Segunda entrega de las
sobras de la cena de las fiestas. Congelé la mayoría de las carrilleras que sobraron y reservé un
poco de carne para hacer unas tartaletas rápidas. Hacía un siglo
que no cocinaba tartaletas de este tipo. La verdad que con las obleas
de empanadilla es un plato que apenas da trabajo y junto con una
ensalada resultan una cena muy apañada. Las suelo hacer con otros
ingredientes, siempre cosas que sean de picar, mezclar y al horno,
por eso las llamo “rápidas”, porque si tengo que cocinar
previamente el relleno, prefiero ya que estoy liarme un poco más y
hacer una tarta salada, que me arregla el primer plato de uno o dos
días y en casa nos encantan.
Hice una primera versión
que aunque quedó buena, me resultaba un poco “sosilla”, así que
las repetí añadiendo los pistachos, que son también unas sobras de
la cena y las pasas, que le aportan un toque dulce que a mí
particularmente me gusta mucho. Para macerarlas siempre uso vino
Málaga Virgen y el que me sobra, lo guardo en un tarro de cristal y
lo reutilizo para hidratar las siguientes pasas que utilice. Aquí no
se tira nada, así que la receta va de cabeza a...
Tenía una tercera entrega para participar en el proyecto de Marisa, un bizcocho de cuajada casera de leche de oveja, pero voló antes de que pudiera hacerle una foto decente. Si consigo la cuajada (ésta me la regalaron y como era mucha, sobró), ya traeré el bizcocho por aquí.
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
INGREDIENTES:
6 obleas de empanadillas
de 10 cm. aprox. de diámetro
95 gr. de carne de
carrilleras de ternera guisadas
16 gr. de queso fresco de
cabra en rulo (sin corteza)
1 huevo tamaño L
10 gr. de tomate seco
50 ml. de leche desnatada
15 ml. de la salsa del
guiso de las carrilleras
12 pistachos tostados con
sal
18 uvas pasas sultanas
15 ml. de vino Málaga
Virgen o Pedro Ximénez
margarina o mantequilla
para el molde
sal
- Y además:
- papel de horno
- molde de magdalenas de seis cavidades
ELABORACIÓN:
Templar la leche e
introducir el tomate seco. Hidratar durante al menos 20 minutos.
Reservar.
Sumergir las pasas en el
vino dulce y reservar.
Precalentar el horno a
200º C con calor arriba y abajo.
Enmantequillar las
cavidades del molde. Cortar seis tiras de papel de horno de 2-3 cm.
de ancho y 14-15 cm. de largo, aproximadamente. Colocar una tira de
papel en cada cavidad de manera que sobresalgan un poco por ambos
lados y volver a enmantequillar.
Quitar el papel de una de
las obleas de empanadilla y adaptarla delicadamente en una de las
cavidades del molde, procurando que no quede ninguna bolsa de aire.
Yo me ayudo de una mano de almirez.
Proceder del mismo modo
con el resto de las obleas y reservar. Si hiciera mucho calor, tapar
con una tela limpia de algodón.
Quitar la cáscara de
madera de los pistachos y la piel que los recubre. Picar groseramente
con un cuchillo afilado y reservar.
Deshilachar la carne en
trozos pequeños e irregulares y reservar.
Trocear el queso en seis
porciones iguales. Formar con cada porción una bola, aplastarla
ligeramente y poner una en el fondo de cada tartaleta.
Sacar el tomate de la
leche y escurrir, recogiendo la leche que suelte. Reservar toda la
leche.
Picar el tomate seco ya
hidratado en trocitos y mezclar con la carne y los pistachos.
Escurrir las pasas del vino (guardar el vino para hacer un bizcocho o
para hidratar otras frutas), cortarlas a la mitad si fueran grandes y
añadir a la mezcla anterior. Repartir esta mezcla entre las seis
tartaletas.
Cascar el huevo en un
plato hondo. Salar y batir como para tortilla. Añadir la leche
reservada en la que se hidrató el tomate y la salsa del guiso de las
carrilleras y mezclar. Distribuir entre las tartaletas.
Introducir el molde de
las tartaletas en el horno, colocando la rejilla del horno en la
segunda posición empezando por abajo. Bajar la temperatura a 180º
C, conectar el ventilador y hornear 17 minutos o hasta que se doren y
al pinchar en el centro con una aguja, ésta salga seca.
Sacar el molde del horno
y colocar en una rejilla para que se temple. Pasados cinco minutos,
sacar las tartaletas con la ayuda de las tiras de papel y sin
quitarlas, colocarlas en la rejilla para que se enfríen.
Consumir templadas o
frías.
A comer.
Hola Isabel. Ya vengo con la receta leída y me encanta. Soy poco de carne, pero si me pones unas buenas carrilleras de ternera, no te digo que no, al contrario, disfruto.
ResponderEliminarLas tartaletas que nos presentas, son un reciclaje delicioso, además de que quedan muy cucas para presentarlas en la mesa.
A ver si consigues esa cuajada, yo ni me imagino lo rica que estará, porque nunca la he probado y el bizcocho, ni te digo.
Un beso, muchas gracias y feliz semana.
Sí que quedan monas. De hecho las preparo más cuando tengo invitados, que siempre hago unos entrantes de picoteo que pongo al centro de la mesa para que cada uno se sirva a su gusto y suelen tener éxito.
ResponderEliminarPues te diré que a mi la cuajada no me gusta nada, ni la de oveja ni la de vaca, es de los pocos lácteos que no soporto. Pero todo el mundo dice que está buenísima y casi nunca sobra. En cambio el bizcocho queda muy rico.
Encantada de participar. Un beso.