Un plato fácil de preparar, con ingredientes cotidianos y sabores familiares y económica, siempre que se haga en temporada de pimientos, pues fuera de ella, éstos son más caros que la carne.
Por cierto, ¿sabíais que parte del cráneo de San Valentín se conserva desde el siglo XVI en la Colegiata de Santa María La Mayor de la localidad de Toro, aquí en Zamora? La reliquia se expone a los visitantes todos los 14 de febrero para su veneración y que este año, siguiendo la tradición, se ha dispuesto a un lado del altar mayor aunque, lógicamente, no se ha dado a besar a los fieles.
Seáis de San Valentín o no, de reliquias o no, os invito a que visitéis la localidad de Toro, un lugar lleno de historia y monumentos que merece la pena visitar, transitar por sus animadas calles, tomar una rica tapa en los alrededores de la Plaza Mayor y si os gusta el vino, comprar alguno de los muchos y muy buenos caldos que se elaboran en alguna de las numerosas bodegas de la Denominación de Origen Toro.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
1 kgr. de magro de cerdo para guisar
200 gr. de cebolla
2 dientes de ajo grandes
1 rama de perejil
175 gr. de pimiento verde
150 gr. de pimiento rojo
100 ml. de vino blanco seco
50 ml. de agua
1/4 tsp de pimienta negra molida
2 hojas de laurel pequeñas o una grande
aceite
sal
ELABORACIÓN:
Cortar la carne en trozos de tamaño bocado y reservar.
Pelar la cebolla y picarla en brunoisse. Pelar los ajos, eliminar el germen si lo tuvieren y laminar finos. Reservar.
Lavar los pimientos. Eliminar pedúnculo, semillas y filamentos interiores y cortar en trozos de 2x3 cm. Reservar.
Disponer un fondo de aceite en la olla rápida y llevar al fuego. Una vez alcance temperatura, incorporar la cebolla, los pimientos y los ajos y rehogar a fuego medio hasta que la primera empiece a ablandarse. Añadir entonces el magro, rehogar el conjunto hasta que la carne cambie de color y verter en la olla el vino. Llevar a ebullición durante un minuto para que evapore el alcohol, incorporar el agua, las hojas de laurel lavadas, la pimienta negra y las hojas de perejil lavadas y picadas finas y sal al gusto. Colocar la tapadera de la olla y llevar a ebullición.
Cocer 20 minutos contados desde que suba la válvula del todo. Apagar el fuego, apartar y dejar que la olla pierda toda la presión antes de abrirla.
Abrir la olla y si se quiere una salsa más espesa, sacar ésta a un cazo y hervir hasta obtener la consistencia deseada. Devolver a la olla, rectificar de sal si procede, dar un último hervor para que la carne vuelva a coger temperatura y servir.
A comer.
En casa como más se ha tomado el magro de cerdo ha sido en tomate, también lleva cebolla y pimiento, todo integrado. Nos ha encantado siempre con un buen pan, por eso el tuyo me parece menos peligroso, se puede tomar con tenedor.
ResponderEliminarMe encantaría visitar Toro, es una de mis ciudades apuntadas, ahora cuando se pueda y con más interés que antes, lo de dejar las cosas para después es algo que nos deberemos plantear menos a la vista de como se puede desarrollar un impedimento. No besaré el cráneo del santo, pero seguro que me encanta la visita.
Bss
Yo no le pongo tomate porque mi pareja es bastante reacia a él, si lleva un poco lo tolera pero si tiene mucho, como suele llevar esta receta, ya no lo come, así que, mi versión no lleva tomate y sí, de esta manera se presta menos a untar pan.
EliminarQué razón tienes al decir que nos debemos replantear posponer algunas cosas, pero es que siempre pensamos que ya tendremos tiempo sin darnos cuenta que circunstancias externas nos puede impedir realizar nuestros planes.
Seguro que Toro te gustará. Un beso.
Isabel, ojalá algún día podamos volver a viajar, hace años que no puedo, no solo por la pandemia, sino por obligaciones, pero en cuanto podamos retomar la rutina que teníamos antes, nuestro propósito es conocer todo lo que nos queda de España, ya que Europa nos la tenemos super trillada, jajaja..., eso implica también Toro, que lo más que conozco son los vinos. Por cierto de Zamora pintó mi santo una vista a la acuarela para un encargo, y quedó muy satisfecho, porque es precisa, a ver si te mando una foto por mail.
ResponderEliminarTu carne me gustaría, como dice Lola, aquí tenemos costumbre de comer el lomo con tomate, pero que tal como tú lo haces tiene que estar fabuloso.
Y al hilo de Toro, Zamora y el Santo Valentín, que yo tampoco besaré el cráneo a saber quién puso su boca encima, antes que yo, jajajaja...
Besos y disfruta del buen tiempo, aquí hace una primavera anticipada maravillosa.
Volveremos a poder viajar, en tu caso tal vez tardes un poco más, pero seguro que tendrás oportunidad. Además, a lo mejor tienes más fácil hacer escapaditas por el suelo patrio que por Europa, que pilla un poquitito más lejos, jajaja. España me la tengo bastante pateada, la que me queda por descubrir es Europa, pero es que a mí la barrera idiomática me supera.
EliminarQué artista tu santo, seguro que le quedó preciosa. Zamora tiene rincones muy bonitos y Toro
tiene mucho que visitar, incluidas bodegas.
Como le digo a Lola, el tomate lo tengo casi vedado en casa, por eso no le pongo.
A mí los besapiés y similares siempre me han parecido muy antihigiénicos, es una fiesta a la que desde luego no me apunto.
Estos primeros días de calor se agradecen mucho. Además a mi el sol me da la vida.
Un beso.
Al hablar de Zamora, se me ha venido a la memoria el rico arroz a la zamorana, los monumentos románicos que son joyas poco conocidas para muchos, y tantas cosas buenas como esconde esa provincia regada por el Duero.
ResponderEliminarMe imagino, por los ingredientes que le has puesto, que ese plato tiene que estar para chuparse los dedos, si para colmo lo regamos con un buen vino de Toro... ya no digo más.
Cariños
Kasioles
El arroz a la zamorana es un plato que por aquí tiene mucho éxito y lo hay en muchos restaurantes, aunque tengo que confesar que a mí no me gusta demasiado. Zamora es una provincia pequeña que esconde un patrimonio bastante desconocido, unos paisajes y pueblos hermosos y unos productos (vino, queso, legumbres, chorizo, chocolate...) muy buenos.
EliminarUn beso.
Un plato para disfrutar con un buen pan y un buen vino, si es de Toro mejor, jj. No lo he visitado pero seguro que se come de maravilla. A ver cuando podemos hacer una escapadita... Besitos!
ResponderEliminarPues sí, en Toro se come muy bien, tanto en bares como en restaurantes, aunque ahora supongo que debido a la situación, habrán cerrado bastantes. Lástima, espero que reabran todos cuando esto acabe.
EliminarYa habrá tiempo para resarcirnos. Un beso guapa.
No conozco Zamora ni Toro, es la única parte de españa que me queda por conocer y tengo muchas ganas, en cuanto a tu plato mira yo no soy de carne pero tu guiso tiene pintaza y me apuntaría a gusto a probarlo. Un beso
ResponderEliminarPues merece la pena hacer una escapada, tanto a la ciudad como a la provincia, pues tienen muchos sitios dignos de conocer, tanto a nivel monumental como paisajístico. Me alegro de que te guste la receta. Un beso.
EliminarHola Isabel. He estado en Zamora dos veces, pero en Toro no. Tampoco sabía que tú vivías ahí, ni lo de la reliquia.
ResponderEliminarHoy me voy a dormir con información interesante, pero me falta volver porque cuando fui, el temporal era tan fuerte, que no pudimos ir a los Arribes del Duero.
Sabes que compartimos el gusto por la olla rápida y tu receta es perfecta y para no empezar de mojar pan. Me apunto.
Besos.
Hola Marisa. No vivo en Toro, vivo en un pueblecito pequeño a unos treinta kilómetros de Toro, pero al ser de la zona, lo conozco bastante. Los Arribes son preciosos, tanto la zona de Salamanca como la de aquí. Hay un par de barcos turísticos que hacen una pequeña ruta por el Duero; yo conozco la de la zona zamorana y merece la pena.
EliminarCuídate. Un beso.
El magro de cerdo guisado de esta forma es un clásico, y veo que a ti te queda de maravilla, esta cazuelita se ve estupenda.
ResponderEliminarNo he tenido la oportunidad de visitar Toro, pero sí de probar sus reconocidos vinos, son muy buenos.
Me ha llamado mucho la atención lo del cráneo de San Valentín, qué curioso!
Saludos!
Sí, una receta de toda la vida, sencilla y económica. Me alegra que te guste el vino de Toro, pues son caldos con carácter y no son del agrado de todo el mundo.
EliminarEl trozo del cráneo de San Valentín de la Colegiata de Toro está muy documentado, aunque no creo que fuera de Zamora sea muy conocida su existencia.
Gracias por pasarte por mi cocina. Un saludo.
Hola, como bien dices, seamos o no de SanVvalentín, yo sí, nos gusta comer con gusto y celebrar lo que sea. Yo disfrutaría con este plato tan rico y tan bien guisado. Un beso preciosa!!!
ResponderEliminarPues yo, de San Valentín, con los años, cada vez menos, pero si se trata de celebrar, me apunto a lo que sea, jeje, con este plato o con cualquier otro, que más que con lo que se pone a la mesa, es con el espíritu de los que se sientan a ella.
EliminarUn beso guapa.