viernes, 15 de enero de 2021

Tartiflette (gratinado de patatas con queso Reblochon, D.O.P.). Receta de Francia

Aviso importante: después de comer este gratinado, resulta imprescindible ir a la mina a sacar carbón o al puerto a descargar contenedores o hacer una escalada de 1.000 metros o ejercicio similar, pues rico está un rato, pero calórico, más. Yo, ya lo dejo dicho.

Aún así, merece la pena hacerlo, ya que está realmente bueno, pero reconozco que es de esos platos que sólo se pueden hacer de vez en cuando o cuando hay adolescentes en casa de los que, como suele decirse, “se comen a Dios por un pié”. La ventaja que tiene es que al ser contundente, una ración pequeña deja satisfecho (salvo a los adolescentes mencionados).

La receta está adaptada de un blog francés y en contra de mi costumbre, no anoté cuál era, así que no puedo citar la fuente y conste que me he vuelto loca buscándola, pero nada. De hecho he tardado en publicarla porque seguí buscando el blog de referencia hasta que me rendí a la evidencia de que no iba a ser capaz, cosa que además me molesta doblemente porque me gusta indicar de dónde salen las recetas cuando no son mías o de familiares o amigas y porque hablaba del origen de un plato tan francés como es el gratinado de patatas con queso (tartiflette), una receta relativamente moderna cuyo nacimiento tiene una historia similar a la de la costumbre de comer uvas en nochevieja.

De lo que sí puedo hablaros es del queso Reblochon (D.O.P.), un queso francés de pasta blanda y corteza lavada comestible de textura y apariencia similar al más conocido Camembert (D.O.P.) y con distintos grados de maduración como éste, aunque yo no he encontrado en el comercio más uno relativamente tierno, pero supongo que en tiendas especializadas en quesos internacionales habrá más variedad donde elegir.

Es un queso untuoso y con un sabor peculiar, con carácter y persistente en boca. Y sabe a... a establo y a paja limpios. Como lo digo. No sé si alguna vez habréis entrado en un establo nuevo, con paja nueva y animales limpios recién metidos, cuando aún paredes y suelos no se han impregnado del olor de los animales o, lo que es más fácil, tal vez habéis ido a una feria de ganado vacuno en naves cerradas. Si es así, a lo mejor recordáis el olor, es muy característico, es una combinación de paja nueva, húmeda y limpia, de aire fresco y ganado selecto e impoluto. Pues el queso sabe igual, os lo garantizo. Y además está rico, no, rectifico, está muy bueno aunque alguien haya arrugado la naricilla al leer la descripción. Amantes del queso, no dejéis de probarlo. Como tampoco dejéis de hacer este gratinado, aunque no seáis muy fans de los quesos. Os gustará. Garantizado.

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.

INGREDIENTES:

1 kgr. de patatas

125 gr. de bacón ahumado en un trozo

150 gr. de cebolla

1 diente de ajo

150 ml. de nata con un 18% de materia grasa

200 ml. de leche desnatada

2 huevos tamaño L

240 gr. de queso Reblochon (D.O.P.), frío

aceite

sal

pimienta blanca molida

nuez moscada molida

*Y además:

1 fuente apta para horno de unos 24 cm. de lado y profunda

ELABORACIÓN:

Precalentar el horno a 210º C con calor arriba y abajo. Pelar el diente de ajo y quitar el germen. Frotar con él la base y las paredes de la fuente elegida.

Con la ayuda de una brocha de silicona, pincelar con aceite todo el interior de la fuente. Dejar a un lado y desechar el ajo.

Cortar el bacón en tiras y la cebolla pelada en aros. Sofreír ambos a fuego medio en una sartén con un fondo de aceite y un poco de sal, hasta que la cebolla esté blanda y transparente y el bacón empiece a dorarse. Apartar del fuego y reservar.

Introducir en el vaso de la batidora de brazo, los huevos, la nata y la leche. Añadir sal, pimienta blanca y nuez moscada molidas, al gusto y batir con la batidora. Reservar.

Lavar y pelar las patatas. Cortarlas en rodajas de no más de medio centímetro de ancho. Poner la mitad de las patatas en la fuente preparada formando una capa uniforme. Espolvorear por encima generosa pimienta blanca molida y sal y distribuir uniformemente la cebolla y el bacón, junto con el aceite sobrante.

Cortar en láminas finas y con un cuchillo afilado y húmedo, la mitad del queso Reblochon, con su corteza. Lavar el cuchillo entre cada corte para facilitar la tarea. Cuanto más frío esté el queso, mejor se cortará. Repartir el queso por encima de la cebolla. Distribuir el resto de las patatas y del queso cortado en láminas, añadir la mezcla de huevos y nata e introducir en el horno, colocando la rejilla en la segunda posición empezando por abajo. Hornear a 210º C, con calor arriba y abajo, durante 30 minutos. Subir la rejilla una posición, bajar la temperatura a 190º C, calor arriba y abajo y hornear 30 minutos más.

Comprobar el punto de cocción de las patatas pinchándolas con una brocheta; si aún no estuvieran cocidas, continuar el horneado hasta que estén hechas.

Sacar del horno, dejar reposar cinco minutos y servir.

A comer.

10 comentarios:

  1. Será muy calórico, pero de vez en cuando, darse un homenaje con un platazo así, es casi una obligación, además con el frío necesitamos más calorías, jjj. Las fotos lo dicen todo tiene una pinta muy apetecible. Bss guapa!

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    1. Estoy completamente de acuerdo contigo, porque un plato tenga muchas calorías no hay que desterrarlo de la dieta, pues lo mismo que como fabada de vez en cuando, por ejemplo, igual estas patatas, que además están de muerte y es que las patatas son taaan agradecidas...
      Un beso guapa.

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  2. Querida Isabel, tú Tartiflette tiene muy buena pinta. Desde que he visto el título de tu post, he recordado a mi amiga Marina, es francesa y vive en el Valle del Tiétar, antes era Blogger, y lo dejó para dedicarse a su pasión, que son las Galletas y la repostería en general, y le va muy bien, todo artesano y delicioso, doy Fe. Pero la he recordado, porque en su blog Recetas Parisfinas, publicó este gratinadlo, que yo ya conocía desde hace años, incluso el queso lo he comprado en ALDI de vez en cuando, pero no suelo hacer este tipo de gratinados, en contra de mis voluntad, todo sea dicho, porque mi colesterol está siempre acechándome y prefiero prevenir que curar, aunque ello suponga grandes sacrificios y privaciones. Tampoco pasa nada si un día, de tarde en tarde, cometo un pequeño exceso, que todo en esta vida, con mesura, da alegría p’al cuerpo, Jajajaja...
    Me encanta tu descripción de olores y sabores, como nunca he tenido esa experiencia que describe, tampoco he asociado el sabor del Reblochon a un establo, aunque sí es verdad que a mí me sabe a vaca, cuando era chica visitaba una granja de unos vecinos que se dictaban a la producción de leche, y esa leche si que sabía a leche de vaca de verdad, más o menos como este queso, siendo de calidad.
    Besos y gracias por compartir tus sensaciones.

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    1. Llevo viendo esta receta en muchos blogs franceses desde hace ni sé el tiempo y la verdad que le tenía ganas y ya lamento no haberla hecho antes porque está muy pero que muy buena, lástima que no pueda cocinarla más a menudo, no por un problema de colesterol como en tu caso, que de momento lo tengo bien, sino de talla, que desde que empezó la pandemia me he recluido en casa todo lo que puedo y no veas, qué desastre para mis caderas y aledaños y es que ponerme delante de la tele a dar saltitos como que no, yo soy más de andar, pero el pasillo no me motiva nada de nada.
      Bueno, que me disperso. El queso Reblochon sabe a vaca, es verdad, pero su sabor es mucho más cercano al que describo de paja, establo y ganado. Es el sabor que enseguida me vino a la cabeza en cuanto lo probé y cuando más lo comía más me lo recordaba. Y es que, a veces, identifico enseguida el sabor de un alimento nuevo para mí, pero otras soy incapaz, como me pasa con la rúcula, que todavía no sé a qué me sabe y ahí ando, a ver sí se lo saco.
      Me alegra mucho que te haya gustado mi descripción. Un beso.

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  3. Te diré en primer lugar que mis hijos ya no son adolescentes y siguen comiéndose a dios por una pata, pues menuda Navidad de cocinar me he dado. En cuanto a la receta, puedo decir que la conozco, aunque no la he preparado, unas veces porque estamos solos y es cierto que es pesada y cuando estamos muchos tampoco entra dentro de la cocina a la que estamos acostumbrados y se me olvida. Pero eso no significa que no me apetezca comerme un trocito y disfrutar con ello. Más aún cuando veo lo atractiva que ha quedado la tuya.
    Un beso

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    1. Pues me alegra mucho que tus hijos sigan comiendo bien y abundante, así da gusto cocinar para gente tan agradecida, aunque sea más trabajo. Yo es que los adolescentes y/o jóvenes que conozco son muy comistrajos, pero es que hablas con los compañeros del trabajo y te cuentan lo mismo de sus hijos, que entre lo que no comen porque no les gusta y lo que no comen por no engordar o por moda, pobres sus padres para darles gusto en la mesa.
      Te animo a que prepares esta tartiflette, en versión mini si quieres, pues está riquísima y merece la pena hacerla, aunque sólo sea una vez. Además con poco sacia y después es suficiente un poco de pescado blanco al horno o al vapor, con lo que al final te digo yo que la comida, en conjunto, es "casi" de dieta, jajaja. ¿Te he vendido bien el plato?.
      Un beso.

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  4. Hola, pues no sé si estoy dispuesta a trabajar tanto, jjj, pero a probar un buen trozo de este patel , sin dudarlo. Nuestros amigo s franceses saben comer bien y contundente. me parece delcioso, Yo hago uno parecedo pero con bechamel. Mil besos preciosa, cuídate mucho!!

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    1. Seguro que te gustaba, tan bueno está. Es verdad que los franceses tienen platos muy ricos y muchos muy contundentes, como bien dices; en el fondo y según qué zonas, su cocina tiene muchos puntos de conexión con la nuestra.
      Yo también hago una receta de una tía mía de patatas con bechamel que están, cómo no, riquísimas y que a ver si subo al blog, porque además es un plato bastante económico y saciante.
      Un beso.

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  5. Hola Isabel. Llego tarde pero a tiempo de no perderme tu Tartiflette. Lo conozco porque soy una enamorada de la gastronomía francesa. No pasa nada que no recuerdes el blog, seguro que le has dado tu toque.
    Las recetas con patata me encantan, pero ésta no puedo comerla.
    Te ha quedado de lujo.
    Gracias por compartir.
    Besos y cuidaos.

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    1. Conozco tu amor por la cocina francesa, así que lamento que no puedas comer este plato. No creas, me da mucha rabia no acordarme dónde vi la receta, pues a todos nos gusta que reconozcan nuestro trabajo y esfuerzo.
      Cuídate mucho. Un beso.

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