lunes, 30 de marzo de 2020

Lechazo especiado, en olla WMF


Hace frío. Otra vez. Y mucho. Según el móvil (el nuevo dios meteorológico), aquí debería estar nevando y nevar no nieva, pero por el frío que hace, bien podría. Y un aire que casi es un vendaval, tanto que esta mañana y por dos veces, el coche se me desvió a la cuneta. Y alguien dirá “pues haberte quedado en casita, que es lo que tienes que hacer”, pero es que en la oficia, aunque estamos bajo mínimos, tenemos que seguir trabajando y hoy me tocaba ir a mi, después de diez días de no salir de casa ni a por el pan, que me lo deja el panadero colgado en la puerta que para eso ya le dejo la bolsa (¿habéis visto las de Elisa?), así una menos con la que tiene contacto, pues reparte el pan por los pueblos y trata con mucha gente. Otro gremio al que tenemos que estar agradecidos por seguir ahí.

Así que con este tiempo tan asqueroso, guisos “potentes” como éste vienen muy bien. Digo “potente” porque tiene un sabor fuerte, que no picante, muy especiado y profundo, perfecto para calentar el estómago y aumentar las caderas (eso va por el pan para mojar la salsa). A nosotros nos ha gustado mucho, pero reconozco que a mí me vuelven loca las comidas muy especiadas, siempre que no sean picantes o piquen poco, como es el caso.

El plato debería ser rojo, muy rojo y picante, muy picante, pues el ingrediente principal son chiles rojos de Cachemira, pero aparte de que desconocía su existencia hasta que los leí en la receta de  Cubes and Juliennes, por supuesto que aquí no se venden. Como al final hice un poquito lo que me dio la gana con la mezcla de especias, le he cambiado el nombre al plato, porque pretender mantenerlo es un atentado a la receta tradicional de Goa, un estado de La India que fue una antigua colonia portuguesa. Ahora bien, si encontráis los susodichos chiles, no dudéis en emplearlos. Os harán falta unos 14-15 para un kilo de carne (no, no me he confundido).

Venga, manos limpias, cuchillo afilado y a cocinar.




INGREDIENTES:


700 gr. de lechazo (falda, pierna, pescuezo...)


150 gr. de cebolla (peso en limpio)


tsp. de azúcar blanquilla


200 ml. de agua


1 rama de perejil fresco


aceite y sal


* Para la mezcla de especias:


1 pimienta de cayena seca (o más, al gusto)


½ tsp. de semillas de comino


18 gr. de ajo fresco (peso en limpio)


1 tsp. de semillas de cilantro


6 clavos de olor


1 trozo de canela en rama de 2'5 cm. de longitud


10 granos de pimienta negra


1/2 tsp. de semillas de amapola


3 semillas de cardamomo verde


12 gr. de jengibre fresco (peso en limpio)


1/2 tsp. de cúrcuma en polvo


1 tsp. de pimentón agridulce de La Vera (IGP)


1 tbs. de zumo de limón


1 tbs. de vinagre de manzana


tbs. de agua



ELABORACIÓN:


NOTA: Los tiempos de cocción que se indican lo son para una placa vitrocerámica de inducción. En el caso de utilizar otra fuente de calor (eléctrico, gas, halógeno), los tiempos variarán, debiendo ser adaptados. Lo mismo ocurre en caso de utilizar otra olla a presión o una cazuela convencional.

Limpiar el lechazo de grasas y telillas. Cortar en trozos regulares, sazonar con sal, añadir el azúcar y reservar.

Para mezcla de especias:

Introducir en un procesador de alimentos, la pimienta de cayena cortada en dos o tres trozos, las semillas de comino, los ajos pelados y sin germen, las semillas de cilantro, los clavos de olor enteros, el trozo de canela en rama partido en dos, los granos de pimienta negra, las semillas de amapola, las semillas de cardamomo verde sin las vainas, el jengibre pelado y cortado en dos trozos, la cúrcuma en polvo, el pimentón, el zumo de limón, el vinagre y el agua y picar hasta obtener una pasta suave y densa. No pasa nada si alguna de las especias queda más entera.

Agregar la pasta al lechazo reservado, remover para que se impregne toda la carne por igual, tapar y llevar al frigorífico al menos dos horas o mejor, de un día para otro.

Sacar el lechazo del frigorífico una hora antes para que se atempere.

Pelar la cebolla, picarla menuda y rehogar a fuego medio en la olla rápida con un fondo de aceite y hasta que se ponga transparente. Subir el fuego, añadir un poco más de aceite si fuera necesario e incorporar el cordero junto con los restos de marinada. Freír a fuego fuerte y removiendo constantemente durante unos cinco minutos. Agregar el agua, llevar a ebullición y colocar la tapadera de la olla. Cerrarla y cocer 15 minutos contados desde que suba la válvula por completo.

Retirar del fuego y esperar que la olla pierda toda la presión antes de abrirla. Ha de quedar una salsa espesa, así que, si estuviera aún un poco líquida, cocer a fuego fuerte hasta que espese. Rectificar de sal y servir espolvoreado con perejil lavado y picado.

A comer.






4 comentarios:

  1. Por estos lares también hace frío, lo cual se agradece porque el confinamiento se hace más a gusto, la verdad. Con este lechazo más aún, con lo que me gusta a mí una buena mezcla de especias. Dan ganas de mojar pan en el monitor, jjj Bss linda ¡y cuidadín con el coche!

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    1. Da un poco de rabia que haga mal tiempo pero sí es cierto que hace más llevadera la situación, porque apetece menos estar en la calle.
      Veo que en el tema de las especias eres de las mías. Yo pierdo la cabeza en esos puestos de ferias y mercados tipo medieval llenos de hierbas y especias, donde a veces compro cosas que luego no sé en qué utilizar, como el lemon gras que compré en una ocasión y tengo muerto de risa en un armario.
      Gracias por tu consejo. Cuídate. Un beso.

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  2. Me temo que mi cuerpo no resistiría algo tan picante y las especias no son muy bien venidas en casa, aunque sí el cordero. La idea de la receta me parece buena, pero no tan fuerte.
    Aquí hoy está lloviendo, bienvenida sea el agua, que tanta falta hace, a ver si de alguna forma este bicho maligno se fuera para no volver. Cuidaros mucho, que en algún momento vendrán tiempos mejores.
    Un beso.

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    1. Yo le reduje tanto el picante, que sólo estaba ligeramente picante pero sí estaba fuerte de sabor. Eso se podría solucionar no reduciendo la salsa y dejándola clarita. Lástima que en tu casa no sean muy amantes de las especias, porque se pierden todo un mundo de sabores.
      Aquí ha llovido hace un rato, lo que ha suavizado la fría temperatura, aparte del beneficio que siempre es para la tierra y las plantas, sobre todo en climas secos como los nuestros.
      Claro que vendrán tiempos mejores y los apreciaremos más y mejor.
      Cuidaos mucho. Un beso.

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