Y es que me ha pasado un poco como en navidades: que no me parece que estemos en Cuaresma. Todavía en Navidad los anuncios publicitarios te recordaban la festividad que se celebraba pero ahora y al menos en Zamora, una ciudad que por estas fechas vive por y para la Semana Santa, que ni hay carteles anunciándola ni programas de procesiones, ni los escaparates de bastantes tiendas lucen objetos o alegorías de la Pasión, ni la prensa local dedica páginas y páginas a cofradías, pasos y demás actualidad “semanasantera”, pues que ni me doy cuenta de la fecha por mucho que las redes se llenen de torrijas y platos sin carne. No sé, tal vez sea por estos tiempos extraños que nos está tocando vivir.
Ahora que soy consciente de la fecha del calendario, voy a ver si encuentro una receta de pan de torrijas en la carpeta de “pendientes”, que sé que las tengo seguro, así pruebo a hacerlo, que hace tiempo que le tengo ganas y preparo unas ricas, sencillas y humildes torrijas para el postre del domingo, que es uno de los dulces que más me gustan. Y mientras yo rebusco la receta, os dejo con este lechazo, que ya sé que es una carne no muy popular, pero ya os digo que es porque la habéis probado poco, dadle una oportunidad, con esta receta o con alguna de las otras que ya tengo publicadas, pues es más versátil de lo que parece y en determinadas épocas del año (cuando la parición de las ovejas) tiene un precio muy asequible. En mi casa se consume mucho, así que os seguiré trayendo más recetas, a ver si os aficionáis.
La carne admite más hierbabuena, pero aunque a mí me guste mucho, tengo que utilizarla con moderación porque a mi pareja le hace poca gracia y si la nota mucho, me protesta el plato. Como os podéis imaginar, está muy rico y además es muy fácil de hacer.
Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.
650 gr. de lechazo troceado y con hueso (falda, pescuezo, pierna...)
100 gr. de cebolla
1 diente de ajo grande
100 ml. de zumo natural de naranja, sin filtrar
la ralladura de la piel de media naranja
50 ml. de vino tinto
25 ml. de vino blando
1/2 tsp de hierbabuena seca
1/4 tsp de pimienta blanca molida
AOVE
sal
ELABORACIÓN:
Pelar la cebolla y cortarla en plumas finas. Pelar el ajo y quitar el germen, si lo tuviere y laminar. Lavar muy bien la piel de naranja y rallarla sin llegar a la parte blanca, pues amarga.
Disponer un fondo de aceite de oliva virgen extra en la olla rápida y llevar al fuego. Una vez alcance temperatura, incorporar la cebolla y el ajo y rehogar a fuego medio hasta que la primera se ponga transparente. Añadir entonces el lechazo, rehogar el conjunto hasta que la carne cambie de color y verter en la olla los dos tipos de vino. Llevar a ebullición durante un minuto para que evapore el alcohol, incorporar el zumo de naranja, la ralladura, la hierbabuena, la pimienta blanca y sal al gusto. Colocar la tapadera de la olla y llevar a ebullición.
Cocer 15 minutos contados desde que suba la válvula del todo. Apagar el fuego, apartar y dejar que la olla pierda toda la presión antes de abrirla.
Abrir la olla y si se quiere una salsa más espesa, sacar ésta a un cazo y hervir hasta obtener la consistencia deseada. Devolver a la olla, rectificar de sal si procede, dar un último hervor para que la carne vuelva a coger temperatura y servir.
A comer.
A nosotros sí que nos gusta el cordero y algunas veces lo compro, el cuello es una carne deliciosa para el guiso con alcachofas, las chuletas para la plancha o barbacoa, y la pierna para el horno, las otras piezas también las consumo en otras recetas. Hoy es sábado, no se si subiste la receta ayer, yo no la vi, pero la cuaresma sirve para las personas que la llevan en cuenta, como mi madre, que ha sido y aún lo es, cofrade de la virgen de los Dolores, en realidad ella es la que me tiene al día de todas las fechas importantes, le falla un poco la memoria, pero para estas cosas no.
ResponderEliminarTu lechazo me gusta, aunque te diré que le cambiaría el zumo de naranja por el de limón o lo suprimiría, hay pocas recetas saladas que me agradan con él, manías supongo. Por lo demás es perfecto.
Un beso.
Qué rico queda el cordero con alcachofas; bueno, en realidad las que quedan más ricas son las alcachofas, pues la carne de lechazo da un sabor muy bueno a las verduras, tanto que cuando lo hago en ragout (con más verduras que carne, lo confieso), le dejo casi todo el lechazo a mi pareja y yo me pongo ciega con las verduras. Para asar yo utilizo la paletilla pues me resulta más jugosa que la pierna, esa va para chuletas a la brasa. Si es que el cordero da mucho juego.
EliminarLa receta la subí anoche, que anduve muy liada para hacerlo antes y es verdad que no me di cuenta de las fechas. No es que siga la Cuaresma pero inconscientemente me doy cuenta que los viernes no cocino carne, costumbre aprendida en casa de mi madre.
Normalmente utilizo limón para el cordero, pero de vez en cuando varío y lo sustituyo por naranja. Y no son manías, son gustos.
Disfruta del fin de semana. Un beso.
Isabel pues a mí también me pasa lo mismo, antes mi madre era de costumbres a rajatabla, yo la acompañaba a misa y vigilias, vía cruces y demás ritos, aunque por mi parte sin demasiada convicción, pero me gustaba y lo hacía por el placer de compartir con ella, todas esas cosas que ahora no podemos hacer juntas. La cocina de cuaresma si la sigo más o menos, pero no por religión, aunque si mi Pepita leyera esto, me “excomulgaba por hereje” Jajajaja..., ella es catequista y la que nos recuerdas, lo que es o no de buen cristiano, Jajajaja...
ResponderEliminarYo en las cosas del comer, las respeto todas y las comparto, aunque se me olvide que hay días que la carne no es lo propio, pero bueno, con tu riquísimo plato de lechazo por delante, seguro que hasta mi Pepita se saltaba las reglas, Jajajaja...
Besos y feliz noche del cine español.
Buenos días Concha. En casa de mis padres siempre se practicó el ayuno y abstinencia en época de Cuaresma, pero en realidad era la única observancia religiosa que en esas fechas se llevaba a rajatabla, de los demás ritos asociados a la Semana Santa, nada de nada, salvo algunas procesiones muy puntuales, pero era una cuestión que tenía que ver más con la manifestación cultural que con la religiosa. Aún así, lo de no comer carne los viernes de Cuaresma parece que se me ha quedado grabado en los genes y prácticamente siempre desaparece ese día del menú. Como yo no tengo a una Pepita que me lo recuerde, jajaja...
EliminarFeliz domingo. Un beso.
Querida Isabel. Yo pensaba que me pasaba a mí sola. El otro día me di cuenta de que ya estaríamos en plena anticipación de Fallas, pero nada y tampoco sabía cómo cae la Semana Santa, lo tuve que mirar. Bueno, lechazo y una buena receta de las que nos gustan en olla rápida. No veas lo rico que estará con la salsa tan rica que has hecho.
ResponderEliminarPongo pan y a mojar.
Besos y buena semana.
Yo también tuve que mirar el calendario para ver qué días eran los de Semana Santa y eso que en la oficina los compañeros con hijos han estado hablando de las vacaciones de los peques y de cómo organizarse para quedarse con ellos, pero pesar de las conversaciones, era como si yo estuviera en otro lugar con calendario distinto y aquello no me afectara. Una sensación muy rara, la verdad.
EliminarSi tú pones unos de tus panes, ya voy yo calentando el lechazo, jeje...
Un beso.
Hola, pues verás, no es que yo lo siga por convición relidiosa, pero sí por tradición, también porque la carne me gusta menos que las verduras o el pescado , así que me aprovecho, je je je!! Pero , si me pones este palto delante , me salto lo que haga falta porque es todo un manjar que no dejaría de probar. Un beso!!
ResponderEliminarLo que se aprende siendo pequeños nos queda grabado toda la vida, por eso, nosotras, que fuimos educadas en la observancia de los ritos católicos, ya siendo adultas y aunque no sigamos las prescripciones religiosas, algunas cosillas como no comer carne el viernes, nos salen sin pensar, aunque nos apuntemos sin dudarlo a un plato de este lechazo, jejeje.
EliminarUn beso.