El inconveniente de tenerlo todo tan saturado sumado a la pereza ocasional de revolver, conlleva que en alguna ocasión se me haya quedado olvidado al fondo del armario algún ingrediente. Bueno, olvidado no, pues sé todo lo que tengo, pero sí relegado al día que tenga ganas de sacar media balda para llegar al ingrediente en cuestión. El caso es que hace algunas semanas decidí que ya era hora de sacar el paquete de cacao en polvo a la taza que tenía en un rincón del mueble, pues temía que si no estaba caducado, cerca le andaba. Y así era, por lo que me tuve que poner a pensar en qué utilizar los 68 gr. que tenía el paquete y recordé que llevaba un tiempo queriendo hacer un pan con cacao. ¿Funcionaría con ese tipo de cacao? Seguro que estaría más rico con cacao desgrasado en polvo, pero el que tenía que usar era el otro. Bueno, me dije, los componentes son cacao, maizena y azúcar, no puede quedar mal y no me equivoqué. Resultó un pan altísimo, esponjoso, blandito y con un suave sabor a cacao. Peeerooo...., al darle la vuelta a la cubeta, se me espachurró ligeramente por arriba, tan blandito es. Así que lo repetí dejándolo enfriar como indico en la receta, de tal manera que la superficie se secó un poco evitando que se estropeara al desmoldarlo. Es el pan que veis en las fotos, suave, tierno y tan rico, que personalmente no le he puesto ni mermeladas ni mantequillas para comerlo.
Como este pan surgió por la necesidad de aprovechar un cacao a punto de caducar, es mi propuesta de noviembre para el proyecto 1+/-100, desperdicio 0
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
400 ml. de leche desnatada templada
120 gr. de margarina vegetal a temperatura ambiente
60 gr. de miel
5 gr. de sal fina
35 gr. de leche en polvo desnatada
68 gr. de preparado de cacao en polvo a la taza
330 gr. de harina de trigo de todo uso
330 gr. de harina de trigo de fuerza
12 gr. de levadura fresca de panadero
ELABORACIÓN:
Sacar la cubeta de la panificadora e introducir, por este orden: el leche templada, la margarina cortada en cubitos, la miel y la sal.
Mezclar en un bol la leche en polvo, el cacao a la taza en polvo y las harinas. Tamizar y añadir a la cubeta. Por último, incorporar la levadura desmenuzada.
Colocar la cubeta en el interior de la panificadora. Cerrar la tapa y conectar el aparato.
Seleccionar el programa 4 (dulce), peso 1.250 gr. y tueste bajo.
Cuando la máquina emita los tonos de aviso en la segunda fermentación, sacar la cubeta y con las manos húmedas quitar las palas amasadoras e introducir éstas inmediatamente en un bol con agua que las cubra para facilitar su posterior limpieza.
Con las manos húmedas, acomodar la masa para evitar las burbujas de aire que se puedan haber introducido en la misma al quitar las palas. Colocar nuevamente la cubeta en la panificadora y dejar que la máquina continúe con el programa.
Una vez finalizado el programa, desconectar la panificadora, abrir la tapadera y sin sacar la cubeta de la máquina, dejar reposar el pan cinco minutos. Pasado ese tiempo, desanclar la cubeta, colocarla ligeramente oblicua por encima de los anclajes y sin sacarla de la panificadora, dejar otros diez minutos dentro de la máquina. Sacar la cubeta y sin desmoldar el pan, colocarla encima de una rejilla durante otros veinte minutos. Finalmente, desmoldar y dejar enfriar por completo sobre la rejilla lejos de corrientes de aire. De esta forma, al enfriarse despacio, se arrugará menos la superficie del pan, endureciéndose ligeramente la corteza, lo suficiente para que al darle la vuelta no se aplaste y pierda su bonita panza.
Una vez frío, introducirlo en una bolsa de plástico para que se conserve tierno por más tiempo.
A comer.
Hola, buenas noches, Isabel. Antes de irme a dormir, he leído las novedades en el banner del blog y ha sido leer pan de cacao y venir corriendo. Lo que no sabía todavía era que se venía a 1+/-100, lo cual es doble alegría. Se ve muy esponjoso y no dudo de que no hayas necesitado añadirle nada más.
ResponderEliminarMe vendría bien una rodajita para probarlo ahora mismo.
Gracias por estar de nuevo en el proyecto y puntual a la cita nada más empezar otro mes.
Un beso grande y cuidaos.
Hola, buenas noches, Isabel. Antes de irme a dormir, he leído las novedades en el banner del blog y ha sido leer pan de cacao y venir corriendo. Lo que no sabía todavía era que se venía a 1+/-100, lo cual es doble alegría. Se ve muy esponjoso y no dudo de que no hayas necesitado añadirle nada más.
ResponderEliminarMe vendría bien una rodajita para probarlo ahora mismo.
Gracias por estar de nuevo en el proyecto y puntual a la cita nada más empezar otro mes.
Un beso grande y cuidaos.
Hola Marisa. ¡Qué rapidez en comentar! Tanto, que no me ha dado tiempo a ir por tu blog y colgar la receta en el proyecto. En cuanto cierre el comentario, me paso por ahí.
EliminarEl pan estaba muy rico sin añadidos, pero supongo que un poquito de una mermelada un poco ácida le iría muy bien. Tango que repetirlo y probar.
Ya sabes que me encanta participar en 1+/-100, desperdicio 0, porque comparto sus (tus) ideales en cuanto a la necesidad de reducir el despilfarro, evitar el desperdicio y fomentar el reciclaje y reutilización.
Cuídate. Un beso.
Un pan hecho a nuestro gusto no tiene precio, si es como utilización de los recursos que todos tenemos en casa olvidados, o casi, en la despensa, tanto mejor. El pan parece un bizcocho, no me extraña que se coma solo, tiene una pinta generosa de rica y no necesita agregados o perderá su sabor. Haces muy bien en colaborar en el proyecto de Marisa, es muy interesante y puede ayudar a mucha gente a aprovechar el excedente, que siempre tenemos alguno, de la mejor manera, que no están los tiempos para tirar nada.
ResponderEliminarUn beso.
A mí me vino muy bien para acabar con el cacao que tenía y así no tuve que tirarlo. Después lo he repetido porque quedó muy rico y además tenía que solucionar el tema de la corteza, que al ser tan tierna se estropea al sacar el pan de la cubeta. Tienes razón, parece bizcocho de esponjoso que es, es lo que pasa al ser un pan tipo molde, que están a medio camino entre pan y bizcocho.
EliminarLa verdad que el proyecto de Marisa es un estupendo cajón de ideas que nos ayudan a no tirar nada y me alegra que cada vez seamos más las que aportamos nuestro granito de arena.
Disfruta del domingo. Un beso.
Isabel, anoche cuando visité a Marisa porque su receta es una Tortilla para El Club de la Tortilla Perfecta, vi que habías publicado esta receta, era bastante tarde y hoy tenía que madrugar, me esperaba una intensa mañana de trabajo, que hasta ahora no me ha dejado un minuto de respiro. Mientras me tomo mi cafecito vespertino, no me importaría tomar una rebanada de tu pan, que por lo esponjoso que parece y que cuentas, si me dices que tal cual está riquísimo, ni me cuentes como debe estar con una onza de chocolate blanco, o un poco de mermelada de arándanos, o un incluso con queso Wensleydale con arándanos, que está para perder el sentío con panes dulces.
ResponderEliminarLo de tu despensa, creo que nos sucede a más de una, mi marido siempre me dice que compro como si tuviéramos que alimentar a un regimiento, pero cuando veo los estantes y baldas medio vacíos, ya estoy maquinando para volver a rellenarlos, jajaja..., también me ha pasado alguna vez eso de dejar aparcado algo, y llegar a consumirlo, a prisa y corriendo, es que a veces una es exagerada a más no poder, o se me pasan las cosas, porque le ataco más a lo que veo en primera fila, jajaja...
Besos y feliz tarde de domingo.
Uyyyy, con queso, qué rico, no se me había ocurrido, tengo que probarlo la próxima vez que lo haga. No conozco el queso que dices, ya me fijaré, que con lo que me pierden los quesos, éste seguro que me gusta.
EliminarTambién a mí me dicen en casa que soy una exagerada comprando, pero residiendo en un pueblo pequeño sin casi servicios, no puedes arriesgarte a quedarte sin determinados productos pues no tienes la opción de ir en cualquier momento a la tienda a comprar y no es plan de andar cogiendo el coche para ir a 12 kilómetros a comprar un kilo de arroz, por ejemplo.
Un beso.
Hola Isabel creo que nos hemos puesto en tu lugar mas de una cuando decias lo de la balda llena, creo que nos pasa a todas y es verdad que a veces cambias algún ingrediente por otro porque lo tienes mas a mano.
ResponderEliminarMira que me gusta hacer panes pero con chocolate aun no me he decidido, pero lo has explicado tambien que me entran unas ganas enormes de hacerlo, así que me guardo tu receta para cuando tenga mi cocina nueva.
Un beso
Hola Raquel. Me consuela un poco ver que lo de la balda os pasa a más de una, ya me siento un poquito menos culpable por no remover las cosas para buscar el ingrediente que me hace falta, jajaja.
Eliminar¿Pero todavía no te han acabado la cocina? No te lo vas a creer el día que acaben. Si es que se sabe el día que empiezan, pero no el que acaban. Espero que ya no te tarden mucho y puedas por fin disfrutarla.
Un beso.
Hola, creo que todas tenemos ese espacio de ingredientes reposteros, jjjjj!! Este pan te ha quedado estuepndo, hace años tuve la panificadora, se estropeó y no volví a compar. Algunas veces estoy tentada a comprarla de nuevo.
ResponderEliminarSobre todo cuendo preparaciones como la tuya, una verdadera tentación. Mil besos!!
Como buenas aficionadas a la cocina que somos, es normal que nuestras despensas estén bien aprovisionadas de múltiples ingredientes, lo que ocurre es que yo no tengo medida a la hora de comprar y me gusta tener de todo, para así, si voy a hacer una receta, me puedo poner a ella cuando quiera y no tengo que esperar comprar los ingredientes.
EliminarMe pensé mucho lo de comprar la panificadora y aunque ahora llevo una temporada que la uso menos, no me arrepiento de haberla comprado.
Un beso.