Le he puesto una pimienta de cayena fresca que es mucho menos picante que si fuera seca, además le quité las semillas que son más picantes que el resto, por lo que el pollo en realidad pica muy poco. No dudéis en añadir más cayena si os gusta picante, aunque tal vez eso “mate” el sabor fresco de la salsa.
No le he puesto sal, para mi gusto la que aporta la salsa de soja es suficiente. En cualquier caso, probad el guiso y si os parece, rectificad de sal.
La receta está bastante adaptada de ésta y si os gustan el pollo y los sabores cítricos y agridulces, ya estáis tardando en hacerla.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
* Para el pollo:
3-4 cuartos traseros de pollo, 785 gr. de carne, peso en limpio
40 ml. de salsa de soja
120 ml. de zumo natural de naranja, sin filtrar
50 ml. de zumo natural de limón, sin filtrar
35 gr. de miel de brezo o mil flores
1/4 tsp de jengibre en polvo
1 diente de ajo, pelado y sin germen
1 pimienta de cayena fresca o seca, sin semillas y picada
aceite
150 ml. de caldo de pollo
1/2 tsp de maizena
* Para el caldo de pollo:
los huesos del pollo
verduras variadas (cebolla, pimiento, zanahoria, puerro...) o nada
agua
ELABORACIÓN:
Lavar y secar los cuartos traseros de pollo. Eliminar piel y grasas y deshuesar. Cortar la carne en dados tamaño bocado y disponer en un recipiente. Reservar los huesos para el caldo.
Mezclar en un bol la miel y el zumo de limón hasta que la miel se disuelva. Añadir el zumo de naranja, la salsa de soja, el ajo prensado con el prensa ajos, la cayena picada y el jengibre en polvo. Mezclar y verter sobre el pollo. Remover para que la carne se impregne bien, tapar y macerar durante dos horas, removiendo el pollo un par de veces.
Mientras el pollo macera, preparar el caldo.
Disponer en la olla rápida los huesos del pollo, algunas verduras al gusto (o nada) y cubrir con agua. Llevar ebullición, tapar y cocer 15 minutos desde que suba la válvula por completo.
Apagar el fuego, retirar la olla y esperar a que pierda toda la presión antes de abrirla. Quitar y desechar los huesos y colar el caldo, reservando las verduras de cocción si se desea aprovecharlas para preparar una crema con el caldo sobrante. Disponer el caldo en el vaso de la batidora de brazo u otro recipiente alto y estrecho y dejar enfriar. Una vez frío, retirar con una cuchara la capa superior de grasa e impurezas. Reservar.
Escurrir el pollo del líquido de maceración, reservando éste.
Poner un fondo de aceite en una sartén amplia y calentar. Cuando el aceite esté bien caliente, dorar el pollo a fuego fuerte por tandas, sacándolo a una cazuela.
Dejar que la sartén pierda un poco de temperatura y añadir el líquido de maceración. Devolver al fuego y desglasar los jugos. Verter sobre el pollo, añadir 150 ml. de caldo y cocer a fuego fuerte destapado durante 10 minutos, añadiendo más caldo si fuera necesario.
Para espesar ligeramente la salsa, disolver la maizena en un poco de caldo frío, añadir a la cazuela y dejar que hierva un par de minutos.
Dejar reposar cinco minutos antes de servir.
A comer.
La receta me gusta tal cual está, no muy picante y sí con sabor agridulce. Aquí toleraría bien el zumo de naranja, que no suelo poner en la mayoría de salsas, porque va acompañado del de limón y ayuda al punto dulce. Estupendo de un día para otro en este caso, ya que imprime a la carne buen sabor y ayuda a la salsa a espesarla, lo que va divino a la carne. También afirmaría que me gusta.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Lola. Te diré que, yo al menos, no distingo el sabor de la naranja ni el de el limón en este plato, con lo que a pesar de que no seas muy amiga de la primera, yo creo que te gustaría. Los cítricos aportan a la salsa su frescor, suavizando ese punto agresivo que le encuentro a la salsa de soja. El puntito dulce se lo da la miel y yo creo que la cayena redondea todo el conjunto. Me ha parecido una salsa muy equilibrada.
EliminarUn beso.
Isabel, no me extraña que no pudieras resistirte a probarlo, porque vaya pinta que tiene el pollo, así tan brillante, de buena gana ahora mismo te dejaba el bol limpio, ni un resto de pollo, porque esos toques cítricos tienen que darle un sabor y aroma tremendo
ResponderEliminarAbrazos y buen fin de semana!
Hola Javier. Es que el día antes me había olido tan bien la cocina al guisar el pollo, que no pude por menos que desayunarme con una muestra y la verdad que estaba muy bueno. Como le digo a Lola, personalmente no le distingo el sabor de los cítricos, pero sí el aroma y sabor fresco que le aportan, que hacen a la salsa muy agradable al paladar.
EliminarBuen fin de semana para ti también. Un abrazo.
Isabel, si la publicas unos días antes, también te hubiera valido para el concurso, ja, ja. Haces bien en preguntar. Yo hago lo mismo cuando es algo nuevo y antes de que me digan nada, poniéndome un poco pesada incluso.
ResponderEliminarNo puedo tomar picante, ni sal, pero ese punto de la cayena me encanta y no te digo a mi hijo. Tu receta se la enviaré porque es de las suyas.
Un beso y buen fin de semana.
Hola Marisa. Sí que la podía haber presentado, pero quería presentar un receta que fuera idea mía, no una copiada ni adaptada de un libro o blog. También quería que pudieras comerla tú sin necesidad de hacerle muchas modificaciones (he supuesto que puedes comer turrón sin azúcar) y no habiendo podido ser otras opciones que barajé y sabiendo lo golosa que eres, la crema de arroz a la naranja con turrón de Jijona me pareció perfecta.
EliminarSi a tu hijo Carlos le gusta el picante, que le ponga una cayena seca con las semillas, pues si no le va a parecer que no pica nada.
Disfruta del fin de semana. Un beso.
¡Espectacular! Te ha quedado de diez.
ResponderEliminarHe leído con atención tu receta y me imagino lo que habrá disfrutado tu marido cuando se encontró con ese platazo de pollo a la hora de comer.
Ya me estoy imaginando la cara de mis nietos cuando se lo haga y sirva en la mesa, seguro que me hacen la ola y me llenan de halagos, prometo contarles que Isabel es la que me proporcionó la receta. Mil gracias en su nombre y en el mío.
Me alegra saber que conoces el rico pan de estas tierras castellanas, es algo que me ha enamorado desde que lo probé, acompañado con un buen asado de lechazo, es el no va más.
Con tu permiso, voy a anotar tu receta.
Cariños y buen domingo.
kasioles
Hola Kasioles. Me alegra mucho que te haya gustado la receta. Si se la preparas a tus nietos, espero que también les guste.
Eliminar¿Cómo no me va a gustar el pan de Castilla siendo yo hija de la ciudad del pan de riche y de los panes candeales de cuatro canteros? Aunque tengo que reconocer que el pan candeal no aprendí a apreciarlo hasta que fui adulta; de cría prefería la barra de riche y la rosca. Ahora no le hago remilgos a casi ningún pan (siempre que esté bien cocido, no entiendo la moda de los panes crudos) y si me pones delante un pan hecho en alguno de los hornos de leña que aún quedan en la provincia de Zamora, me apanarro.
Un beso.
Tu pollo se ve genial, así que debe saber a gloria. A mi me gusta combinar soja con cítricoa y cayena, son sabores que casan bien. Gracias. Un beso guapa.
ResponderEliminarHola Alicia. Es la primera vez que uso soja ý cítricos en la misma receta y no sabía que combinaran tan bien. Quedó muy rico. Un beso.
EliminarEntre, Senhor Jesus Cristo em minha casa e permaneça para sempre. Todos nós O envolvemos em faixas de amor de coração ❤️
ResponderEliminarHola Isabel,
ResponderEliminarMe gusta mucho esta receta. Has sabido darle un 'giro' al pollo ¡super sabroso! con esta salsa tan rica.
En casa nos gusta el picante y mucho, y es verdad que la salsa de soja tiende a ser subidita de sal, así que mejor rectificar de sal al final, quizás ni haga falta agregarla, va a gustos.
Tu pareja fue sincero y es que viendo lo que lleva la salsa, el pollo quedó delicioso. Lo mejor en este tipo de recetas es hacerlo con uno o dos días de antelación, con el reposo todavía queda más rico.
Espero que pases una bonita semana.
Sil
Hola Isabel,
ResponderEliminarMe gusta mucho esta receta. Has sabido darle un 'giro' al pollo ¡super sabroso! con esta salsa tan rica.
En casa nos gusta el picante y mucho, y es verdad que la salsa de soja tiende a ser subidita de sal, así que mejor rectificar de sal al final, quizás ni haga falta agregarla, va a gustos.
Tu pareja fue sincero y es que viendo lo que lleva la salsa, el pollo quedó delicioso. Lo mejor en este tipo de recetas es hacerlo con uno o dos días de antelación, con el reposo todavía queda más rico.
Espero que pases una bonita semana.
Sil
Hola Sil. Con la salsa de soja hay que tener un poco de cuidado, al ser tan salada. A mí no me hizo falta añadir nada de sal al guiso, pero bien es cierto que cocino con poca sal, aunque mi pareja que siempre opina que para su gusto casi todo está un poco soso, a esta salsa no le puso ningún pero.
EliminarEl pollo quedó muy rico, poco picante, pero lo suficiente para reforzar el sabor de la salsa sin imponerse y como casi todos los guisos, mejoró al día siguiente.
Un beso.
Me encanta el pollo agridulce y este se ve exquisito!
ResponderEliminarBesos
Hola Diana. Quedó muy rico, con los toques frescos que proporcionan los cítricos que hacen que la salsa quede un poco diferente a las típicas salsas agridulces.
EliminarUn beso.
¡Qué ricura! Esta mezcla de sabores es de las que ha mí me gustan. La cayena fresca no la he usado nunca, debe ser más fina, para mí ideal que me gusta el picante justo. Se me antoja con un poco de arroz blanco, mmm! Besitos!
ResponderEliminarHola Marian. La cayena fresca pica menos que la seca y menos aún si le quitas las semillas, con lo que sí, tienes razón, el sabor es más fino, menos agresivo. Yo cultivo todos los años dos o tres plantas y congelo para tenerlas frescas todo el año. No consumimos tanta como siembro, pero la planta es muy bonita cuando está llena de guindillas, así que, alegra la vista y el paladar, jejeje...
EliminarCon arroz blanco tiene que estar brutal. La verdad que sí lo pensé, pero luego se me olvidó hacerlo.
Un beso.