Decididamente tengo que
comprarme una cámara. Normalmente hago las fotografías a última
hora de la tarde, que es cuando tengo un rato libre, pero ahora que
los días se van haciendo más cortos empiezo a tener dificultades
con la luz. Mi pobre camarita compacta de 6 megapixeles no da más de
sí y para su antigüedad hace buenas fotos, pero se me queda corta.
Y digo antigüedad porque la susodicha tiene 13 años y eso, en la
era digital, es como hablar de la prehistoria. Mi problema es que
entiendo de cámaras fotográficas tanto como de gallinas preñadas,
que dirían por aquí. Osea, menos que nada y no tengo ni idea de qué
debo comprar. Alguien dirá “déjate asesorar por el de la tienda”,
sí, vale, hasta ahí llego, pero mi problema es que últimamente
tengo la impresión de que los dependientes saben aún menos que yo o
al contrario, saben tanto que es como si te hablaran en chino. Y a mí
es que me da corte estar preguntando a cada tecnicismo que sueltan
“¿y eso qué es?”, para al final tener tanta información
(inútil debido a la ignorancia sobre el tema) en la cabeza que
hubiera sido mejor no preguntar. ¡Quien pudiera tener en estos casos
un amigo entendido al lado al que freír a preguntas hasta casi
perder la amistad!. Por desgracia no es mi caso, así que, chungo lo
veo...
Y todo este rollo porque
la foto del corte no le hace justicia al pastel. Las otras están
pasables, pero esa, la verdad, no muestra lo rico que está. La
receta está adaptada del libro “Pasteles rápidos y tarta frías”
de NGV, del que ya he hablado en otra entrada. Creo que se puede hacer con menos arándanos, con 180 gr. me parece
que es suficiente. Es de sabor suave y poco dulce y muy delicado en
caliente, así que cuidado al manipularlo. Un consejo: al quitar la
base del molde, NO ponerlo a enfriar directamente encima de la
rejilla porque como la base del pastel es toda de fruta, empezará a
desmoronarse por entre los huecos de la rejilla, que me ha pasado. El
que avisa no es traidor.
Venga, a lavarse las manos y a cocinar.
INGREDIENTES:
200 gr. de arándanos frescos
1 tsp. de pasta de vainilla
50 ml. de aceite de girasol
75 gr. de miel
2 huevos talla L
110 gr. de nata para montar (35% de
materia grasa)
135 gr. de harina de todo uso
6 gr. de impulsor químico
40 gr. de almendras crudas repeladas
(*)
harina y mantequilla para el molde
azúcar glas (optativo)
Y además:
un molde desmontable de 20 cm. de
diámetro
ELABORACIÓN:
NOTA: Los tiempos,
temperaturas, fuentes de calor y posición de la bandeja en el horno
que se indican, son los que funcionan en mi horno. Como no hay dos
hornos iguales (ni siquiera siendo de la misma marca y modelo), cada
cual deberá adaptar la forma de cocción a su horno, aunque
probablemente las correcciones habrán de ser mínimas.
(*) Si las almendras son
sólo peladas, es decir, no tienen la cáscara de madera y conservan
la piel interior, lo primero que hay que hacer es repelarlas mediante
su escaldado. Para ello, poner un cazo pequeño con agua a hervir. En
el momento que arranque el hervor, añadir todas las almendras de
golpe, hervir cincuenta segundos, apagar el fuego y sacarlas
inmediatamente. Ponerlas sobre papel absorbente y en cuando su
temperatura permita la manipulación, pelarlas una a una retorciendo
la piel a la vez que se presiona ligeramente. Ir colocando las
almendras ya repeladas en una bandeja cubierta con papel absorbente y
extendidas para que se sequen bien. Una vez secas, cortarlas en
bastoncitos y reservar.
Precalentar el horno a
190º C con calor arriba y abajo.
Enmantequillar y
enharinar (retirando el exceso de harina poniéndolo boca abajo y
dándole unos golpecitos en la base y costados) el molde elegido.
Lavar los arándanos,
escurrir y secar delicadamente con papel de cocina. Retirar los
rabitos que pudieran tener. No retirarlos nunca antes de lavarlos
para evitar que entre agua en la fruta por el orificio de inserción
de los rabillos. Distribuirlos por la base del molde.
Mezclar la harina y el
impulsor químico y tamizar. Reservar.
Utilizando unas varillas
eléctricas, batir el aceite con la miel e incorporar los huevos poco
a poco y ligeramente batidos. Integrar y añadir la pasta de vainilla
y la nata sin montar y seguir integrando. Por último, incorporar a
cucharadas la mezcla de harina e impulsor tamizada y mezclar hasta
conseguir una pasta fina y homogénea. Tapar y dejar reposar a
temperatura ambiente 20 minutos.
Distribuir la pasta en el
molde donde están arándanos, golpear suavemente la base para que la
masa penetre por los huecos existentes entre la fruta y suban las
burbujas de aire, repartir por encima las almendras picadas e
introducirlo en el horno, colocando la rejilla en la tercera posición
empezando por abajo. Bajar la temperatura a 180º C y poner calor
sólo por abajo. Hornear 35 minutos o hasta que al pinchar el centro
del pastel con una brocheta, ésta salga limpia.
Sacar del horno y colocar
sobre una rejilla. Pasados 10 minutos, quitar el aro del molde.
Transcurridos otros diez minutos y con mucha delicadeza porque es un
bizcocho muy frágil, darle la vuelta, quitar la base del molde y,
dándole nuevamente la vuelta, colocar el pastel sobre el plato de
presentación. Poner éste nuevamente sobre la rejilla hasta que se
enfríe. Cuando esté completamente frío, espolvorear con azúcar
glas, si se desea.
A comer.
Pues para no hacerle justicia la foto te ha quedado divino. Bien me cogía un buen trozo. Si te sirve de consuelo, yo las hago con el móvil como buenamente puedo, jjj. Es verdad que con la luz natural es como mejor salen. Bss linda y suerte con tu compra!
ResponderEliminarNo sólo es rico, sino también muy facilón. A mí, cualquier pastel que lleve fruta, me conquista nada más leer la receta y si también es sencillo de hacer, mejor que mejor.
EliminarHarás las fotos con el móvil, pero te lo curras con el paso a paso, que tiene su mérito.
En invierno, con las pocas horas de luz que hay y los cielos normalmente cubiertos, no sé cómo lo voy a hacer. Eso va a ser peor qe la compra de la cámara.
Gracias por comentar. Un beso.
Isabel, todos hemos empezado por ahí. Sólo tienes que ir a ver las primeras recetas de mi blog que dan miedo. Tengo algunas que las debería reciclar, pero pocas veces lo hago, que son muchas ya.
ResponderEliminarSi quieres, te doy mi correo y nos escribimos, porque yo, no es que sepa mucho, pero te puedo dar alguna idea si sé qué es lo que quieres más o menos y tu presupuesto, que eso, es otro tema.
Me parece que has horneado un pastel muy original y no dudo de que estará muy bueno. El corte habla y ahora mismo, me comería un buen trozo.
Besos y buen fin de semana.
thermofanblog@gmail.com
Eres un sol, Marisa. Y agradezco mucho tu ayuda, porque estoy completamente pez.
EliminarYo también he pensado en cambiar alguna foto, cuando ya las haga más decentes, pero por otro lado son una referencia para ver nuestra evolución y mejoría y con los años, seguro que ver esas primeras fotos, provoca un dulce sentimiento de nostalgia (me he puesto romanticona, a ver si se me pasa, jeje).
Mañana te escribo, que hoy ya es un poco tarde.
Un beso.