sobre todo las semi conservas como las anchoas, yo para curarme en salud, prefiero comprar lo justo para el consumo inmediato, de determinados a alimentos que puedan ser más peligrosos, pero en el caso del yogur los he comido también caducados de bastante tiempo, pero porque sé que en casa no han perdido la cadena de frío desde que los traigo del super. En fin es una opción de cada uno.
    Otras cosas como las obleas de empanadillas, quizás la caducidad afecte más a que se puedan volver quebradizas, al secarse la masa con el paso del tiempo, e incluso que pudiera aparecer moho, pero en realidad tampoco lo sé porque es de esas cosas que compro solo cuando sé que las voy a consumir de inmediato.
    Tus empanadillas tiene muy buena pinta, o como diría una de mis niñas, tiene un aspecto "embrutesío", jajaja..., seguro que ese relleno está de escándalo, ¿que se te fue la mano en la cantidad? quizás sí, pero buenas tienen que estar a la fuerza, no hay más que verlas.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me caducan muy pocos productos, porque según qué cosas también las compro para un consumo más o menos inmediato porque sé que esa fecha de caducidad que se indica es real, por decirlo de alguna forma. Con las conservas siempre observo un cuidado extremo pues son muy peligrosas si están en mal estado y no compro ni una que la lata o el frasco no parezcan de exposición y si al abrirlas me producen la más mínima sospecha, a la basura que se van, que es más importante la salud de los míos que lo que hayan costado.
      Sí se me fue la mano, sí y mucho, que si llego a freírlas me ponen el aceite hecho un asco, porque se hubieran abierto casi todas. Fue una "licencia fotográfica", porque las que terminé de rellenas después ya iban con una cantidad más normalita. Qué salada tu hija, tiene gracia el adjetivo.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Buenas noches, Isabel. No podemos saber con certeza, pero estoy de acuerdo contigo. En la sociedad en la que vivimos, los que tenemos ya unos años y somos honrados, hay cosas, que no las podemos entender, ni aceptar. Muchas por desgracia. Me has hecho sonreír cuando he leído tu faceta de inspectora de sanidad.
    Sobre las empanadillas, me encantan, pero así y todo, me da pereza y no hago nunca. Vergonzoso porque en mi familia hay tradición y no con obleas, con masa. No tengo ninguna receta en el blog, ya tardo, ¿verdad?
    Las tuyas, con ese relleno, me parecen un pecado para no dejar ni las migas. Me está entrando hambre.
    Un beso y cuidaos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Marisa. Menos mal que yo pienso que esa generación de la que hablas, le inculca el sentido común y el práctico a sus hijos, al menos es lo que veo tanto en mi familia carnal como en la política y cuando sale el tema con los compañeros de trabajo, donde todos tenemos una edad parecida. Además, creo que después de unos años en los que no ha sido así, ha vuelto un poco cierta conciencia social respecto al despilfarro.
      Lo de la inspección es completamente verdad, tanto que prefiero ir sola a la compra porque reconozco que ir conmigo es un incordio, porque remiro todos los envases de lo que compro, su estado, su fecha de caducidad, sus ingredientes (si es un producto nuevo). En la situación actual en la que no te puedes entretener en la tienda, sufro al hacer la compra, de verdad, no lo puedo remediar.
      Cuídate. Un beso.

      Eliminar
  5. Isabel, deliciosas empanadillas, yo como buena argentina no me cuesta nada ponerme y hacer la masa en un momento y muchas tengo ya hecho el relleno congelado (de las criollas). Me entusiasman las empanadas y estas tuyas de hoy son magníficas con esa cantidad de frutos secos y arándanos con foie de pato y setas... debe ser una maravilla. Esto tengo que probarlo.
    Enhorabuena por las empanadillas, por cierto esa revista tiene cosas muy ricas.
    Muchos besos y mucho cuidado todavía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Patty. Lo de las empanadillas y las croquetas no lo puedo remediar, me dan una pereza mental que ni te imaginas. Luego me pongo a hacerlas y ya no me cuesta y entonces hago un montón, pero me cuesta mucho ponerme a ello. Estas quedaron muy ricas y diferentes al cambiar la carne de ternera por la de pollo y desde luego pienso repetirlas. Además al añadirle el paté, que la receta original no lleva, quedan untuosas, lo que compensa la falta de la salsa que suelen llevar.
      La revisa esa me gusta pero las publicaciones, a mi modo de ver, son un poco irregulares, hay meses que trae muchas recetas interesantes y otros, en cambio, me dan ganas de pedir que me devuelvan el dinero.
      Ojalá todo el mundo tuviera más cuidado. Aquí acabamos de pasar a la fase 1 y la gente está despepitada, es bastante vergonzoso. Espero que sólo sea los primeros días y luego se calme todo un poco.
      Cuídate. Un beso.

      Eliminar
  6. Me da algunas veces pereza hacer empanadillas, la masa digo, pero una vez que la tengo hecha me alegra muchísimo, porque no hay color con las que venden en el mercado. Arrancarme es lo peor jjj. Así que cuando voy al super y veo las obleas las compro por si... Rellenarlas como tú has hecho en esta ocasión es un lujazo que me pienso permitir. Gracias. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me consuela ver que el tema empanadilla+perecilla es algo que no sólo me pasa a mí, ¿porqué será? Si luego una vez que nos ponemos nos da igual preparar 8 que 80, como suele decirse, pero hay que ver lo que nos cuesta. Si yo tuviera además que preparar la masa, ni las hacía, seguro. De hecho, llevo años sin hacer la masa, incluso he perdido la receta... Me alegro de que te hayan gustado.
      Un beso y que tengas un buen fin de semana.

      Eliminar
  7. Hola, pues has tardado pero nos traes las mejores, qué ricas se ven y qué diferentes a las que estamos acostumbradas. Un beso!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ver si para las próximas no tardo tanto, pero conociéndome, no sé yo... Aunque la receta está bastante adaptada de la revista que menciono, me llamó la atención porque como bien dices, el relleno es diferente a como se suelen cocinar y la verdad que quedaron muy buenas.

      Eliminar